LA Restauración Monárquica (1875-1898)
El sistema político de la restauración
Un nuevo sistema político
Los grupos conservadores recibieron con satisfacción la Restauración de los borbones porque esperaban que devolvieran la estabilidad política. Cánovas pretendía un nuevo modelo político que superase los problemas del liberalismo precedente. Se propuso dos objetivos. Elaborar una constitución basada en el bipartidismo y pacificar el país poniendo fin a la guerra de Cuba y el conflicto carlista. La primera medida política fue la convocatoria de elecciones a cortes constituyentes, pues la constitución de 1869 había quedado sin efecto tras la proclamación de la República.
La constitución de 1876
Era una clara muestra de liberalismo doctrinario, caracterizado por el sufragio censitario y la soberanía compartida entre las cortes y el rey. Se trataba de una constitución de carácter conservador, inspirada en los valores de la monarquía, la religión y la propiedad.
La constitución consideraba a la monarquía como una institución superior y al margen de cualquier decisión política. Constituía como un poder moderador que debía garantizar el entendimiento entre los partidos políticos. Se establecía la soberanía compartida y se concedían amplios poderes al monarca, derecho de veto, nombramiento de ministros y derecho de convocar o disolver las Cortes sin contar con el gobierno.
Las Cortes eran bicamerales y estaban formadas por el Senado y el Congreso de diputados. La constitución no fijaba el tipo de sufragio, pero una ley establecíó el voto censitario. Pero cuando estaba en el poder el partido liberal, se aprobó el sufragio universal masculino. En el senado, la mitad de los senadores lo eran por derecho propio o vitalicio. Se proclamaba la confesionalidad católica del estado, se toleraban otras creencias mientras no se manifestaran públicamente. Se restablecíó el presupuesto del culto y el clero para financiar la Iglesia. Contaron con una declaración de derechos que tendieron a restringirlos, especialmente el de imprenta, expresión, asociación y reuníón.
Bipartidismo y turno pacifico
Cánovas introdujo un sistema de gobierno basado en el bipartidismo y en la alternancia en el poder de los dos grandes partidos dinásticos, el conservador y el liberal. Se aceptaba que habría un turno pacifico de partidos que aseguraban la estabilidad institucional.
El ejercito quedo subordinado al poder civil, eliminando el problema de los pronunciamientos y de la presencia militar en los partidos.
La vida política y la alternancia en el poder
Los partidos dinásticos
Cánovas había sido el principal dirigente del Partido Alfonsino, y tras el regreso de Alfonso XII lo transformo en el Partido liberal Conservador, lo formaban los grupos políticos mas conservadores y acabo llamándose partido Conservador. El proyecto bipartidista de Cánovas requería otro partido de carácter más progresista, y el mismo propuso a Sagasta su formación. De acuerdo entre progresistas, unionistas y republicanos federales nacíó el partido Liberal. Ambos aceptaban la monarquía Alfonsina y la alternancia en el poder, por eso se les conocía como partidos dinásticos.
Defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la consolidación del estado liberal, unitario y centralista. Se nutrían principalmente de las élites económicas y de la clase media acomodada. Eran partidos de minorías. Los conservadores propónían un sufragio censitario y la defensa de la Iglesia y orden social. Los liberales defendían el sufragio universal masculino, inclinados por un reformismo social de carácter progresista y laico. La alternancia en el poder tenía como objetivo asegurar la estabilidad institucional.
Falseamiento electoral y caciquismo
El sistema de turno pacifico pudo mantenerse durante más de 20 años debido a la corrupción electoral y por la influencia y poder económico de determinadas personas sobre la sociedad (caciques). El caciquismo fue un fenómeno de toda España que alcanzo su máximo desarrollo en Andalucía, Galicia y Castilla.
La adulteración del voto constituyo una practica habitual en todas las elecciones, el sufragio censitario favorecía al voto rural frente al urbano. El triunfo del partido que convocaba las elecciones ser conseguía gracias al falseamiento de los resultados.
Los caciques eran personas notables, sobre todo del medio rural, eran propietarios que daban trabajo a jornaleros, con influencia en la vida social y política. Con su influencia orientaban la dirección del voto, agradeciendo con “favores2 la fidelidad del voto. Los caciques manipulaban continuamente las elecciones en acuerdo con los gobernadores civiles de las provincias. El conjunto de trampas para alcanzar los resultados electorales se conoce como pucherazo. También se falseaba el censo, impidiendo votar a los vivos e incluyendo a personas muertas en el censo.