Política Exterior de Carlos V y Felipe II: Conflictos Religiosos y Hegemonía en Europa

La lucha contra los protestantes

El principal problema de la monarquía de Carlos I fue la ruptura de la unidad católica como consecuencia de la reforma religiosa, cuyos seguidores se denominaron protestantes. El fraile agustino Martín Lutero (de origen alemán) había pedido la reforma de la Iglesia en las 95 tesis, donde criticaba algunas de sus prácticas. Para hacer frente al problema, se convocó en 1521 la Dieta de Worms, que presidió el emperador y en la que se pidió a Lutero su retractación, pero este se negó y se puso bajo la protección de Federico de Sajonia. Al poco tiempo, el protestantismo fue adoptado por diversos príncipes en los territorios alemanes y en los dominios de Flandes. También se separó de la obediencia de Roma la Inglaterra de Enrique VIII.

El emperador Carlos, como defensor de la Iglesia, debía combatir el protestantismo, preservar la unidad religiosa y defender la autoridad del Papa, negada por los disidentes. El enfrentamiento tuvo lugar en dos ámbitos: el político-militar y el religioso. En la batalla de Mühlberg (1547), el monarca derrotó a la liga de los príncipes protestantes, pero no pudo acabar con el problema. Por su parte, el papa Paulo III convocó en 1545 el Concilio de Trento (Italia), donde los teólogos españoles (Melchor Cano, Domingo de Soto) contribuyeron a la reacción católica frente al protestantismo. Finalmente, se llegaría a la Paz de Augsburgo (1555), en la que los protestantes consiguieron que cada príncipe pudiera elegir la religión de sus Estados.

Los enfrentamientos con Francia e Inglaterra

Carlos I y Francisco I de Francia se enfrentaron por el dominio de los reinos y ducados de Italia, fundamentalmente el Milanesado, y por el control de los territorios de Flandes y Borgoña. En una primera fase, las tropas de Carlos I ganaron la batalla de Pavía en 1525. Y en 1527, la actitud profrancesa del papa llevó al saqueo de Roma por las tropas del emperador.

Durante el reinado de Felipe II, los conflictos con Francia continuaron hasta que se produjo la victoria de los tercios españoles en San Quintín (1557), y la firma de la Paz de Cateau-Cambrésis (1559) dio lugar a un período de tranquilidad. Pero en la guerra de religión que se produjeron en Francia, Felipe II apoyó a los católicos frente a los protestantes seguidores de Calvino (hugonotes), especialmente ante las pretensiones al trono de Enrique de Borbón, que era hugonote. En 1593, Enrique se convirtió al catolicismo, subió al trono como Enrique IV, y en 1598 España y Francia firmaron la Paz de Vervins.

Inglaterra había sido desde el reinado de los Reyes Católicos aliada de la corona española frente a Francia. El primer matrimonio de Felipe II fue con María Tudor (hija de Enrique VIII), reina de Inglaterra y católica, pero al morir sin descendencia, el trono pasó a su hermanastra, la reina Isabel I (1558). Ésta, como era de religión anglicana, apoyó a los protestantes de Flandes y, deseosa de competir por el dominio del Atlántico y el control del comercio americano, protegió a los corsarios que atacaban los barcos españoles. Felipe II decidió enfrentarse a Inglaterra y preparó una gran flota para atacarla (Armada Invencible). En 1588, la expedición fue un desastre y la Invencible regresó diezmada y vencida.

El dominio del Mediterráneo

El Imperio otomano era una gran potencia en el Mediterráneo oriental desde la ocupación, en 1453, de Constantinopla, convertida en su capital (Estambul). Los otomanos aspiraban a expandirse por el centro de Europa y el Mediterráneo Occidental. En el mar, los turcos practicaban la piratería y atacaban a las poblaciones costeras para obtener botín y, sobre todo, esclavos. En 1535, Carlos I lanzó con éxito un ataque contra Túnez, pero en 1541 fracasó en la conquista de Argel.

Durante el reinado de Felipe II, que coincidió con el máximo esplendor turco bajo Solimán el Magnífico, los otomanos amenazaron todo el Mediterráneo al apoderarse de Chipre y Túnez. Ante ello, se coaligaron la monarquía hispánica, Venecia y el Papado y armaron una gran escuadra. El enfrentamiento se dio en el golfo de Lepanto (1571) y significó una gran victoria de los cristianos que alejó el problema turco del Mediterráneo occidental durante años.

La rebelión de los Países Bajos

El mayor problema de Felipe II fue la guerra de los Países Bajos. Se originó por el descontento de los sectores burgueses ante los fuertes impuestos, por el surgimiento de un sentimiento nacionalista y por la extensión del calvinismo, que era perseguido por las autoridades españolas. La guerra comenzó en 1566 y supuso un gran desgaste para la monarquía española, que tenía que enviar tropas y dinero constantemente. En 1609, se firmó la Tregua de los Doce Años, que reconocía la independencia de las provincias del norte (Holanda), mientras que las del sur seguían bajo dominio español.

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