Principales cambios que se produjeron en Francia a raíz de la revolución francesa de 1789


.- LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1789-1833)

Se produce a lo largo de los reinados de Carlos IV y de su hijo Fernando VII.
Durante el reinado de Carlos IV, estalla la Revolución Francesa (1789), que difunde por Europa los principios básicos del liberalismo: soberanía nacional, división de poderes, igualdad ante la ley, monarquía constitucional, etc. Claramente en contra de la monarquía absoluta y de la sociedad estamental, que eran los fundamentos del Antiguo Régimen. Por ello, Carlos IV y sus ministros (Floridablanca y Aranda) practican una política de control de fronteras para impedir la entrada de la propaganda revolucionaria.
Siendo ministro Godoy, se produjo la ejecución de Luis XVI de Francia en la guillotina. Entonces, España le declara la guerra a la Francia revolucionaria, conocida como la Guerra de la Convencíón (1793-1795), se producen enfrentamientos en la frontera de los Pirineos. 
El clero español ofrecíó apoyo a la monarquía, tanto con importantes donativos para sostener al ejército. Las zonas fronterizas con Francia, se llenaron de emigrados franceses que se habían negado a realizar el juramento civil que les impónía la convencíón francesa.
España también colaboró con las tropas aliadas para la toma del puerto de Colón (cerca de Marsella), pero el signo de la guerra cambió en 1794, cuando el ejército enviado por Manuel Godoy, primer ministro de Carlos IV fue derrotado y las tropas republicanas francesas tomaron gran parte de la actual Girona, Guipúzcoa y Navarra, lo que significó una rendición a los franceses. Se producen enfrentamientos en la frontera de los Pirineos y pronto se firma la Paz de Basilea (1795). Después de la reacción termidoriana, los moderados controlan el poder en Francia, y España estrecha aún más sus lazos con el país vecino, mediante el Tratado de San Ildefonso (1796). Con este tratado, España trataba de proteger su comercio colonial de los ataques británicos.
Cuando Napoleón se hace con los destinos de Francia, España va a quedar sometida a los intereses de éste general, como se observa en la Guerra de las Naranjas (1801), en la que Godoy invade Portugal a petición de Napoleón, y en la Batalla de Trafalgar (1805), en la que la flota francoespañola fue derrotada por la británica. La dependencia de España frente a la política napoleónica culmina en el Tratado de Fontainebleau (1807), por la que España concedía permiso a Napoleón para que éste pasara a sus tropas por territorio español con destino a la invasión de Portugal, país aliado de los británicos. Sin embargo, las intenciones reales de Napoleón no eran otras que apoderarse de toda la Península Ibérica.
En efecto, desde principios de 1808, las tropas francesas empiezan a ocupar posiciones estratégicas en el Norte de la Península y se observa la intención de Napoleón de apoderarse de los principales puertos de la Península. El pueblo se comienza a alarmarse y Godoy hace preparativos para trasladar a la Familia Real a Sevilla, a fin de que huyera, si fuera necesario, hasta los territorios españoles de América. El príncipe Fernando aprovecha el descontento hacia Godoy y organiza el Motín de Aranjuez (Marzo de 1808), que provoca la destitución de Godoy y que Carlos IV renunciase al trono a favor de su hijo. Poco después se producen los sucesos o abdicaciones de Bayona. En esta localidad de los Pirineos, Napoleón mediante presiones y amenazas consigue que Fernando VII devuelva el trono a su padre; a su vez, Carlos IV se lo entrega a Napoleón el cual nombra a su hermano José Bonaparte rey de España. Napoleón intenta legitimar a su hermano mediante la convocatoria de unas Cortes Españolas que deberían aprobar el Estatuto de Bayona, una especie de carta otorgada desde el poder, que conténía ideas liberales. Un grupo de cortesanos de ideas ilustradas se ofrecíó para colaborar con el nuevo monarca José I. Estos creyeron que era el momento de llevar a la práctica muchas de las reformas ilustradas y liberales en la sociedad española y en su organización política que no se habían podido llevar a cabo anteriormente. Estos colaboradores de José I recibieron el nombre de afrancesados, y fueron su principal apoyo durante los cinco años de su precario y controvertido reinado (1808-1813). En estas circunstancias, se producen en Madrid los acontecimientos del dos de Mayo, que dan comienzo a la Guerra de la Independencia (1808- 1814). Fue una guerra de liberación nacional, en la que un pueblo lucha por su independencia frente a un enemigo invasor. Esto explica que combatan no sólo los ejércitos, sino también el pueblo, mediante la resistencia (sitios de Zaragoza y Gerona) o la guerrilla.
El desarrollo de la Guerra fue de la siguiente manera:
-En una primera fase en el verano de 1808, se produjo una vigorosa reacción popular. Los generales franceses ante la reacción del pueblo establecieron un plan para acabar con la resistencia. Para ello tuvieron que someter ciudades que se habían hecho fuertes y que habían proclamado su independencia y su oposición a José I, como Girona, Zaragoza o Valencia. En Andalucía, el ejército español al mando del general Castaños vencíó a las tropas francesas junto a la ciudad de Bailén (Julio de 1808), lo que obligó a José I abandonar Madrid.
-Desde finales de 1808 y hasta 1812, la segunda fase de la guerra supuso el control francés del territorio. Napoleón acudíó personalmente a la Península con un nutrido ejército y logró recuperar Madrid en Noviembre de 1808. Mientras tanto, las partidas de guerrilleros de Castilla, Andalucía, Cataluña, Valencia asestaban golpes continuos en los transportes de recursos o en las guarniciones que contaban con pocos efectivos. Durante tres años, el ejército francés sufríó una terrible guerra de desgaste. Las tropas napoleónicas consiguieron controlar las principales ciudades excepto Cádiz.
-La tercera fase y el final de la guerra estuvo marcada por una importante ofensiva británica. En 1812, un ejército británico al mando del general Wellington, desembarcó en Portugal e inició una larga carrera contra las tropas francesas a las que vencíó cerca de Arapiles. Persiguió a las unidades que protegían la huída de José I hacia Francia y las derrotó en 1813 Vitoria y en San Marcial, acabando la guerra a últimos de 1813 con la firma del Tratado de Valençay.
En el contexto de la Guerra de la Independencia se produce la revolución liberal de las Cortes de Cádiz. El pueblo español considera un acto ilegal el destronamiento de los Borbones por Napoleón y no reconoce a José Bonaparte como rey. Entonces se produce un vacío de poder que da lugar a la formación de juntas locales y provinciales. Estas Juntas asumían la dirección de la política y de la guerra. Tras la victoria española de Bailén (Julio de 1808), se formó la Junta Central, que pretendía coordinar y dirigir la política nacional y la guerra contra los franceses. Su sede estaba en Aranjuez.
Ante el avance francés, la Junta Central se trasladó a Sevilla, donde se disolvíó, dando paso a un Consejo de Regencia. Pues bien, este Consejo fue el que convocó las Cortes de Cádiz. La convocatoria no se hizo por estamentos, como en las antiguas Cortes, sino a la nacíón. Entonces, los diputados que acudieron a Cádiz representaban a la nacíón y no a los distintos estamentos. No obstante, por su extracción social, entre los diputados
gaditanos había 97 eclesiásticos, 8 nobles y 203 pertenecientes al estado llano. Ideológicamente, éstos diputados se agrupaban en tres tendencias:
Los absolutistas o “serviles”, partidarios de la Monarquía Absoluta. Esperaban el regreso de Fernando VII y el restablecimiento del absolutismo.
Los Jovellanistas, defensores de una monarquía fuerte, pero reformada. El poder sería compartido entre el rey y las Cortes tradicionales (por estamentos).
Los Liberales, partidarios de la soberanía nacional, la división de poderes, la monarquía constitucional, etc. Por tanto, eran el grupo auténticamente revolucionario. Formaban parte de él personalidades como Argüelles, Toreno, Alcalá Galiano, Muñoz Torrero, etc.
Las Cortes Generales y Extraordinarias, que en realidad, eran unas Cortes Constituyentes tenían que liquidar el Antiguo Régimen y establecer los cimientos de uno nuevo, basado en el Liberalismo.
Para derribar el Antiguo Régimen, estas corrientes aprobaron numerosos decretos, como la abolición de la Inquisición y la tortura, la eliminación de la censura y el establecimiento de la libertad de imprenta, la incorporación de los señoríos jurisdiccionales a la nacíón, la supresión de los mayorazgos, el inicio de una tímida desamortización eclesiástica, la libertad de comercio e industria, etc.
Los cimientos del Nuevo Régimen se establecen con la Constitución de 1812, que fue proclamada el 19 de Marzo de 1812. Esta Constitución es la más extensa del constitucionalismo español, con 384 artículos. En ella se establecen los siguientes principios:


La Soberanía nacional reside esencialmente en la nacíón.


Reconocimiento de los derechos fundamentales: la nacíón protegerá la libertad civil, la propiedad, la prohibición del tormento, la  libertad de imprenta, el derecho a la educación, etc.


Establecimiento de la división de poderes, dentro de un sistema de monarquía constitucional:
Poder Ejecutivo: la potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey. Además, tiene poder legislativo
Poder Legislativo: la potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Poder Judicial: la potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en los tribunales establecidos por la ley.
Otros puntos interesantes son los que se refieren a la contribución sin privilegios, la creación de la Milicia Nacional, la libre elección de los Ayuntamientos, la creación de escuelas y universidades, etc.
Esta Constitución estuvo en vigor cortos períodos de tiempo (1812-1814, 1820-1823 y 1836-1837), pero tiene el mérito de ser la primera Constitución española y servir de modelo y referencia a las demáS.

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