Orígenes y Evolución del Movimiento Obrero en España: Desde las Primeras Reivindicaciones hasta el Siglo XX

Orígenes y Evolución del Movimiento Obrero en España

Primeras Reivindicaciones y Condiciones Laborales

Las primeras reivindicaciones del movimiento obrero no tenían intenciones políticas, sino que buscaban mejoras en los sueldos y las condiciones de trabajo. Más tarde, empezaron a plantearse movimientos ideológicos y políticos. Las condiciones laborales eran extremadamente duras: los sueldos, aunque estables en general, eran muy bajos, lo que provocaba graves crisis de subsistencia que culminaban en revueltas. Las jornadas laborales podían llegar a las quince horas diarias. Las mujeres tenían un sueldo mucho más bajo que el de los hombres, y los niños eran explotados desde edades tempranas y cobrando casi nada.

Para paliar esta situación, se crearon las cajas de resistencia o asociaciones de ayuda mutua, que permitían que cualquier obrero, por una pequeña cuota mensual, pudiera subsistir si le echaban del trabajo o se quedaba minusválido.

Desarrollo del Movimiento Obrero (1840-1868)

El movimiento obrero comenzó entre 1840 y 1868. Durante estos años, sus asociaciones fueron prohibidas. A pesar de esta prohibición, los obreros crearon las mencionadas juntas de defensa. Con la ayuda de estas juntas, consiguieron que, durante la primera huelga general española en 1855, todos los despedidos no se murieran de hambre. En esta huelga, reivindicaron la libertad de asociación, la creación de sindicatos y los sueldos justos.

División del Movimiento Obrero y la Primera Internacional

Durante el final de la década de 1860, el movimiento obrero se dividió. En 1864, se había creado en Inglaterra la Primera Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), que pretendía conseguir acuerdos por los que todos se unirían para lograr objetivos comunes. Sin embargo, había discordancia sobre la forma de lograr sus objetivos.

  • Karl Marx defendía una sociedad en la que el proletariado implantase una dictadura.
  • Mijail Bakunin pretendía una destrucción directa del Estado y de todo símbolo de poder, para que así la sociedad pudiese asociarse libremente y conseguir una sociedad igualitaria.

El Movimiento Obrero en España: Socialismo y Anarquismo

En España, se creó la Federación Regional Española de la AIT, quedando así dividido el movimiento español en dos facciones: la socialista y la anarquista. El golpe de Estado de Pavía de 1874 supuso el fin de la libertad de asociación y pasaron a la clandestinidad. Serrano ya había declarado ilegales las organizaciones obreras, así que estas se habían visto obligadas a actuar en la más absoluta clandestinidad. Sin representación política, las asociaciones obreras no conseguían luchar por sus derechos, lo que llevó a que, durante este periodo, el gobierno se despreocupara de la problemática social. La Iglesia creó escuelas para mejorar la situación social, pero estaban dirigidas a las clases más pudientes. Los intelectuales fueron muy críticos con esta situación.

El Surgimiento del PSOE y la UGT

En 1879, se fundó el PSOE de forma clandestina, con Pablo Iglesias como presidente. En 1881, fue inscrito oficialmente. El PSOE creció de manera lenta, debido a su rígida disciplina y a que pretendía conseguir objetivos claramente revolucionarios desde la vía política legal.

En 1888, se creó la UGT, el sindicato del PSOE, y a partir de ese momento se empezaron a organizar las llamadas casas del pueblo, que eran un foco de cultura y centros de reunión. Se planteó el día de la Primera AIT como el Día del Trabajador, fiesta que tuvo mucho seguimiento. Sagasta implantó el sufragio universal masculino, pero hubo que esperar hasta 1910 para ver a Pablo Iglesias como diputado en el Congreso.

El Anarquismo en España

El movimiento obrero anarquista tuvo mucho más éxito al principio, ya que proponía una sociedad libre y buena que destruyese toda forma de gobierno y que fuera autosuficiente. El propagador de estas ideas fue Anselmo Lorenzo, y tuvo gran cantidad de seguidores. La desorganización del movimiento lo llevó a actuar de forma que casi llegó a la disolución. La influencia de ideas como la propaganda por el hecho y la acción directa condujeron a algunos sectores al uso del terrorismo.

Un anarquista atentó contra Martínez Campos y otro lanzó dos bombas. Estos actos produjeron muchas detenciones y fusilamientos. Otro anarquista lanzó una bomba al paso de una procesión, lo que llevó a la policía a hacer muchísimas detenciones y encerrarlos en la prisión del castillo de Montjuïc. Este proceso fue objeto de revueltas populares y repulsa internacional. Tras la cadena de atentados, la legislación contra los anarquistas se endureció, y un anarquista asesinó a Cánovas del Castillo en venganza por el mencionado proceso.

En Andalucía, el anarquismo se arraigó y estalló el rumor de una supuesta asociación secreta anarquista llamada La Mano Negra. La policía culpaba siempre a esta asociación de los crímenes de Andalucía.

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