Formación de los bloques
A principios del siglo XX, Europa se vio sometida a una serie de tensiones y crisis. Francia y Reino Unido recelaban del creciente poder alemán. Continuaban las tensiones coloniales y territoriales que tuvieron Marruecos y la zona de los Balcanes como principales escenarios. Todas estas tensiones dieron lugar a un rearme masivo y a un clima de enfrentamientos que en cualquier momento estallaría.
Los enfrentamientos entre imperialismos
Alemania rivalizaba con Francia y Gran Bretaña por el dominio de las colonias extraeuropeas y aspiraba a convertirse en una potencia colonial.
En África, a principios del siglo XX, las pretensiones de Alemania de introducirse en Marruecos, uno de los últimos territorios africanos todavía por repartir, chocaron con los intereses de las potencias ya instaladas en aquel continente. Dos momentos de tensión hicieron presagiar una guerra inminente:
Primera crisis marroquí (1905)
El káiser alemán Guillermo II ofreció apoyo militar al sultán de Marruecos para resistir a las presiones francesas de establecer un protectorado en la zona. En 1906 se estableció un protectorado compartido entre España y Francia en Marruecos, frustrando las aspiraciones alemanas.
Segunda crisis marroquí (1911)
Alemania no se resignó al ser excluida de la zona y, con motivo de una insurrección en el sur de Marruecos, Berlín envió barcos de guerra al puerto de Agadir. Gran Bretaña apoyó a Francia. Alemania presionó y acabó consiguiendo la ampliación de su colonia de Camerún a cambio de abandonar Marruecos.
Las aspiraciones nacionalistas en los Balcanes
Los Balcanes constituían una zona de conflicto en Europa como resultado de la disgregación del Imperio Turco. Se enfrentaban los intereses de Serbia y Bulgaria, que pretendían unificar y liderar a los pueblos eslavos del Sur, y los del Imperio Austrohúngaro y del Imperio Ruso, que aspiraban a ampliar su influencia en los Balcanes. Rusia se convirtió en protector y aliado de Serbia. Estallaron en los Balcanes tres crisis sucesivas. La anexión de Bosnia-Herzegovina provocó la indignación de Rusia y fue el origen de las dos guerras balcánicas que se sucedieron.
Primera Guerra Balcánica
El Imperio Ruso apoyó la creación de la Liga Balcánica para enfrentarse al Imperio Turco. Los turcos tuvieron que abandonar los territorios europeos que todavía tenían.
Segunda Guerra Balcánica
Enfrentó a los serbios y a los búlgaros. La Paz de Bucarest obligó a Bulgaria a ceder territorios a diversos países y otorgó a Serbia importantes compensaciones territoriales.
El estallido del conflicto
El detonante de la guerra fue el **asesinato de Sarajevo** del archiduque Francisco Fernando. Tras perpetrarse el atentado, se puso en marcha el juego de alianzas y toda Europa entró en guerra. Rusia apoyó a Serbia y declaró la guerra a Austria. Alemania, aliada de Austria, declaró la guerra a Rusia y a Francia. La invasión de Bélgica hizo que el Reino Unido declarase la guerra a Austria y Alemania. Solo Italia se mantuvo neutral. La guerra de trincheras (1915/1916).
Las consecuencias inmediatas del conflicto
Demográficas
La guerra tuvo un elevado coste humano. Murieron casi diez millones de personas, sobre todo alemanes, franceses y rusos, y dejó seis millones de inválidos y un elevado número de mutilados y heridos. La alta mortandad afectó especialmente a los hombres entre los 20 y los 40 años, y llevó a una disminución de la natalidad que duraría diversas generaciones.
Económicas
El conflicto empobreció a los países beligerantes. Muchas ciudades, campos de cultivo, industrias y vías de comunicación fueron destruidas. Francia perdió el 30% de su riqueza y Alemania el 22%. El potencial industrial de toda Europa se redujo en un 40%, y el agrícola en un 30%.
Las finanzas públicas de los Estados quedaron completamente endeudadas a causa de los empréstitos de guerra tanto en el interior como en el exterior.
La guerra significó la pérdida de la hegemonía europea en la economía mundial en beneficio de Estados Unidos, que se convirtió en líder de las finanzas. Su producto nacional bruto se dobló y sus reservas de oro se triplicaron. La flota estadounidense sustituyó a la británica como redistribuidora del comercio mundial y el dólar sustituyó a la libra como moneda base en las transacciones internacionales.
El conflicto benefició también a Japón, que aumentó considerablemente su producción. La guerra diversificó su producción industrial, amplió sus mercados y aumentó las exportaciones.
Sociales
Los años que siguieron a la guerra fueron de penurias para una buena parte de la población, con una subida de los precios que mermaba su capacidad adquisitiva. Las huelgas se extendieron por Europa. En 1919, estallaron revueltas impulsadas por los comunistas siguiendo el modelo revolucionario ruso en Alemania.
Una reformas insuficientes
El poder del parlamento era escaso y el zar y sus ministros no eran responsables ante él. La reforma agraria favoreció a los *kuláks*, que habían aumentado sus propiedades a costa de los campesinos más pobres de las tierras de las comunas rurales. En 1914 parecía que el zarismo había superado sus problemas: el poder del zar controlaba a la Duma, que era clausurada cuando le interesaba; la industrialización de las ciudades crecía a buen ritmo y los problemas en el campo parecían apagados. Sin embargo, la entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial al lado de las potencias aliadas creó la coyuntura para un nuevo estallido revolucionario.
La revolución comenzó con una gran manifestación en Petrogrado y encontró eco en diversas ciudades del imperio. Se formaron comités revolucionarios de obreros, campesinos y soldados: los **sóviets**, que agrupaban a las fuerzas revolucionarias de oposición al zarismo. De acuerdo con el sóviet de Petrogrado, se nombró un gobierno provisional presidido por el conservador príncipe Lvov.
La caída del zarismo
La revolución comenzó con una gran manifestación en Petrogrado y encontró eco en diversas ciudades del imperio. Se formaron comités revolucionarios de obreros, campesinos y soldados: los **sóviets**, que agrupaban a las fuerzas revolucionarias de oposición al zarismo (eseristas, anarquistas, mencheviques y bolcheviques).
Huelga general en las principales ciudades que fue seguida por el amotinamiento de la guarnición militar de la capital, que se negó a disparar a la multitud. Todas las protestas exigían la retirada de la guerra y la dimisión del zar. Ante la insistencia de parte del ejército y la presión popular y de los partidos de la Duma, el zar decidió abdicar. La Duma tomó protagonismo en la crisis y, de acuerdo con el sóviet de Petrogrado, nombró un gobierno provisional presidido por el conservador príncipe Lvov.
El gobierno provisional
El nuevo gobierno prometió reformas políticas y sociales, y prometía convocar elecciones libres para una asamblea constituyente que decidiese el destino político de Rusia. El nuevo gobierno decidió mantener los compromisos militares con los aliados. Las condiciones de vida de la población no mejoraron y las manifestaciones proliferaron de nuevo. La unanimidad de las fuerzas políticas que habían derrocado al zar empezó a resquebrajarse. Entonces empezó a perfilarse la existencia de un doble poder: el gobierno provisional, apoyado por los sectores de la burguesía y del socialismo moderado, que aspiraba a convertir Rusia en una república parlamentaria; y los sóviets, que agrupaban a las fuerzas revolucionarias y exigían la retirada inmediata de la guerra (reparto de tierras entre los campesinos, mejora de condiciones salariales y laborales).
En noviembre de 1914, los frentes quedaron inmovilizados en el oeste. Se inició la **guerra de trincheras**, donde los ejércitos se protegían mediante trincheras para impedir el avance enemigo. Se amplió el número de contendientes: la entrada del Imperio Turco y de Bulgaria al lado de los Imperios Centrales trasladó el conflicto a los Balcanes, y la intervención de Italia abrió un nuevo frente para el Imperio Austrohúngaro. La guerra se mundializó con la participación de tropas coloniales.
En 1916, los alemanes intentaron romper el frente francés e iniciaron la batalla de Verdún, que duró más de cuatro meses.
Los franceses resistieron en sus trincheras. Los aliados intentaron llevar a cabo una ofensiva en el río Somme, pero sin éxito. La guerra se extendió también a los mares y la batalla de Jutlandia, una parte de las flotas alemana y británica fue destruida. Los alemanes iniciaron la guerra submarina con el objetivo de imponer un bloqueo naval y destruir los barcos que llevaban suministros a los países aislados.
Conferencia de París
En 1919, los países vencedores se reunieron en París para preparar unos tratados de paz que remodelarían Europa. El presidente de Estados Unidos, Wilson, propuso un programa de 14 puntos para negociar la paz basado en el derecho de las nacionalidades a constituirse en estados, la destrucción de los imperios, la consolidación de la democracia, el desarme y la libertad del comercio internacional. En París se establecieron cinco tratados, cada uno de ellos dirigido a un país vencido, que fueron obligados a ceder territorios, pagar reparaciones por los daños ocasionados y reducir los efectivos de su ejército. El más importante fue el **Tratado de Versalles**, que obligaba a Alemania a reconocer su responsabilidad en la guerra. Este tratado fue recibido en Alemania como una imposición y generó un importante descontento.