EL NACIONALISMO CATALÁN
El sentimiento nacionalista catalán que surgíó a principios del s. XIX, iniciará un movimiento conocido como la Renaixença, que intentará fortalecer el catalán, convirtiéndola en una lengua no sólo hablada en la calle sino literaria.
El movimiento literario originará el nacimiento de movimientos políticos, destacando el autogobierno para la regíón catalana. La justificación de este nacionalismo político se busca en:
La historia propia y diferenciada del resto del estado español,
En una lengua diferente y En una realidad económica diferenciada del resto de España
El primer partido nacionalista catalán, liberal y laico, fue El Centre Catalá creada por Valentí Almirall.
Este fracasó y se inició un predominio del catalanismo conservador.
En 1891 se constituyó la Uníó Catalanista.
Los hombres más importantes de este partido fueron su presidente Lluis Doménech i Montaner y el secretario, Prat de la Riba. Ellos elaboraron las Bases de Manresa, un programa político que defendía el autogobierno con posturas autonomistas, estableciendo un poder central diferenciado del poder autónomo y constituyendo un gobierno y un cuerpo legislativo propios que tendrán competencias en política interior.
En 1901 se crea la Lliga Regionalista en la que la Prat de la Riba junto con Francesc Cambó agruparán a todos los sectores conservadores del catalanismo. Los dos objetivos primordiales de la Lliga consistían en demandar la autonomía política de Cataluña dentro de España y defender los intereses económicos de las cuatro provincias. Los propósitos autonomistas de la Lliga no concordaron con el sistema de la Restauración, consiguiéndose únicamente la creación de la Mancomunidad de Cataluña, que agrupaba a las diputaciones provinciales catalanas con fines exclusivamente administrativos. La Lliga fue el partido nacionalista catalán más importante hasta 1923.
EL NACIONALISMO VASCO
Su fundamento ideológico era: una lengua propia, el euskera y la defensa de sus fueros históricos que fueron derogados durante la Restauración en 1876. Esta pérdida de los fueros junto con la industrialización y la llegada de inmigrantes de otros territorios, favorecieron el desarrollo del sentimiento nacional.
El propulsor del nacionalismo vasco, Sabino Arana, fundó el Partido Nacionalista Vasco en el que se recogen los siguientes fundamentos teóricos: defensa de la recuperación de la independencia vasca, radicalismo antiespañol, oposición a los matrimonios entre vascos y foráneos, integrismo religioso católico, y la promoción del idioma y recuperación de las tradiciones culturales vascas. El P.N.V. Se definía como un partido muy conservador. Comenzó a adquirir seguidores a partir de 1900.
Desde entonces convivieron dos tendencias: una posibilista que defendí la reforma del Estado y la autonomía y otra radical y seguidora de los principios independentistas de Sabino Arana.
Los objetivos planteados tanto por el nacionalismo catalán como por el vasco no tendrán respuesta durante el periodo de la Restauración. Sólo durante la Segunda República Española, catalanes y vascos conseguirán su estatuto de autonomía.
EL NACIONALISMO GALLEGO
La situación de atraso socioeconómico en Galicia dificultó la implantación del galleguismo. Este regionalismo se inició como un movimiento cultural, el Rexurdimento, que intentó mejorar la situación gallega, y cuyas figuras más destacadas fueron los progresistas Rosalía de Castro y Manuel Murguía. Paralelamente se desarrolló un movimiento conservador, tradicionalista y fuertemente católico liderado por Alfredo Brañas.
EL REGIONALISMO VALENCIANO
Este movimiento se inicia en los años setenta. Pero es a principios del s. XX cuando se inician los planteamientos políticos con la formación de Valencia Nova que reclamaba la autonomía.
Se viven situaciones similares en otras zonas del país. En Andalucía, se desarrolla el andalucismo, el cual tuvo poco éxito cultural y político. Así como en Canarias con la Junta Suprema de Canarias.
El MOVIMIENTO OBRERO
El movimiento obrero, que tiene como objetivo mejorar la situación de los trabajadores, se consolida durante la restauración. Ejercerán una oposición política y actuarán de forma violenta para conseguir sus objetivos: luchar por sus mejoras y destruir la sociedad capitalista. Sus dos ideologías fueron: la anarquista y marxista.
EL ANARQUISMO
Para el anarquismo el principal problema era el propio Estado. Querían acabar con las instituciones políticas y crear una sociedad horizontal, igualitaria y sin normas. En 1874 el gobierno declaró ilegales las asociaciones ligadas a la AIT y se inició la persecución y represión policial con numerosas detenciones. Los anarquistas se dividieron en dos tendencias: la de quienes propónían replegarse para esperar tiempos mejores y la de quienes propónía el terrorismo, un ejemplo de ello fue La Mano Negra.
Cuando en 1881 el gobierno de Sagasta autorizó nuevamente las organizaciones internacionales, se recupera la libertad sindical y la legalidad de las asociaciones proletarias.
Dentro del obrerismo español se mantuvo el predominio de la corriente anarquista, que se dividíó en múltiples tendencias. Esta condujo a una postura sindicalista, defensora de la lucha obrera y partidaria de llegar a acuerdo con otras organizaciones políticas. Otros grupos defendieron la “acción directa” y el terrorismo.
En 1901 diversos grupos anarquistas comenzaron a publicar en Cataluña un periódico, «Solidaridad Obrera» que en 1907 patrocinó a una asociación de igual nombre. Fue una de las protagonistas de la Semana Trágica de Barcelona (1909), donde se produjeron revueltas y represión a causa del envío de tropas reservistas a Marruecos para sofocar una rebelión indígena. En 1910 el líder del anarquismo español Anselmo Lorenzo fundó la Confederación Nacional de Trabajo (CNT) que tuvo gran repercusión entre los trabajadores industriales de Cataluña y los jornaleros de Andalucía.
Los principales rasgos ideológicos que definían a los anarquistas eran Rechazo de cualquier autoridad impuesta, de la propiedad privada, de la participación en la política y la iglesia; Defensa del colectivismo, de la revolución y las huelgas generales.
EL SOCIALISMO
Al igual que el anarquismo, fue reprimido y perseguido durante la mayor parte del Siglo XIX. En 1879, se funda el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Su fundador fue Pablo Iglesias seguidor del socialismo marxista. Las ideas básicas del programa socialista eran: Posesión del poder político por la clase trabajadora, creando un estado que asegurara la igualdad para todos. Transformación de la propiedad privada en propiedad social Medidas políticas y económicas para alcanzar el fin propuesto. Rechazo del terrorismo.
En 1888 se creó la Uníón General de Trabajadores (UGT)
un sindicato vinculado al PSOE, con la misma ideología de éste y defensor de la jornada de las ocho horas. Su líder hasta 1925 fue también Pablo Iglesias. A pesar de las malas relaciones con los anarquistas se unieron y protagonizaron la huelga general de 1917.