Oposición al Sistema de la Restauración: Carlismo, Republicanismo, Regionalismo y Nacionalismo en España

La Oposición al Sistema de la Restauración

Los opositores al sistema canovista fueron minoría. Fuera del sistema quedaron los partidos antidinásticos.

El Carlismo

Los carlistas, que no aceptaban la dinastía borbónica y habían sido derrotados en la 3ª guerra carlista en 1876, se escindieron en 1888; los de la Unión Católica, fundada por Pidal y Mon, se integraron en el partido conservador, mientras los integristas de Nocedal formaban el Partido Tradicionalista.

El Republicanismo (1874-1898)

Los republicanos representaban la principal fuerza de oposición al régimen canovista, con su base social en las clases medias urbanas. Estos defendieron la democratización del régimen y diversas reformas sociales. Se agruparon en varias corrientes sin llegar a formar un partido único:

  • Los federalistas de Pi y Margall, quienes junto a los unionistas de Salmerón quedaron fuera del sistema, pero aceptaron la legalidad vigente.
  • Los radicales de Ruíz Zorrilla, que llevó a cabo pronunciamientos.
  • Los posibilistas de Castelar, que participaron en el sistema canovista testimonialmente.

La implantación del sufragio universal (1890) posibilitó su revitalización y estimuló la reunificación de este movimiento.

El Regionalismo y Nacionalismo

Tras el Sexenio, el regionalismo asumirá la reivindicación nacionalista que hasta entonces habían llevado a cabo los carlistas y los republicanos federales. Estas dos corrientes se vieron debilitadas por la aparición de movimientos reivindicativos de los derechos históricos catalanes, vascos, gallegos, valencianos y andaluces.

El regionalismo pretende la defensa de la región mediante la autonomía administrativa, y el nacionalismo defiende que cada nación tiene derecho a ejercer la soberanía sobre su propio territorio, lo que querían era que cada cultura tuviera su Estado independiente. Los nacionalistas basaban sus argumentos en el hecho de que Cataluña y País Vasco son naciones, con lo que deberían tener derecho al autogobierno, partiendo de una serie de realidades que les diferenciaban de las demás provincias: la lengua, los fueros, la cultura y las costumbres propias.

El Nacionalismo Gallego

Nació siendo un mero movimiento cultural y literario llamado Rexurdimiento (siendo Rosalía de Castro una de sus mejores representantes). En 1916 nace A Nostra Terra, que servía de portavoz para estos nacionalistas.

El Regionalismo Valenciano

Un hecho importante de los regionalistas valencianos fue que en 1904 se fundara la Asociación Valencia Nova, en defensa de las costumbres valencianas y las reivindicaciones autonómicas.

El Regionalismo Andaluz

En 1883, los regionalistas andaluces proclamaron una constitución propia llamada Constitución Federalista Andaluza, y en 1917 se reconoce a Andalucía como país y como nación y se establecieron su propia bandera y su escudo.

El Catalanismo

El regionalismo y nacionalismo catalán se fue construyendo en etapas:

  1. En la década de 1830 se inició la Renaixença, un movimiento del ámbito intelectual, literario y político, cuyo objetivo principal era la recuperación de la lengua catalana.
  2. En 1882, Almirall creó el Centre Catalá, una organización política que reivindicaba la autonomía y denunciaba el caciquismo de la España de la Restauración.
  3. Enric Prat de la Riba fundó la Unió Catalanista (1891), de ideología conservadora y católica, quienes poco después aprobaron las Bases de Manresa, con lo que reclamaban el autogobierno y la división de competencias entre estado español y autonomía catalana. Eran fuertemente nacionalistas, aunque no tuvieron objetivos emancipadores.
  4. En 1901 nació la Lliga Regionalista, partido conservador católico y burgués cuyos objetivos eran la autonomía política para Cataluña dentro de España, y la defensa de los intereses económicos de los industriales catalanes.

Las siguientes etapas desembocan en que, al no obtener casi avances hacia la autonomía, hacen que Maciá funde Acció Catalana, con un programa más republicano y nacionalista. Estos últimos firmaron el Pacto de San Sebastián (1930) con la promesa de un estatuto de autonomía, que consiguieron en el advenimiento de la II República (1931).

El Nacionalismo Vasco

La defensa de los fueros vascos quedó relacionada a la causa carlista durante el siglo XIX, la cual fue derrotada varias veces, lo que llevó a la abolición de los fueros en 1876. Fue en la burguesía de Vizcaya, la cual era próspera y rica debido a la revolución industrial, donde se asentó el movimiento nacional vasco. Este movimiento se basó en la creación del Partido Nacionalista Vasco, PNV, fundado en 1895. Su fundador, Sabino Arana, formuló los fundamentos ideológicos de los nacionalistas vascos:

  • La independencia de Euskadi y creación de un Estado vasco independiente.
  • El radicalismo antiespañol.
  • La exaltación de la etnia vasca y la búsqueda de la eugenesia (pureza racial).
  • El integrismo religioso católico.
  • La promoción del euskera y de las tradiciones vascas (euskaldunización).
  • La aparición de una idealización de un mítico mundo rural vasco, en contraposición de la sociedad españolizada.

El último principio ideológico fue el del conservadurismo, tanto social como políticamente, que lleva al enfrentamiento contra el PSOE, principal organización obrera en Vizcaya. Arana termina convirtiéndose en diputado provincial y entrando en el Ayuntamiento de Bilbao y el PNV pasó a denominarse Comunión Tradicionalista, atrayendo a burgueses. En 1921 se produce una división entre autonomistas e independentistas.

Anarquismo

Los partidarios de este movimiento defendieron una ideología colectivista, libertaria, apolítica, anticlerical y revolucionaria. En 1881 desaparece la Federación Regional Española y se funda la Federación de Trabajadores de la Región Española, la cual rechazaba la actuación institucional. Estos optaban por movimientos sociales como huelgas, mientras que los «ultras» realizaban atentados reivindicativos. En 1882-1883 se producen actuaciones en el campo andaluz de la denominada Mano Negra, reprimida por el gobierno. Tras la ley de Asociaciones de Sagasta, se constituyó la Organización Anarquista de la Región Española, quienes son defensores o representantes del «pueblo llano» y son convertidos en enemigos de las clases acomodadas de la sociedad, quienes les persiguen.

En la década de los 90 los anarquistas optaban por tres tipos de acciones:

  • La acción sindical, aunque no tuvieran su propio sindicato hasta 1910.
  • La acción violenta, una serie de atentados sobre dirigentes políticos (Martínez Campos 1893, Cánovas 1897) y ciudades importantes, Barcelona (1893 y 1896).
  • La actividad cultural, iniciativas pedagógicas como la creación de la Escuela Moderna de Barcelona, dirigida por Francisco Ferrer y Guardia.

Finalmente muchos anarquistas fueron perseguidos y detenidos.

Socialismo

Los socialistas mantuvieron una ideología colectivista, anticlerical y antiburguesa. Fueron partidarios de la lucha política como medio para la transformación de la sociedad burguesa. Los hechos destacables fueron:

  • La creación, el 2 de mayo de 1879, del PSOE, presidido por Pablo Iglesias. Sus objetivos eran:
    • La abolición de las clases y la emancipación del proletariado.
    • La propiedad privada en propiedad social o colectiva.
    • La conquista del poder político por la clase obrera.
  • Se crearon varias organizaciones importantes para este movimiento: Comité Central (1881), y Unión General de Trabajadores (UGT, 1888).

En 1891 se celebraron las primeras elecciones parlamentarias de la Restauración con sufragio universal, restablecido el año anterior. Tras 1898 se inició una expansión de las organizaciones, con lo que obtuvieron una mayor capacidad de movilización, con lo que los socialistas cobraron importancia.

Crisis Agraria y Vuelta al Proteccionismo

Cabe hablar de esta etapa porque trajo diversos lastres y problemas para el estado español. La importación a España de un cereal más barato trajo un descenso considerable de los precios, lo que disminuyó los beneficios obtenidos y produjo una reducción del sueldo de los jornaleros, lo que acarreó problemas sociales. Esto, junto a la entrada de la filoxera, una plaga destructiva de cosechas, que supuso una crisis vitivinícola, supuso una crisis general agraria, poniendo fin a las cepas autóctonas españolas y trayendo las nuevas cepas americanas inmunes a las plagas.

El desarrollo industrial producido durante el siglo XIX provocó movimientos proteccionistas, lo que a la larga y tras la presión de la Liga Agraria, desembocó en el arancel de 1891, que no trajo un aumento de la productividad, con lo que supuso un lastre para el desarrollo y la expansión industrial, y además trajo una subida de precios, lo que no procuró ningún bien ni aumentó el nivel de renta de los campesinos.

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