II. LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN (1874-1902)
1. El carlismo
Pese a la derrota de 1876, seguía teniendo apoyo de un importante sector de la opinión pública española,q tuvo una notable implantación en algunas regiones, sobre todo en Navarra, en zonas del País Vasco, en la Cataluña interior y en algunas zonas dispersas repartidas por toda la Península.
2. El surgimiento de los nacionalismos periféricos
Se hizo especialmente evidente en Cataluña y en el País Vasco, precisamente las regiones con más independencia económica. Los regionalismos periféricos fueron originariamente manifestaciones de las medianas y pequeñas burguésías, más que de las altas, que intentaban recuperar su identidad nacional a través de la defensa de sus históricas peculiaridades forales.
a) El nacionalismo catalán (catalanismo).
En Cataluña surgíó un amplio movimiento cultural y literario, conocido como la Renaixença. Su finalidad era la recuperación de la lengua y de las señas de identidad de la cultura catalana, pero carecía de aspiraciones y de proyectos políticos, siendo sus objetivos puramente culturales.
Los 1º movimientos prenacionalistas los encontramos en el carlismo y su pretensión de recuperar los fueros.Las primeras formulaciones catalanistas vinieron de la mano de Valentí Almirall, un republicano federal decepcionado, que fundó el Centre Català (1882), organización de carácter pogresista que pretendía conseguir la autonomía su programa quedó fijado en las Bases de Manresa en 1892, que defendía una organización confederal de España y la soberanía de Cataluña en política interior.
b) El nacionalismo vasco
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El nacionalismo del País Vasco, aunque surgíó en un clima compartido de defensa de los fueros, tuvo peculiaridades distintas del catalán.Historiadores e ideólogos afines llevaron a cabo una idealización del pasado y añoraban la pérdida de la «edad dorada». La industrialización y la masiva llegada de inmigrantes eran señaladas como enemigas de la sociedad tradicional vasca.
El propulsor del nacionalismo vasco, Sabina Arana, desde una perspectiva fuerista tradicional, se limitó en los años noventa a recoger y dar coherencia a estas ideas que flotaban en la sociedad, y las depuró: para un pueblo «diferente» -de raza y, sobre todo, lengua distintas lo q significó su independencia, su lema nacionalista vasco era Dios y Ley Vieja, o sea, fueros y tradiciones.
El 31 de Julio de 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco con una solemne declaración antiespañola y con una voluntad de restaurar en el territorio el orden jurídico tradicional,que buscaban como objetivo, la autonomía dentro del Estado español.
c) Otras manifestaciones regionalistas y nacionalistas.
El nacionalismo gallego muestró unas diferencias específicas con respecto al catalán o al vasco. Por una parte, fracasó en su intento de construir una fuerza política galleguista homogénea, pero, por otra, edificó una ideología diferencialista que teorizó con radicalidad la naturaleza nacional de Galicia -territorio, raza, lengua, historia y conciencia nacional
El regionalismo andaluz comenzó a caminar a partir de los movimientos cantonalistas de 1873. Para Blas Infante esta fecha fue fundamental para la formación de la conciencia andaluza en el marco de una República Federal. El primer acto andalucista clave fue en Antequera en 1883 -décimo aniversario de la República-, donde se proclamó la Constitución Federalista Andaluza y se solicitó expresamente una «Andalucía soberana y autónoma».
3. Los partidos republicanos
Si algo caracteriza al republicanismo español tras la experiencia del Sexenio es la desuníón, por lo menos tres corrientes republicanas podemos distinguir:
El Partido Posibilista o republicano histórico. Es el más moderado, su líder era Emilio Cautelar. Su base social era la burguésía y las clases medias urbanas.
El Partido Centralista de Ruiz Zorrilla y Salmerón, mantuvo su republicanismo más radical, apoyando, incluso, motines y levantamientos a favor de la República.
El Partido Federal de Pi i Margall fue el mejor definido, el más coherente con las ideas del Sexenio y el único que se mantuvo unido fue d origen urbano y con implantación rural, defendían la descentralización y el anticlericalismo.
4. El movimiento obrero
Mientras el republicanismo ejercíó una oposición política al régimen de la Restauración, el movimiento obrero–
Entendido como la actividad política y social de los obreros y campesinos para mejorar su situación y defender sus derechos- se opuso frontalmente a todo el sistema.
El movimiento obrero en España adquiríó madurez en el sexenio democrático. Las dos corrientes de la Internacional fueron: marxistas y anarquistas
a) Los anarquistas.
En un congreso de las organizaciones afiliadas a la Internacional celebrado en Zaragoza en 1872, la mayor parte de los congresistas habían optado por la línea anarquista. Que influyó un odio contra el Estado, El área geográfica dl anarquismo coincidía con el movimiento cantonal de 1873.En 1874 preparó su vida en la clandestinidad y la posibilidad de organizar una inminente acción revolucionaria para liquidar el Estado. Este fue su planteamiento dominante hasta 1881, cuando Sagasta hizo que el anarquismo retornara a la legalidad.Los componentes d esta Federación,optaron x abandonar la idea de la destrucción del Estado y organizar una resistencia solidaria y pacífica, q se vieron enfrentados al sector andaluz q eran partidarios de la violencia,x ello los anarquistas andaluces se agruparon en sociedades secretas y decidieron actuar como grupos subversivos. Así surgíó la Mano Negra, una especie de organización secreta q fue acusada d asesinatos.
b) Los marxistas o socialistas.
La otra tendencia del movimiento obrero, se limitó a seguidores de las ideas de Marx.Su ideario fue: la conquista del poder político por la clase trabajadora, ya bien sea por la vía electoral (cosa improbable) o bien a través de la revolución obrera, desmontar el sistema capitalista y como paso previo hacia una sociedad sin clases sociales, sin explotadores y explotados, objetivo final del marxismo,tuvo más peso en Extremadura y lo que actualmente es Castilla-La Mancha y especialmente en Madrid. Desde aquí se extendería a los núcleos mineros e industriales de la periferia asturiana, vizcaína y valenciana.La crisis económica de 1887, que trajo consigo cierre de fábricas, incremento del paro q llevó al Partido Socialista a crear una organización capaz de proceder de forma coordinada contra el capital.