Segunda República Española: Constitución de 1931 y Bienio Reformista
Introducción y Nacimiento
Tras la dimisión de Primo de Rivera, se intentó rescatar el sistema de la Restauración. Sin embargo, la sucesión de gobiernos débiles evidenció la imposibilidad de este retorno. Se convocaron elecciones en abril de 1931, donde los partidos monárquicos vencieron en el ámbito rural y los republicanos en las ciudades. La población se movilizó en las calles, formándose un gobierno provisional que proclamó la República. El 14 de abril de 1931, Alfonso XIII se exilió para evitar un conflicto civil.
Gobierno Provisional
Formado gracias al Pacto de San Sebastián, destacaron figuras como Niceto Alcalá-Zamora (presidente) y Miguel Maura, ambos de tendencia conservadora; Alejandro Lerroux, líder del Partido Radical; Manuel Azaña, de Izquierda Republicana; y Francisco Largo Caballero, del PSOE. El gobierno enfrentó desafíos como la mejora de las condiciones laborales, la reforma militar, la cuestión autonómica (especialmente en Cataluña) y el orden público, marcado por conflictos entre monárquicos y republicanos.
Constitución de 1931
Las elecciones de 1931, con sufragio universal masculino, dieron la victoria a la coalición republicano-socialista. Las Cortes, de mayoría izquierdista, elaboraron una nueva Constitución, promulgada el 9 de diciembre de 1931. Entre sus principios destacan:
- Democracia: soberanía nacional, sufragio universal y participación directa.
- Liberalismo político: derechos garantizados y división de poderes.
- Regionalismo: Estado integral con posibilidad de estatutos de autonomía.
- Laicismo: separación Iglesia-Estado y libertad religiosa.
- Economía mixta: intervención estatal sin llegar al socialismo.
- Propiedad: privada pero con posibilidad de expropiación por bien común.
Las instituciones clave fueron: Cortes unicamerales, Presidente de la República, Gobierno y sistema judicial con Tribunal de Garantías Constitucionales. La polémica religiosa se centró en la libertad de culto, el matrimonio civil y la educación pública.
Bienio Reformista
Tras la aprobación de la Constitución, Azaña lideró un gobierno que impulsó reformas anticlericales, como la disolución de la Compañía de Jesús y la secularización de la educación. En política autonómica, se aprobó el Estatuto de Cataluña, pero fracasó el intento vasco. La reforma agraria, destinada a repartir latifundios, tuvo un alcance limitado debido a la falta de recursos.
La violencia política marcó estos años, con el fallido golpe de Estado de Sanjurjo en 1932 y las sublevaciones de la CNT. El incidente de Casas Viejas dañó la imagen del gobierno de Azaña.
Conclusión
Las tensiones internas entre socialistas y republicanos, junto con la pérdida de apoyo ciudadano, llevaron a la disolución de la coalición y la convocatoria de elecciones en septiembre de 1933.