La Oposición al Sistema en la Restauración
Durante la Restauración, aunque existían diversas fuerzas políticas como carlistas, catolicistas, republicanos, socialistas y anarquistas, ninguna logró consolidarse como una oposición mayoritaria y efectiva al sistema.
Los republicanos se encontraban fragmentados en diversas facciones:
- Partido Republicano Posibilista (Emilio Castelar)
- Partido Republicano Progresista (Ruiz Zorrilla)
- Partido Republicano Centralista (Nicolás Salmerón)
- Partido Republicano Federal (Pi y Margall)
A pesar de su división, lograron formar la Unión Republicana (1893-1901) tras el fracaso de 1886. El PSOE, fundado por Pablo Iglesias en 1879, compitió con los republicanos por el voto obrero.
Los carlistas, tras la derrota en la Tercera Guerra Carlista (1876), se adaptaron al nuevo escenario político. Figuras como Cándido Nocedal y Juan Vázquez de Mella lideraron esta readaptación, manteniendo su base en Navarra, País Vasco y Cataluña.
Otras fuerzas políticas incluyeron el Partido Nacional Católico y la Unión Católica, liderada por Alejandro Pidal, que criticaba a los conservadores desde una perspectiva católica.
En el ámbito liberal, surgieron el Partido Democrático-Monárquico de Segismundo Moret y la Izquierda Dinástica del General Serrano.
Regionalismo y Nacionalismo
El último cuarto del siglo XIX vio el auge de movimientos regionalistas y nacionalistas que desafiaban el centralismo estatal.
Cataluña
La Renaixença catalana buscó la recuperación de la lengua y la identidad catalana. En los años 80, surgió el catalanismo político, con figuras como el obispo Torras i Bages (conservador) y Valentí Almirall (progresista), quien fundó el Centre Català en 1882. En 1887, los conservadores fundaron la Lliga Catalana, y en 1892 se aprobaron las Bases de Manresa. En 1901, se creó la Lliga Regionalista con Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó.
País Vasco
El nacionalismo vasco surgió en 1890, tras la pérdida de los fueros carlistas, con la defensa de la lengua y cultura vasca. Sabino Arana fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895, con un fuerte componente católico y tradicional.
Galicia
El nacionalismo gallego tuvo un carácter principalmente cultural, con el Rexurdimento literario y figuras como Rosalía de Castro. La preocupación por la emigración impulsó el desarrollo político del galleguismo, con Vicente Risco como figura destacada.
Otros Movimientos
- Valencianismo: Con Teodor Llorente y Constantí Llombart en el ámbito cultural, y la creación de Valencia Nova en el político.
- Aragonesismo: Impulsado por la burguesía, con Joaquín Costa como principal exponente, defendiendo la recuperación de las instituciones medievales.
- Andalucismo: Con Blas Infante y la creación del Ideario Andaluz, el primer centro andaluz en Sevilla (1916) y la asamblea regionalista de Ronda (1918).
Guerra Colonial y Crisis de 1898
Guerra Colonial
Tras la Paz de Zanjón (1878), la falta de reformas en Cuba llevó al surgimiento del Partido Autonomista (independentista) y la Unión Constitucional (españolista). La abolición de la esclavitud en 1888 y el aumento de aranceles en 1891 tensaron las relaciones con Estados Unidos. En 1893, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, iniciando la guerra de independencia en 1895 con el Grito de Baire.
La intervención de Estados Unidos, tras el estallido del acorazado Maine en La Habana, precipitó la guerra hispano-estadounidense, que culminó con la derrota española en las batallas de Santiago y Cavite.
La Paz de París (1898) supuso la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico.
Crisis de 1898
El «desastre del 98» evidenció la crisis del sistema de la Restauración y la decadencia de España como potencia internacional. La crisis generó un movimiento regeneracionista, con figuras como Joaquín Costa y la Institución Libre de Enseñanza, y la Generación del 98 en la literatura y el pensamiento.
El desastre marcó el fin de la Restauración diseñada por Cánovas y el inicio del regeneracionismo bajo el reinado de Alfonso XIII, con un creciente antimilitarismo en la sociedad española.