Principales reformas del Bienio Reformista
El nuevo gobierno estaba presidido por Manuel Azaña.
Se enfrentaba a una tarea ingente: poner en marcha los principios de la Constitución de 1931, lo que supónía iniciar el ambicioso proyecto republicano de transformación radical del país.
Para ello, Azaña se apoyó fundamentalmente en los socialistas, poniendo fin a la coalición presente en el Gobierno Provisional. Entre las prioridades del gobierno estaban la reforma del Ejército, la reforma agraria y la satisfacción de las demandas autonomistas catalanas. Este programa reformista tuvo que abrirse camino ante la oposición de los sectorescontrarrevolucionarios, decididos a forzar una salida violenta a la situación, y de una izquierda revolucionaria impaciente ante lo que consideraban lentitud y moderación del gobierno a la hora de realizar los cambios.La elaboración del proyecto de Estatuto para Cataluña recayó fundamentalmente en Esquerra Republicana, principal partido catalanista en estos momentos. El Estatuto concedía a Cataluña un amplio marco de autogestión (dentro de una óptica autonomista, no separatista). Maciá fue el primer presidente de la Generalitat.
Las demandas planteadas en el mismo sentido por vascos y gallegos fueron, de momento, dejadas de lado. La reforma agraria fue uno de los principales compromisos asumidos por los integrantes de la conjunción republicano-socialista. Aunque no había total acuerdo en la forma de llevarla a cabo, todos estaban de acuerdo en la necesidad de poner fin al predominio de la gran propiedad concentradaen unas pocas manos y en una distribución de la propiedad más equitativa y racional.
Las primeras iniciativas se tomaron durante el Gobierno Provisional. Entonces, la legislación agraria estuvo a cargo de Largo Caballero: se obligó a los patronos a contratar jornaleros del término municipal, se prohibíó el desahucio de arrendatarios por impago, se establecieron Jurados Mixtos para dirimir conflictos, se implantó la jornada de ocho horas, salarios mínimos y un decreto de laboreo forzoso que obligaba a los propietarios a poner en cultivo las tierras aptas para ello.
La tarea fue continuada durante el Bienio Progresista. La Ley de Bases para la Reforma Agraria establecía que las propiedades expropiables destinadas al asentamiento de familias campesinas, podrían ser explotadas de forma colectiva o en parcelas individuales, según ellos mismos decidieran. Se ampliaba la reforma a toda Andalucía, Extremadura, La Mancha y Salamanca. Se contemplaba la creación de un Instituto de Reforma Agraria, encargado de poner en marcha las disposiciones.La reforma educativa iniciada por el Gobierno Provisional continuó su desarrollo a partir del principio, recogido en la Constitución, de que la educación era un derecho de toda la población que debía ser garantizado por el Estado. El gobierno adoptó un modelo basado en la escuela única, pública,
obligatoria y gratuita, establecíó la enseñanza mixta, y continuó el ambicioso programa de construcción de escuelas (27.000) y de creación de plazas de maestros. Se eliminó la religión católica como asignatura y se prohibíó el ejercicio de la enseñanza a las Congregaciones Religiosas. Las reformas fueron llevadas a cabo por los ministros Marcelino Domingo y Fernando de los Ríos. También se creó un programa de alimentación infantil, se aumentó el número de escuelas nocturnas para analfabetos y se crearon 5.000 bibliotecas ambulantes que llegaron a todos los rincones del país. En la Enseñanza Media se duplicó el número de institutos y, por tanto, de alumnos y se les dotó de medios que elevaron considerablemente la calidad de la enseñanza.Una de las más singulares creaciones oficiales de aquellos años fue la de las Misiones Pedagógicas, formadas por profesores y estudiantes que se dedicaban a tareas de promoción cultural en las zonas rurales del país. La iniciativa fue, sobre todo, de B. Cossío.La importancia que la cuestión militar tenía para el Gobierno republicano se refleja en el hecho de que fuera el propio M. Azaña el titular del ministerio de Guerra. Dada la especial relación entablada entre el Ejército y la Monarquía, se hacía preciso propiciar en sus filas un cambio de lealtades, sin soliviantar a los oficiales para no quebrar la disciplina interna del Ejército. Nada más proclamarse la República, se hicieron efectivos nuevos nombramientos al frente de las principales capitánías generales. Se dictó asimismo una orden que exigía a los oficiales una declaración expresa de fidelidad al nuevo régimen y un decreto dio vía libre a todos los oficiales que así lo solicitasen para pasar a la reserva con su sueldo íntegro.Con estas iniciativas se pretendía alejar a los elementos monárquicos más recalcitrantes de las filas del Ejército, pero también dar respuesta a unas exigencias puramente técnicas: reducir el excesivo número de oficiales existentes y aumentar la eficacia de las unidades operativas. Azaña intentó reorganizar el sistema de acceso para dar primacía a los estudios y exigir la formación para el ascenso.El balance final de esta política fue, en general, positivo. Lo que no se consiguió, no obstante, a pesar de que el fin último de las medidas era la modernización de las fuerzas armadas, fue granjearse la estima de la oficialidad del Ejército
Constitución de 1931
En Junio se convocaron las elecciones a Cortes Constituyentes, obteniendo la victoria la conjunción republicano-socialista, lo que supónía el respaldo popular a la coalición del Gobierno. La Constitución fue aprobada en Diciembre.
El Estado es definido como «República democrática de trabajadores de toda clase», subrayando así el carácter popular de la soberanía.
Incluye la más extensa declaración de derechos de la historia del constitucionalismo español, no sólo individuales y políticos (de residencia, de pensamiento, inviolabilidad de domicilio, de asociación, etc.) sino también económicos, familiares y culturales. Destacan el sufragio universal para mayores de 23 años, incluidas las mujeres (fue uno de los primeros países en conceder el voto a las mujeres), el establecimiento del matrimonio civil, el divorcio, la igualdad de los cónyuges en el matrimonio, la equiparación de derechos de hijos legítimos e ilegítimos, la igualdad de todos en el derecho a la educación, la subordinación de la propiedad privada al interés público, prevíéndose la posibilidad de expropiación. La influencia socialista es evidente en toda la regulación de los derechos.
Se procuró hacer unas instituciones que dieran el poder principal al parlamento y que no dieran demasiadas atribuciones al presidente. Así pues, el poder principal se otorgó a las Cortes.
Las Cortes son elegidas por cuatro años, constan de una sola cámara y tienen en exclusiva el poder legislativo; su predominio sobre las demás instituciones hace que la política se desarrolle en el Congreso más que en el Gobierno.El presidente electo de la República tenía competenciaslimitadas y controladas por el Congreso. El presidente nombra al Jefe de Gobierno y a los ministros, que deben ser ratificados por las Cortes.
Se pretende garantizar la autonomía de la función judicial.
Se crea el jurado como forma de participación popular. Se crea el Tribunal de Garantías Constitucionales con competencia para juzgar la constitucionalidad de las leyes.Se prevé la posibilidad de que un conjunto de provincias se constituya como regíón autónoma, para lo cual deben presentar su proyecto de Estatuto a las Cortes. El artículo uno definía a España como un «Estado integral», lo que supónía un compromiso entre los partidarios del federalismo y del unitarismo.
La cuestión más debatida fue la religiosa.
Finalmente, se establecíó la disolución de los jesuitas; desaparece el presupuesto del clero y del culto; se prohíbe a las Congregaciones religiosas ejercer la enseñanza, la industria y el comercio; se proclama la libertad de conciencia y culto, etc.
En general se trata de una Constitución de talante progresista, inspirada en las más avanzadas de la época, y un texto que permitía el desarrollo de un sistema político abierto a izquierdas y derechas.
Sin embargo, fue atacada por la Iglesia y por los partidos de la derecha, sobre todo a causa de la cuestión religiosa.
La Constitución intentaba hacer del país una democracia formal y real, e incluso en sus relaciones con el exterior; por eso fue la primera del mundo en recoger la renuncia a la guerra.
La Revolución de Asturias de 1934
En las elecciones de Noviembre-Diciembre de 1933 la victoria fue para la oposición de centroy derecha.
Tras su victoria, la CEDA (Gil Robles) y el Partido Radical (Alejandro Lerroux) iniciaron una colaboración parlamentaria y gubernamental, cuyo propósito fundamental era rectificar la labor del gobierno anterior y detener las reformas iniciadas. De momento, la CEDA se limitó a sostener en las Cortes a un gobierno presidido por Lerroux que el presidente de la República (Alcalá Zamora) había promovido por temor a la reacción de las izquierdas si Gil Robles llegaba al poder.La mayoría de las disposiciones del gobierno radicalhasta Octubre de 1934 estuvo encaminada a eliminar gran parte de las medidas tomadas durante el gobierno de Azaña.La tensión entre izquierdas y derechas estalló en los primeros días de Octubre de 1934, cuando en su nuevo gobierno Lerroux hizo entrar a tres ministros de la CEDA. La situación se correspondía con el contexto internacional de ascenso del fascismo y el retroceso de los regíMenes democráticosLa revolución de Octubre de 1934 fue, tras el estallido de la Guerra Civil, el momento más crítico de la historia de la II República. La posible entrada de la CEDA en el gobierno se identificaba desde la izquierda como el triunfo del fascismo (máxime cuando Hitler había llegado al poder en 1933): la CEDA no ocultaba su admiración por el nazismo alemán e incluso utilizaba una simbología similar en sus manifestaciones públicas. No obstante, las gestiones que darían lugar a la revolución tuvieron su inicio tras la victoria electoral de la derecha en el 33. Iba ganando terreno la idea de una insurrección y aunque los contactos entre socialistas, comunistas y anarquistas no concluyeron en acuerdo, funcionaban las Alianzas Obreras (intento de unidad de acción a través de un solo organismo de lucha contra el fascismo, fundada en Barcelona
en Diciembre de 1933 y que aglutinaba a grupos socialistas, anarquistas y comunistas). Companys, se mostró dispuesto a colaborar.El pistoletazo de salida se produjo con el primer gobierno radical-cedista (4 de Octubre). Esa misma tarde, los dirigentes socialistas dieron la orden de huelga. El día 5 de Octubre el paro fue general en todas las ciudades del país; no así en el campo.
El movimiento fracasó prácticamente en todo el país
En Madrid la situación fue rápidamente controlada. En Cataluña, el apoyo de Companys que proclamó el Estado catalán, hizo triunfar por unas horas la revolución, pero acabó siendo reducida por el Ejército; los anarquistas catalanes no la secundaron.En Asturias la Alianza Obrera consiguió que la huelga general se convirtiese en una auténtica revolución que irradió de dos centros, Mieres y Sama de Langreo. Los obreros asturianos, perfectamente organizados y preparados, controlaron en dos días toda la provincia, conquistaron la capital, organizaron los suministros, mantuvieron la producción siderúrgica, organizaron comités de gobierno… Es decir, se trató abiertamente de una revolución socialista, en la que los revolucionarios tomaron todo el poder en sus manos.Sin embargo, los revolucionarios se encontraban totalmente aislados y como movimiento en toda España estaba condenado al fracaso desde que fracasó en Madrid.Para combatir la revolución asturiana, el gobierno entregó plenos poderes militares al general Franco, que trajo a la Legión al frente del general López Ochoa.El día 19, tras nueve días de lucha encarnizada, se pactó una rendición.El balance fue durísimo:
Más de 1.000 muertos entre los insurrectos, 284 entre las fuerzas del Ejército y la Guardia Civil. Sin embargo, estas cifras aumentaron a causa de la represión posterior, de los fusilamientos sin juicio. Hubo, además, torturas y todo tipo de atrocidades, 30.000 detenidos (entre ellos Azaña que no había participado) y los principales dirigentes socialistas.Todo el periodo posterior quedará marcado por los sucesos de Octubre.
La vida política se polarizó en el enfrentamiento ante las represalias por la revolución, entre los partidarios de llevarlas hasta el final y quienes reclamaban una amnistía.
La Guerra Civil en el contexto internacional
El resultado del conflicto bélico fue, en gran medida, el resultado de la intervención de las potencias extranjeras.
Ambos bandos buscaron suministros y armamento en el exterior. Sin embargo, a iniciativa de británicos y franceses se alcanzó en Septiembre de 1936 un compromiso internacional para aislar el conflicto, evitar la participación de otros países en la Guerra Civil y prohibir la venta de material bélico a los bandos en lucha. Para ello se creó en Londres un Comité de No Intervención al que se adhirieron casi todos los países europeos. Este acuerdo perjudicó sobre todo al bando republicano, al tiempo que Alemania, Italia y la Uníón Soviética hicieron caso omiso de su cumplimiento.
Los sublevados recibieron la ayuda de Italia, Alemania y Portugal.
Hitler respondíó inmediatamente a la petición de Franco enviando material bélico y aviones, indispensables para el transporte del ejército de África a la Península. Esta maniobra fue decisiva para la suerte de los sublevados durante las primeras horas del alzamiento. Posteriormente, los alemanes mandaron un cuerpo de tropas de combate (la Legión Cóndor, unidad de élite de la aviación) y más de 600 aviones.
La Italia fascista de Mussolini también colaboró con material bélico y unos 50.000 hombres que lucharon también en el bando nacional, sobre todo por afinidad ideológica.
La colaboración de Portugal facilitó enormemente que estos suministros llegaran sin dificultad.
El bando de Franco pagó, al terminar la guerra, con divisas, materias primas y minerales (hierro y wolframio, fundamentalmente).
Por su parte, el bando republicano solicitó ayuda a Francia y GranBretaña, sus aliados naturales. La negación de la ayuda de las democraciasparlamentarias europeas, sobre todo de la vecina Francia, fueron fundamentales para la derrota republicana. Por otra parte, la opinión pública en ambos países, así como en los EE.UU. Se mostró mayoritariamente a favor del gobierno republicano.Al no encontrar auxilio entre los países de su entorno, el gobierno republicano intentó comprar armas a la URSS, con la que ni siquiera manténía relaciones diplomáticas. Stalin aprobó el envío de aviones, carros de combate y asesores ante el temor a una expansión fascista en el Mediterráneo. Pero la ayuda soviética fue bastante dispersa, tuvo graves dificultades para llegar a la zona republicana, y obligó a utilizar la flota en labores de escolta, perdíéndose así una importante baza militar. No obstante, las consecuencias de la ayuda material soviética, que el gobierno republicano pagó al contado con las reservas de oro y plata del Banco de España, fueron trascendentales: evitó el hundimiento del ejército republicano y reforzó la posición de poder e influencia de los comunistas españoles en el gobierno republicano. Además de la URSS, sólo México ayudó al gobierno legítimo español.Al mismo tiempo, los soviéticos movilizaron a la opinión pública de izquierdas e impulsaron la creación de las BrigadasInternacionales, una fuerza militar compuesta exclusivamente de voluntarios procedentes de todo el mundo para luchar en favor de la República. Unos 40.000 brigadistas participaron en la guerra española, a la que veían como una lucha contra el avance del fascismo en Europa.Así pues, el contexto internacional favorecía a los sublevados.
Inglaterra y Francia no estaban dispuestas a arriesgar una nueva guerra europea a causa de España. En los gobiernos occidentales primaba más el anticomunismo y el miedo a la revolución que el respaldo a la democracia. El Pacto de Múnich significó de hecho el abandono definitivo de la República española.
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