La crisis de Cuba y sus consecuencias
La crisis de Cuba provocó la aparición de movimientos, que desde un punto de vista político y cultural, defendían la regeneración y modernización de la política española. Estos movimientos surgieron tras el 98 bajo manos de Joaquín Costa, cuya intención era deshacerse del caciquismo y del fraude electoral, además de alfabetizar a la población y modernizar la economía.
El impacto en la mentalidad y la política
La derrota militar supuso un cambio en la mentalidad, especialmente en la de los militares, que se inclinaron hacia posturas más autoritarias frente al antimilitarismo. El sistema político liberal, al igual que el francés, era uniformista y buscaba la unidad nacional. Aun así, los particularismos regionales, el espíritu romántico y el renacimiento cultural, permitieron la diversidad regional especialmente en Cataluña y el País Vasco, las regiones con más independencia económica.
El nacionalismo catalán
El nacionalismo catalán surgió dentro del contexto cultural del Romanticismo. Fue un movimiento literario llamado Renaixença, cuyo objetivo era la recuperación de la lengua y de las señas de identidad catalana. Los primeros movimientos prenacionalistas fueron el carlismo y el federalismo de la mano de Pi i Margall.
El nacionalismo vasco
El nacionalismo vasco, surgido en un clima de defensa de los fueros, tuvo diferencias respecto al catalán, pues no se formó desde una burguesía, sino desde los perdedores de la guerra carlista.
El movimiento obrero y las agitaciones campesinas
El movimiento obrero y las agitaciones campesinas tuvieron lugar en Cataluña, junto a manifestaciones violentas y a la creación de mutualidades obreras. En cuanto a las agitaciones campesinas, tenían lugar en zonas de latifundios y jornaleros.