El movimiento obrero y el nacionalismo en el País Vasco
1. Obrerismo y movimientos sociales
Los primeros movimientos sociales
El primer episodio de lucha obrera sucedió en Alcoy (Alicante), destruyendo máquinas de hilar, y esto se repitió en Barcelona de forma más violenta. La lucha contra el maquinismo provocó también la primera huelga de la historia de España. En el mundo rural, aparece el motín, en el que un grupo de jornaleros sin trabajo y con hambre asaltaban hornos u ocupaban tierras.
La génesis del movimiento obrero
Surgió un movimiento obrero organizado por la influencia de la I Internacional. También se creó una Comisión de Reformas Sociales para analizar las condiciones de vida de los trabajadores, que tenían escasas medidas de higiene o seguridad en el trabajo, enfermedades y una deficiente alimentación. Las condiciones de trabajo eran muy duras, con una media de 12 a 14 horas de jornada. La primera reforma legislativa redujo la jornada a 10-12 horas e inauguró las reformas laborales.
Ideologías opuestas al liberalismo capitalista
Las demandas obreras las apoyaron los partidos progresistas y demócratas, pero sobre todo el republicanismo. Los obreros tendieron hacia ideas revolucionarias anarquistas y socialistas. La primera ideología social fue el socialismo utópico, pero el movimiento obrero se basó en el marxismo y el anarquismo. El marxismo, la más importante de las teorías socialistas, afirmaba que en las sociedades industriales hay una lucha de clases entre la burguesía, propietaria de las fábricas, y los obreros. Los anarquistas se oponían al Estado, no querían leyes y querían sustituirlo por algún tipo de asociación voluntaria entre las personas. Rechazaban la política, los partidos y las elecciones. Las primeras ideas obreristas se acercaron al mutualismo y el cooperativismo. El movimiento obrero español se inclinó hacia el anarquismo por la influencia de la I Internacional. En España, el anarquismo prendió con mayor rapidez y fuerza que el marxismo. La división interna entre ambos favoreció la aparición de una corriente anarcosindicalista. El primer congreso obrero español tuvo lugar en Barcelona.
La organización de los trabajadores durante la Restauración
La formación de este núcleo socialista fue el origen del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). La Ley de Asociaciones reconoció la libertad sindical. La meta del PSOE era la transformación revolucionaria de la sociedad, la conquista del poder y la conversión de la propiedad privada en social. Por otro lado, el crecimiento del socialismo fue muy lento. La difusión del ideario anarquista tuvo mayor éxito y en el siglo XX coexistieron tres tendencias en el anarquismo:
- La corriente anarcosindicalista, que se centraba en la instrucción y la libertad de asociación con tácticas de la lucha obrera.
- La corriente revolucionaria insurreccional o anarquismo puro. Defendían la propaganda por la violencia terrorista.
- La corriente anarco-comunista o comunismo libertario, partidaria de la propiedad social de los medios de producción y del trabajo por igual.
La difusión de ideas anarquistas en España se produjo mediante la prensa y los libros.
Evolución de la afiliación obrera
A las organizaciones socialistas y anarquistas les precedió la Federación de las Tres Clases de Vapor, con implantación en Cataluña. El movimiento obrero a partir del siglo XX fue cuando cobró fuerza, en el XIX tuvo poca afiliación. El bajo nivel de afiliación es una prueba de la dispersión de esta etapa presindical. Mayor incidencia tuvo la militancia en el seno de las organizaciones anarquistas.
El sindicalismo católico
La doctrina social de la Iglesia fue la respuesta de la Iglesia ante las doctrinas revolucionarias y ateas del socialismo y el anarquismo. El sindicalismo católico partía de la desigualdad social como hecho incontestable, que no se podía eliminar. Pretendía mitigar los efectos del paro, las huelgas o las duras condiciones de trabajo de los obreros. Los primeros sindicatos católicos los fundó el padre Vicent en Alcoy, considerado el introductor del catolicismo social en España. Su finalidad no era sólo religiosa sino instructiva, económica y recreativa.
2. Los partidos anti-dinásticos y el movimiento obrero
Los partidos del sistema habían tenido muy poco peso desde la Restauración; de igual manera, el sindicalismo y los partidos obreros experimentaron un crecimiento considerable.
Los republicanos
Los republicanos eran antimonárquicos y eran la oposición más importante. Representaban la aspiración de los intelectuales y de sectores de clases medias, conoció una renovación ideológica con inclusión de doctrinas de nuevo liberalismo democrático, laicista y anticlerical. Se unían en las provincias vascas la reivindicación foral y la consecución de un estatus autonómico. El impulso regenerador llegó con la formación de Unión Republicana. El nuevo partido logró un notable éxito electoral, aunque existían divergencias ideológicas y tácticas en su seno:
- El republicanismo moderado y reformista, optó exclusivamente por la lucha electoral y parlamentaria.
- El republicanismo radical, estaba implantado en Cataluña, su objetivo era integrar las reivindicaciones obreras e implantar la república a través de la insurrección.
Los nacionalistas
El nacionalismo catalán: Estuvo dominado por la Lliga Regionalista, que consideraba que había que compatibilizar la regeneración política y la modernización económica con la reivindicación de la autonomía catalana.
El nacionalismo vasco: La prensa nacionalista contaba con el semanario Aberri (La Patria), primer periódico del PNV. Fundaron un periódico en cada una de las provincias peninsulares y otro dirigido específicamente al público juvenil y el diario Euzkadi. Realizaron una gran labor de proselitismo mediante concentraciones centradas en aspectos culturales y folclóricos. Al constituirse como partido con participación política, el Partido Nacionalista Vasco marcaba un rasgo nuevo y actual dentro del proceso de modernización socioeconómica y política del territorio vasco. Al ampliarse la base social se convirtió en un movimiento interclasista. En el seno del partido se inició un enfrentamiento entre el sector social radical, independentista y defensor de ideas aranistas. Finalmente, el PNV eligió la nueva estrategia del sector moderado y autonomista, y así el nacionalismo vasco se extendió al resto de las provincias vascas.
El movimiento obrero
El movimiento obrero español aún mostraba su debilidad numérica a principios del siglo XX. Hasta los años veinte no se formó un verdadero sindicalismo de masas. El movimiento obrero estaba dividido en dos corrientes: la anarquista y la socialista.
El anarquismo: La CNT
No les gustaba la participación en la política y rechazaban el reformismo social. En su seno persistían dos tendencias enfrentadas: los partidarios de la estrategia terrorista y los sectores sindicalistas. La huelga general era el instrumento revolucionario más eficaz. Esto abrió una nueva etapa de reorganización con la formación del sindicato Solidaridad Obrera. La Confederación Nacional de Trabajo (CNT) reafirmó la acción directa como estrategia frente a la lucha política. Tras la huelga general, la CNT fue declarada ilegal.
El socialismo: La UGT y el PSOE
Era una organización política reducida y crecía lentamente. Su dirigente aceptó colaborar con el republicanismo en la lucha por la democratización del régimen sin renunciar a la revolución social. Esa estrategia se produjo con la formación de la Conjunción Republicano Socialista que puso fin al aislamiento del PSOE. El socialismo acabó siendo una fuerza parlamentaria. La Unión General de Trabajadores (UGT) también experimentó grandes cambios como la incorporación de los obreros industriales, sobre todo el sector minero y ferroviario, y acrecentó su implantación en Asturias, Bizkaia y Madrid.
3. El nacionalismo vasco
Surgió de dos hechos: las guerras carlistas y la industrialización. La literatura fuerista de raíz romántica idealizaba el mundo rural, esta literatura fue la base del primer nacionalismo vasco. Los fueristas se dividieron en dos grupos políticos: unos defendían la unión vasco-navarra mientras que los segundos evolucionaron al autonomismo. Los líderes nacionalistas vascos procedían del carlismo. Sabino Arana fue su máximo líder e ideólogo. Fundó en la clandestinidad el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Otros nacionalismos periféricos tuvieron menos peso. El regionalismo gallego tuvo poca implantación. En el caso valenciano, el paralelismo permitió la creación de una sociedad cultural. En Andalucía, el primer signo de regionalismo fue la Asamblea Federal de Antequera.