como Trienio bolchevique. En cuanto a la clasificación, vemos que el gráfico tiene un carácter social y económico, es una fuente
historiográfica (fuente secundaria) y alude a la situación social y económica de España durante el
reinado de Alfonso XIII y antes de la dictadura de Primo de Rivera. Es un gráfico lineal de doble entrada, los años en la parte de debajo y el número de huelgas en la izquierda. El mapa también es una fuente
secundaria, es un mapa temático, hace alusión a la incidencia de la crisis de 1917 en España, tanto en el
medio rural y agrario como en el medio urbano e industrial.
Se centra exclusivamente en 1917 para las
zonas industriales y va de 1918 a 1921 para las huelgas agrícolas.
Para hablar de las ideas más importantes empezaremos, como antes, con el gráfico y la evolución del
número de huelgas nos da a entenderla conflictividad social y el aumento del precio de los productos
básicos. En cuanto a la evolución de las huelgas en España en el primer tercio del Siglo XX, vemos un
número importante entre 1909 y 1914 con una media superior a las 200 anuales, pero el punto máximo
se inicia en 1917 y llega a su punto culminante en 1920 con más de mil, para bajar rápidamente a partir
de 1921, aunque no tanto como antes de esta subida. El primer auge coincide con la Semana Trágica de
Barcelona y el segundo momento se inicia con la crisis de 1917 y se prolonga con la crisis que afecta a
toda Europa tras la I Guerra Mundial. En el mapa apreciamos la especial incidencia de los paros obreros
y movimientos reivindicativos en zonas como Valencia, Barcelona y su cinturón industrial, Vizcaya y
Asturias; otros focos secundarios serían Madrid, Alicante, Linares y La Carolina en la provincia de Jaén y
las minas de Río Tinto en Huelva. En el segundo aspecto, las huelgas agrarias, vemos que su incidencia
es muy importante en la Andalucía del Guadalquivir, y con menor intensidad en el resto de Andalucía,
Extremadura y algunas zonas de Castilla-La Mancha y Castilla y León, siendo, por el contrario,
prácticamente nulo o poco relevante en Galicia y la cornisa cantábrica y algunos puntos del interior
castellano y Aragónés y en los dos archipiélagos.
Es evidente que lo que se refleja es un desigual reparto
de la propiedad, siendo Andalucía bética la zona con más latifundios de España junto con Extremadura y
gran parte de Castilla-La Mancha, aunque en estos territorios no alcanza la misma intensidad.
Uno de los problemas del reinado de Alfonso XIII, fue el aumento de la conflictividad social, ya que se
producirá un incremento de las huelgas. El movimiento obrero, en definitiva, va a adquirir una gran
fuerza a través de los sindicatos (socialista con la UGT y anarquista con la CNT)), en los que crece la
afiliación. Así, hablaremos de diferentes episodios en los que se pone de manifiesto dicha conflictividad
y malestar social:
En primer lugar, hablar de los primeros años del Siglo XX en Barcelona, una ciudad donde se respiraba
un clima anticlerical y antimilitar, la movilización de los reservistas catalanes provocó la indignación
popular. El gobierno
Maura decidíó enviar al Ejército y aprovechar la ocasión para ensayar el plan de
movilización de los reservistas. Ordenó la incorporación de éstos en Madrid y Barcelona. En ambas
ciudades se produjeron fuertes protestas y manifestaciones protagonizadas por mujeres y madres de los
alistados. Así, el 26 de Julio de 1909 se inició la huelga general en Barcelona, lo que se conoce como
Semana Trágica, convocada por Solidaridad Obrera, y se generó un clima de violenta insurrección que la
llevó al paro total y a la declaración del estado de guerra.
Entre el 26 de Julio y el 1 de Agosto se
sucedieron asaltos de conventos, incendios, barricadas, más de un centenar de muertos, heridos,… Las
primera consecuencia fue la caída de Maura en el gobierno y la desaparición de Solidaridad Obrera y
posterior creación de la Confederación Nacional de Trabajo (CNT), sindicato llamado a tener gran
relevancia en la lucha obrera.
Continuaremos con el estallido de la Primera Guerra Mundial, en Agosto de 1914, fue seguido de una
declaración de neutralidad del gobierno español, encabezado por Eduardo Dato.
Las consecuencias
económicas de la Guerra fueron muy importantes. Tras unos meses de recesión, a partir de 1915 se
produjo un auténtico boom económico al convertirse España en suministradora de los países en guerra
(alimentos, materias primas y productos industriales).
La producción industrial crecíó gracias al aumento de la demanda exterior y a la necesidad de sustituir
importaciones con producción propia. La doble tendencia (aumento de las exportaciones con la
disminución de las importaciones) provocó un cambio en la balanza comercial, con súperávit entre 1915
y 1919.
Sin embargo, la expansión también produjo tensiones sociales: la Guerra provocó un desabastecimiento
del mercado interior con el consiguiente aumento de los precios, muy fuerte durante 1916, 1917 y 1918.
La conflictividad social, en consecuencia, se acentuó facilitando el auge del movimiento obrero,
reivindicando alzas salariales y la mejora de las condiciones de vida.
Seguimos hablando de como en 1916 la UGT y la CNT acordaron que la huelga general era el mejor
instrumento para presionar algobierno. Al año siguiente la huelga se convierte en un proyecto
revolucionario: en Marzo de 1917, en una reuníón conjunta de UGT-CNT se acuerda convocar una
huelga general indefinida, en el plazo de tres meses, como estrategia para acabar con el régimen.
Finalmente, se formó el comité de huelga, encargado de fijar su fecha (desde las 0 horas del 13 de
Agosto) y lanzar un Manifiesto al país, que fue redactado por Julián Besteiro. La huelga, sin embargo,
fracasó. El temor a la revolución obrera hizo sus efectos. La Lliga desactivó la Asamblea de
Parlamentarios y criticó la huelga. La ilusión de apoyo del Ejército se esfumó cuando los oficiales, al lado
del gobierno y de la monarquía, lanzaban sus tropas contra los huelguistas. Madrid, Barcelona, Bilbao,
Oviedo, Gijón y otras capitales quedaron paralizadas. El 18 de Agosto la huelga estaba sofocada. Por su
presión cae el gobierno Dato y nacen, por primera vez, los gobiernos de concentración. La crisis social, agudizada por la recesión económica y el influjo de la revolución rusa de 1917, favorecíó
el crecimiento de los sindicatos. La UGT aumentó su afiliación y la CNT todavía más, siendo Cataluña la
zona de mayor presencia del anarcosindicalismo, con su secretario general Salvador Seguí (“el noi del
sucre”), que tuvo un papel destacado en la huelga de Febrero de 1919, de la empresa eléctrica “La
Canadiense”. El gobierno, de Romanones, forzó la negociación y aprobó la jornada de trabajo en ocho
horas diarias. Sin embargo, el conflicto derivó en una auténtica “guerra social” entre patronos y obreros:
actos terroristas y la violencia callejera sumieron a Barcelona en una espiral de violencia. La aplicación
de la “ley de fugas” (provocar la evasión de un detenido para eliminarlo) agudizó también la tensión
social. Como represalia cinco anarquistas ponían fin a la vida del presidente del gobierno, Eduardo Dato
en Marzo de 1921.
Tras el “Desastre de Annual” en Marruecos en el verano de1921, la inoperancia y falta de respuesta del
gobierno se produce el Golpe de Estado de Primo de Rivera en Septiembre de 1923 y encamina a
nuestro país hacia la dictadura hasta Enero de 1930.