1. Las Regencias y el Problema Carlista (1833-1843)
Desde 1833, con la muerte de Fernando VII, la revolución liberal se abrió camino de forma irreversible, lo que no significó que las élites sociales del Antiguo Régimen dejaran de desempeñar un papel relevante. La revolución liberal supuso una transformación:
- Nueva estructura política, régimen constitucional y representativo.
- Nueva estructura social, basada en la igualdad ante la ley, fin de los privilegios legales y nacimiento de la sociedad de clases.
- Nueva estructura económica (economía de mercado).
1.1 La Implantación del Régimen Liberal
- El 10 de octubre de 1830 nace Isabel de Borbón. Para que pudiese acceder al trono se derogó la Ley Sálica de 1713. La Pragmática Sanción, de abril de 1830, fue anulada por el Decreto de La Granja de 1831 y de nuevo sancionada por el Rey antes de su muerte.
- Esto frustró las expectativas de Carlos y de su círculo, que se convirtió en un grupo de oposición; debido a esto, la regente María Cristina se vio obligada a buscar la alianza con los liberales y recobrar la obra de las Cortes de Cádiz, lo que supuso el fin del Antiguo Régimen.
- La primera fase es un reformismo desde arriba, ya que la acción de gobierno dirigido por Cea Bermúdez y Martínez de la Rosa. Destaca el ministro de Fomento, Javier de Burgos, que en 1833 estableció una división en provincias. Legisló a favor de la libertad económica y sentó las bases de la Administración pública.
- Otro pilar fue el Estatuto Real de 1834. Era una carta otorgada:
- Reafirmaba el poder de la corona, ya que las Cortes tenían una función consultiva.
- Poseía un carácter elitista. Se estructuró en torno a un sistema organizado en dos cámaras:
- El Estamento de Próceres: formado por los grandes de España y altos cargos religiosos, grandes propietarios y hombres de cultura.
- El Estamento de Procuradores, elegidos por sufragio censitario muy restringido.
La implantación del régimen liberal fue el resultado de un pacto con un sector importante de las élites del Antiguo Régimen. A pesar de ello, en las cortes terminó por imponerse el pensamiento liberal.
1.2 La Consolidación del Liberalismo
- El Estatuto Real se mostró insuficiente. La presión del carlismo exigió un mayor apoyo de los liberales, defraudados por la tibieza de las reformas.
- En septiembre de 1835 subió al poder Juan Álvarez de Mendizábal: fue una cesión de la regente debido a la oposición carlista y descontento liberal. Se recuperó el espíritu de la Constitución de 1812 restablecida en agosto de 1836. También se recuperó la legislación promulgada en Cádiz y durante el Trienio Liberal referida a la libertad de industria y comercio, supresión de los mayorazgos y la abolición del régimen señorial o implantación de ayuntamientos y diputaciones.
- Las dificultades en la guerra carlista y la sustitución de Mendizábal por Javier de Istúriz provocaron revueltas populares como el motín de la Granja en 1836. Como consecuencia, en 1837 se promulgó una nueva constitución (texto intermedio entre la constitución de 1812 y el Estatuto Real de 1834):
- Régimen de soberanía compartida, en el que la corona, tenía derecho a veto.
- Abandonó el sistema unicameral, sustituido por dos cámaras, el Senado y el Congreso de los Diputados.
- Implantó un sufragio masculino directo, pero censitario.
- Ordenó los derechos individuales, como la libertad de expresión.
1.3 La Desamortización de Mendizábal
- Desde 1835 Mendizábal puso en marcha el proceso de desamortización que afectó a los bienes del clero regular, mayoritariamente fiel al carlismo. Esta desamortización se completó en 1841 con la inclusión de los bienes del clero secular (aunque esta medida a penas estuvo en vigencia, ya que fue suspendida por los moderados en 1844 para restablecer las relaciones con la Iglesia y el papado).
- Llamamos desamortización es el proceso de nacionalización (expropiación por el Gobierno) de las propiedades rústicas y urbanas de la Iglesia y su venta en subastas públicas (posteriormente afectará también a las propiedades civiles).
- Intentó paliar el déficit de la Hacienda y financiar la guerra contra los carlistas y se convirtió en un pilar básico de la revolución liberal, ya que incorporó al mercado un enorme porcentaje de propiedad agraria y urbana, lo que contribuyó a un mercado nacional.
- La medida benefició a la burguesía urbana y a los campesinos e intensificó la concentración parcelaria en manos nobiliarias y burguesas. Los perjudicados fueron los campesinos sin tierras.
1.4 Moderados y Progresistas
- MODERADOS: versión oligárquica y conservadora, partidarios de restringir los principios liberales y fortalecimiento del monarca mediante la soberanía compartida y reservando los derechos públicos a los propietarios. Su máximo exponente doctrinal fue la Constitución de 1845.
- PROGRESISTAS: defendían los principios liberales, por lo que eran partidarios de la soberanía nacional y del pueblo ciudadano. Desde 1849 el liberalismo radical quedó representado por un nuevo partido, el demócrata, promotor del sufragio universal masculino y régimen parlamentario.
1.5 La Guerra Civil Carlista (1833-1840)
- El carlismo fue un movimiento político cuyos antecedentes se remontan a 1820 con la regencia de Urgel y la guerra de los agraviados de Cataluña en 1827. Su puesta se produjo tras la cuestión sucesoria en 1832 y la muerte de Fernando VII al año siguiente.
- Su programa ideológico se resumía en la defensa de la religión, absolutismo monárquico, foralismo (de ahí el apoyo que recibió en Cataluña, País Vasco y Navarra) y los privilegios del Antiguo Régimen. Rechazo hacia las reformas liberales. Atacaban el poder de la Iglesia.
- Las bases sociales fueron el clero, campesino pobre, nobleza y sectores de clases medias defensoras de los fueros.
- La 1º guerra carlista se inició tras morir Fernando. El 30 de septiembre de 1833 hubo brotes armados en Talavera y Valencia a los que siguieron otros en Castilla, Navarra y provincias vascas, en forma de partidas rurales organizadas por el jefe carlista Zumalacárregui.
En noviembre ya había una guerra abierta entre el País Vasco y la parte norte de Cataluña. Se sumaron partidas de guerrilleros en Aragón, el Maestrazgo, Galicia, Asturias o La Mancha. Esta primera fase finalizó con la muerte de Zumalacárregui en el asedio de Bilbao en julio de 1835.
- La 2º etapa ocurrió en julio de 1835 a octubre de 1837, con difusión a todo el territorio nacional. Destacaron las expediciones de generales carlistas (sobre todo el general Gómez). La población civil de pueblos y ciudades mantuvo una actitud temerosa ante la llegada de las partidas carlistas.
La acción más espectacular fue la Expedición Real encabezada por Carlos María Isidro (Carlos V). Su objetivo era imponer un pacto a María Cristina en un momento en que era vulnerable tras la sublevación de La Granja. Llegaron a las puertas de Madrid en septiembre de 1837, pero el ejército isabelino, al mando de Espartero, obligó a los carlistas a retirarse. Punto de inflexión en la guerra.
- La 3º fase, de octubre de 1837 a agosto de 1839, con el triunfo de las tropas gubernamentales. Dentro del carlismo surgió una división entre los más conservadores (apostólicos como el obispo de León) y los menos radicales (general Maroto) partidarios de negociar. Triunfó esta última postura, lo que permitió la firma del Convenio de Vergara (agosto 1839) entre los generales Espartero, del ejército isabelino y Maroto del carlista. En él se prometía el mantenimiento de los fueros vascos y el reconocimiento de los oficiales del ejército carlista. Espartero lo incumplió posteriormente. El rechazo de este acuerdo por el sector apostólico y el propio don Carlos prolongó la guerra en Cataluña y Aragón hasta la derrota en Morella (junio 1840) de las tropas del general Cabrera, que resistió en el territorio Maestrazgo.
1.6 Regencia de Espartero (1840-1843)
- Terminada la guerra carlista, los progresistas se valieron del prestigio adquirido por Espartero para incrementar su influencia política.
- En 1840 el gobierno moderado impulsó una reforma en la Ley del Ayuntamiento que eliminaba el carácter electivo de los alcaldes. Esto provocó revueltas que provocaron la renuncia de María Cristina.
- El nuevo regente Espartero, cuya gestión tuvo un carácter autoritario y personalista. Configuró un gobierno apoyado en militares afines, en vez de contar con los principales políticos progresistas. Gobierno inestable.
- El bombardeo de Barcelona en 1842 para reprimir las protestas contra la legislación libercambista aprobada, que perjudicaba a la industria textil le hizo perder apoyos.
- En 1843 una alianza de fuerzas antiesparteristas, integrada por moderados y progresistas, realizó un pronunciamiento militar liderado por el general Narváez que forzó la salida de Espartero del país.