Las Reformas Borbónicas
Con la llegada de la nueva dinastía borbónica a España en el siglo XVIII, se implementó el absolutismo, un sistema de gobierno que concentraba el poder en el monarca. Este sistema trajo consigo una serie de reformas que buscaban centralizar y uniformizar el reino.
Centralismo y Uniformidad
El centralismo implicaba que el poder residía en un solo punto, el rey, y desde allí se extendía a todo el territorio. La uniformidad buscaba unificar el reino en aspectos legales y económicos. Estas líneas de acción se mantuvieron durante aproximadamente 200 años, hasta la Constitución de 1978.
A) Administración Central
Antes del absolutismo, existía un régimen polisinodial, donde el rey recibía consejos de personas cercanas y validos. Los Austrias delegaban el poder en un valido, aunque la última palabra la tenía el rey.
El absolutismo puso fin a este régimen y dio origen al gabinete y los secretarios de Despacho. Felipe V, inspirado en el modelo francés, creó un gabinete de personas de confianza y secretarios que se encargaban de los asuntos de Estado. Estos secretarios contaban con el apoyo de funcionarios que les proporcionaban información y asesoramiento.
Se suprimieron las convocatorias de las Cortes, aunque estas siguieron existiendo. También se implantó la Ley Sálica, que impedía a las mujeres ejercer el poder, aunque podían transmitirlo. Esta ley tendría gran importancia en el siglo XIX.
B) Administración Territorial
Hasta la llegada del centralismo, España estaba dividida en dos realidades muy distintas. Los Decretos de Nueva Planta suprimieron los fueros de Aragón y Valencia (1707), Baleares (1714) y Cataluña (1715), e implantaron la ley castellana. Navarra y el País Vasco mantuvieron sus fueros debido a su apoyo a Felipe V en la Guerra de Sucesión.
Con la nueva administración, aparecieron las provincias y dos nuevas figuras: el capitán general y el intendente.
- Capitán general: Tenía atribuciones políticas y militares, y su función era hacer cumplir las leyes que emanaban de Madrid.
- Intendente: Tenía atribuciones económicas (impuestos) y se encargaba de aplicar las leyes y órdenes que llegaban desde Madrid.
Estas figuras también se implementaron en Navarra y el País Vasco para intentar reducir las diferencias entre las leyes.
C) Administración Municipal
En la Corona de Aragón, los alcaldes eran elegidos entre la gente adinerada. En la Corona de Castilla, el alcalde era designado. Felipe V, prefiriendo el modelo castellano, extendió este sistema a todo el reino. Los regidores o corregidores (alcaldes) eran elegidos por el capitán general y el cargo era vitalicio y hereditario.
El castellano se convirtió en la única lengua oficial, aunque no se suprimieron las demás lenguas.
D) Administración Económica
La hacienda española era deficitaria, por lo que se implementaron medidas para sanearla:
- Pago de impuestos por todos los territorios: Cada territorio debía contribuir con una cantidad determinada de dinero.
- Racionalización de impuestos: Se buscó unificar los impuestos, reducirlos y realizar el cobro de forma directa a través de funcionarios.
Se realizaron censos y catastros para determinar la población y la cantidad de impuestos a pagar. Sin embargo, los nobles seguían exentos de impuestos, lo que generó descontento entre el pueblo. Estos intentos de reforma fracasaron en gran medida.
E) Otras Reformas
- Regalismo: Se estableció la supremacía del poder civil sobre el eclesiástico. El patronato universal otorgaba al rey español el control no solo en el ámbito civil, sino también en el eclesiástico.
- Despotismo Ilustrado: Los monarcas buscaban mantener el poder absoluto, pero adoptaron algunas ideas de la Ilustración. El objetivo era hacer feliz al pueblo, pero como se consideraba que el pueblo era inculto, el rey decidía qué era lo mejor para ellos. La frase «todo para el pueblo pero sin el pueblo» resume esta filosofía. El despotismo ilustrado no cambió la estructura del poder, solo la maquilló con algunas mejoras externas.
Política Exterior
Monarcas del Siglo XVIII
- Felipe V (1700-1746)
- Luis I (1724)
- Fernando VI (1746-1759)
- Carlos III (1759-1788)
- Carlos IV (1788-1808)
Felipe V (1700-1746)
Su política se caracterizó por el revisionismo, buscando recuperar los territorios perdidos en el Tratado de Utrecht. Tuvo dos etapas:
- Etapa agresiva: Participó en guerras europeas, pero Gran Bretaña y Austria se negaron a ceder territorios.
- Etapa diplomática: A través de acuerdos, recuperó Nápoles y algunos ducados italianos para sus hijos, pero no para España.
Felipe V firmó dos Pactos de Familia con Francia (1733 y 1743), que establecían la ayuda mutua en caso de ataque por otra potencia.
Fernando VI (1746-1759)
Optó por la neutralidad y el pacifismo, evitando involucrar a España en guerras. Consideraba que América era el futuro de España y mejoró las relaciones con las colonias. No firmó ningún Pacto de Familia.
Carlos III (1759-1788)
Prefirió el intervencionismo, participando en guerras y alianzas. Firmó el tercer Pacto de Familia con Francia en 1761. Tras la Guerra de los Siete Años (1756-1763), España perdió Florida y Sacramento, pero Francia le cedió Luisiana.
España y Francia, buscando revancha contra Gran Bretaña, apoyaron a las colonias americanas en su Guerra de Independencia (1776). La independencia de Estados Unidos tuvo consecuencias negativas para España, ya que Francia entró en bancarrota y estalló la Revolución Francesa.
Carlos IV (1788-1808)
Su reinado coincidió con la crisis del Antiguo Régimen y el estallido de la Revolución Francesa en 1789. Intentó seguir los pasos de su padre, pero la revolución lo impidió.
Conclusión
El siglo XVIII en España estuvo marcado por la llegada de la dinastía borbónica, el absolutismo, las reformas centralizadoras y la expansión económica. La Ilustración tuvo un impacto limitado debido a la debilidad de la burguesía. La política exterior se caracterizó por alianzas con Francia y conflictos con Gran Bretaña.