Nacionalismos y Unificaciones en la Europa del Siglo XIX: Alemania e Italia

La Construcción de los Estados Nacionales en el Siglo XIX

En paralelo a las revueltas liberales, tiene lugar la aparición de movimientos nacionalistas que aspiran a hacer coincidir las fronteras de los estados con las de las comunidades nacionales. Para el liberalismo, la nación es el conjunto de personas que comparten lengua, cultura o historia y aspiran a vivir juntos bajo las mismas leyes e instituciones. Filósofos alemanes de finales del siglo XVIII, como Fichte, introducen el concepto de Volksgeist, o espíritu del pueblo, sugiriendo que los individuos pertenecen a una nación de manera inconsciente e involuntaria, simplemente por formar parte de un pueblo determinado. Las naciones existen por sí mismas como realidades superiores.

En algunos casos, como Portugal o Dinamarca, las fronteras del Estado y de la nación coincidían. En otros, como Francia, España o Gran Bretaña, convivían varias nacionalidades dentro del Estado. En Europa central y oriental, el desajuste entre fronteras estatales y nacionales era aún mayor: alemanes e italianos estaban divididos en múltiples estados independientes y aspiraban a la unificación. En los imperios turco y austriaco, diversas nacionalidades aspiraban a liberarse de la tutela del poder extranjero.

Nacionalismos y Revolución (1820, 1830, 1848)

  • 1820: Tras el Congreso de Viena, existían en Europa dos imperios, seis estados y treinta grupos nacionales sin estado propio. Se destaca la insurrección de Grecia frente al poder turco (otomano). En el Congreso de Epidauro (1822), delegados de toda Grecia proclaman la independencia, no reconocida por los turcos hasta 1829. Los griegos recibieron el apoyo de Francia, Gran Bretaña y Rusia.
  • 1830: Bélgica se independiza del reino de los Países Bajos, tras una guerra en la que contó con el apoyo francés.
  • 1848: La «Primavera de los Pueblos». En el imperio austriaco, se produce un despertar de los sentimientos nacionalistas (que sometía a 13 naciones). En Viena cae Metternich, abdica el emperador y se elige una Asamblea Constituyente. En Praga, Polonia y Croacia se reclama el respeto a todos los grupos nacionales. En Lombardía se reclama la salida de los austriacos y se proclama la república. Hungría se declara independiente. Aunque todos estos movimientos fracasan, se producen cambios significativos en el imperio: se forma un gobierno liberal moderado y se transforma la estructura del imperio, creándose la doble corona o Imperio austrohúngaro. Francisco José será rey de Hungría y emperador de Austria.

Las Unificaciones de Italia y Alemania

Unificación Italiana

A principios del siglo XIX, Italia estaba dividida en varios estados, con el Véneto y Lombardía bajo el poder del Imperio austriaco. En 1830, surge un movimiento cultural, el Risorgimiento, de reafirmación nacional. De este movimiento emerge la organización «Joven Italia», liderada por G. Mazzini, que aspira a la unificación de Italia mediante la proclamación de una república democrática.

Tras el fracaso de las revoluciones de 1848, solo en el reino de Piamonte se establece una monarquía constitucional, la de los Saboya. El primer ministro piamontés, el conde de Cavour, se convierte en el artífice de la unificación italiana. Mediante un pacto con Francia, Piamonte vence a los austriacos en Magenta y Solferino, incorporando Lombardía e Italia central a su territorio.

Paralelamente, la expedición de los «Camisas Rojas» de Garibaldi conquista el reino de Nápoles y cede sus conquistas al rey de Italia, Víctor Manuel II. Solo quedaba por incorporar el Véneto, lo que se logra en 1866 tras la derrota de Austria frente a Prusia. Los Estados Pontificios se unen al nuevo reino de Italia tras la derrota francesa frente a Prusia en 1870, a pesar de la oposición del Papa.

Problemas del nuevo Estado italiano:

  • Hostilidad del Papa.
  • Marcadas diferencias entre el norte industrial y el sur agrícola.
  • Trento e Istria permanecen bajo dominio austriaco.

Unificación Alemana

1815: El Congreso de Viena crea la Confederación Germánica, que englobaba a 39 estados, siendo Prusia y Austria los más poderosos.

1834: Se establece una unión aduanera, el Zollverein, entre los estados alemanes, a la que no se incorpora Austria.

1848: Se crea el Parlamento de Frankfurt, con representación de todos los estados alemanes. Este parlamento ofrece la corona de la futura Alemania unida al rey de Prusia, quien la rechaza por proceder de un parlamento liberal.

Finalmente, el canciller de Prusia, Otto von Bismarck, será el artífice de la unión alemana, que se consigue tras tres guerras:

  1. Guerra contra Dinamarca por los ducados de Schleswig y Holstein, con apoyo austriaco.
  2. Guerra contra Austria, con derrota austriaca en Sadowa (1866).
  3. Guerra contra Francia: Bismarck busca unir a los estados alemanes frente a un enemigo común. Francia es derrotada en Sedán y Metz.

Finalmente, en París se proclama el II Reich, y Guillermo I es nombrado Emperador.

Problemas del nuevo Estado alemán:

  • División religiosa entre el norte luterano y el sur católico.
  • Frustración del proyecto de la «Gran Alemania» al no incluir a Austria.

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