La Primera Guerra Mundial: Fases y Consecuencias
La Guerra de Movimientos (1914)
Alemania inició la Primera Guerra Mundial atacando a Francia a través de Bélgica y Luxemburgo, buscando una victoria rápida para concentrar sus esfuerzos en el frente ruso. Aunque inicialmente la estrategia pareció exitosa, con las tropas alemanas acercándose a París a comienzos de 1914, la batalla del Marne (6-13 de septiembre de 1914) marcó un punto de inflexión. Los ejércitos francés e inglés lograron detener el avance alemán. En el frente oriental, los rusos reaccionaron y avanzaron hasta las fronteras del Imperio Austrohúngaro.
La Guerra de Trincheras (1915-1916)
Tras los primeros movimientos, los frentes se estabilizaron. Se construyeron trincheras desde Suiza hasta el Mar del Norte, dando inicio a una fase caracterizada por el enorme costo humano para obtener avances territoriales mínimos. En 1915, Italia se unió al conflicto a favor de Francia. En 1916, la batalla de Verdún representó un intento alemán por romper el frente francés, pero los franceses resistieron.
La Crisis de 1917 y el Fin de la Guerra (1917-1918)
1917 fue un año crucial. La Revolución Bolchevique triunfó en Rusia, llevando a la firma de la paz con Alemania (Paz de Brest-Litovsk) y la retirada rusa de la guerra. Estados Unidos entró en la guerra, inclinando la balanza. En 1918, en el frente oriental, Austria y sus aliados fueron derrotados. Los combates cesaron entre el Imperio Austrohúngaro y el Imperio Otomano. En el frente occidental, los alemanes sufrieron derrotas, enfrentando revueltas en su ejército y marina, así como manifestaciones obreras contra el gobierno. Esto condujo a la firma del armisticio. El káiser Guillermo II abdicó y se exilió en Holanda, proclamándose la república en Alemania.
La Guerra en la Retaguardia
La Primera Guerra Mundial fue un conflicto total que movilizó todos los recursos disponibles e involucró a toda la población. Los ejércitos nacionales reclutaron a todos los hombres en edad militar. Los avances técnicos causaron un gran número de muertos y una destrucción masiva. Las industrias se reconvirtieron para fabricar armamento, se solicitaron préstamos y las mujeres reemplazaron a los hombres en las fábricas.
El Tratado de Versalles y sus Consecuencias
El Tratado de Versalles, firmado con Alemania, la declaró única culpable del estallido de la guerra y le impuso fuertes compensaciones económicas por las destrucciones. Se desarmó casi por completo a su ejército y se le prohibió rearmarse. Gran Bretaña y Francia se repartieron su imperio colonial. Alemania devolvió territorios a Francia, Dinamarca, Bélgica y Polonia. Alemania percibió este tratado como una humillación y una imposición, generando un sentimiento de revancha para el futuro.
Colonias de Poblamiento y la Conferencia de Berlín
Las colonias de poblamiento recibían población blanca que emigraba para establecerse permanentemente. Se les reconocía cierta autonomía en el gobierno interno, denominándose dominios. La colonización de África se intensificó a partir de 1870. El retraso de Alemania e Italia en el reparto colonial generó tensiones que amenazaron con un conflicto bélico. El choque de intereses entre las potencias rivales llevó a la Conferencia de Berlín (1885), donde se definieron las zonas de ocupación y las normas para cada potencia.
Movimientos Artísticos del Siglo XIX
El Romanticismo
El Romanticismo, un amplio movimiento cultural y artístico, se expandió por Europa en el siglo XIX. Sus valores principales incluían el amor a la libertad, la exaltación del individualismo y la defensa de los sentimientos frente al racionalismo. Los artistas románticos rechazaron las normas del arte clásico, buscando la libertad artística. Se inspiraron en la Edad Media y proclamaron el nacionalismo frente al universalismo clásico. Inicialmente conservador, el Romanticismo evolucionó hacia una vertiente liberal y revolucionaria que exaltaba el progreso humano y la libertad. Sus rasgos principales son el movimiento (en contraposición al estilo neoclásico), el color y la luz (colores brillantes con pinceladas sueltas y cuadros luminosos), y el paisaje (representación de paisajes violentos, naturales y llenos de contrastes). Artistas destacados incluyen a Théodore Géricault (La balsa de la Medusa) y Eugène Delacroix (La justicia de Trajano).
El Realismo
Los artistas realistas se interesaron por conocer y describir la realidad precisa de su época. Este cambio se debió a diversas causas: el fracaso de las revoluciones de 1848, el avance de la industrialización (que evidenciaba la miseria, el trabajo infantil y la explotación) y el progreso de la ciencia (que impulsó la observación minuciosa y la descripción como método para conocer la realidad). Los artistas realistas mostraron con crudeza la sociedad que les rodeaba. Entre los artistas más destacados se encuentran Millet (El Angelus), Daumier (Vagón de tercera) y Courbet (Un entierro en Ornans). Algunos pintores españoles, como Eduardo Rosales (El testamento de Isabel La Católica) y Ramón Martí Alsina (La siesta), también se adscribieron al Realismo.
El Impresionismo
El Impresionismo se caracteriza porque el artista pinta lo que ve, principalmente paisajes y escenas al aire libre. Plasman la impresión de lo observado, según la luz, el color o la atmósfera del momento, mediante pinceladas sueltas y rápidas. Entre los artistas destacados se encuentran Edouard Manet (El almuerzo campestre), Claude Monet (Catedral de Ruán), Pissarro y Alfred Sisley (preocupados por la luz y sus efectos), y Edgar Degas (Bailarinas), interesado por la figura humana. Los postimpresionistas recuperaron la importancia del dibujo y la expresividad de los objetos, destacando Vincent Van Gogh (La noche estrellada, 1889), quien transforma la realidad y retuerce las líneas. En España, Joaquín Sorolla (Paseo a orillas del mar) es un representante destacado.
El Modernismo
El Modernismo surgió entre 1880 y 1890 como una explosión de libertad que se desvinculaba de cualquier corriente histórica anterior. Su estética se basa en la naturaleza, copiando sus formas y predominando las curvas en los edificios y decoraciones exuberantes. Se desarrolló principalmente en Barcelona, Bruselas y Viena. En Barcelona, destacaron Gaudí (La Sagrada Familia, Casa Batlló, Casa Milá, Palacio Episcopal de Astorga) y Domènech i Montaner (Palau de la Música).