LOS REINOS CRISTIANOS DE LA RECONQUISTA
REINOS CRISTIANOS: RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN (711-1492)
Tras la rápida conquista musulmana de la mayor parte de la Península, en las montañas del norte se comenzaron a organizar núcleos de resistencia cristianos. Hasta el Siglo X, estos núcleos simplemente resisten u ocupan zonas despobladas como el norte de la cuenca del Duero. La hegemonía en ese período está en manos de Al-Ándalus.
El núcleo asturiano
En el 722, un noble visigodo, Pelayo, y los indígenas astures derrotan en Covadonga a un ejército expedicionario musulmán. A partir de ese momento comienza a organizarse el reino de Asturias. Alfonso III (866-910) lleva la frontera hasta la línea del río Duero, ocupando la cuenca norte («tierra de nadie»). Se escriben varias crónicas que refuerzan la idea de la continuidad del reino astur-leónés y el reino visigodo. A su muerte se traslada la capital a León.
El núcleo navarro
La zona pirenaica occidental se hallaba entre el estado Franco y Al-Ándalus. Tras diversos acontecimientos (Batalla de Roncesvalles contra los francos en el 778) se impuso en el que se denominó reino de Pamplona la dinastía Íñiga. El núcleo navarro llegó a su apogeo con Sancho III el Mayor. Rey de Navarra entre los años 1000-1035, extendíó su poder a Aragón y Castilla. Fue el monarca más poderoso de los reinos cristianos de la Península Ibérica en el s. XI.
El núcleo Aragónés
Zonas de débil poblamiento en el pirineo central. Bajo la influencia primero de los carolingios, después de los navarros. Escasos avances en la Reconquista ante el potente núcleo musulmán en torno al valle del Ebro.
El núcleo catalán
En la zona del norte de la actual Cataluña, el reino Franco carolingio establecíó la Marca Hispánica. Organizado en condados, pronto el Condado de Barcelona predominó sobre los demás. Vifredo el Velloso reconquistó algunos territorios e inició un proceso de independencia respecto al debilitado reino Franco. Ya en el Siglo X, los sucesores de Vifredo el Velloso dejaron de prestar el homenaje feudal debido al monarca francés. El condado de Barcelona pasó a ser un ente político independiente.
RECONQUISTA
Se ha venido en denominar Reconquista al período de la historia de la Península Ibérica comprendido entre los años 718 (fecha probable de la rebelión de Pelayo) y 1492 (final del reino de Granada). Durante este largo período, reinos cristianos y musulmanes coexistieron y lucharon en el territorio peninsular.
El término es muy discutible. Pese a los esfuerzos de algunos de los reinos cristianos por presentarse como «sucesores» de los visigodos, los reinos que «reconquistaron» la península nacieron con posterioridad a la invasión islámica.
Al avanzar la Reconquista, Castilla se independizó de León (Siglo X, con el conde Fernán González), Portugal de Galicia y Aragón se expandíó hacia el sur. Posteriormente Castilla absorbería a Asturias, a León, a Galicia y parte del Reino de Navarra. Aragón absorbíó al condado de Barcelona y al Reino de Valencia (a principios del Siglo XII, Petronila de Aragón contrajo matrimonio con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, y el hijo de ambos Alfonso II fue el primer monarca en heredar los títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona) A partir de ese momento la uníón de estos dos territorios se conocíó como la Corona de Aragón.
Portugal se constituyó como reino independiente en el Siglo XII
Al final de la Edad Media, la Península estaba repartida en cuatro reinos cristianos: Castilla, Aragón, Navarra y Portugal y el reino musulmán de Granada.
Posteriormente a la conquista tiene lugar el proceso de REPOBLACIÓN:
La ocupación efectiva y la puesta en explotación económica de los territorios conquistados.
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Presura o Aprisio, en la repoblación del valle del Duero (zonas casi desérticas).
Los campesinos, a veces pero no siempre dirigidos por un noble o un clérigo, ocupan de forma libre la tierra. El rey sanciona posteriormente la legalidad de la propiedad. Esta repoblación genera una sociedad de campesinos libres basada en la pequeña propiedad. Estos campesinos se hallan comprometidos en la defensa militar de la tierra conquistada (campesinos-villanos castellanos)
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Repoblación concejil, en los valles del Ebro y del Tajo.
La repoblación se basa en la creación de concejos y ciudades con su alfoz, a las que se les dota de Fueros o Cartas Pueblas. Estos fueros otorgan libertades y privilegios a sus habitantes para atraer a la población a una zona peligrosa de frontera. Esta repoblación fue dirigida por el rey y configura una sociedad basada en la mediana propiedad.
Repoblación de los valles altos del Júcar-Turia y el Guadiana:
La repoblación se basó en repartimientos a las grandes Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa (Aragón). Esta repoblación creó una zona caracterizada por los grandes latifundios ganaderos jalonados de fortalezas para la defensa del territorio de frontera.
Repoblación de Extremadura, valle del Guadalquivir y fachada levantina:
Los reyes otorgaron grandes territorios a los nobles y soldados que participaron en la conquista militar: donadíos (grandes latifundios en manos de la gran nobleza)
O heredamientos (propiedades más pequeñas). El nuevo tipo de estructura agraria se basó en la gran propiedad.
**Pese a estos diferentes modelos de repoblación, el modelo de sociedad feudal se consolidó a lo largo de toda la Península con sus instituciones típicas como el vasallaje, el señorío territorial y señoría jurisdiccional.
Sociedad jerarquizada organizada en estamentos:
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Nobleza (los que guerrean). Grandes propietarios de la tierra (señorío territorial y señoría jurisdiccional). Grupo privilegiado pero heterogéneo (alta nobleza, hidalgos, caballeros villanos)
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Clero (los que oran). También poseen tierra y señoríos. También es un estamento heterogéneo (Alto y bajo clero)
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Campesinado (los que trabajan). Normalmente no son propietarios y están sujetos a la dependencia de sus señores (derechos señoriales).
Desde el Siglo XI, el desarrollo urbano propiciará el desarrollo de las ciudades y de un nuevo grupo social: la burguésía. Aunque perteneciente al grupo no privilegiado (pagan impuestos) consiguieron una cierta autonomía en el gobierno de las urbes (concejos) y participación en Cortes.
También nos encontramos con minorías religiosas y étnicas marginadas: los judíos, mayoritariamente urbanos, y los mudéjares (musulmanes que ahora viven en los territorios reconquistados por los cristianos), que viven preferentemente en el campo.