Nacionalismo, Imperialismo y Liberalismo en el Siglo XIX: Un Recorrido Histórico

El Auge del Nacionalismo, Imperialismo y Liberalismo en el Siglo XIX

El Nacimiento del Nacionalismo

En la Edad Media y Moderna, la palabra «nación» designaba al grupo de personas nacidas en un mismo lugar y que estaban bajo el poder de un mismo monarca. En el siglo XIX, el término nación adquirió una dimensión política. Desde sus orígenes, hubo dos concepciones distintas del nacionalismo:

  1. Concepción Cultural (Románticos Alemanes): Para ellos, la nación es un ser vivo.
  2. Concepción Política (Teóricos Franceses): La nación se forma por la decisión voluntaria de un conjunto de personas.

Estas ideologías dieron lugar a dos procesos:

  1. Los estados pusieron en marcha políticas nacionalizadoras.
  2. Los pueblos lucharon por convertirse en movimientos nacionalistas.

Movimientos Unificadores: Italia y Alemania

Otros movimientos nacionalistas dieron lugar a la unión de poblaciones que estaban divididas. Fueron los casos de Italia y Alemania.

Unificación Italiana

La península de Italia estaba dividida en diversos Estados, algunos de ellos bajo la dominación extranjera. Pero la existencia de una lengua común forjó un sentimiento de unidad entre los italianos. El proceso de unificación de Italia fue liderado por Piamonte y culminó en 1861.

Unificación Alemana

En el caso alemán, Prusia fue el Estado que encabezó la unificación. Durante la primera mitad del siglo XIX, se establecieron mecanismos de cooperación económica entre los distintos Estados alemanes. A partir de 1862, el rey Guillermo de Prusia y su primer ministro Bismarck aceleraron la unificación por vía militar. En 1871 nacía el Imperio Alemán, el II Reich, que se convirtió en una gran potencia.

El Problema de la Esclavitud y la Guerra de Secesión en EE.UU.

La constitución de los E.E.U.U. dejaba en manos de cada Estado la abolición de la esclavitud. Los estados del norte y del oeste la habían abolido, mientras que los del sur la mantenían. El enfrentamiento entre Estados abolicionistas y Estados esclavistas se intensificó a mediados del siglo XIX. En 1860 fue elegido presidente del país Abraham Lincoln, que se oponía a la extensión de la esclavitud en los nuevos territorios. Poco después, once Estados del sur se separaron y crearon una Confederación. La Guerra de Secesión duró cuatro años y terminó con la victoria del norte. Fue una guerra muy destructiva, pues en ella se aplicaron por primera vez armas modernas. El conflicto provocó medio millón de muertos y arrasó muchos territorios.

¿Qué es el Imperialismo?

El término imperialismo implica la extensión del dominio de un país sobre otros. El país que conquista es la metrópoli y las colonias son los territorios conquistados. El imperialismo no era un fenómeno nuevo. En los siglos XVI y XVII España y Portugal fueron los imperios más importantes. Pero en el siglo XIX alcanzó su mayor intensidad. La expansión imperialista del siglo XIX tuvo nuevos protagonistas: Gran Bretaña y Francia. La expansión del XIX fue rápida y total: mientras en 1800 podía decirse que Europa era la dueña del mundo. La rapidez de la conquista se explica por la superioridad militar de los países colonizadores.

Factores Económicos del Imperialismo

Tuvieron mucha importancia. Las colonias se convirtieron en mercados donde no había que pagar tributos aduaneros. También eran espacios donde invertir sus capitales. Asimismo, se colonizaban los territorios ricos en recursos naturales, que ofrecían materias primas baratas para sus industrias.

Factores Políticos del Imperialismo

Las potencias conquistaron algunos lugares que eran estratégicos para controlar rutas marítimas y terrestres importantes. La expansión territorial también servía para aumentar el prestigio de un país en el mundo y fortalecer el orgullo nacional entre sus habitantes.

Factores Demográficos del Imperialismo

En los países occidentales la población creció intensamente en el siglo XIX. Millones de europeos emigraron a las colonias. Muchos gobiernos animaban y controlaban esos flujos migratorios.

La Guerra de Independencia Española

El monarca español Carlos IV se opuso a las ideas de la R.F. y, como otras monarquías europeas, España entró en guerra contra Francia. Con todo, España fue derrotada y tuvo que firmar un tratado que la convertía en aliada de Francia. En 1807 España y Francia firmaron el Tratado de Fontainebleau, por el que acordaban invadir Portugal. Las tropas francesas debían atravesar España para llegar a Portugal, pero aprovecharon la situación y ocuparon algunas ciudades españolas. La permanencia francesa en territorio español creó malestar en la población. Fernando, hijo de Carlos IV, aprovechó el descontento e instigó el motín de Aranjuez, que provocó que Carlos IV abdicase en su hijo, que pasó a ser el rey Fernando VII. Napoleón aprovechó los problemas de la familia real para secuestrarlos en Bayona y obligó a abdicar en favor de su hermano José Bonaparte, que se convirtió en rey de España. El 2 de mayo de 1808, se produjo una sublevación popular en Madrid. Fue el comienzo de la Guerra de Independencia. La guerra fue a la vez de liberación contra los franceses y una lucha civil, ya que la población quedó dividida entre afrancesados y fernandinos. La contienda fue larga y dura. Y las guerrillas fustigaban continuamente al poderoso ejército francés, mejor equipado y formado. Cuando Napoleón retiró algunas tropas porque las necesitaba para la dura campaña de Rusia, los españoles, aliados con ingleses, iniciaron una contraofensiva. En 1813 se firmó el Tratado de Valençay que ponía fin a la Guerra de Independencia y le devolvía la corona a Fernando VII.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

La Guerra de Independencia tuvo también consecuencias políticas. La ausencia de la familia real dejó en España un vacío de poder en las zonas sublevadas, en las que se crearon juntas para organizar la lucha. En plena guerra, la junta central convocó las Cortes. La mayoría de los diputados eran liberales, aunque había una minoría, los serviles, que únicamente quería el regreso de Fernando VII y el mantenimiento del Antiguo Régimen. Las Cortes elaboraron la Constitución de 1812, la primera constitución de nuestra historia. Esta reflejaba los principios del liberalismo político: reconocía la soberanía nacional y la división de poderes y establecía una declaración de derechos muy completa. Era una constitución muy avanzada. La constitución fue aprobada el 19 de marzo, de San José, por lo que se le conoce como «la Pepa». Además, las Cortes de Cádiz aprobaron muchas reformas que pusieron fin al Antiguo Régimen.

La Restauración del Absolutismo (1814-1820)

En marzo de 1814, Fernando VII volvió a España. El rey, apoyado por los serviles, derogó la constitución y las reformas aprobadas durante la guerra. Era una vuelta al Antiguo Régimen. Fernando VII gobernó de forma absoluta durante 6 años en los cuales fue aconsejado por una camarilla de amigos. Los liberales fueron perseguidos y muchos marcharon al exilio para evitar la cárcel. Los liberales y parte del ejército trataron de restaurar el liberalismo mediante pronunciamientos.

El Trienio Liberal (1820-1823)

En 1820 triunfó un pronunciamiento liberal dirigido por el coronel Riego, que proclamó la Constitución de 1812 en Cabezas de San Juan. El rey tuvo que jurar la constitución, liberar los presos políticos y convocar elecciones para reunir las Cortes. Entre 1820 y 1823, los liberales restauraron las reformas que se aprobaron en Cádiz y formaron la milicia nacional para defender el régimen liberal por las armas, si era preciso. Durante el gobierno liberal se produjeron distintas tentativas golpistas por parte de los absolutistas, apoyadas por el rey y varios países europeos.

El Fin del Absolutismo y la Guerra Carlista (1823-1840)

La vuelta al poder de Fernando VII coincidió con una grave crisis interna. La hacienda estaba sin fondos y la pérdida del imperio americano agravó aún más la crisis económica. El rey intentó modernizar el gobierno mediante la creación de un consejo de ministros. Los liberales, perseguidos por el régimen, protagonizaron varios pronunciamientos. A esta situación se unió el problema dinástico. Debido a la Ley Sálica que no permitía gobernar a las mujeres en España. Como Fernando VII no había tenido hijos hombres, promulgó una norma, la Pragmática Sanción que anulaba la Ley Sálica con el fin de que su hija Isabel pudiese reinar. Cuando Fernando VII murió en 1833 su viuda se hizo cargo del gobierno, por otra parte Don Carlos se proclamó rey de España. De este modo estallaba la primera guerra carlista. La guerra también fue un enfrentamiento ideológico entre dos bandos: los liberales y los carlistas. La guerra duró siete años y terminó con la derrota carlista. El Abrazo de Vergara puso fin a la guerra, aunque el conflicto se mantuvo vivo durante todo el siglo XIX.

El Triunfo del Liberalismo (1833-1844)

Durante la minoría de edad de Isabel II se produjo un período de regencias, en el que se instauró el régimen liberal en España. La primera regente fue María Cristina, la madre de Isabel. Su regencia coincidió con la guerra carlista y, para ganarla, se alió con los liberales. Los liberales estaban divididos en dos grupos: los moderados y los progresistas. En los años siguientes los progresistas, con Mendizábal al frente del gobierno, tomaron medidas para abolir los restos del Antiguo Régimen, como la desamortización de las propiedades de la iglesia. El punto culminante fue la promulgación de la Constitución de 1837. En 1840, ante la dimisión de María Cristina, asumió el cargo el general Espartero. En 1843, con la dimisión de Espartero frente a la crisis, se proclamó reina Isabel II con solo 13 años.

La Década Moderada (1844-1854)

Durante los 10 primeros años de su reinado, Isabel II solo les encargó el gobierno a los moderados y el período se caracterizó por su conservadurismo. El general Narváez fue el hombre fuerte que presidió varios gobiernos. En 1845 se aprobó una nueva constitución. El estado se organizó de forma centralista. Los nuevos códigos civil y penal igualaron las leyes en todos los territorios y la reforma fiscal equiparó los impuestos. De entre los progresistas se escindieron el partido demócrata, que exigía el sufragio universal, y los republicanos, favorables a la proclamación de la república. En 1854 se produjo el pronunciamiento de Vicálvaro. Lo dirigió Leopoldo O´Donnell, apoyado por algunos moderados y algunos progresistas, y puso fin a esta etapa.

El Bienio Progresista (1854-1856) y la Unión Liberal

Tras el pronunciamiento de Vicálvaro, el poder pasó a los progresistas, que seguían dirigidos por Espartero y que estaban apoyados por un partido de centro patrocinado por O´Donnell llamado la Unión Liberal. El nuevo gobierno puso en marcha un nuevo proceso de desamortización y aprobó la Ley de Ferrocarriles. Fue un período castigado por la crisis económica y las protestas de obreros y campesinos. Esta agitación social fue el motivo que la reina esgrimió para retirar del gobierno a los progresistas.

La Primera República Española

Ante la dificultad para encontrar un rey, las Cortes proclamaron la 1ª República. La República nació con graves problemas. La mayoría de los grupos políticos eran monárquicos, y los propios republicanos estaban divididos entre los que querían una república federal y los que la preferían unitaria. Reflejo de esta división fue el estallido del movimiento cantonalista. Además, la República tuvo que enfrentarse al estallido de la 3ª guerra carlista y de la guerra en Cuba. Ante la situación de caos generalizado, el General Pavía dio un golpe de Estado y disolvió las Cortes en Enero de 1874. Tras el golpe de Estado, el general Serrano presidió el gobierno durante casi un año. Mantuvo las formas republicanas, pero no el espíritu de reforma y modernización que la república representaba. Por eso, nadie se opuso cuando un nuevo golpe de Estado en Diciembre de 1874 restauró la dinastía de los Borbones.

Vocabulario

  • Afrancesados: Ilustrados españoles que reconocieron a José Bonaparte como rey.
  • Fernandinos: Españoles que se mantuvieron fieles a Fernando VII.
  • Guerrillas: Partidas de civiles armados que fustigaban a las tropas napoleónicas y entorpecían su control del territorio.
  • Pronunciamiento: Forma de sublevación militar típica del Siglo XIX, su objetivo era cambiar un determinado sistema político.
  • Santa Alianza: Alianza de numerosos reyes europeos para enfrentarse a los gobiernos de tendencia liberal.
  • Desamortización: Incautación y venta por el Estado de bienes de otras instituciones.
  • Regencia: Cuando una monarquía no es gobernada por su legítimo rey por incapacidad, minoría de edad o ausencia.
  • Cantonalismo: Movimiento que tenía como objetivo la creación de Estados soberanos y federados dentro de España.

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