Las Transformaciones Económicas del Siglo XIX en España: Un Análisis de la Desamortización

UNIDAD FORMATIVA 12. Transformaciones económicas del siglo XIX

INTRODUCCIÓN

A lo largo del siglo XIX se extendió por Europa el modelo de desarrollo económico surgido de la Revolución Industrial iniciada en Gran Bretaña. España, a pesar de sus esfuerzos y éxitos puntuales, acabó distanciándose de las naciones modernas. La introducción de formas capitalistas sobre una economía agraria propició una injusta distribución de la riqueza que generó fuertes tensiones sociales.

DESARROLLO

LAS TRANSFORMACIONES AGRARIAS

Hasta bien entrado el siglo XIX perduró un tipo de crisis característico del Antiguo Régimen: las malas cosechas incrementaban la mortalidad en regiones por la penuria de los transportes. Estas crisis afectaban a los sectores más humildes mientras que los grandes propietarios se beneficiaban.

Los principales cultivos seguían siendo el trigo, la vid y el olivo. La falta de inversiones y de mejoras técnicas por la escasez de iniciativas favorecieron el inmovilismo de la agricultura.

LA DOBLE DESAMORTIZACIÓN ECLESIASTICA Y CIVIL (CONTEXTO)

En España la tierra estaba mal repartida, la propiedad de la tierra en el Antiguo Régimen estaba en manos de la Iglesia, la nobleza, el Estado o de los municipios. Estos grandes patrimonios territoriales no podían ser donados o vendidos pero sí puestos en cultivo. Habitualmente se denunciaba su explotación como poco racional, lo que impedía obtener el mejor rendimiento. Sin embargo, la economía capitalista era incompatible con el mantenimiento de privilegios.

La desamortización consistió en la conversión de la propiedad vinculada de la tierra en propiedad privada. Fue muy característico de la mentalidad ilustrada considerar que las tierras vinculadas eran mal explotadas; sin embargo, no plantearon la desamortización hasta que el Estado no se vio obligado a hacerlo para sufragar los gastos. El gran error fue el de concebir las desamortizaciones como una medida fiscal, no como la reforma agraria que tanto necesitaba el país.

(DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL)

Con el triunfo definitivo del régimen liberal a la muerte de Fernando VII, la obra desamortizadora de Mendizábal entró en su fase decisiva después de los ensayos de Godoy, las Cortes de Cádiz y el trienio constitucional. Será el ministro progresista quien elabore la primera obra desamortizadora, la cual se centraba en los bienes del clero regular, ampliados después a los del clero secular. El plan de Mendizábal acelera su proceso de aplicación ante las necesidades económicas del Estado para hacer frente a la guerra carlista, no siendo alcanzados los objetivos previstos. Esta desamortización se realizó fundamentalmente mediante dos decretos: el de 8 de marzo de 1836 y el 29 de julio de 1837. Fueron declarados propiedad nacional los bienes de las comunidades e institutos que fueran sacados en pública subasta. Mendizábal esperaba que las tierras fueran a parar a manos de los agricultores medios.

Durante la regencia de Espartero se completó el proceso desamortizador iniciado por Mendizábal con una nueva ley desamortizadora que afectó a inmuebles y tierras del clero secular. Esta desamortización estaba tan vinculada al partido progresista en el poder que su caída en 1843 ocasionó su paralización.

(DESAMORTIZACIÓN DE MADOZ)

Durante el Bienio Progresista del reinado de Isabel II, la ley de desamortización de Madoz venía a completar la obra de Mendizábal. Con esta ley se pretendía concluir la venta de los bienes del clero interrumpida por los moderados, y autorizar los bienes propios y baldíos de los ayuntamientos, que fueron sacados a subasta. La venta de los bienes se destinará a amortizar la deuda del Estado, nivelar el presupuesto y financiar obras públicas. En los catorce meses en que estuvo en vigor la ley de Madoz se realizaron un gran número de ventas. Fue la que alcanzó un mayor volumen de ventas y tuvo una importancia superior a todas las anteriores; sin embargo, los historiadores destacan más la de Mendizábal.

CONCLUSIÓN

El balance del proceso desamortizador fue poco positivo, ya que sus objetivos sólo se cumplieron en escasa medida y trajeron efectos negativos: la Iglesia, con su enorme poder como grupo de presión; el campesinado, burlado en sus esperanzas de alcanzar la propiedad; y el grupo ilustrado se mostró partidario de una auténtica reforma agraria. Desde el plano económico, los beneficios obtenidos fueron menores. La propiedad agraria en el centro y sur del país continuó concentrada en unos pocos latifundistas. Desde el punto de vista cultural, se perdieron muchos tesoros artísticos.

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