El Manifiesto de los Persas: Un Llamamiento al Absolutismo
Nos encontramos ante un texto histórico español redactado el 12 de abril de 1814 en Madrid por 69 diputados absolutistas. Los temas a tratar son la justificación del Antiguo Régimen y la petición de abolir la Constitución. Se trata de un texto político-jurídico destinado al rey, por tanto, es un texto privado que después se hizo público, además de ser de una fuente histórica primaria. El texto se ubica en la crisis del Antiguo Régimen, cuando la Guerra de la Independencia había finalizado, Napoleón le entrega el trono español a Fernando VII y se produce la restauración de la monarquía absoluta.
Ideas Principales del Manifiesto
En cuanto a las ideas principales, podemos destacar las siguientes: en el primer párrafo, el deseo de la nobleza y el clero es volver a restaurar el Antiguo Régimen. Además, compara la antigua costumbre de los persas con los 6 años que Fernando VII estuvo capturado por Napoleón. Los firmantes quieren que se devuelva el Antiguo Régimen y, por ello, le explican los beneficios de recuperarlo. También le piden la abolición de todas las reformas y la Constitución de Cádiz, además de la petición de que las Cortes sean por estamentos, la restauración de los fueros y leyes, y, por último, que se suspendan todos los conceptos de la Constitución.
Contexto Histórico: De la Constitución de 1812 al Regreso de Fernando VII
Tras la invasión napoleónica en 1810, Fernando VII es capturado y obligado a abdicar en Bayona, cediendo el poder a Napoleón, quedando preso en Valençay. En ese momento, ante el vacío de poder, comienzan a organizarse Juntas Revolucionarias por toda España contra el poder extranjero, comandado por Napoleón. Frente al poder francés, representado por José I Bonaparte, en la Isla de San Fernando de Cádiz, se organizan unas Cortes representativas, que por medio de la Constitución de 1812 establecen un sistema liberal que entre sus primeras medidas se establece el fin del Antiguo Régimen, un sistema representativo con sufragio universal censitario e indirecto, libertades como las de imprenta o industria, el derecho a la propiedad o la abolición del señorío entre otros. Tras la derrota de las tropas napoleónicas en la Batalla de los Arapiles y la expulsión de José I Bonaparte, Napoleón firma el Tratado de Valençay por el que devuelve el trono de España a Fernando VII. En esos momentos comienza un momento de gran expectación en España, Fernando VII era «el deseado» por todos los españoles. Los liberales deseaban que ratificara la Constitución de 1812 que reconocía una soberanía compartida Rey y Cortes y continuara con el nuevo régimen que había luchado contra la invasión extranjera, pero al tiempo existía una oposición realista y afín al Antiguo Régimen, entre los que se encontraba una clase nobiliaria conservadora, el ejército, así como el clero, además de los campesinos que habían sido perjudicados ya que la abolición de los señoríos, hacía necesario arrendar las tierras y pagar impuestos por ellos, el lugar del pago de un usufructo al noble como antiguamente, también los gremios se vieron perjudicados aunque en menor medida por la presión fiscal y la libertad de industria, los que apoyaban la vuelta al Antiguo Régimen aclamaban al Rey bajo el lema «¡Vivan las Cadenas!».
A la llegada del Rey a Valencia, los opositores le presentan este documento, que servirá para contar con el apoyo del monarca en el golpe de Estado del 4 de Mayo de 1814, que dará lugar al fin de la primera experiencia liberal en España, a la abolición de la Constitución de 1812 y toda su labor legislativa y la consiguiente vuelta al Antiguo Régimen iniciando el periodo que se conocerá como «Sexenio Absolutista». El rey procedió a la restauración de las antiguas instituciones y del régimen señorial, rehusó emprender reformas y no se tomaron medidas ni para reconstruir la sociedad de posguerra, ni para sanear la Hacienda y hacer frente a la deuda. Además, los movimientos de emancipación de las colonias exigieron recursos económicos extraordinarios para hacerles frente.
Consecuencias del Manifiesto y el Reinado de Fernando VII
A pesar de la represión, la guerra contra Napoleón había cambiado a la sociedad: el campesinado mostraba resistencia a pagar determinadas rentas señoriales y los diezmos, quienes habían desarrollado nuevas formas de producción (manufacturas, industrias) defendían la libertad de industria y mercado, los sectores adinerados reclamaban que se respetase la propiedad de sus nuevas adquisiciones (los que habían comprado tierras con las desamortizaciones). En las ciudades, el malestar era también perceptible entre los artesanos, jornaleros, la pequeña burguesía… También tenemos que destacar que después del golpe de estado se encarcela a los liberales y otros se exilian en Francia (junto con los afrancesados que también se exiliaron) pero que eso no terminó con el espíritu liberal, que seguía vivo y empiezan a conspirar de manera clandestina. Desde 1814 se produjeron diversos pronunciamientos encabezados por mandos liberales (Mina, Porlier, Lacy…) que fracasaron y a los que se respondió con gran represión hasta que en 1820 triunfa uno que lo encabeza el coronel Rafael del Riego que obliga a Fernando VII a aceptar la Constitución de 1812 y así da comienzo la época conocida como el Trienio Liberal (1820-1823).
Conclusión: Impacto y Legado del Manifiesto de los Persas
Para concluir, diremos que tuvo una gran efectividad, ya que Fernando VII abolió la obra legislativa de Cádiz junto con la Constitución de 1812 y mantuvo el Antiguo Régimen hasta 1820. Sin embargo, fue un texto sin demasiada relevancia histórica, que no tuvo mucha repercusión a lo largo de la historia, aunque supuso un paso atrás en la historia de España.
El resultado fueron seis años caóticos, en los que los problemas se fueron agravando hasta provocar el triunfo del golpe militar de 1820. Una serie de graves problemas acabaron por dar al traste con el régimen absolutista. Finalmente, el pronunciamiento del comandante Riego, el 1 de enero de 1820, tuvo éxito y recibe el apoyo popular necesario para triunfar, restaurándose la Constitución de Cádiz.