Los Reyes Católicos y la Formación del Estado Moderno (Siglo XV)
La Monarquía y la Unión Dinástica
En el siglo XV, la península ibérica estaba formada por cuatro reinos cristianos (Castilla, Corona de Aragón, Portugal y Navarra) y uno musulmán (Granada). Castilla, debido a su población, extensión territorial y riqueza, ocupaba una posición clave. Esto provocó rivalidades e intervenciones de los reinos de Aragón, Portugal, Francia e Inglaterra en los asuntos internos de Castilla, lo que se manifestó en el problema de la sucesión.
Castilla experimentó una crisis durante el reinado de Enrique IV. Un sector de la aristocracia castellana, que quería aumentar sus riquezas y privilegios, se enfrentó a un poder real débil. En 1462, nació la princesa Juana, fruto del segundo matrimonio de Enrique IV. Se extendió el rumor de su ilegitimidad, atribuyendo su paternidad al noble Beltrán de la Cueva, de ahí su apodo de Juana la Beltraneja.
Las presiones de la aristocracia provocaron que la herencia pasara a su hermanastro, el infante Alfonso. Llegaron a destronar simbólicamente al rey en la “Farsa de Ávila”. Sin embargo, la muerte de Alfonso llevó a Isabel, hermanastra de Enrique IV, a reclamar los derechos a la sucesión al trono.
Ese mismo año, Isabel llegó a un acuerdo por el que, a cambio de reconocer la legítima autoridad de Enrique IV, este la declaraba como primera heredera y sucesora (Pacto de los Toros de Guisando). Proclamada heredera, una de las cuestiones fundamentales pasó a ser su matrimonio. La candidatura de Fernando -hijo del rey Juan II de Aragón- fue tomada por ambas partes como una victoria. Aunque esa elección no contó con la aprobación del rey Enrique de Castilla, el matrimonio se celebró en secreto.
Juana se había comprometido con un príncipe portugués. A la muerte de Enrique IV, la situación en Castilla era confusa, entre los partidarios de Juana, la presunta hija del monarca, y los de su hermana Isabel. La transmisión de poderes se realizó a favor de Isabel. Don Fernando acudió de inmediato desde Aragón, firmando la Concordia de Segovia.
La Concordia de Segovia estipulaba que cada reino mantendría la administración de sus propias rentas y la concesión de mercedes y oficios se reservaba a cada monarca en sus reinos. Castilla atravesó una guerra civil entre los partidarios de Isabel y los juanistas, con el apoyo de Portugal. Tras la batalla de Toro y la paz de Alcaçovas con Portugal, terminaron los enfrentamientos.
Expansión de los Territorios Peninsulares
Conquista de Granada
Terminadas las disputas internas castellanas y el enfrentamiento con Portugal, y aprovechando la inestabilidad política granadina, era la ocasión de iniciar una campaña que terminara con el poder político musulmán en la península.
Tras una primera fase de tanteo, en 1480 los Reyes Católicos recibieron la concesión de cruzada por el Papa para llevar a cabo la conquista de Granada, y dos años después se inició el conflicto. Entre 1484 y 1487 cayó todo el frente occidental del reino nazarí, tras la toma de Álora, puerta de Málaga (1487). En los dos años siguientes comenzó a derrumbarse el flanco oriental. Los castellanos tomaron ciudades como Mojácar, Baza, Guadix y Almería.
Se produjo el enfrentamiento civil entre El Zagal y Boabdil. Al retirarse Boabdil, según lo acordado, se pone fin a más de setecientos años de presencia musulmana en la península ibérica.
Anexión de Navarra
A la muerte de Juan II de Aragón, padre de Fernando, que había reinado sobre Navarra, el reino pasó primero a la familia de los Foix y luego a la de los Albret. Una alianza secreta entre los Albret y Francia suponía una amenaza de invasión para Castilla. Fernando envió a Navarra un ejército castellano. El país fue ocupado sin dificultad y Fernando obtuvo el reconocimiento de sus derechos como soberano.
La incorporación de Navarra supuso redondear los reinos de la monarquía, pero también ventajas en la defensa de las fronteras con Francia. Políticamente, el reino de Navarra mantuvo sus propias costumbres, instituciones (Cortes y Diputación, entre ellas) y moneda.
Organización del Estado Moderno: La Monarquía Autoritaria
El reinado de los Reyes Católicos se sitúa en el punto de partida de dos procesos: la construcción de un Estado moderno y una monarquía autoritaria. La historiografía más tradicional les atribuía la creación del moderno Estado peninsular, de la unidad de España.
Con los Reyes Católicos no se produce estrictamente la unidad de España; no lo hará, y con ciertas objeciones, hasta el siglo XVIII (con el centralismo borbónico). Con los Reyes Católicos se trata de una mera unión personal y dinástica de las dos coronas.
Intentaron desarrollar un programa político en sus respectivos territorios que posibilitase la consecución de unas mayores cuotas de centralización del poder, la unificación religiosa, una modernización de la administración fiscal del Estado, el aumento de la influencia internacional de sus reinos, la creación de un ejército permanente, etc. El desarrollo del programa político centralizador encuentra mayores obstáculos en el reino de Aragón, ante el notable poder señorial y la tradición pactista de sus Cortes.
Monarquía autoritaria: Afirmación de la monarquía como institución. En Castilla se va a realizar mediante una reestructuración del Estado, sin crear instituciones nuevas; mediante una centralización del poder político que supondrá un enfrentamiento con la nobleza, nobleza que acabará sometiéndose a la Corona. Los nobles pasarán a ser colaboradores, seguirán siendo fuertes económica y socialmente. Afirmación de la monarquía apoyada también en una política de unificación religiosa y modernización fiscal.
En Aragón será la realeza la que se “acomodará” a las peticiones de la alta nobleza. Las Cortes presentarán una hostilidad manifiesta al no ser convocadas por el rey, ya que estas habían rehusado aprobar los subsidios que este pedía.
- La administración central se basó en el Consejo Real, convirtiéndose en la institución principal del reino al servicio de la Corona. Actuaba como tribunal supremo del reino y asesoraba a la monarquía en cuestiones tanto de política interna como externa. Junto a los consejos surgieron los secretarios reales. Estos eran personas de confianza del rey que actuaban como enlace entre la monarquía y los consejos.
- Las Cortes, en Castilla, fueron controladas por los monarcas. Se limitaban a recibir el juramento de los sucesores al trono y votar los servicios (impuestos) solicitados por la Corona. En Aragón se mantuvieron fuertes, dado el carácter confederal de la unión.
- La administración territorial estaba regida en los municipios por la figura del corregidor, cargo de designación real para controlar los municipios. Obtenían atribuciones administrativas, judiciales y militares.
- En el terreno militar, creación de un ejército permanente, así como con la institucionalización de la Santa Hermandad: cuadrillas de ciudadanos encabezadas por alcaldes con funciones de vigilancia, fiscales y de administración de justicia.
- Consiguieron el control real sobre las órdenes militares.
- En el terreno judicial, en Castilla se fija la sede de la Chancillería en Valladolid, creándose una en cada uno de los reinos y principados que componen la Corona. Las Chancillerías actuaban como tribunales superiores de justicia.
Política Religiosa
Un aspecto esencial para el fortalecimiento del Estado fue el cristianismo. Desde 1480, en Castilla, el Tribunal de la Inquisición, surgido por iniciativa de los Reyes Católicos, tenía como fin la persecución de los falsos conversos. Con el establecimiento de la Inquisición se agravó la presión social contra los judíos.
Tras las persecuciones, se produjeron conversiones masivas de las comunidades judías: judeoconversos, conversos o cristianos nuevos. Todos eran sospechosos. La orden general de expulsión la dieron los Reyes Católicos en 1492. Marcharon unas 100.000 personas de la península, debido a persecuciones económicas y sociales. Los judíos eran una minoría en el crédito, comercio, administración y medicina. Esta medida se enmarca dentro del gobierno de los Reyes Católicos: los avances centralizadores necesitaban apoyarse en elementos de unión, en factores de cohesión social, y se buscó una base religiosa común que los facilitara.
La reforma de la Iglesia: Los Reyes Católicos obtuvieron el denominado Patronato Regio, es decir, el derecho a intervenir en el nombramiento de obispos y arzobispos para imponer a sus propios candidatos.
Con la conquista de Granada, a los mudéjares que habitaban en la Corona de Aragón y en Castilla se sumaron unos 200.000 granadinos. De acuerdo con las capitulaciones de Granada, los vencidos conservarían sus bienes, sus señas de identidad, su religión y no se les forzaría a la conversión al cristianismo. Pero las presiones de los cristianos y las campañas de conversión forzosa, emprendidas por el cardenal Cisneros, desencadenaron la sublevación de los mudéjares. Entre 1499 y 1501 fue reprimida militarmente por Fernando. Los mudéjares convertidos al cristianismo fueron llamados moriscos y cada vez más “arrinconados”.
La monarquía hispánica con los Reyes Católicos se convierte en una gran potencia europea y sienta las bases de la hegemonía española en nuestro continente. La diplomacia y la organización de un ejército fueron claves.
Carlos I y el Imperio
Tras la muerte de Fernando el Católico en enero de 1516, el cardenal Cisneros se ocupó de la regencia del reino de Castilla, mientras que en la Corona de Aragón fue ocupada por Alfonso, hijo natural del rey. Carlos de Gante, nieto de los Reyes Católicos, fue nombrado rey en Bruselas, a pesar de que la heredera de ambos reinos seguía siendo su madre, Juana.
En 1517, el rey Carlos I, hijo de Juana y Felipe de Habsburgo, llegó a España, sin conocer las lenguas ni las costumbres que se practicaban. Venía con una corte extranjera de amigos flamencos y alemanes, entre los que destacaba el cardenal Adriano de Utrecht. Con él se instauraba una nueva dinastía, la casa de Austria o Habsburgo.
El nuevo rey, nacido en Gante en 1500, heredaba un considerable número de territorios: por parte de su madre, la Corona de Aragón con los territorios del sur de Italia; la Corona de Castilla con las plazas del norte de África y las posibilidades abiertas con el descubrimiento de América. Por parte de su padre, los territorios de los Habsburgo en Flandes, Alemania, Austria, el norte de Italia y las posibilidades de optar al título imperial.
En febrero de 1518 se celebraron las primeras Cortes de Castilla, donde Carlos hizo el juramento de respeto y fidelidad a las leyes de Castilla. En 1519 se desplazó al reino de Aragón y al principado de Cataluña para jurar sus fueros, y allí conoció la noticia de la muerte de su abuelo Maximiliano, por lo que preparó apresuradamente su marcha a Aquisgrán para tomar posesión del Sacro Imperio Romano-Germánico.
Antes de partir, tenía que obtener de las Cortes castellanas el dinero para pagar a los prestamistas flamencos que habían “comprado” los votos para obtener el título de emperador. En 1519, el rey fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos V.
Desde una perspectiva eurocéntrica, el suyo era, verdaderamente, un imperio universal. Desde entonces, los problemas de España irán unidos a los problemas de Europa durante los reinados de los Austrias. Su programa político fue el de un emperador germánico empeñado en la defensa de los intereses de la casa de Austria, que consideraba vinculados a los de la cristiandad. La ruptura de la unidad de esta, provocada por la Reforma protestante, promovió la identificación de Carlos V con los destinos del catolicismo, que defendió con progresiva intransigencia en diversos escenarios europeos. Ello le obligó a mantener una corte itinerante. De los 40 años que duró su reinado, solo pasó diecisiete en tierras españolas; de ellos, más de doce en la Corona de Castilla, a la que regresó para morir en el monasterio cacereño de Yuste en 1558.
Política Interior de Carlos I
A la muerte de Fernando el Católico, quedaron como regentes de Castilla y Aragón (ante la incapacidad mental de Juana y la muerte de Felipe) el cardenal Cisneros y Alfonso de Aragón. Joven, con desconocimiento del idioma y de las costumbres de los reinos a los que iba a gobernar, Carlos desembarcó en septiembre de 1517 rodeado de una corte extranjera formada por sus amigos flamencos y alemanes.
En 1518 se celebraron las primeras Cortes en Castilla, en Valladolid, para jurar respeto y fidelidad a las leyes. Posteriormente se desplazaría a los reinos de la Corona de Aragón para realizar lo mismo. Juró los fueros en Zaragoza y Barcelona, pero aquí recibió noticia de la muerte de su abuelo paterno y la necesidad de marcharse a Alemania para optar a la corona imperial.
Para ser proclamado emperador tenía que afrontar una serie de gastos que pidió sufragaran las Cortes de Castilla (sin haber pasado por las Cortes de Valencia-Mallorca a jurar los fueros) y estas aceptaron en un ambiente enrarecido y con amagos de revueltas, sobre todo porque dejó como máximas autoridades en España a sus acompañantes extranjeros. La marcha de Carlos fue seguida del estallido de las Germanías y las Comunidades.
Las Comunidades
La elección como emperador le había costado a Carlos I una suma importante de dinero. El rey convocó Cortes en Santiago y La Coruña, con la intención de salir hacia Alemania una vez obtenidas las rentas (que salían del oro que venía de América y los impuestos sobre los vasallos de Castilla). Antes de partir, Carlos dejó como gobernador de Castilla a Adriano de Utrecht, y los principales cargos y dignidades fueron ocupados por extranjeros de su séquito, cuando estaban destinados a los castellanos.
Nada más partir Carlos I hacia Alemania, se iniciaba la revuelta de las Comunidades o ciudades castellanas, protagonizada por la pequeña y mediana burguesía en Ávila, Toro, Toledo, Segovia, con el apoyo de parte de la Iglesia y la nobleza. Se constituyeron en gobierno del reino (la Junta) y ofrecieron la corona a la madre de Carlos I, la reina Juana.
Este movimiento, cuyos principales dirigentes eran Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, reclamaba:
- Protección de la “industria” nacional, especialmente la textil, muy perjudicada por la importación de lana.
- Prohibición de la salida de oro, plata y lana.
- Defensa frente a la competencia extranjera.
- Respeto a las leyes del reino.
- Defensa del patrimonio de la Corona frente a las pretensiones de la nobleza.
- Que el rey permaneciese en Castilla, se casara y educara al heredero en Castilla.
Los sublevados (baja y media nobleza, maestros de oficios y algunos clérigos) se encontraron pronto frente a la oposición de la monarquía, de los grandes exportadores de lana y de la gran nobleza terrateniente. Con su ayuda, el regente Adriano de Utrecht, en ausencia del rey Carlos, reunió un ejército que derrotó definitivamente a los comuneros en Villalar (1521). El aplastamiento de los rebeldes, junto con la concesión de algunas de sus peticiones (abolición de privilegios y prohibición a los extranjeros de ostentar cargos públicos y permanencia del rey en España), facilitó el restablecimiento del orden monárquico. La derrota comunera dejó las manos libres a la monarquía para actuar de modo autoritario.
Las Germanías de Valencia y Mallorca
Se trató de revueltas antiseñoriales que, en parte, prolongaron las que habían sido frecuentes en el siglo XV. Los brotes de descontento social surgieron con fuerza en Valencia y Mallorca. En ambas regiones, la sublevación contó con la participación activa de los artesanos de las ciudades, los campesinos más pobres y el bajo clero.
Causas:
- El rey no vino en persona a estos reinos a jurar los fueros.
- La corrupción generalizada en la clase municipal dirigente.
- El hambre debido a la escasez de trigo.
- Los efectos causados por una intensa peste.
- La existencia de una piratería corsaria en sus costas que provocaba inseguridad y descontento.
En Valencia, el rey apoyó este movimiento en sus inicios y el pueblo se dotó de armas. La nobleza, mientras tanto, salía de la ciudad para evitar la peste. Ello provocó un vacío de poder que fue aprovechado por los agermanados, quienes establecieron un gobierno colegiado que se rebeló contra la nobleza y el patriciado urbano. Este huyó de las ciudades y se puso bajo la nobleza y las tropas reales. Las ciudades se fueron rindiendo progresivamente, y Germana de Foix fue nombrada virreina de Valencia, iniciando una represión contra los agermanados hasta 1528, en que se declaró una paz general.
Política Exterior de Carlos I
El Imperio español alcanzó su máxima expansión a fines del siglo XVI en Europa y América, expansión que, en defensa del ideal de un imperio católico en lucha contra los diversos enemigos, se mantuvo durante más de un siglo, pero no aportó nada al progreso interior. Acabó agotando a la monarquía y acelerando su empobrecimiento.
Conflictos con Francia
Al tradicional antagonismo de Francia y España se unirá el personal entre Carlos V y Francisco I por la posesión de Italia y la corona imperial. Las posesiones del emperador rodeaban a Francia y dificultaban su avance expansionista hacia los Países Bajos (Francia luchaba por el control de Flandes y Borgoña) o Italia (control de los ducados italianos, sobre todo el Milanesado).
Carlos V mantuvo numerosas guerras con Francia, condicionadas por la situación particular del Mediterráneo en permanente lucha contra el Islam (el Imperio turco) y los príncipes partidarios de la Reforma en Alemania.
La primera estalló en 1521. Los franceses invadieron Navarra y, desde su posesión en Milán, trataron de asegurar su hegemonía en el norte de Italia. Fueron derrotados en Pavía (1525) y Francisco I hecho prisionero de Carlos V. Firmada la paz con el Tratado de Madrid, por el que Francia renunciaba al ducado de Borgoña y a Italia. Francia no cumplirá las condiciones y formará la Liga Clementina (alianza con el Papa, Inglaterra y varias ciudades italianas) contra Carlos V.
El enfrentamiento llevó al triunfo a Carlos tras el saqueo de Roma (1527), con la deserción de Génova de la liga y la Paz de Cambray: de nuevo, la renuncia francesa a Italia y de Carlos V a Borgoña. Las luchas con Francia se reanudaron en 1536 en Italia y en las fronteras de Flandes y los Países Bajos. Las hostilidades se prolongaron durante 20 años, aunque se intercalaron largos periodos de paz.
La última de las guerras franco-españolas del reinado se libró tras su abdicación en 1556. El hecho decisivo fue la victoria de Felipe II en la ciudad francesa de San Quintín (1557). A pesar de la posterior recuperación francesa y de la crisis financiera española, la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), firmada entre Felipe II de España y Enrique II de Francia, estableció de forma duradera la hegemonía española en Italia y en toda la Europa occidental.
Enfrentamientos con el Imperio Turco y el Dominio del Mediterráneo
El Imperio otomano inició una ofensiva por los Balcanes que le llevó a la conquista de Hungría (batalla de Mohács, donde muere el rey Luis II, marido de la hermana del emperador) y el asedio a Viena. Con la amenaza de invadir Austria, el emperador hizo frente. En el Mediterráneo tuvo éxitos aislados (Túnez, 1535), pero también derrotas (Argel, Trípoli, etc.). Al final de su reinado, Carlos hubo de reconocer la hegemonía turca sobre el Mediterráneo.
Crisis de la Reforma: Enfrentamientos con los Protestantes
La ruptura de la unidad católica por la rebelión religiosa que se llamó protestante fue el problema principal que la monarquía de los Austrias tuvo que afrontar desde la época de Carlos V.
El fraile agustino Martín Lutero había pedido la reforma de la Iglesia católica en las 95 tesis de Wittenberg, en las que criticaba algunas prácticas de la Iglesia. Lutero contó con las simpatías de algunos príncipes alemanes, que veían en el desmantelamiento de la Iglesia católica un excelente medio de aumentar sus posesiones y rentas y de independizarse más del emperador.
Carlos V condenaba las teorías de Lutero, pero no apoyaba al papado; se mostraba partidario de llegar a un compromiso entre luteranos y católicos. Para ello, se celebró la Dieta de Worms (1520), que presidió el emperador y en la que se pidió a Lutero que se retractara, pero este se negó y se puso bajo protección de Federico de Sajonia, el primer príncipe alemán que aceptó las ideas de Lutero.
Los príncipes protestantes formaron la Liga de Esmalcalda, una coalición política y militar que se enfrentaría al emperador y a los católicos. La alternativa que le quedó a Carlos V fue la guerra, que no se le presentó como religiosa sino como política, de unos príncipes que se rebelaban contra su autoridad.
En la batalla de Mühlberg (1547) triunfó el emperador, pero el entendimiento fue imposible. Los protestantes se aliaron con el nuevo rey francés Enrique II, que ocuparía varias sedes episcopales. En 1555 se concertará la Paz de Augsburgo, que establecerá la división entre católicos y protestantes. Se organizó un concilio para reorganizar el catolicismo y evitar la propagación del protestantismo: Concilio de Trento (1545 – 1563).
Tras la derrota moral, Carlos se retiró al monasterio de Yuste después de renunciar a la corona imperial y al reino de Austria a favor de su hermano Fernando. La corona hispana, junto a las posesiones de Italia, el Franco Condado de Borgoña y los Países Bajos, quedaron en manos de su hijo Felipe, quien desde 1546 gobernaba en Milán.
Felipe II
Política Interior de Felipe II
Como en el caso de Carlos I, la política desarrollada por Felipe II en los territorios de la península ibérica estuvo mediatizada por sus intereses exteriores, en especial, los dinásticos y los religiosos.
El año 1568 se considera una fecha clave en el reinado: murieron la tercera mujer del monarca y el príncipe Carlos, heredero de la corona; comenzaron los disturbios en Flandes y el conflicto morisco en el antiguo reino de Granada; y entraron en vigor las disposiciones del Concilio de Trento (defendido decididamente por la monarquía de Felipe II).
Conflicto Morisco
La unidad religiosa en el siglo XVI no fue auténtica. Los mudéjares castellanos y aragoneses habían sido obligados a convertirse al cristianismo, denominándose moriscos o cristianos nuevos, pero la realidad fue que la mayor parte de ellos mantuvieron sus costumbres, lengua y religión, las mismas que tenían los turcos y piratas que dominaban el Mediterráneo y que saqueaban las costas españolas.
Ante estos ataques, la población de cristianos viejos temía una alianza de los moriscos de la Corona de Aragón y Castilla con los turcos. El problema morisco se remontaba a tiempos de Carlos V, que a falta de una solución decretó una moratoria de 40 años durante los cuales podrían usar sus vestidos, lengua, costumbres, en general todas sus señas de identidad cultural salvo la religión. Se esperaba lograr una paulatina asimilación, que solo se produjo en muy pequeña escala.
La Inquisición, aunque tenía órdenes de proceder con benevolencia, cada vez lo hizo con más rigor. Las autoridades civiles tampoco actuaban con imparcialidad. Al cumplirse los 40 años de plazo, Felipe II se negó a prorrogarlo. Las tensiones se agravaron. Todas estas causas determinaron la sublevación de 1568-1570, en la que se cometieron grandes crueldades. Los moriscos supervivientes, poco más de ochenta mil, fueron desterrados y distribuidos por ciudades y pueblos de Andalucía occidental y Castilla hasta la expulsión general de 1610 en tiempos de Felipe III.
Las Revueltas de Aragón: Antonio Pérez
Durante su reinado, Felipe II se apoyó en dos facciones opuestas de la alta nobleza para el gobierno: la “conservadora y dura” del duque de Alba y la más “liberal” de los Mendoza y el príncipe de Éboli, quienes apoyaron para ocupar la Secretaría de Estado a Antonio Pérez, procedente de una familia judeoconversa aragonesa.
Pérez, secretario de Felipe II, en muchas ocasiones insinuaba al monarca “informaciones, sospechas” que acrecentaban el miedo a la traición que Felipe II tenía de su hermanastro, Don Juan de Austria. En 1578, el secretario de Don Juan de Austria, Escobedo, fue asesinado por orden de Antonio Pérez (con el consentimiento de Ana de Mendoza, princesa de Éboli) y con la connivencia de un mal informado Felipe II.
Con la muerte de Don Juan de Austria se destaparon todas las intrigas y ambos fueron arrestados; pero Antonio Pérez escapó de la cárcel de Madrid y se refugió en Aragón. Allí invocó el “privilegio de manifestación y la custodia del Justicia de Aragón”, que lo mantuvo en la cárcel foral de Zaragoza mientras la sentencia lo condenaba a muerte.
En estos años, el grupo del duque de Alba se hizo con el control dentro del gobierno y promovió lo que se conoce como viraje filipino. Felipe II se enfrentó con las instituciones forales aragonesas; para lograr la entrega de Pérez se promovió un juicio de la Inquisición contra su exsecretario. Siendo trasladado a la cárcel, gracias a un motín popular, Pérez logró escapar y huir a Francia. Mientras, las tropas castellanas entraron en el reino de Aragón, el Justicia Mayor fue ejecutado y se recortaron los fueros aragoneses. Antonio Pérez, desde Francia, promovió una revuelta de los moriscos aragoneses y el inicio de la leyenda negra filipina.
Anexión de Portugal
La muerte del rey Sebastián dejó sin sucesión al reino portugués. Felipe II era el candidato con más posibilidades al ser descendiente de la princesa Isabel de Portugal y nieto de Manuel I el Afortunado. Para alcanzar el trono se hizo con el apoyo de la clase dirigente portuguesa prometiendo respetar la autonomía del reino y garantizar la protección del comercio portugués; además de triunfar en el terreno militar. Las Cortes de Tomar (Portugal, 1581) reconocieron a Felipe II como soberano de Portugal. La unión con Portugal implicaba el control de su gran imperio marítimo y marcó el giro en la nueva base de operaciones contra los holandeses y los ingleses.
Política Exterior de Felipe II
La política exterior de Felipe II estuvo marcada por los mismos criterios que la de su padre: la defensa de los intereses dinásticos de la casa de Austria y de los religiosos del catolicismo.
La Lucha contra el Islam
Tras algunos acontecimientos como el asedio de la isla de Malta, la conquista de Chipre y la expulsión del soberano de Túnez, se formó la Liga Santa, que aglutinó el esfuerzo naval de Venecia y España bajo la jefatura de Don Juan de Austria y los auspicios del Papa Pío V. La batalla de Lepanto (1571) supuso la victoria para los cristianos, pero no tuvo repercusiones importantes. Solo a finales de siglo disminuyó la amenaza islámica en el Mediterráneo occidental.
La Guerra de Flandes
El empeño de Felipe II y sus sucesores por conservar la soberanía de la casa de Austria sobre lo que hoy son Países Bajos y Bélgica se ha considerado siempre como un factor importante de la decadencia económica, política y militar de España. Un conflicto que se prolongó durante ochenta años (1568-1648).
Flandes era una región poblada por 3 millones de habitantes y muy próspera económicamente, pero sus intereses divergían mucho de los de España. La primera rebelión tuvo lugar en 1566. Las causas fueron la disidencia religiosa y las aspiraciones de la nobleza y los comerciantes de independencia; a ello se unían los intereses de Francia e Inglaterra en dominar el comercio de esos territorios.
Las protestas comenzaron por la feroz política represiva que se seguía con los calvinistas y el autoritarismo del rey. Los dirigentes de la rebelión (el conde de Egmont y Guillermo de Orange) pertenecían a la alta nobleza flamenca, que había sido apartada de los cargos de gobierno más importantes.
En el verano de 1566 estallaron una serie de disturbios populares en las principales ciudades de los Países Bajos, acompañados de pillajes contra iglesias y monasterios. El rey envió a Fernando Álvarez de Toledo, el tercer duque de Alba, para solucionar estos problemas, con la misión de acabar con toda la oposición política y religiosa. El duque llegó al frente de los temidos tercios españoles y constituyó el Tribunal de los Tumultos, que llevó a cabo una represión fortísima: confiscó bienes y ejecutó a más de mil personas sin distinguir entre protestantes o católicos, nobles o vasallos. Guillermo de Orange logró escapar fortalecido de este conflicto y se convirtió al calvinismo, comenzando la guerra desde Alemania. La línea dura del duque de Alba había fracasado.
Se alió con los príncipes protestantes de Alemania, Inglaterra y los hugonotes franceses. De esta manera se inició un conflicto armado (1576) en una época en la que la Hacienda española sufría una importante crisis económica (impago de tropas). Para evitar que el conflicto fuera un fracaso para la monarquía hispánica, Don Juan de Austria llegó a un acuerdo (1579) con los rebeldes, en el que se dividía este territorio en dos regiones independientes: Unión de Arrás (católica) y Unión de Utrecht (protestante). Este acuerdo no significó el fin de la rebelión en los Países Bajos.
Felipe II acabó designando, antes de morir, a su hija Isabel Clara Eugenia, casada con el archiduque de Austria, gobernadora con derecho a sucesión. Pero al no tener descendencia, los Países Bajos volvieron a la corona española en el siglo XVII. El conflicto entre la Corona y los habitantes de este territorio no había finalizado.
La Guerra con Inglaterra
:españa e inglaterra tenian interes en l dominio del atlantico a causa d america. la alianza q carlos i abia mantenido con inglaterra s prolongo durante ls 1ºs años del reinado d felipe ii,pese a q 1a reina protestante,isabel i,ocupaba l trono ingles.la situacion cambio a partir d 1568 cuando ls ingleses s interesaron x l comercio con america y españa s reservaba l monopolio.ls corsarios ingleses empezaron a obstaculizar l comercio entre españa y america mientras ls olandeses interferian ls relaciones maritimas entre españa y flandes.en 1587,l vicealmirante britanico drake entro en la baia d cadiz y quemo unas cuantas naves.x su parte,la reina isabel i no escondia sus simpatias x ls rebeldes olandeses.en 1588,xa asegurar su posicion en flandes,l monarca español envio la armada invencible (130 buques,la + grande d la epoca d ls austrias).la lejania d sus bases,la movilidad d la armada inglesa y ls tormentas provocaron l desastre d aqueya aventura naval.l impacto del fracaso fue sobre todo psicologico y politico,pues l potencial militar y naval español apenas quedo dañado.inglaterra comenzaba a despuntar en l panorama internacional.conflictos con francia:entre ls erencias recogidas d su padre estaba la enemistad con francia q tuvo como principal detonante la invasion d ls esta2 pontificios (papa aliado frances) x l duque d alba y la invasion d francia desde ls paises bajos.ls tropas galas fueron derrotadas en ls batayas d san quintin y gravelinas.l conflicto s zanjo con la firma d la paz d cateau-cambresis (1560) en la q s acordo l casamiento entre l monarca español e isabel d valois ija enrique ii d francia.
3las reformas economicas.l siglo xviii fue 1 periodo d recuperacion economica.recuperacion economica ligada al crecimiento d la poblacion q a su vez,incrementa la presion sobre la produccion agricola.con l conde d aranda (1769) y floridablanca (1787) s yevaron a cabo ls 1ºs censos con la finalidad d conocer ls potencialidades economicas y fiscales del pais.3.1.- agricultura y propiedad d la tierra. la agricultura:era 1a agricultura q s caracterizaba x l atraso tecnico,l predominio del secano sobre l regadio,cultivo d la trilogia mediterranea,etc.etc.1a agricultura q aumento la produccion a base d incrementar ls tierras cultivadas no d aumentar la productividad.como consecuencia aparecian frecuentes la ley agraria no s yego ni a redactar y ls medidas adoptadas fueron solo pequeños anticipos d lo q ubiera podido ser dixa ley.algunas d estas medidas fueron:- colonizacion d zonas despobladas,como sierra morena.- supresion d privilegios d la mesta.- en 1794,carlos iv proibe aumentar l precio d ls arrendamientos d tierras.-construccion d algunas infraestructuras d regadio,como l canal imperial d aragon.-s establecio la libre comercializacion d ls cereales.-reparto d tierras comunales entre campesinos sin tierra d extremadura y andalucia.manufacturas:l aumento d la poblacion elevo la demanda d productos artesanales xq la renta campesina era baja.l fracaso d la reforma agraria impidio l desarroyo d la industria.ls gremios limitaban la produccion.la produccion artesanal s caracterizaba x su dispersion x todas ls pequeñas ciudades del pais d tayeres gremiales.en la segunda mitad del siglo xviii,s fue eliminando l control q ls gremios ejercian sobre la fabricacion industrial.en 1790 s decreto la libertad xa l ejercicio d cualquier oficio,sin tener q pasar x l examen del gremio.existian ls manufacturas reales (bajo control tecnico y financiero del gobierno) q fabricaban articulos d lujo xa satisfacer la demanda d ls + acomoda2,productos destina2 al abastecimiento del ejercito (armas) o a la construccion naval.en general estas empresas s caracterizaron x su escasa rentabilidad y fueron 1a carga xa ls presupuestos del estado.alg1s particulares s interesaron x l modelo d «manufactura» debido a ls posibilidades q ofrecia d escapar del control gremial.ay q destacar la labor del empresario juan d goyenexe en nuevo baztan y la d la burguesia comercial industrial,q organizo a partir d ls años 40 1a serie d industrias textiles d indianas.l comercio:l comercio fue l sector q tuvo 1 mayor crecimiento en l siglo xviii.l comercio era fundamental xa cubrir ls necesidades d la monarquia,xa fortalecer l estado y recuperar 1a posicion en europa y xa obtener 1a balanza comercial favorable.la actividad comercial s vio favorecida x la convergencia d 2 estimulos: la recuperacion economica d la primera mitad del siglo xviii y l pensamiento mercantilista e ilustrado,q trato d mejorar ls comunicaciones interiores y activar l comercio exterior.condicionadas negativamente x:en lo q s refiere al comercio interior la existencia d aduanas interiores,ls peajes,l fuerte autoconsumo local,y sobre todo ls dificultades del transporte.xa facilitar l comercio interior s tomaron algunas medidas como la supresion d ls aduanas interiores en 1717.tb mejoraron ls comunicaciones interiores.l comercio exterior experimento avances al decretarse la abolicion del monopolio d la casa d contratacion. xa eyo s dictaron ls decretos d libertad d comercio d 1765 y 1778,lo q suponia la apertura d ls puertos peninsulares al comercio con america.s crean compañias privilegiadas d comercio xa fomentar ls intercambios con america, juntas d comercio y consula2 d comerciantes xa agrupar a ls sectores empresariales.s reforzo tb la junta general d comercio minas xa controlar toda la actividad comercial en todo l ambito d la monarquia.l comercio con america proporciono capital a manos privadas invirtien2e en la zona andaluza (eje seviya – cadiz),en bienes d lujo y en ls escasas tierras q salian al mercado,mientras q en cataluña l dinero s invirtio en l comercio o en la industria.sistema bancario. la debilidad d la burguesia comercial e industrial explica l limitado peso del credito y d la banca.l tamaño reducido d ls empresas comerciales y la ausencia d inversiones agrarias,acian innecesaria 1a red bancaria.fue l problema del endeudamiento del estado l q dio lugar a la fundacion del primer banco nacional en epoca d carlos iii: l banco nacional d san carlos (1782).