Liberalismo: Ideología, Corrientes y Oposición en el Siglo XIX

El Liberalismo: Ideario y Corrientes

El liberalismo: ideario y corrientes, la oposición al sistema político liberal. El liberalismo es una doctrina filosófica, política y económica que tiene como principios el desarrollo de las libertades individuales y el sometimiento de todas las personas a unas leyes sin excepción, para el progreso de la sociedad democrática. El liberalismo nació a raíz de las ideas de la Ilustración del siglo XVIII y de las revoluciones francesa, inglesa y norteamericana, impulsado principalmente por la burguesía que intenta derrocar al antiguo régimen y el absolutismo imperante.

Características Principales del Liberalismo

Esta doctrina tiene 3 características principales:

  • En el aspecto social, el liberalismo defiende la libertad y derechos del individuo y la igualdad jurídica de los individuos, oponiéndose a los privilegios propios de la sociedad estamental.
  • En lo referente a la economía, el liberalismo defiende la propiedad libre y desvinculada de cualquier clase de institución y el libre comercio frente al sistema previo de gremios y el mercantilismo. La justificación de este ideal, para los liberales, sería que una sociedad libre sería aquella en la que el mérito y no el nacimiento sería la única vía para el enriquecimiento individual y para llegar a la cúspide del poder político. El liberalismo, por tanto, defiende la movilidad social entre las clases sociales.
  • En la política, el liberalismo se opone al absolutismo, siendo partidario de la división de poderes planteada por Montesquieu; de la soberanía nacional defendida por Rousseau, donde el poder emana del pueblo representado por gobernantes elegidos por sufragio universal, y todo esto regido por la Constitución.

El único régimen liberal que hizo realidad el liberalismo democrático en la primera mitad del siglo XIX fue el de EEUU.

El Liberalismo en España

El liberalismo en España nació durante la Guerra de la Independencia, ya que, durante esta, el país se quedó sin la autoridad del rey, retenido por Napoleón en Bayona. Las Cortes se reunieron en Cádiz y se vieron influidas por las ideas liberales de esta ciudad. De esta forma, aparecieron las primeras medidas liberales, como la formación de una cámara única y la aprobación del voto individual y del principio de la soberanía nacional con las Cortes como representantes de la nación. Entonces se convirtió en un monarca constitucional aceptando las reformas de la Constitución de 1812. Este grupo, formado por absolutistas moderados y por liberales “doceañistas”, se comprometió con la corona, aprobando el Estatuto Real de 1834, una “carta otorgada” que concedía algunas libertades políticas, pero que se encontró con el rechazo frontal de los liberales progresistas. La necesidad de hacer frente a los avances de los carlistas obligaron a la reina regente a entregar el gobierno al líder de los progresistas, Mendizábal, en 1835.

Con la llegada al poder de los liberales se formaron órganos representativos de la población como ayuntamientos, parlamento, diputaciones, cuyos representantes eran elegidos por los ciudadanos en unas elecciones por sufragio censitario o restringido. A finales de la década de 1830, se habían formado en España, 2 grandes corrientes liberales, los moderados y los progresistas. Los moderados representaban los intereses de su base social: terratenientes, comerciantes, intelectuales conservadores junto con nobleza, alto clero y cargos militares. Su ideario político defendía 3 principios:

  1. En primer lugar, el sufragio censitario, ya que no les interesaba el acceso de las clases populares a las decisiones políticas.
  2. En segundo lugar, defendían la soberanía compartida, la corona gozaba de amplios poderes para limitar derechos individuales y colectivos.
  3. Y, por último, defendían la religión católica como la religión oficial del estado.

Por otro lado, los progresistas representaban los intereses de la media y pequeña burguesía, y de la burguesía industrial. Eran partidarios de la soberanía nacional sin límites, de unas cortes que ejercieran el poder legislativo sin ningún control por parte de la corona, y de la defensa de amplios derechos individuales y colectivos. De este partido se escindió el partido demócrata (1849) que fue el primer partido que defendió en España el sufragio universal masculino y la intervención del estado en la enseñanza, asistencia social y fiscalidad para poner fin a la desigualdad entre ciudadanos. Su líder político fue el general O´Doney. La acción de gobierno de moderados y progresistas durante el reinado de Isabel II dio lugar a la creación de un nuevo sistema político, el liberalismo oligárquico, que estaba basado en 3 principios:

  • El sufragio restringido o censitario.
  • La falsificación de los resultados electorales.
  • El creciente intervencionismo militar en la vida política.

Entre 1833 y 1868 hubo 7 alternancias en el poder, y ninguna de ellas, salvo una (en 1837) se realizó de forma pacífica.

La Oposición al Sistema Político Liberal: El Carlismo

El carlismo es un movimiento sociopolítico de carácter antiliberal y contrarrevolucionario que apareció en España a comienzos del siglo XIX como rechazo a la implantación de una sociedad y un estado liberal.

Orígenes del Carlismo

En la década absolutista los realistas puros vieron mal las tímidas reformas económicas iniciadas por el rey y se sublevaron en Cataluña. Estos realistas exaltados se convirtieron en carlistas a causa del pleito desencadenado por la sucesión de Fernando VII. Los liberales apoyaron a Isabel. Fernando VII falleció en 1833 dejando a su hija Isabel, de 3 años de edad, como heredera del trono y a Mª Cristina como regente. Así comenzó la Primera Guerra Carlista.

El Carlismo: Ideología y Bases Sociales

El carlismo es un movimiento contrarrevolucionario, tradicional y que rechaza el nuevo orden liberal: libertades económicas, laicización y la uniformidad territorial y jurídica. Defendían el foralismo. El carlismo presenta una enorme complejidad social. Artesanos rurales y urbanos y campesinos empobrecidos del País Vasco, Navarra y zonas montañosas de Cataluña, Aragón y Valencia se vieron perjudicados por las desamortizaciones liberales y el nuevo sistema fiscal; sufrieron también algunas consecuencias negativas de la implantación del capitalismo liberal y vieron gravemente amenazado su modo de vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *