Monarquía de los Reyes Católicos y Centralización Borbónica en España

La Monarquía de los Reyes Católicos: Carácter, Significado y Expansión Territorial

Unión Dinástica y Monarquía Hispánica

La unión dinástica o personal de Castilla y Aragón fue el primer paso hacia la conformación del Estado español. La monarquía de los Reyes Católicos significó el tránsito político de una monarquía débil y feudal a un estado moderno sostenido en la forma de una monarquía autoritaria. Castilla, cuyo potencial demográfico era muy superior al catalano-aragonés, detentó la hegemonía peninsular, pero adoptando a cambio la idea federal de la Corona de Aragón en la conformación del Estado español. La monarquía autoritaria conformaría durante mucho tiempo las estructuras básicas del Estado español, manteniendo la tendencia unitaria de su conjunto, pero respetando al mismo tiempo la pluralidad que aportaban cada uno de sus reinos y su personalidad histórica, así como las respectivas áreas de influencia en cuanto a su proyección exterior.

Esta Monarquía se define como un sistema de gobierno, donde todos los poderes fragmentados del mundo feudal medieval (territoriales, administrativos, militares, fiscales, judiciales) se concentran en la persona del rey. Esto se consigue dotando a la monarquía de cuatro grandes facultades (judicial, fiscal, diplomática y militar), de los órganos de gobierno necesarios para ejercer su poder (Consejo Real, audiencias, chancillerías, ejército permanente, patronato sobre la iglesia) y del apoyo social necesario para afrontarlo (nobleza, burguesía, campesinado y clero), partiendo de la base de que esos grupos entendían ser favorecidos con el cambio.

Significó además la unión de la Península Ibérica, en los aspectos territorial, racial, religioso e ideológico, con sometimiento de los grupos sociales.

La superación de la crisis bajo medieval, el cierre de los conflictos y guerras civiles y el inicio de la expansión de España fuera de sus fronteras.

Anexiones Territoriales y Alianzas Matrimoniales

La nueva monarquía estableció como una de sus prioridades la expansión del reino. Los medios y escenario para alcanzar esa política fueron varios.

  • La guerra: No fue empleada de forma generalizada y destacó en ella la capacidad de liderazgo de los reyes, y la innovación en tácticas y organización, de lo que ya era el nuevo ejército permanente español.
  • La victoria sobre el reino nazarí de Granada (1492): Permitió incorporar ricas tierras, asegurar el flanco sur y unir a todos los bandos en una empresa común.
  • Las Guerras de Italia: Se dieron como consecuencia de que tanto Aragón como Francia se disputaban el Mediterráneo occidental, y ambos pretendían ser la cabeza de la cristiandad. Dentro de este contexto, el primer escenario de enfrentamiento fue Italia, clave para la defensa de los intereses aragoneses en el Mediterráneo, y especialmente Milán, centro estratégico de las comunicaciones con el centro de Europa. Las tropas de El Gran Capitán, derrotaron a los franceses, que pese a mantener Milán hubieron de renunciar al resto de la Península.
  • Las Guerras del norte de África: Intentaron enfrentarse a los musulmanes, cortar la posibilidad de una invasión peninsular y proteger las vías de comercio mediterráneo.
  • La política de alianzas matrimoniales: Fue el recurso más usado a nivel diplomático. Los reyes casaron a sus hijas con la finalidad de que los hijos de esos matrimonios fueran creando una tela de araña de alianzas en torno a Castilla. Los objetivos prioritarios fueron Inglaterra, Borgoña y Portugal, en el ánimo de aislar a Francia. También se inscribe en esta política la aproximación a Navarra, que permitiría su incorporación pacífica a Castilla en el siglo XVI, acercándose así a la obsesiva unidad peninsular.

El Descubrimiento de América

La necesidad de conseguir nuevas rutas de comercio con los mercados asiáticos, ante la imposibilidad de acceder a ellos por la ruta mediterránea, cortada por los turcos tras la caída de Bizancio junto con la sospecha cada vez más fundada de que la tierra era redonda, dan como consecuencia la exploración de nuevas rutas, y la búsqueda de nuevas tierras y zonas de explotación. Esto va a ser favorecido por el desarrollo de nuevas técnicas (brújulas, portulanos, barcos más rápidos como las carabelas, astrolabios para calcular posiciones) que permitían adentrarse en el mar.

Castilla rivalizó con Portugal en este camino. El tratado de Tordesillas, repartió el mundo recién descubierto en dos grandes áreas. Dos episodios marcaron los descubrimientos castellanos: La conquista y colonización de las Canarias y la conquista de América.

Los Decretos de Nueva Planta y la Centralización Borbónica

Decretos de Nueva Planta

La toma del poder por Felipe V trajo a España un intento de solucionar los problemas del país, según las fórmulas características del Estado de Luis XVI.

Este nuevo modelo de estado que construyen los monarcas borbónicos se caracteriza sobre todo por dos rasgos:

  • Un fuerte absolutismo, tanto teórico (el rey está por encima de las leyes), como práctico (el rey es el centro de toda decisión).
  • Un fuerte centralismo.

La aplicación de esta política absolutista originó en España una serie muy importante de transformaciones.

Como consecuencia de la política centralista de Felipe V, se suprimió la autonomía política (leyes propias) de los países que integraban el Reino de Aragón mediante los decretos de Nueva Planta (el pretexto fue el apoyo de estos países al archiduque de Austria durante la guerra de Sucesión). De esta forma salvo el País Vasco y Navarra, todo el territorio nacional quedaba unificado política y administrativamente.

Reforma Administrativa

Se crea como complemento de esta unificación política, un modelo único de administración territorial para todos los territorios del reino (excepto País Vasco y Navarra), basado en la división del territorio en provincias. La máxima autoridad en cada provincia era el Capitán General que tenía atribuciones militares, gubernativas y judiciales (en su origen era el jefe del ejército, que había acumulado otras funciones políticas y administrativas, de forma que toda la administración dependía de él).

Junto al Capitán General actuaba la Audiencia, formada por varios miembros, que ejercía como tribunal de justicia y, a la vez, como órgano consultivo del Capitán General. Aparece ahora además un nuevo cargo en la administración provincial: el Intendente con funciones de tipo económico. Los intendentes realizaban una doble actuación: buscaban información sobre aspectos económicos, y estimulaban el desarrollo de las actividades productivas.

Esta nueva organización anulaba la existencia de cualquier centro de decisión política situado fuera de Madrid, puesto que todos los que ostentaban alguna autoridad en las provincias la tenían como delegados del rey (que les nombraba o cesaba con plena libertad y les marcaba claramente las pautas de su actuación).

Se procede además a una reorganización del poder central. La modificación más importante que se introdujo fue la progresiva sustitución de los Consejos por los Secretarios de Despacho (ministros). Este cambio es la realización práctica de la teoría de que el poder reside en el rey, que escoge libremente a sus auxiliares, los ministros, que sólo tienen autoridad mientras gozan de su confianza. Los ministros se ocupaban, cada uno, de un aspecto especializado del gobierno, y aunque su número y funciones variaron a lo largo del siglo, se fue afirmando la tendencia a fijar su número en 6: Hacienda, Guerra, Marina, Justicia, Indias y Estado.

Al tiempo que aumentaba la importancia de los ministros los Consejos iban perdiendo poder (hay que tener en cuenta que los Consejos están monopolizados por la Alta Nobleza a la que se pretende apartar, aunque no bruscamente, de los puntos claves del Estado); algunos desaparecieron y otros quedaron relegados a funciones puramente administrativas. El único Consejo que siguió manteniendo su importancia fue el de Castilla, eso sí, convertido en un cuerpo consultivo que elaboraba informes y proyectos de Ley sobre todo tipo de cuestiones de gobierno interior (economía, educación, policía…).

Por su parte las Cortes perdieron todo su poder político. Las diferentes Cortes se redujeron a unas, y su única función era la jura del heredero de la Corona.

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