Instituciones centralizadoras
• La burocracia: era un cuerpo de funcionarios constituido por burgueses y miembros de la baja nobleza. Cobraban impuestos, ocupaban los tribunales de justicia, representaban diplomáticamente a los Estados, etc.
• El Consejo de Estado: asesoraba al rey.
• El Ejército: estaba compuesto por tropas de mercenarios dirigidas por nobles. Se dedicaban a las guerras de conquista, impulsadas por la necesidad de obtener recursos humanos y económicos para sostener el Estado.
• La hacienda: su función fundamental era recaudar impuestos. Con ellos, se pagaba al Ejército y a los funcionarios, y se costeaban los altos gastos de la corte.
La crisis agraria del Siglo XVI
Desde 1570 a 1650 Europa sufríó una grave crisis agraria debida a un ciclo climático ad-verso. La caída en la producción de alimentos provocó hambrunas y un acusado descenso demográfico, lo que sumíó a Europa en una profunda crisis económica. Esto redujo el número de consumidores y de productores, lo que llevó al continente en una crisis general.
¿Qué fue el Antiguo Régimen?
«Antiguo Régimen» fue un término utilizado por los revolucionarios franceses de 1789
para nombrar la etapa previa al nuevo régimen liberal que ellos estaban implantando.
Se caracterizó por el absolutismo político, la sociedad estamental y una economía de base agraria.
Montesquieu (1689-1755)
Rousseau (1712-1778)
Voltaire (1694-1778)
Liberalismo
• La soberanía reside en la nacíón. El pueblo se gobierna a sí mismo a través de sus representantes.
• El poder nunca puede ser absoluto, sino que debe existir división de poderes.
• Se reconoce el derecho al voto. El pueblo elige a través del sufragio a un parlamento que lo representa.
• Todos los ciudadanos, incluso el rey, deben acatar las leyes, en especial la Constitución, que rige como ley básica.
• Todas las personas son iguales ante la ley.
.• Se reconoce la libertad de prensa.
• Existe libertad económica. La única ley en la economía es la de la oferta y la demanda.
.• El ser humano posee por naturaleza unos derechos (a la vida, a la libertad y a la propiedad), que lo convierten en un ciudadano.
• Se introduce la separación entre la Iglesia y el Estado.
Absolutismo
• La soberanía reside en el rey.
Su derecho a gobernar procede directamente de Dios.
• El rey gobierna de manera absoluta y solo es responsable ante
Dios y su conciencia.
• En el absolutismo, el lema era: «Todo para el pueblo pero sin el pueblo».
• La ley es la voluntad del rey.
• La desigualdad es algo natural en el ser humano. El orden natural establece que la sociedad se compone de tres estamentos: nobleza, clero y pueblo llano.
• Las ideas son controladas a través de la censura.
• El rey controla la vida económica concediendo monopolios y reglamentando la producción.
• El ser humano es un súbdito que debe cumplir lo que ordenen el rey, la religión y la tradición.
• El rey y el poder religioso, trono y altar, van asociados.
El Imperio napoleónico
En 1804, Napoleón se autoproclamó emperador y resucitó la idea de un Imperio europeo. Sus victorias militares contra las dinastías absolutistas de Austria y Pru-sía, las dos mayores potencias continentales, supusieron el control de Italia, Países Bajos, Polonia y gran parte de Alemania. También invadíó España, donde durante unos años reino su hermano, José 1, aunque de forma inestable. En 1812, Napoleón intentó conquistar Rusia, pero su ejército acabó siendo derrotado y tuvo que retirarse.
El gran enemigo del Imperio napoleónico fue siempre Gran Bretaña, país que no pudo invadir a pesar de su proximidad. Napoleón tuvo que conformarse con decretar el bloqueo continental, según el cual ningún barco inglés podía arribar en puerto europeo. La economía inglesa se resintió, pero no hasta el punto de hundirse. En 1815, los británicos y sus aliados europeos derrotaron definitivamente a Napoleón en la batalla de Waterloo.
Napoleón también reformó profundamente la política interior. Creó el Código Civil francés, que aseguraba la igualdad de los ciudadanos ante la ley, prohibía la tortura y separaba definitivamente del control de la Iglesia aspectos de la vida civil, como el matrimonio y el divorcio. También organizó las universidades y favorecíó la ciencia y la cultura. Dividíó Francia en prefecturas, una especie de provincias con las mismas competencias.
La Libertad guiando al pueblo, de Ferdinand-Víctor-Eugene Delacrov 4798-18635
La unificación de Alemania
Hasta mediados del Siglo XIX Alemania no existía como tal. En la parte oriental, un poderoso reino, Prusia, manténía una sólida y disciplinada organización política y militar. Al sur se situaba un reino de menor importancia política,
.Baviera. Entre ambos reinos coexistían multitud de pequeños territorios independientes, gobernados por príncipes y con un alto nivel económico y cultural. Además, había otros territorios alemanes que dependían políticamente del rey de Dinamarca o del vecino Imperio austriaco.
El Congreso de Viena, y el Imperio austriaco en particular, habían permitido que se creara la Confederación Germánica, formada por 39 estados, pero no querían una verdadera unidad que diera lugar a un Estado liberal, dirigido por Prusia. En 1834, Prusia tomó la iniciativa y creó el Zollverein o Uníón Aduanera, de la que excluyó a los austriacos. Esta uníón comercial, que incluía una única red de ferrocarriles para todo el territorio alemán, impulsó el desarrollo económico y animó a la burguésía a luchar por la unificación.
Liberalismo y nacionalismo
No todos los liberales se sentían nacionalistas. Muchos de ellos, como los ¡acobinos de la Revolución francesa, pensaban que el nacionalismo era un sentimiento estrecho de miras y una vuelta al Antiguo Régimen, porque aumentaba las fronteras, se opónía a la igualdad de los ciudadanos ante la ley y favorecía los privilegios de unos territorios sobre otros.
Hubo diferentes tipos de nacionalismo que dieron lugar a la formación de nuevos Estados:
• El nacionalismo unificador consistíó en reclamar un nuevo Estado para pueblos que tenían un pasado y una cultura común, aunque se encontraran en situaciones políticas diferentes: unos independientes y otros formando parte de un reino o Imperio considerado como extranjero. Estos fueron los casos de Italia y Alemania, en Europa.
• El nacionalismo disgregador consistíó en reclamar la independencia para territorios que se consideraban a sí mismos como naciones, pero que estaban integrados por la fuerza en una unidad política superior. Fue el caso de los pueblos eslavos dentro del Imperio turco y del Imperio austrohúngaro.
La unificación de Italia
A mediados del Siglo XIX, los italianos se sentían parte de una unidad cultural e histórica, pero estaban divididos en muchos territorios con sistemas políticos diferentes:
° Al noroeste existía un reino independiente, el de Piamonte-Cerdeña, creado por el Congreso de Viena y con capital en Turín.
° El resto del norte estaba ocupado por Austria. Era la regíón más rica e incluía
Milán y Venecia.
° Nápoles y Sicilia, al sur, formaban una monarquía gobernada por la dinastía de los Borbones.
• En la zona central, el papa Pío IX reinaba sobre los Estados Pontificios, con capital en Roma.
Cavour, primer ministro del Piamonte, pactó la ayuda de Francia, con la que derrotó a los austriacos en las batallas de Magenta y Solferino, en 1859. Así la zona norte se añadió al Piamonte. Poco después, Nápoles y Sicilia fueron ocupadas por un revolucionario nacionalista, Garibaldi, y entregadas también al
Piamonte.
El Papa tuvo que firmar su renuncia a los Estados Pontificios y quedó recluido en la Ciudad del Vaticano. El Papa no reconocíó la anexión y se inició un largo conflicto que no se resolvería hasta 1929, con el Tratado de Letrán.
El resultado final fue un país unificado, Italia, bajo un régimen político moderado de monarquía parlamentaria, con capital en Roma y Víctor Manuel II de Saboyá, monarca del Piamonte, como rey (1870) de un país con grandes
desequilibrios norte-sur.
Las Cortes de Cádiz
En plena guerra, en 1810, la Junta Central -reunida en Sevilla- decidíó convocar elecciones constituyentes para reunir a los representantes del pueblo en las primeras Cortes Generales y redactar una constitución. El único lugar libre del dominio francés era la ciudad de Cádiz. El 19 de Marzo de 1812, los diputados elegidos, influidos por el liberalismo, aprobaron en esta ciudad una Constitu-ción, la primera de la historia de España.
En el Título IV de la Constitución de 1812 se describían los aspectos en los que el rey dependía del Parlamento y que supónían, de hecho, el fin del absolu-tismo. No obstante se manténían dos elementos tradicionales: la monarquía y la religión católica, como la oficial y única permitida.
El carlismo
Carlos María Isidro de Borbón (1788-1855), aspirante al trono de España, fue un decidido absolutista. Sus partidarios, los carlistas, lograron un apoyo notable en zonas de España donde la monarquía del Antiguo Régimen era identificada con la pervivencia de los derechos
Torales particulares de cada regíón. Ese fue el caso de País Vasco, Navarra, Cataluña y parte de Valencia.
El carlismo quiso destronar a Isabel Il durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840).
España sufríó dos guerras carlistas más durante el Siglo XIX: la segunda, entre 1846 y 1849, y la tercera, de 1872 a 1876.