Orígenes y Consolidación del Régimen Franquista: Pilares Ideológicos y Consecuencias de la Posguerra

1. Bases Ideológicas y Estructura del Régimen

De principio a fin, el régimen franquista se configuró como una dictadura en la que Francisco Franco concentró todos los poderes, limitándolos a su conveniencia. Desde el punto de vista ideológico, Franco adoptó una mentalidad nacionalcatólica radical, considerándose un hombre elegido por Dios. Esta ideología concebía la fe católica como consustancial al ser español. El carácter militarista y autoritario fue otra característica fundamental, con el ejército como núcleo de la esencia nacional. El nacionalismo español constituyó una parte esencial del ideario del régimen, sustituyendo el concepto de nación como comunidad por el concepto falangista. Se rechazó el sistema de partidos y se estableció uno único: Falange Española Tradicionalista y de las JONS. El concepto de democracia orgánica implicaba que la representación política la constituían las unidades orgánicas de la sociedad: familia, sindicato y municipio. La represión y la propaganda fueron claves para la longevidad del régimen.

La Falange, la Iglesia y el Ejército fueron los tres pilares del franquismo. La Iglesia representaba el ideal patriótico de Franco, ya que poseía bienestar económico, poder social, control de los opositores y facilidad para la difusión de la doctrina. El poder de los militares alcanzó su punto culminante entre 1939 y 1945. El Estado franquista también fue respaldado por la pequeña burguesía, el campesinado católico y los grandes terratenientes.

Las principales leyes que configuraron el régimen fueron:

  • Fuero del Trabajo: Establecía los fundamentos sobre los que se organizaría la economía del nuevo Estado.
  • Ley Constitutiva de las Cortes: Convocaba «la participación del pueblo en las tareas del Estado».
  • Fuero de los Españoles: Una declaración de derechos en apariencia, ya que en realidad el texto proponía un sistema político autoritario con derechos limitados.
  • Ley del Referéndum: Establecía que los españoles podían ser consultados en forma de plebiscito.
  • Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado: Declaraba a España como reino, de acuerdo con la tradición monárquica, y a Franco como jefe vitalicio con derecho a nombrar sucesor.
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional: Suponía la incorporación de la Falange como único partido.
  • Ley de Responsabilidades Políticas: Envió a prisión a todos los republicanos.

2. La Posguerra y los Años 40: Represión, Autarquía y Aislamiento

Millones de personas se vieron obligadas a cambiar sus ideas conforme a las exigencias del nuevo Estado. Los exiliados tuvieron que adaptarse a los países de acogida, con la guerra a punto de estallar, mientras que los miembros de los partidos derrotados sufrieron penas de cárcel. El hambre y la represión fueron las primeras en aparecer, al igual que la instrucción de los expedientes de depuración. Universidades e institutos fueron víctimas de estos procesos, lo que provocó que la mayoría de los intelectuales salieran del país.

En cuanto a las relaciones exteriores, España quedó comprometida con las potencias fascistas. Firmó con Hitler el Tratado de Amistad Germano-Español, en el que se concretaba el envío de la División Azul al frente ruso. Durante la Segunda Guerra Mundial, España se declaró inicialmente al margen, aunque cambió su posición por la de no beligerante para luego volver a la primera. Entre 1945 y 1950 se produjo un aislamiento internacional tras las derrotas de Alemania e Italia. El régimen buscaba maquillar su imagen para ganarse a la opinión internacional.

Al acabar la guerra, España era un país arruinado, con una destrucción enorme en áreas urbanas y agrícolas, aunque se logró mantener intacto el sector industrial. La financiación de la guerra supuso la ruina de la Hacienda, ya que el oro se había empleado en el pago de suministros soviéticos. Se provocó un lento desarrollo demográfico y la inhabilitación de muchas ciudades provocó un movimiento de ruralización. Al tener que repartir los escasos alimentos de primera necesidad mediante la cartilla de racionamiento, se creó un mercado negro y, a su vez, fruto de la corrupción generalizada, se propagó el estraperlo.

Para promover la industrialización, se creó el Instituto Nacional de Industria (INI), que puso en marcha fábricas, al tiempo que se nacionalizaron las comunicaciones telefónicas y el transporte aéreo (Iberia). Como consecuencia de esta política autárquica, casi no existió crecimiento económico durante los años 40.

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