Las Regencias y el Problema Carlista (1833-1843)

LAS REGENCIAS Y EL PROBLEMA CARLISTA (1833-1843)

LA REGENCIA DE Mª CRISTINA:

María Cristina de Borbón ocupó la Regencia hasta 1841. Se rodeó de un grupo de políticos e intelectuales liberales, que desarrollaron sus tareas de gobierno en medio del ambiente de la guerra. Poco a poco, el Liberalismo iría imponiéndose. Entre los presidentes de gobierno de esta Regencia, destacan nombres como Martínez de la Rosa, que fue el impulsor y redactor del Estatuto Real que consistió en una especie de “Carta otorgada”, sin llegar a ser una Constitución, ya que no salió de la representación del pueblo.

Este período de regencia se caracteriza también por la progresiva descomposición de los liberales en varias tendencias políticas. Nacen así el Partido Moderado, el Progresista y el Liberal, a los que más tarde se añadiría la Unión Liberal. Frente a todos ellos, quedaban los Carlistas, que seguían aferrados al Absolutismo.

La Regencia hacía frente, sin embargo, en 1841, María Cristina de Borbón abdicó de su cargo, que fue asumido por el general Baldomero Espartero. Su regencia se alargaría hasta 1843, hasta que fue decretada la mayoría de edad de Isabel II, con sólo 16 años de edad. Se iniciaría entonces un nuevo reinado en España.

CONSTITUCIÓN PROGRESISTA DE 1837:

Establece: la soberanía nacional, la separación de poderes y una declaración de derechos y libertades pero aceptó las tesis del liberalismo censitario ya que reconocía amplios poderes y un papel moderador a la Corona, así como el sufragio censitario.

Las desamortizaciones (Mendizbal) ya se habían sido puestas en marcha, tenía un doble objetivo: Poner en pública subasta los bienes cuyo beneficio conseguía reducir la Deuda Nacional y por otro lado que las propiedades fueran adquiridas por propietarios agrícolas de manera que se formara una clase media burguesa rural, beneficiada por las medidas del gobierno liberal.

LA REGENCIA DEL GENERAL ESPARTERO:

En 1840, Espartero fue nombrado presidente del gobierno y regente interino: Durante todo su mandato gobernó de manera autoritaria, sin someterse al control de las Cortes. Su política antiforalista y su apoyo al librecambismo provocó una fuerte reacción en su contra de las provincias del norte, especialmente de Barcelona.

En diciembre de 1842 mandó bombardear Barcelona como castigo a las protestas civiles contra el librecambismo; cuatrocientos edificios fueron destruidos y hubo centenares de muertos. En las Cortes se desató una enérgica protesta y Espartero reaccionó disolviéndolas. Progresistas y moderados pedían la vuelta a la normalidad constitucional.

En 1843, se inició una revuelta militar encabezada por el general Narváez; Espartero, por su parte, había visto descender su apoyo entre la Milicia Nacional. Finalmente, las tropas fieles a Narváez derrotaron al ejército esparterista en la batalla que tuvo lugar en Torrejón de Ardoz (julio 1843). Las Cortes para evitar una nueva regencia, adelantaron la mayoría de edad de Isabel II, que de esta forma fue coronada reina a los trece años.

PROBLEMA CARLISTA:

El problema sucesorio basado en el reconocimiento de Carlos Mª Isidro de Isabel II como reina, en virtud de la publicación de la Pragmática Sanción creó un enfrentamiento ideológico:

  • La regente Mª Cristina, con contaba con los absolutistas fieles a Fernando VII, pactó con los liberales para mantener el trono de su hija.
  • Los enfrentamientos entre carlistas y liberales tendrán tres episodios, las tres guerras carlistas:

La primera guerra carlista (1833-1839)

se inició con el levantamiento de los carlistas en el País Vasco y Navarra, controlaron el medio rural, La vacilación del gobierno permitió a los carlistas organizar la guerra con el método de guerrillas. Don Carlos entró en España y se puso al frente del ejército dirigiéndose hacia Madrid, aunque no lo consiguio. La muerte de Zumalacárregi en 1835 durante el sitio a Bilbao inició una reacción liberal. El general Espartero venció a las tropas carlistas en Luchana en 1836 y las derrotas provocan la división de los carlistas La segunda guerra carlista (1846-1849), fue una insurrección en la Década Moderada, los carlistas seguían teniendo mayor fuerza que el liberalismo. Se centró en la zona de los Pirineos, en Cataluña “guerra dels matiners”. Su origen, se debió al fracasar los intentos de casar a Isabel II con el pretendiente carlista, Carlos Luis de Borbón. La tercera guerra carlista (1872-1876), se inició una vez destronada Isabel II, ya en el Sexenio Revolucionario. Beneficiados por el clima de libertad que introdujo la revolución de la “Gloriosa”, el carlismo había revivido como fuerza política. El pretendiente era Carlos VII, y el conflicto acabará con la definitiva derrota del carlismo, ya durante los primeros años del reinado de Alfonso XII.

6.2LA DÉCADA MODERADA (1844-1854) Al ser nombrada Isabel II mayor de edad a los 13 años tomo su puesto como reina y nombro jefe de gobierno a Narvaez líder del partido moderado. Con Narvaez comienza la década moderada lo primero que hace es convocar las cortes para crear la constitución de 1845.El general Narváez representa una generación de liberales moderados y definio un modelo de conservadurismo que frenaba la revolución. CONSTITUCIÓN MODERADA de 1845.  Rechazo de la soberanía nacional y establecio la soberanía compartida de la Corona y las Cortes.  Amplio poderes de la Corona, disolvio las Cortes y nombro el Senado.  Limito el poder de las Cortes, poder legislativo. Suprimio de la Milicia Nacional. Durante la década moderada se realizaron reformas administrativas ◊ Administración muy centralizada y burocratizada ◊ Creación de la Guardia Civil ◊ Reforma fiscal de Mon y Santillán que estableció los impuestos directos e indirectos ◊ El Concordato con los Estados Pontificios (1851) – reconciliación de la Iglesia católica con el Estado español. En 1849 se fundo el partido progresista demócrata, y los descontentos que habia se unen en la Revolución de 1854. Una conspiración por el general O’Donnell lleva a un pronunciamiento militar “La Vicalvarada” y se pasó de un pronunciamiento militar moderado, a la colaboración civil progresista, dando lugar al bienio progresista (1854-1856)




6.3 EL BIENIO PROGRESISTA Y LA VUELTA AL MODERANTISMO: 6.3 BIENIO PROGRESISTA: El pronunciamiento de Vicálvaro entrega el poder a los progresistas, liderados por Espartero y apoyado por la Unión Liberal (partido formado por moderados y progresistas menos radicales), liderado por O´Donnell. Este gobierno inicia una serie de reformas como un nuevo proceso de Desamortización o la Ley de Ferrocarriles. Sin embargo, la crisis económica y la tensión social entre los obreros y campesinos, que tuvieron reflejo en las revueltas de Andalucía (Sevilla, Granada). Esto fue aprovechado por la reina Isabel II para retirar a los progresistas del gobierno. A partir de 1856 se fueron alternando en el gobierno, la Unión Liberal (O´Donnell) y los moderados (Narváez), mientras los progresistas , los republicanos y los demócratas fueron expulsados del poder. Sin embargo, el final del reinado no fue pacífico. Se produce una grave crisis: *Revueltas en el campo y las ciudades causados por el hambre y los problemas económico. *Fuerte autoritarismo del régimen fue alejando a la burguesía y los militares, por sus excesos. *La impopularidad de la reina iba en aumento, mientras la oposición se organizaba para derrocarla.


6.3.2 Finalmente, progresistas, demócratas y republicanos terminan firmando el Pacto de Ostende (1866) donde acordaron expulsar a los Borbones de España y obligar al exilio a Isabel II. La oposición a la reina se materializa en el pronunciamiento de Cádiz (1868) de los generales Topete, Serrano y Prim que inicia un nuevo periodo revolucionario al grito de: «¡Abajo los Borbones! ¡Viva España con honra!» GOBIERNO DE LA UNIÓN LIBERAL: Desde 1858 se consiguió crear una fórmula política más o menos estable en España De todos sus miembros uno de los más destacados e influyentes fue O’Donnell. La primera tarea de la Unión Liberal fue continuar con la labor desamortizadora iniciada por Madoz en 1855, pero ajustándose a las pautas que la Santa Sede estableció en su concordato de 1851 con España. La irreal agrupación de liberales evidenció un gobierno débil y enfrentado, por lo que fueron frecuentes los pronunciamientos militares puntuales durante este período e incluso se llegó a producir un intento de golpe de estado con Sixto Ríos en Olivenza, cuya intención fue instaurar una república.

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