Causas de la Revolución Rusa: La Crisis del Imperio a Principios del Siglo XX
A principios del siglo XX, Rusia era un inmenso imperio que se extendía desde los mares Báltico y Negro y la frontera polaca al oeste, hasta el océano Pacífico al este. Era un país eminentemente rural, donde el campesinado constituía el grupo social predominante. La industrialización era escasa y se concentraba en áreas cercanas a zonas de extracción de recursos naturales. El gobierno estaba en manos de los zares de la dinastía Romanov, quienes ejercían un poder autocrático apoyado en la aristocracia, la burocracia, la Iglesia ortodoxa y el Ejército.
Por aquellas fechas, existía un malestar generalizado provocado por diversas causas:
- Descontento político: El gobierno autocrático de los zares propició la aparición de una oposición política integrada por partidos liberales burgueses, como el Partido Constitucional Demócrata (KDT), y partidos marxistas revolucionarios, como los bolcheviques. Estos últimos, liderados por Lenin, eran partidarios de emprender una revolución socialista organizada por el Partido, considerado la “vanguardia del proletariado”.
- Descontento económico y social: Existía un fuerte contraste entre una minoría propietaria de la tierra y las fábricas, y la miseria del campesinado y el proletariado industrial.
La Revolución de 1905: Un Precedente Clave
En 1905, el malestar general, unido al causado por la derrota rusa frente a Japón en la Guerra Ruso-Japonesa, desencadenó una revolución. El hecho más significativo fue la dura represión ejercida sobre la manifestación celebrada en San Petersburgo, conocida como el «Domingo Sangriento».
Como resultado, el zar se vio obligado a crear un Parlamento o Duma y a emprender algunas reformas. Sin embargo, el sistema autocrático se mantuvo.
La Revolución de 1917: Dos Fases Cruciales
En 1917, las derrotas rusas en la Primera Guerra Mundial y el sufrimiento popular a causa del conflicto provocaron el estallido de la revolución. Esta se desarrolló en dos fases principales:
Fase 1: La Revolución Burguesa de Febrero
Las protestas comenzaron en Petrogrado, donde el soviet de la ciudad (consejo de obreros, soldados y campesinos) tomó el control de cuarteles y fábricas. Los revolucionarios consiguieron deponer al zar Nicolás II e implantar una república. El gobierno provisional, de carácter liberal y burgués, prometió reformas. Sin embargo, la lentitud de estas y la decisión de continuar la guerra, a pesar de las demandas populares, provocaron su caída y el comienzo de la segunda fase de la revolución. Mientras, Lenin regresaba del exilio y los bolcheviques comenzaron a organizar el asalto al poder.
Fase 2: La Revolución Bolchevique de Octubre
La Revolución de Octubre fue organizada por los bolcheviques con el apoyo de los soviets. Trotski y el soviet de Petrogrado tuvieron un papel fundamental. Rápidamente, fueron tomados los puntos estratégicos de la ciudad y el Palacio de Invierno fue asaltado. La revolución derrocó al gobierno provisional encabezado por Kerenski y llevó al poder a Lenin.
Lenin formó gobierno con el Consejo de Comisarios del Pueblo y tomó las primeras medidas:
- Entrega de todas las tierras a los campesinos.
- Garantía del derecho de autodeterminación de todas las nacionalidades del Imperio.
- Control obrero de las fábricas.
En 1918, los bolcheviques adoptaron el nombre de Partido Comunista y retiraron a Rusia de la guerra con la firma del Tratado de Brest-Litovsk con Alemania. En 1919, fundaron la Tercera Internacional.
La Guerra Civil (1918-1920) y la Consolidación de la Revolución
Pronto surgió la oposición armada de los grupos contrarrevolucionarios, herederos del zarismo. Formaron el Ejército Blanco, apoyado por Gran Bretaña y Francia, que se enfrentó al Ejército Rojo, organizado por Trotski. El resultado fue una cruenta guerra civil. La victoria del Ejército Rojo contribuyó a consolidar la Revolución.
La Construcción de la URSS y la Era de Stalin
Terminada la guerra civil, Lenin concentró en su persona todo el poder político. Como respuesta a la grave crisis económica, adoptó la Nueva Política Económica (NEP) en 1921, que combinaba elementos comunistas y capitalistas, y gracias a la cual la economía se recuperó.
En 1922, se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), organizada como un Estado federal e integrada por Rusia y otras repúblicas asiáticas.
A la muerte de Lenin en 1924, se abrió una etapa de transición en la que varios miembros del Partido Comunista se disputaron el poder, entre ellos, Trotski y Stalin. Este último salió triunfante, dando comienzo a la fase conocida como “estalinismo”.
El Gobierno de Stalin (1927-1953)
Stalin impuso un sistema político totalitario de partido único, donde el dominio del PCUS y de Stalin eran absolutos. Se reprimió cualquier tipo de oposición mediante purgas. La economía pasó a manos del Estado:
- Se colectivizó la tierra, que sería trabajada mediante cooperativas campesinas (koljoses) o asalariados en granjas del Estado (sovjoses).
- La industria creó grandes complejos estatales basados en industrias de base, metalúrgica y química, y estratégica y de armamento.
- La banca y los demás servicios se mantuvieron nacionalizados.
Se inició la planificación de la economía por cada rama productiva mediante los planes quinquenales, planes económicos a cinco años en los que se marcaban los objetivos a conseguir. Como resultado de todo ello, la URSS se convirtió en una gran potencia económica y militar, lo que le permitió afrontar el envite de la Segunda Guerra Mundial.