Los Reyes Católicos: Unión Dinástica, Expansión Territorial y Política en la España Moderna

Los Reyes Católicos y el Inicio de la Edad Moderna en España

La Unión Dinástica y la Monarquía Autoritaria

La unión dinástica se refiere al matrimonio de los Reyes Católicos en 1469 y su posterior acceso al trono: Isabel en Castilla en 1474 y Fernando en Aragón en 1479. Esta unión de las Coronas de Castilla y Aragón no implicó la unificación de los reinos, ya que cada uno conservó sus propias leyes e instituciones. Sin embargo, contribuyó a la creación de la Monarquía Hispánica, marcando el inicio de la Edad Moderna en España. Los Reyes Católicos se propusieron reforzar la autoridad real, dando lugar a una monarquía autoritaria y limitando el poder de la nobleza. Estas acciones sentaron las bases del estado moderno.

En Castilla, núcleo económico y demográfico de la monarquía, las reformas fueron más profundas:

  • En las Cortes de Toledo de 1480 se remodeló el Consejo Real, pilar del sistema polisinodial, una serie de consejos territoriales (Aragón, Indias…) y temáticos (Inquisición, Hacienda…) que organizaron la administración de la Monarquía Hispánica en los siglos siguientes.
  • En 1505, se creó la Real Chancillería de Granada para mejorar la administración de justicia.
  • En la Hacienda, se incrementaron los ingresos mediante una mejor gestión de los impuestos y la incorporación de los maestrazgos de las órdenes militares a la Corona.
  • Se aumentaron los privilegios de la Mesta y se favoreció la explotación de los bosques y las actividades artesanales.
  • Para mantener el orden público, se instituyó la Santa Hermandad en 1476 y se creó un ejército permanente.
  • La autonomía municipal se redujo con el nombramiento de corregidores y asistentes por parte de la Corona.

La Corona de Aragón, por otro lado, apenas modificó sus instituciones.

En el ámbito religioso, las medidas adoptadas lograron que el régimen eclesiástico y el político funcionasen como uno solo. Ejemplos de esto son la concesión del derecho de patronato y la creación, en 1478, de la Inquisición, tribunal encargado de velar por la pureza de la fe, pero que se convirtió en un instrumento de control político al servicio de la Monarquía.

Expansión Territorial

La expansión territorial de los Reyes Católicos se desarrolló en tres direcciones:

  • Península Ibérica: Culminaron la Reconquista con la conquista del reino nazarí de Granada en 1492 e incorporaron el reino de Navarra a la Corona de Castilla en 1512.
  • Mediterráneo: Castilla ocupó enclaves en el norte de África como Melilla (1497), mientras que Aragón incorporó definitivamente el reino de Nápoles en 1504, continuando su expansión iniciada en el siglo XIII, de la que ya formaban parte Sicilia y Cerdeña.
  • Atlántico: Castilla concluyó la conquista de Canarias con la toma de Tenerife en 1496, archipiélago clave para el descubrimiento de América en 1492 y la posterior conquista y colonización del continente americano.

Política Exterior

La política exterior de los Reyes Católicos estuvo marcada por la expansión territorial y el enfrentamiento con Francia por el dominio de Italia y la hegemonía europea. Implementaron una política matrimonial con sus hijos para aislar a Francia, forjando alianzas con Portugal, Inglaterra y el Sacro Imperio. Además de Navarra y el Rosellón, el principal escenario de conflicto con Francia fue la península italiana, donde el reino de Nápoles se incorporó a la Corona de Aragón en 1504. A la expansión por el Mediterráneo, Norte de África (Melilla, Orán) y el Atlántico (Canarias), se sumó el descubrimiento de América en 1492.

Política de Unidad Religiosa

Los Reyes Católicos establecieron una política de unidad religiosa para consolidar su poder. Consideraban que la lealtad de los súbditos en una monarquía de derecho divino solo se aseguraba si compartían la misma religión que sus reyes. Como consecuencia:

  • Se creó el Santo Oficio de la Inquisición (1478).
  • Se decretó la conversión o expulsión de los judíos en 1492.
  • Se decretó la conversión o expulsión de los mudéjares de la Corona de Castilla entre 1500 y 1502.

Esta política se intensificó durante los reinados siguientes debido a la defensa del catolicismo frente a la reforma protestante. Carlos I ordenó la conversión o expulsión de los mudéjares de la Corona de Aragón en 1525, y Felipe II la expulsión de los moriscos del reino de Granada tras su rebelión en 1570, y de todos los reinos de la monarquía a partir de 1609, ya en el reinado de Felipe III.

Los Hechos Más Relevantes de 1492

Los hechos más relevantes de 1492 fueron la conquista de Granada, que finalizó la Reconquista; la expulsión de los judíos; y el Descubrimiento de América por Cristóbal Colón.

  • Conquista de Granada: Las causas fueron las políticas expansivas de los Reyes Católicos para culminar el control territorial de la península. Las consecuencias fueron la consolidación de un nuevo concepto de guerra, con el uso de la artillería y ejércitos profesionales, la financiación mediante grandes sumas de dinero y el fin de la existencia de al-Ándalus.
  • Expulsión de los judíos: Las causas fueron la presión popular y la intención de los Reyes Católicos de avanzar en la unidad de la fe, utilizando la Inquisición como instrumento. Las consecuencias fueron la emigración de los judíos a otras áreas del Mediterráneo, la asimilación forzosa de los judeoconversos y la desaparición de una minoría étnica y religiosa económicamente influyente que había financiado la guerra de Granada.
  • Descubrimiento de América: La causa más importante fue la necesidad de buscar una ruta alternativa a Oriente tras la toma de Constantinopla por los otomanos en 1453, junto con la propagación de la fe en los territorios descubiertos. Las consecuencias económicas fueron la pérdida de importancia de las rutas comerciales mediterráneas frente a las atlánticas, la llegada a Europa de metales preciosos (oro y plata) y nuevos productos americanos en grandes cantidades. Esto impulsó el crecimiento de España y Portugal, que crearon inmensos imperios coloniales.

Comparación de los Imperios Territoriales de Carlos I y Felipe II

Tras la muerte de Isabel de Castilla (1504) y Fernando de Aragón (1516), los reinos de la Monarquía Católica pasaron a su nieto Carlos I (1516-1556), hijo de Juana de Castilla, la Loca, y Felipe de Habsburgo, el Hermoso, hijo del emperador Maximiliano I y María de Borgoña.

En 1515, Carlos asumió la gobernación de los estados heredados de su madre: los Países Bajos, el Franco Condado y Borgoña. Al año siguiente, heredó las Coronas de Castilla (con Navarra y las tierras descubiertas en las Indias) y Aragón (con Nápoles, Sicilia, Cerdeña y el Rosellón). En 1519, al morir su abuelo paterno, heredó los estados patrimoniales de los Habsburgo (Austria, Tirol, Bohemia, Moravia, Hungría…), que incluían la candidatura a la Corona imperial de Alemania, para la que Carlos fue elegido ese mismo año.

En 1555, Carlos I abdicó en favor de su hijo, Felipe II (1556-1598), todos sus reinos (Castilla, Aragón,…), excepto el Sacro Imperio, que dejó a su hermano Fernando. Felipe II fue rey consorte de Inglaterra durante cuatro años (1554-1558), se convirtió en rey de Portugal y de su imperio afroasiático en 1580, e incorporó las Islas Filipinas a la Monarquía Hispánica. Ambos monarcas defendieron los intereses de su dinastía, los Habsburgo o Austrias, y la unidad del cristianismo frente a la amenaza musulmana y la reforma protestante.

Carlos I enfrentó las revueltas de las Comunidades en Castilla (1520-1521) y las Germanías en Mallorca y Valencia (1519-1523); las guerras contra Francia (batalla de Pavía, 1525) y los turcos (conquista de Túnez, 1535); los conflictos con el Papado (saco de Roma, 1527); y la lucha contra los protestantes (batalla de Mühlberg, 1547). Felipe II, por su parte, afrontó la rebelión de los moriscos en la Alpujarra granadina (1568-1571) y las alteraciones de Aragón (1591) en los reinos peninsulares; la sublevación de los Países Bajos (1568), que inició la Guerra de los Ochenta Años y terminó con la independencia de las Provincias Unidas en el reinado de Felipe IV (1648); y las guerras contra los turcos (batalla de Lepanto, 1571), Francia (batalla de San Quintín, 1557) e Inglaterra (Armada Invencible, 1588).

Política Respecto a América en el Siglo XVI

Inicialmente, se produjo un reparto de las zonas de influencia de los reinos de Castilla y Portugal en las nuevas tierras mediante el Tratado de Tordesillas (1494). Durante el reinado de Carlos I, se exploró y colonizó sistemáticamente el continente americano. Destacaron las conquistas del imperio azteca de México por Hernán Cortés (1519-1521) y del imperio inca de Perú por Pizarro (1531-1533). Entre 1540 y 1550, se había explorado casi toda América, desde California hasta el Río de la Plata.

Políticamente, el rey creó instituciones para gobernar sus dominios americanos:

  • Casa de la Contratación (1503): Monopolizaba el comercio con América.
  • Consejo de Indias (1524): Asesoraba al monarca en el gobierno y nombraba a los funcionarios.
  • Audiencias: Impartían justicia.
  • Consulados de mercaderes.
  • Cabildos o ayuntamientos.

Se utilizaron altos funcionarios, sometidos a juicios de residencia al finalizar sus mandatos, como:

  • Virreyes.
  • Gobernadores: Al cargo de una gobernación o subdivisión de un virreinato.
  • Capitanes generales: Al cargo de las guarniciones militares de frontera.
  • Adelantados: Descubridores y colonizadores de nuevos territorios.

La colonización de América convirtió a la monarquía española en una gran potencia económica. España enviaba a América productos (alimentos, vestidos, etc.) y América enviaba a España oro y plata. Estos metales aumentaron la circulación monetaria, lo que se tradujo en un aumento de la demanda de bienes y un fuerte aumento del precio de los productos (inflación). Este aumento en la demanda de bienes también repercutió en un fuerte crecimiento del comercio internacional y un abaratamiento del crédito. La colonización trajo consigo consecuencias para la población indígena: las Indias fueron incorporadas a la Corona de Castilla.

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