Primera República Española: Federalismo, Cantonalismo y Retorno Borbónico (1873-1874)

La Primera República Española (1873-1874)

La Debilidad del Nuevo Régimen

La lucha entre federales y unitarios marcó la historia de la primera experiencia republicana en España. Este período abarca menos de un año, desde febrero de 1873 hasta enero de 1874. Durante este breve lapso, hubo cuatro presidentes, una intensa agitación social, dos guerras y la revolución cantonal. El esfuerzo para construir un nuevo modelo de Estado tropezó con varias dificultades, entre ellas:

  • La legitimidad de su origen, al haberse proclamado en sesión conjunta de ambas Cámaras.
  • La diversidad de corrientes políticas.

El primer presidente fue Estanislao Figueras, quien mantuvo la Constitución de 1869, suprimiendo los artículos que se referían a la monarquía. La Asamblea eligió un gobierno completamente republicano presidido por Figueras. Se convocaron elecciones con carácter constituyente.

La República Federal

Las nuevas Cortes Constituyentes proclamaron la República Democrática Federal. A Figueras le sustituyó Francisco Pi i Margall, que intentó conciliar las corrientes republicanas con un programa de orden y gobierno. Sin embargo, tuvo que afrontar varios problemas. Pi i Margall quería negociar con carlistas y republicanos, pero se produjo en Alcoy una huelga general que acabó en una insurrección. Surgieron los cantones, que proclamaron la República Federal. El fenómeno cantonalista desbarató los planes de Pi i Margall y, ante la resistencia a reprimir los levantamientos cantonales, el gobierno entró en crisis. Nicolás Salmerón sustituyó a Pi i Margall en la presidencia y se comprometió a restablecer el orden y aprobar las reformas sociales pendientes.

El Cantonalismo

El cantonalismo surgió por dos causas: la reacción defensiva ante la posible derechización de la República y como medio de presión para acelerar la implantación de la República Federal. El objetivo era establecer el federalismo hasta sus últimas consecuencias. Se basaba en una democracia directa, la autonomía de municipios y diputaciones y el reparto de la tierra. En ningún caso cuestionaron la unidad de España a pesar de la existencia de cantones independientes. El movimiento cantonal dividió a los republicanos entre los transigentes y los partidarios de la represión. La represión se inició por el gobierno de Salmerón.

El Proyecto de la Constitución Federal de 1873

Pi i Margall había presentado a las Cortes un proyecto de Constitución para la República Federal. Una vez derrotados la mayoría de los cantones, comenzó la discusión del proyecto. La Constitución non nata de 1873, elaborada por Emilio Castelar, define a una nación española compuesta por 17 estados, regulaba los derechos y libertades, declaraba la República Federal como forma de gobierno y debilitaba los poderes del Estado federal y de los estados que lo componían.

La República Centralista

Salmerón dejó la presidencia del Poder Ejecutivo al no querer firmar dos sentencias de muerte a dos militares. Le sustituyó Castelar, que defendió una república centralista y movilizó a los reservistas para acabar con el problema cantonal y continuar las dos guerras vigentes. Firmó las penas de muerte que Salmerón no había querido firmar. El general Pavía preparó un golpe de Estado, del que Castelar ya tenía conocimiento, para apoyarle. Pero tras negar la cámara la confianza a Castelar, este dimitió. Pavía rodeó el edificio del Congreso con tropas y ordenó que desalojaran el hemiciclo. Sin resistencia finalizaba el experimento republicano.

El Gobierno de Serrano

La primera decisión era establecer el modelo político del nuevo gobierno. Pavía reunió a los tres capitanes generales residentes en Madrid y a un grupo de políticos, entre ellos Práxedes Mateo Sagasta y Antonio Cánovas del Castillo, para imponer una república con el general Francisco Serrano como presidente. Se instauró un régimen conocido como República Unitaria o Dictadura del General Serrano, ya que él presidió el gobierno y ejerció como presidente. Su mandato se abrió con un golpe de Estado y se cerró con otro. Se trataba de una dictadura personal encubierta bajo la forma republicana. Era un sistema híbrido sin Constitución, pues la de 1873 no se había promulgado y la de 1869 se había dejado en suspenso.

Hacia el Retorno de los Borbones

Los gobiernos del año 1874 actuaron con la idea de provisionalidad, de volver a la normalidad institucional. Ello facilitó los preparativos del retorno del hijo de Isabel II, Alfonso. El general Arsenio Martínez Campos preparó un pronunciamiento, del que Cánovas no era partidario. Cánovas quería una restauración monárquica por la vía civil, evitando el pronunciamiento. Martínez Campos salió de Madrid tras comunicar sus planes a Cánovas y proclamó a Alfonso XII nuevo rey. La rápida adhesión al pronunciamiento obligó a Serrano a marchar a Francia, mientras el último día del año Cánovas constituía el Ministerio-Regencia.

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