Caciquismo y Fraude Electoral en la Restauración
Contexto Histórico y Autor
El texto recoge varios párrafos de una obra de V. Almirall y el autor describe algunos trazos de la situación española a finales del siglo XIX en cuanto a las elecciones en el sistema canovista de la Restauración. Es una fuente histórica directa y primaria para conocer el juicio del autor acerca de la situación de España, de carácter histórico circunstancial y de estilo narrativo.
AUTOR: V. Almirall, que se encuadra en el pensamiento regeneracionista y catalanista. Es la principal figura del catalanismo político de izquierdas y republicano, y uno de los principales pensadores catalanes de la segunda mitad del siglo XIX. Promovió la creación del primer periódico en catalán, fue uno de los componentes de Unió Catalanista y obtuvo la presidencia del Primer Congreso Catalanista. Almirall impulsó el debate y la ideología que aspiraba a implantar en España la república, el federalismo y el catalanismo.
Análisis del Texto: Fraude Electoral y Oligarquía
La idea fundamental del texto es el fraude en las elecciones, tras aprobarse el sufragio universal para varones mayores de 25 años durante el mandato de los liberales de Sagasta. En tono irónico, nos habla de cómo los difuntos pueden llegar a votar en las elecciones, en las personas de funcionarios locales mandados por caciques que a su vez están en conexión con los políticos que desde Madrid tienen el poder de decidir los resultados electorales. Es lo que llamamos «pucherazo» y está en la base del sistema canovista de la Restauración, en el que dos partidos dinásticos se turnan en el poder de una manera pacífica, a la manera inglesa.
Los términos más destacados serían:
- Sufragio universal: Tipo de sufragio que establece el derecho de voto para todos los ciudadanos a partir de una determinada edad. El sufragio universal incorporó a las mujeres por primera vez en la Constitución republicana de 1931.
- La oligarquía: Grupo reducido que ostenta el poder en una sociedad. En el texto, los oligarcas son los dirigentes del país en la España de la Restauración, cabezas prominentes de los dos partidos dinásticos, con influencia y poder absoluto en cada provincia o región.
Comentario Histórico
Antecedentes del Sistema Canovista
Están en la mecánica del propio sistema canovista con la Constitución de 1876, donde se hace un reconocimiento de ciertas libertades políticas (expresión, asociación, etc.) que fueron reducidas, en la práctica, con leyes restrictivas. En la primera fase del reinado de Alfonso XII se restringió la participación ciudadana en las elecciones de los cargos, dejándolas en manos de propietarios; se estableció que en las poblaciones de más de 30.000 habitantes los alcaldes serían nombrados por el rey, y que los presupuestos provinciales y municipales deberían ser aprobados por él. Esta Constitución supone un retroceso en cuanto al reconocimiento de derechos y libertades ciudadanas y a la representatividad y división de poderes del Estado.
El Sistema Canovista y la Manipulación Electoral
Con la Constitución comenzó el sistema canovista. Cánovas lo sustentó en dos apoyos: la «soberanía compartida» (rey-Cortes) y una práctica política que debía efectuarse con la existencia de unos partidos oficiales que aceptaran la legalidad constitucional. Serían unos partidos grandes apoyados por el electorado formado por gentes burguesas relevantes que formaban la «clase política» del país; iban a ser unos partidos de notables y parlamentarios, cuyos diputados dominarían los escaños del hemiciclo. Cánovas, jefe del partido llamado liberal-conservador, compuesto por diputados de la alta burguesía terrateniente, alto funcionariado militar o civil y nobleza, del sur de la Península, tenía como contrincante el partido liberal-fusionista, formado por progresistas y demócratas que habían votado la Constitución de 1869 y a Amadeo de Saboya, cuyo jefe era Sagasta.
El turno era una fórmula política de ventajas inmediatas que, gracias a la manipulación electoral, daba la posibilidad a ambos partidos de alternarse en el gobierno de forma pacífica, y se eligió la falsificación permanente. Este turno quedaba asegurado por un liderazgo de los partidos centrado en Madrid y constituido en círculos que se encontraban en manos de «notables» y que organizaban la maquinaria electoral pertinente, y por la articulación provincial de estos últimos con un «control» del poder local mediante la práctica caciquil.
Así se practicaba el «encasillado», que consistía en la elaboración de una lista en la que figuraban aquellos candidatos que contaban con la aquiescencia del Gobierno al lado de la relación de los distritos en los que aparecía dividido el país a efectos electorales. Dichos candidatos «oficiales» tenían prácticamente ganada la elección antes de que esta se realizara; era lo que se denominaba «pucherazo», que consistía en la aplicación de coacción, violencia, fraude, compra de votos, etc. Tras la ley electoral de 1907, esta práctica quedó conformada como la trampa realizada en el interior de un colegio electoral cuando se estaba haciendo recuento de los votos, para alterar los verdaderos resultados y sustituirlos por otros más satisfactorios en favor de un determinado candidato.
Consecuencias: El Fenómeno del Caciquismo
Este fenómeno, denominado «caciquismo», fue un hecho sociopolítico que consistía en el control del poder en determinadas zonas del país, sobre todo rurales, por individuos de gran influencia y prestigio social. Los caciques eran miembros de una élite local o comarcal caracterizada por su arraigo en un medio geográfica, económica y socialmente concreto; su predominio personal (frecuentemente único y no compartido) en esa sociedad cerrada, y su función de intermediarios de esta última ante el Estado. Eran los más influyentes de la localidad y los agentes políticos encargados de recopilar los votos y amañar las elecciones para el correspondiente diputado.
Conclusión y Valoración
Se trata de un documento subjetivo, fruto de la burguesía catalana temerosa de perder sus privilegios económicos y que critica duramente al gobierno madrileño, ya que el régimen que surge a partir de la Restauración borbónica es rígidamente centralista. Ironiza Almirall que toda la mecánica política esté basada en la corrupción y el falseamiento electoral; cuando el pueblo pudo votar mediante el sufragio universal masculino, la actuación de los caciques manipuló y presionó al votante. Cánovas, autor del sistema, será finalmente asesinado por el anarquismo, actividad terrorista que tiene parte del movimiento obrero como forma de protesta a las condiciones de vida miserable en la que vive la gran mayoría de la población, y la formación de partidos nacionalistas serán en parte la causa del colapso de la Restauración durante el reinado de Alfonso XIII.