Los partidos antidinasticos y el movimiento obrero

Tanto el nacionalismo catalán como el 
vasco surgen en el contexto de la 

Restauración


Por parte del nacionalismo 
catalán su figura más representativa fue 
Prat de la Riba, que representaba una 
vertiente moderada y conservadora del 
nacionalismo catalán de la Restauración. 
Y por parte del nacionalismo vasco, fue 
Sabino Arana, considerado el padre de 
este, tras militar en las filas carlistas 
fundó el PNV. En España, la 
industrialización se concentró en 
Cataluña y País Vasco, hecho que atrajo
a numerosa población de otras regiones, 
provocando una reacción defensiva de
autoafirmación en ciertos sectores de 
las sociedades receptoras de inmigración.


El centralismo liberal de la Restauración y 
la crisis del 98 revivieron una reivindicación 
de las propias peculiaridades y de 
autogobierno. Estos movimientos tuvieron 
diferente fuerza según los territorios. Se 
opusieron al modelo de la Restauración. 
Los partidos nacionalistas eran opciones 
políticas fuera del sistema de la Restauración 
y harían lo posible por cambiar el modelo 
político y social vigente. En conclusión, los 
objetivos planteados tanto por el nacionalismo 
catalán como por el vasco no tendrán 
respuestas durante la Restauración. 
Durante la II República, catalanes y vascos 
conseguirán su Estatuto de Autonomía. 

Tanto el nacionalismo catalán como el vasco 
tienen un carácter conservador y se
fundamentan en la defensa de una lengua 
propia, una historia propia y unos fueros
históricos. También tuvieron detrás a una 
burguésía que impulsó este nacionalismo.
En el caso del País Vasco se extendíó por 
la pequeña y mediana burguésía. En ambos 
nacionalismos sus líderes fundaron partidos, 
Prat de la Riba fundó el partido
Uníó Catalanista 
y luego la Lliga Regionalista y, Sabino Arana 
fundó el PNV. En cuanto a las diferencias, el 
nacionalismo catalán es autonomista mientras 
que el vasco es independentista, habla de una 
etnia propia y se declara abiertamente racista 
frente al español, en cambio, el nacionalismo 
catalán considera que Cataluña forma parte de 
España.


REVISIONISMO POLÍTICO. El reinado de 
Alfonso XIII se encuentra dentro de la 
segunda etapa de la Restauración que 
llega hasta la dictadura de Primo de 
Rivera. Los fundamentos de la Restauración 
eran una monarquía liberal pero no 
democrática que descansaba en la 
Constitución de 1876. Este sistema había 
funcionado con bastante estabilidad gracias 
al pacto entre los dos partidos (Conservador 
y Liberal) para alternarse pacíficamente en 
el gobierno. La primera parte del reinado
de Alfonso XIII estuvo marcada por el 
espíritu regeneracionista y de cambio que 
se había extendido tras la crisis del 98. El 
regeneracionismo denunció los vicios del 
sistema, dominado por una oligarquía y 
realizó una serie de propuestas para la 
modernización política, social y económica 
de España. Fue la etapa del revisionismo, 
que cubríó la primera década del reinado.
Cuando Alfonso XIII accedíó al trono los 
partidos dinásticos habían optado por 
líderes regeneracionistas. La etapa del 

“revisionismo político” (reformas desde
dentro) estuvo protagonizada por Maura,
desde el Partido Conservador y por
Canalejas, desde el Partido Liberal. En el 
“gobierno largo” de Maura (1907-09)
se puso en marcha su “revolución desde
arriba”. Su programa más importante fue
el proyecto de ley de administración
ocal. Su programa incluyó otras
disposiciones, como una política de 
intervención estatal y de protección y 
fomento de la industria nacional; y medidas 
sociales como la creación del Instituto 
Nacional de Previsión. Maura no pudo 
concluir su “revolución” ya que dimitíó 
como consecuencia de los acontecimientos
de la semana trágica de Barcelona. Por su 
parte, Canalejas gobernó con voluntad
reformista desde 1910 hasta que fue 
asesinado en 1912. Se aprobaron 
importantes reformas como la reducción 
del impuesto de consumos, la regulación 
de las condiciones de trabajo, etc. Intentó 
la secularización del Estado con la llamada
ley del candado, que prohibía la entrada 
de nuevas órdenes religiosas a España. 
Canalejas fue asesinado y finalizaron los 
intentos reformistas desde dentro del sistema.



MOVIMIENTO OBRERO. La débil y muy 
localizada industrialización española
explica la debilidad del movimiento
obrero hasta el sexenio democrático. 
Las nuevas libertades traídas por la 
“Revolución Gloriosa” permitieron un 
importante impulso del movimiento 
obrero. Será durante la Restauración, 
coincidiendo con épocas de mayores
libertades, cuando se produzca el 
desarrollo del movimiento obrero. 
Este se entiende como la actividad
política y social de los obreros y 
campesinos para mejorar su situación 
económica y laboral y defender sus 
derechos. Las dos ideologías más 
importantes del movimiento obrero
fueron el anarquismo y el socialismo.
El anarquismo significaba la separación
del mundo obrero de la política oficial.
Los obreros desconfiaban de la acción 
reformista del Estado y lucharon contra
éste. En 1874 el gobierno declaró
ilegales a las asociaciones ligadas a la 
AIT. Pero en 1881 el gobierno de Sagasta 
autorizó nuevamente estas organizaciones. 
El rápido crecimiento del movimiento
sindical inquietó a la burguésía conservadora


y a los empresarios que lo veían como 
una amenaza a sus intereses económicos. 
En 1910 el líder anarquista, Anselmo Lorenzo, 
fundó la CNT. Los rasgos ideológicos que 
definían a los anarquistas eran: el rechazo de
cualquier autoridad impuesta, el rechazo a la 
propiedad privada, la defensa del colectivismo, 
la defensa de la revolución violenta, etc. 
Rechazaban el juego político y las elecciones, 
este movimiento fue seguido por jornaleros 
y obreros industriales. Por otra parte, el 
socialismo se desarrolla en épocas de mayores
libertades. En 1879 Pablo Iglesias formó el 
PSOE. Defendía el triunfo del proletariado 
frente a la burguésía en la toma del poder 
político. Además, pretendían la transformación 
de la propiedad privada en propiedad social. 
Reclamaban derechos, libertades, sufragio 
universal, jornada laboral de 8 horas, igualdad 
de salarios entre sexos…Mostraron su rechazo
al colonialismo y a las guerras. Rechazaban 
el uso de la violencia para obtener esos fines. 
En 1888 se crea la UGT, sindicato vinculado al 
PSOE. El movimiento vinculado a las ideas
socialistas tuvo mayor implantación en Madrid, 
Asturias y Vizcaya. La UGT y los anarquistas
protagonizaron la huelga general de 1917.

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