Los Reinos de Taifas, Almorávides y Almohades
Los Reinos de Taifas
En 1031, el Califato de Córdoba se fragmentó en 30 pequeños estados independientes conocidos como reinos de taifas. Estos reinos se caracterizaron por su diversidad étnica y tribal, con monarquías de origen árabe, muladí y bereber. La debilidad militar y las luchas internas obligaron a las taifas a pagar tributos a los reinos cristianos para garantizar la paz.
Los Almorávides
Ante la amenaza cristiana, algunas taifas solicitaron ayuda al Imperio Almorávide del norte de África. Liderados por Yusuf ben-Tashufin, los almorávides derrotaron a los castellanos en la batalla de Sagrajas (1086) y sometieron a las taifas a su dominio.
Los Almohades
En el siglo XII, los almohades, un nuevo poder hegemónico en el norte de África, ocuparon la Península Ibérica. Su derrota en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) marcó el inicio del declive del poder almohade y un nuevo periodo de taifas.
Estructura Social y Económica
La sociedad andalusí se organizaba en torno a tres ejes: étnico, religioso y jurídico. Los árabes ocupaban los mejores cargos administrativos y las tierras más fértiles, mientras que los bereberes se concentraban en las cuencas del Duero y del Tajo. Los muladíes, descendientes de hispanogodos convertidos al Islam, constituían la mayoría de la población.
Desde el punto de vista religioso, los musulmanes tenían una posición privilegiada, mientras que los dimníes (protegidos) estaban sujetos a impuestos. La esclavitud también existía, principalmente de origen cristiano.
La economía se basaba en la agricultura, con la introducción de nuevos cultivos como el arroz, los cítricos, el algodón y el azafrán. Las ciudades eran centros de artesanía y comercio, con importantes puertos que conectaban con Oriente.
Legado Cultural
Los musulmanes introdujeron en la Península Ibérica elementos culturales propios y asimilados de otras civilizaciones. El esplendor cultural alcanzó su apogeo durante el Califato de Córdoba y continuó durante el periodo de las taifas.
La poesía se renovó con el zéjel y la muwasaha. Se introdujo la numeración actual, el álgebra y la trigonometría. Se recuperaron y tradujeron obras grecorromanas. Averroes fue una figura intelectual destacada, conocido por sus comentarios sobre Aristóteles.
Las ciudades musulmanas (medinas) se articulaban en torno al palacio, la mezquita y el mercado. La mezquita era el centro de la vida religiosa, con la gran mezquita aljama como lugar de oración los viernes. La mezquita de Córdoba es un ejemplo notable de la arquitectura musulmana.
Las mezquitas andalusíes presentaban un esquema típico: un patio con fuente para abluciones, la escuela coránica y el alminar; el haram o recinto sagrado con la quibla (muro orientado a La Meca), el mihrab (lugar donde se guarda el Corán), la mansura y el mimbar.