El Peronismo: Transformaciones Sociales, Económicas y Políticas en Argentina (1946-1955)
Liderazgo y Reivindicaciones Sociales
El movimiento populista liderado por Juan Domingo Perón, luego de su triunfo electoral, promovió la disolución de las fuerzas políticas existentes y organizó el Partido Peronista, con una estructura centralizada y verticalista. Esta forma de organización reflejaba su formación militar y cierta influencia de los partidos totalitarios de la Europa anterior a la Segunda Guerra Mundial.
En 1947, se promulgó la ley que concedía el voto femenino. La esposa del presidente, Eva Perón, organizó los cuadros del Partido Peronista Femenino y, en las elecciones de 1951, las mujeres argentinas votaron por primera vez en todo el país.
En abril de 1950, se modificaron los estatutos de la CGT (Confederación General del Trabajo) y el gremialismo organizado se convirtió en la tercera rama del movimiento peronista.
a) La Peronización de la Sociedad
En 1946, el Partido Peronista tenía mayoría absoluta en el Congreso Nacional. Esta composición inicial reflejaba los variados grupos que habían apoyado electoralmente a Perón. Con el tiempo, el bloque oficialista se hizo más homogéneo.
Durante el primer gobierno peronista, aumentaron las restricciones a la oposición a través de leyes sobre los partidos políticos y las elecciones nacionales. Los opositores se vieron trabados en su actividad partidaria y en sus campañas electorales. El peronismo mantuvo siempre su control del Poder Legislativo. El Congreso Nacional respondió fielmente a las indicaciones del Poder Ejecutivo, que se reservó la prioridad en materia legislativa.
El bloque peronista se caracterizó por una lealtad incondicional al Presidente y el apoyo a sus iniciativas.
b) Las Tres Premisas de la Doctrina Justicialista y la Reforma Constitucional de 1949
El 27 de agosto de 1949, se dictó una ley declarando la necesidad de reformar la Constitución Nacional para la defensa de los derechos del pueblo y del bienestar de la Nación. Perón encargó la redacción de un anteproyecto a José Figuerola. El proyecto definitivo fue preparado por una comisión presidida por el Doctor Arturo Sampay, artífice final de la Constitución de 1949.
Los radicales fueron la única oposición en la convención reformadora. Los grupos golpistas defendían la necesidad de abstenerse. Finalmente, la representación radical se retiró de la convención, sosteniendo que el motivo principal era posibilitar la reelección de Perón.
Una vez aprobada la nueva constitución, se produjo una discusión. El sector unionista propuso negarse a jurarla y abandonar las bancas en el Congreso; finalmente, se siguió el criterio propuesto por el sector intransigente, que dirigía el partido: los radicales permanecieron en el Congreso de la Nación y juraron la Constitución de 1949. El resto de los partidos opositores se reunió en un Congreso de Defensa de la Constitución Nacional. Después del derrocamiento de Perón, todos los partidos políticos apoyaron la supresión de la Constitución de 1949, mediante la convocatoria del presidente de facto (ilegal). Rojas y Aramburu lo derrocaron.
Las reformas aprobadas a la Constitución de 1853 fueron muchas y hubo supresiones, modificaciones y agregados. Entre los cambios, cabe destacar:
- El establecimiento de la elección directa del Presidente de la Nación, suprimiendo los colegios electorales.
- La posibilidad de la reelección presidencial inmediata.
Los agregados también fueron muy importantes:
- Artículo 37: Incluía los derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad, de la educación y la cultura.
- Artículo 39: Afirmaba la función social del capital.
- Artículo 40: Sostenía la intervención del Estado en la economía y su propiedad sobre las fuentes de energía y los servicios públicos.
Estas modificaciones dieron a la nueva constitución un carácter social y antiliberal.
c) Derechos del Trabajador e Influencia de Eva Perón en la Sociedad Argentina
Entre 1946 y 1955, el movimiento obrero estuvo muy asociado al gobierno, ya que este había asumido como una de sus obligaciones mejorar la situación de los asalariados.
La legislación laboral creció en esta etapa y tuvo un cumplimiento efectivo. Además, se generalizaron conquistas como el aguinaldo, las vacaciones pagas y la jubilación. La política de construcciones hospitalarias, de escuelas y de viviendas, el turismo social y la acción social de los sindicatos mejoraron la situación de los sectores populares, ofreciéndoles posibilidades que no imaginaban poco antes.
Estos beneficios ganaron para el peronismo la gratitud popular. Esta adhesión resistió los errores de Perón y se mostró indiferente a las prácticas antidemocráticas.
La Fundación Eva Perón también despertó la adhesión de la gente. Comenzó a funcionar a mediados de 1948. Se trató de una obra de asistencia social que brindó ayuda económica a muchas personas necesitadas y desarrolló una gran cantidad de realizaciones en beneficio de los más pobres.
En el primer aspecto, esta fundación sustituyó a la antigua Sociedad de Beneficencia; en el otro, fue complementaria de la acción social del Estado. Sus fuentes de ingreso fueron los sueldos donados por los sindicatos, los recursos derivados por el Estado, un porcentaje de los ingresos de la Lotería Nacional, etc.
d) Medidas Estatizantes y el Seguimiento de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI)
La comparación de los censos industriales de 1945 y 1946 muestra el importante crecimiento ocurrido en esos años.
Entre 1946 y 1955, el Estado tuvo un papel protagónico en la economía nacional:
- Planificó el desarrollo global de la economía (Planes Quinquenales).
- Monopolizó el crédito.
- Manejó el comercio exterior a través del I.A.P.I. (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio).
- Prestó servicios públicos.
- Produjo diversos bienes.
Durante el primer peronismo, el Estado fue intervencionista y dirigista. Con el peronismo, el Estado nacional se hizo cargo de regular las relaciones obrero-patronales. Las principales medidas distribucionistas fueron: el régimen de convenciones colectivas de trabajo, los fuertes aumentos salariales, el establecimiento del sueldo anual complementario (aguinaldo), etc.
Con estas medidas, el mayor poder adquisitivo de los asalariados contribuyó a la expansión del mercado interno, al ampliar el consumo y estimular la producción.
Entre 1946 y 1955, la Argentina se convirtió en un país agroindustrial, que satisfacía la mayor parte de sus necesidades con sus producciones locales. En esos años, se completó la primera etapa de sustitución de importaciones: los bienes de consumo inmediato y duradero se fabricaban en el país. Sin embargo, carecíamos de una industria de bienes de capital.
Con una industrialización incompleta, fuertemente dependiente de insumos importados, la actividad económica del país siguió sujeta al éxito de nuestras exportaciones agropecuarias.
Consideraciones del Estado de Bienestar
El proceso de transformación del Estado que estamos analizando se relaciona con los nuevos rasgos del capitalismo, que surgieron en Estados Unidos y algunos países de Europa Occidental durante el período de entreguerras, pero se manifestaron de manera plena después de 1945. El Estado benefactor, entonces, es funcional al capitalismo avanzado y al modo de producción fordista (grandes empresas, producción en gran escala, mercados consumidores amplios y estables, sindicatos con fuerte poder en el mercado de trabajo). Esta nueva realidad necesitaba de la continua intervención del Estado para la regulación de la demanda, la socialización de parte de los costos privados y el arbitraje de los conflictos para mantener la paz social. En América Latina, no puede hablarse de la existencia de un Estado de bienestar de origen; a lo sumo, se ha hablado de “variantes populistas”, que se han desarrollado en Argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica y Colombia, privilegiando la atención a las demandas de los sectores populares sin tener un carácter estructural. En cualquier caso, los logros distan mucho de los obtenidos en los principales países de Europa Occidental.
Estado de Bienestar | Primer Gobierno Peronista (1946-1952) |
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La Relación entre Perón y la Iglesia
El 15 de noviembre de 1945, una Pastoral colectiva del Episcopado Argentino brindó su apoyo, sin nombrarla, a la fórmula Perón-Quijano. El documento eclesiástico no mencionaba a ningún candidato, pero condenaba todo apoyo a las fórmulas políticas que propiciaran la separación de la Iglesia y el Estado, la anulación de la enseñanza religiosa en las escuelas o cualquier otra proposición opuesta a la doctrina católica. La pastoral colectiva fue leída en todas las iglesias del país los días domingo. El arzobispo de Paraná fue todavía más explícito: mencionaba a los partidos Socialista y Comunista. Sectores católicos de la clase media y alta no compartieron el criterio de la jerarquía eclesiástica. La oposición católica a Perón se agrupó en torno a dos figuras: el obispo Miguel de Andrea y el párroco de Liniers.
Para la Iglesia, Perón constituía una garantía de continuidad de la línea. El coronel se ocupó de difundir su propósito de poner en práctica la doctrina social de la Iglesia y de cristianizar a las masas, evitando la difusión de ideas revolucionarias.
La Iglesia contribuyó a la entrada de Perón al poder. La ideología peronista reflejaba la doctrina social de la Iglesia: defendía la propiedad privada, la concepción de un carácter social de la propiedad, el reclamo de la intervención del Estado en cuestiones sociales y la preocupación ante el avance de las ideas de izquierda entre los trabajadores. Fundamentalmente, la Iglesia deseaba recuperar el control de la educación pública y evitar que se aprobaran medidas como la separación de la Iglesia del Estado y el divorcio vincular. Como el peronismo coincidió en estos puntos, tuvo durante muchos años el apoyo de los prelados.
Consideraciones y Análisis del Plan Quinquenal
El modelo económico peronista se apoyaba en los ingresos derivados de la producción agropecuaria. El propósito de la economía peronista era modificar la economía basada en las producciones del campo orientadas hacia el mercado externo y desarrollar una industria capaz de satisfacer la demanda interna.
Con el peronismo, el Estado se hizo cargo de regular las relaciones obrero-patronales.
Entre 1946 y 1955, Argentina se convirtió en un país agroindustrial. En esos años, se completó la primera etapa de sustitución de importaciones.
Pero también carecíamos de una industria de capital. El desarrollo industrial produjo problemas energéticos y de equipamiento, difíciles de resolver cuando disminuyeron los ingresos agropecuarios.
La producción del campo disminuía y era evidente el atraso tecnológico. Esa era la respuesta de los productores rurales a la política económica del gobierno. La situación se agravaba con el deterioro de los términos del intercambio: el precio de nuestras materias primas disminuía. Cada vez debíamos vender más para comprar lo mismo. Los problemas económicos tuvieron inmediatas consecuencias políticas y sociales. En diciembre, se creó la Confederación General Económica, una central de empresarios peronistas. En esos años, se produjo una caída del salario y de la participación de los trabajadores en el ingreso nacional.
Cuadro de la Oposición Política durante el Peronismo
El principal partido de oposición durante el peronismo fue la UCR (Unión Cívica Radical). El número de diputados fue disminuyendo a lo largo de las presidencias de Perón debido a maniobras del gobierno que achicaron la representación opositora.
Las relaciones entre los bloques oficialistas y opositores fueron tensas y hubo violentos choques verbales entre ellos.
El líder radical, el Doctor Ricardo Balbín, fue encarcelado en septiembre de 1949 por desacato al presidente. En marzo, fue detenido en La Plata.
Los radicales sostuvieron que Perón no podía ser reelegido presidente por haber desempeñado la vicepresidencia de la Nación durante el anterior gobierno de facto. La UCR nunca fue un partido homogéneo; lo común fue que existieran distintas líneas de diferencias, lo que produjo la división del partido. Esta situación se dio durante el gobierno peronista. Los radicales se dividieron en unionistas e intransigentes. Los unionistas trataron de promover un golpe militar que derrocara a Perón.
El Partido Socialista fue un enemigo del peronismo. Después de 1955, las distintas opiniones respecto al peronismo produjeron divisiones internas dentro del partido.
Los conservadores fueron los principales dirigentes que rechazaron la política social del peronismo y algunos de ellos realizaron gestiones golpistas.
El Partido Comunista no había tenido nunca muchos votos, aunque era muy activo entre los trabajadores.
La aparición oficial del partido fue la oposición al peronismo, aunque algunos sectores trataron de imponer un apoyo crítico. En 1945, lo hizo un grupo encabezado por Rodolfo Puiggrós.
Segundo Gobierno Peronista (1952-1955): Un Nuevo Programa de Gobierno
a) Relación con los Militares y Levantamientos
En 1951, se produjo un primer levantamiento militar encabezado por Benjamín Menéndez. El intento fue rápidamente derrotado. Eduardo Lonardi (general retirado) estaba organizando otra conspiración y decidió postergarla; este encabezó en 1955 el golpe de Estado que finalmente derrocó a Perón.
Debido al levantamiento de Menéndez, el gobierno estableció el estado de guerra interno hasta 1955. Sirvió para realizar una política represiva entre militares y civiles. En las instituciones armadas, se tomaron distintas medidas de seguridad.
b) El Endiosamiento y el Poderío en Aumento de Eva Perón
La presencia y la acción de la esposa del Presidente de la Nación, Eva Perón, era otra circunstancia que a los militares les resultaba muy difícil de aceptar. En agosto de 1951, un Cabildo Abierto del Justicialismo proclamó solemnemente la candidatura de Eva Perón a la Vicepresidencia de la Nación. Esto fue mal recibido por los militares, que vieron en esto una manifestación de nepotismo autoritario y de demagogia.
c) La Ruptura con la Iglesia
Como el Ejército, la Iglesia contribuyó a la llegada de Perón al poder. La Iglesia deseaba recuperar el control de la educación pública y evitar que se aprobaran medidas como la separación de la Iglesia y el Estado y el divorcio vincular. Como el peronismo coincidió en esto, tuvo durante muchos años el apoyo de los prelados.
A pesar de su vinculación con la Iglesia, el gobierno peronista tuvo algunos conflictos con ella. Los religiosos no veían con satisfacción los avances del peronismo en áreas que entendían como propias: la beneficencia (desplazada por la obra de la Fundación Eva Perón) y la educación. Los católicos militantes estaban preocupados por la creciente participación oficial en cuestiones relacionadas con la mujer y la juventud. El gobierno se disgustó mucho por la creación del Partido Demócrata Cristiano, que interpretó como una declaración de guerra. Se inició un conflicto que tuvo un rápido curso y que produjo la caída del gobierno peronista.
El conflicto estalló en septiembre de 1954, al realizarse dos celebraciones masivas simultáneas del Día del Estudiante: una organizada por la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), otra por grupos juveniles católicos. Las autoridades respondieron con un ataque coordinado y feroz. Según Luis Alberto Romero, se prohibieron las procesiones, se suprimió la enseñanza religiosa en las escuelas, se introdujo una sorpresiva cláusula que permitía el divorcio vincular, se autorizó la apertura de prostíbulos y se envió un proyecto de reforma constitucional para separar la Iglesia del Estado. Luego, varios sacerdotes fueron detenidos. La respuesta de los católicos también fue rápida: movilizaron e inundaron Buenos Aires de panfletos. De inmediato, fueron respaldados por todos los grupos opositores.
d) Segundo Plan Quinquenal (Inconcluso) y Orientación de Apertura a los EE. UU.
El desarrollo industrial produjo problemas energéticos y de equipamiento que se hicieron difíciles de resolver. Perón trató de alentar las exportaciones no tradicionales a través de convenios bilaterales. De esa manera, productos nacionales fueron consumidos en el exterior.
El Segundo Plan Quinquenal puso énfasis en la industria pesada y trató de apelar a los capitales extranjeros, limitando el papel del Estado en la economía. Con estas orientaciones, el peronismo comenzaba a dejar de lado el nacionalismo y esperaba buenos resultados de la iniciativa privada.
Las radicaciones de capitales extranjeros fueron muy escasas en esos años.
El ejemplo más claro de la nueva orientación económica fue el contrato realizado en 1954 con una empresa petrolera norteamericana. La oposición acusó al gobierno de enajenar la soberanía nacional. Incluso recibió críticas de sectores peronistas. El contrato petrolero no llegó a ser ratificado.
e) Malestar Gremial
El gobierno peronista no pudo restablecer la situación de bienestar existente en sus primeros años.
Los años 1951 y 1952 no fueron buenos: una serie de malas cosechas coincidieron con una tendencia a la baja de los precios agropecuarios. Además, la producción del campo disminuía y era evidente. Esta era la respuesta de los productores rurales a la política económica del gobierno, que los perjudicaba en beneficio de la industria. La situación se agravaba con el deterioro de los términos del intercambio. Estos problemas tuvieron inmediatas consecuencias políticas y sociales. Se fueron creando distintos grupos que deseaban controlar la inflación. En estos años, se produjo una caída del salario y de la participación de los trabajadores en el ingreso nacional.
Entre 1946 y 1950, varios gremios se declararon en huelga, en algunos casos con una repercusión extraordinaria.
En 1948, tuvo gran importancia la huelga bancaria que obligó al gobierno a reincorporar a los cesantes y aumentar los sueldos. También tuvo importancia la huelga ferroviaria.
América Latina entre 1930 y 1960
Tendencias Generales de la Política, la Economía y la Sociedad
- Crisis del Estado oligárquico. Debilidad de los sistemas políticos emergentes, por ejemplo, crisis de la democracia liberal y surgimiento de modelos políticos alternativos (como el populismo, el corporativismo, etc.).
- Impacto de la crisis del 30 (crisis del capitalismo). Impacto económico, político y social.
- Marco contextual: período de entreguerras y Guerra Fría. Ascenso de regímenes totalitarios en Europa e impacto de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría.
Repercusiones en América Latina
- Clima de tensión y protesta: movilización de sectores obreros y sectores medios (cuestionamiento a los regímenes oligárquicos).
- Ascenso político de las Fuerzas Armadas.
- Ruptura del consenso (acuerdo) liberal conservador.
- Inestabilidad política. Sucesión de gobiernos militares y experiencias heterodoxas (diversas) (corporativismos, populismos, nacionalismos).
- Fuerte polarización entre las izquierdas y las derechas.
- Influencia de los Estados Unidos con casos de imperialismo formal e informal.
En el área del Caribe, el impacto de la crisis del 30 fue menor dado que los gobiernos conservaron sus características dictatoriales y represivas, con fuerte presencia de pandillas militares y la acción de oligarquías locales.