Qué ilustrados defendían la separación de poderes y la soberanía

5.1 LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: ANTECEDENTES Y CAUSAS. BANDOS EN CONFLICTO Y FASES DE LA GUERRA

Durante el reinado de Carlos IV estalla la revolución francesa (1789). Para evitar que la propaganda revolucionaria entrase en España el ministro del rey, el Conde de Floridablanca aplico una política represora contra la revolución y sus ideas. En 1792 Manuel Godoy es nombrado secretario de Estado y fue recibido gratamente por las clases altas debido a sus ideales contrarrevolucionarios. En 1793 España le declara la guerra a Francia, pero debido a la superioridad de estos se ven obligados a firmar la Paz de Basilea en 1795. Un año después ocurre un gran giro político y España se alió con el directorio francés (Tratado de san Ildefonso) para declararle la guerra a Gran Bretaña. Godoy se retira como ministro años más tarde para aliarse con Napoleón. Debido a esta alianza se metieron en guerra contra los portugueses (Guerra de los Naranjos) y contra Inglaterra (Derrota en Trafalgar). La falta de recursos ocasionada por esta guerra llevo a una reforma en el sistema fiscal, donde se llevaron a cabo desamortizaciones de los gremios eclesiásticos. Como respuesta, las clases altas que habían perdido poder buscaran apoyo en el príncipe de Asturias, el hijo de Carlos IV, Fernando.

En 1808 Fernando conspiró contra su padre y en el Motín de Aranjuez en 1808 se corono como Fernando VII. Un año antes, Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, en el que se acordaba que las tropas francesas tomarían Portugal y España les dejaría pasar por sus territorios. Los franceses traicionaron a Godoy y tomarían Madrid en 1808. Godoy, Carlos IV, Fernando VII y Napoleón se reunieron, dando lugar a las Abdicaciones de Bayona, donde Fernando le daba la corona a su padre, para que este a su vez se la diese a Napoleón. Este nombró a su hermano José como gobernante de España y esta pasó a convertirse en un estado satélite de Francia.

El 2 de Mayo de 1808 dio lugar un levantamiento popular en Madrid contra los invasores, seguido por diversas revueltas en todo el país. La mayoría de los grupos sociales (Iglesia, nobleza, campesinado) se revelarían en contra de los franceses, mientras que una pequeña parte de pensadores ilustrados (afrancesados) apoyarían al actual gobierno. Más tarde, serían expulsados al considerarlos traidores. Durante esta época José I llevo a cabo el Estatuto de Bayona, que era una carta otorgada para separarse del antiguo régimen. Entre los múltiples decretos estaba que el rey conservaba tanto el poder ejecutivo como legislativo. En las cortes se promovieron algunos derechos individuales y privilegios estamentales. Obviamente ninguna de estas medidas entró en vigor debido a la guerra. Por el lado de los sublevados, estos crearon unas juntas provinciales y locales en contra de Napoleón. Más tarde, crearían la junta suprema central, que se establecería en Cádiz, con el conde de Floridablanca al mando. Estas se dividieron en 1808 para dar lugar a los Consejos de Regencia. Convocaron unas cortes (Cortes de Cádiz) y más tarde instaurarían la Constitución de 1812.

La guerra de la independencia (1808-1814) fue una guerra internacional, pues se enfrentaban España, con el apoyo de Gran Bretaña contra Francia. A la vez fue une Guerra Civil de los sublevados españoles contra los afrancesados españoles. Se llevó a cabo un proceso revolucionario que incluyo las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812 donde se creó un sentimiento de unidad nacional.  

Las fases de la guerra fueron tres. La primera fue una etapa de guerra convencional donde había una clara superioridad francesa. Hubo una gran resistencia en Zaragoza, Gerona y Valencia. Los españoles vencieron en la batalla de Bailén, lo que obligo a los franceses a abandonar España Y Portugal. En la segunda etapa Napoleón llego a España con 250.000 hombres para después irse a Rusia en 1809. Los franceses recuperaron Madrid y conquistaron Aragón, Cataluña y Andalucía, enfrentándose a una resistencia española mediante la guerra de guerrillas. En la tercera y última etapa se juntó la guerra convencional con la de guerrillas ayudados por los ingleses. Salieron victoriosos en las Batallas de los Arapiles, Vitoria y San Marcial. Napoleón derrotado firmo la paz de Valençay en 1813 donde le devolvía la corona a Fernando VII y abandona España. Las consecuencias de la guerra se tradujeron en unas grandes pérdidas humanas (300.000 personas) y económicas; significó el declive del Imperio español en Las Indias y se convirtieron en una segunda potencia en orden. También se llevó a cabo una transición al estado liberal y se creó una conciencia de unidad nacional.



5.2 LAS CORTES DE CÁDIZ. LA CONSITUCION DE 1812

En 1812 España estaba sumida en una guerra de independencia contra los invasores franceses. La soberanía de España había pasado de Fernando VII de Borbón a José I Bonaparte, hermano de Napoleón, en lasas abdicaciones de Bayona (1808) El pueblo español había respondido mediante la creación de la Junta Suprema Central, que se trasladó a Cádiz (ciudad protegida por los ingleses) que en 1809 y se disolvíó en 1810 para ser sustituida por el Consejo de regencia. Este consejo convoco unas cortes den 1812.

Estas fueron las cortes de Cádiz, que fueron las primeras en no ser convocadas por un rey, donde había una asamblea única y un sufragio universal masculino de más de 25 años. Su composición contaba con gran parte de clérigos (un tercio), gran cantidad de militares y abogados, un pequeño porcentaje de la nobleza y una pequeña parte de diputados americanos. El derecho de consejo de constitución de las cortes fue un decreto donde se recoge como se deben de comportar las cortes. El primer decreto reconoce la soberanía nacional, donde se defiende que la legitimidad se sustenta en todos y cada uno de los habitantes de la nacíón, y no en una familia o persona. Se entendía como nacíón al conjunto de ciudadanos libres residentes tanto en la península como en los territorios ultramarinos, iguales en derechos, sujetos todos a la misma ley y desprovistos de cualquier forma de privilegios. También se defendíó la división de poderes que era una forma para evitar que una sola persona acaparase todo el poder.

Ahora hablaremos de las cortes. Entre los diputados de esta se configuran tres grandes corrientes de opinión. Los primeros eran los absolutistas, que eran partidarios de que la soberanía residiera en la figura de un monarca absoluto del que emanaban todos los poderes, lo que significaba que las cortes se limitarían a recopilar las leyes existentes. Los segundos eran los jovellanistas, que defendían una soberanía compartida entre el rey y las cortes sumando la tradición con las reformas. En tercer y último lugar estaban los liberales que eran los que más defendían la soberanía nacional. Estos eran el grupo menos numeroso, pero esto no fue un impedimento para acabar imponiendo sus principios. Es muy importante saber que la labor que tuvieron las Cortes de Cádiz fue doble: desmantelar el antiguo régimen para establecer un estado liberal y establecer una constitución para este mismo. 

En lo que concierne al desmantelamiento del antiguo régimen, podemos afirmar que la tarea principal era abolir el régimen señorial, pues en él se sustentaba la sociedad que querían derrocar. Para conseguirlo elaborarían una serie de leyes y decretos, donde el origen privilegiado de los redactores determinó las medidas tomadas. En 1811 el estamento privilegiado dejó de gozar del ejercicio de la administración de justicia y recibir rentas, lo que rompía los únicos derechos que tenían sobre sus tierras. También se tomaron medidas de carácter social, como fueron la libertad de imprenta y la abolición del tribunal de la inquisición, que no dejaba de ser un órgano de poder. Las medidas liberales en el sector económico fueron las más importantes. Aquí se puso fin a las tierras de “manos muertas”, que eran de los nobles y por lo tanto no estaban explotadas, mediante la desamortización de algunos territorios. Se abolieron los gremios y se acabaron los privilegios mercantiles de la ganadería para darle fluidez a la economía. Su segunda labor fue la creación de un nuevo régimen liberal mediante la creación de una constitución. Fue la primera constitución liberal de la historia de España, basada en el principio irrenunciable de la soberanía nacional y que tuvo mucha inspiración en la francesa de 1791. Se fundamenta aparte en la división de poderes, los derechos fundamentales del hombre, la unicameralidad, la limitación del poder real y el sufragio universal masculino. Aunque esta constitución la redactaron los liberales, tuvieron que hacer ciertas concesiones a otros sectores, principalmente al absolutista, como se puede ver en el decreto de la obligatoriedad de la religión católica para los españoles de ambos hemisferios. 

Con la constitución de 1812 comenzó a tomar cuerpo un estado liberal, a pesar de que la guerra contra los invasores franceses evitase su completo despegue. Cuando, firmado el Tratado de Valençay, volvíó Fernando VII para gobernar España, este aprobó el manifiesto de los persas en 1814 y abolíó la constitución, restaurando de nuevo el absolutismo en España e iniciando una persecución contra todos los liberales españoles.


5.3 EL REINADO DE Fernando VII: LIBERALISMO FRENTE A ABSOLUTISMO. EL PROCESO DE INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS AMERICANAS.

En 1814 Fernando VII vuelve a España como rey tras la firma del Tratado de Valençay con Napoleón en 1813. Las cortes españolas no apoyaron la decisión, pues en este tratado solamente se le devolvía a España la corona borbónica, cuando podrían haberse metido en el Congreso de Viena presionando a Napoleón, pero finalmente España se quedó fuera del círculo político europeo y aislada.

Cuando Fernando VII retorno a España, este se encontró con un modelo de estado liberal, debido a todo el proceso revolucionario (cortes y constitución de 1812) acaecido durante la guerra de la independencia. A el rey no le complacíó esta forma de organización regida por la soberanía nacional, donde el pueblo tenía el poder y no el rey. En 1814 redacto el Manifiesto de los persas empezando así la vuelta al absolutismo que duraría hasta 1820 y comenzaba una represión a los liberales que habían redactado este documento. Estos se refugiaron o se escondieron. Las primeras medidas propias del Antiguo régimen que tomo el monarca fueron la vuelta a los gremios y los privilegios a los sectores ganaderos, abolíó la distribución única de los impuestos promulgada por sus antecedentes para dar más fluidez al sistema económico y paralizó las desamortizaciones, volviendo así a la política de manos muertas donde la tierra no se explotaba. Aunque durante esta época no tuvo que hacer frente a la oposición, hubo ciertos intereses de levantamiento, principalmente llevados a cabo por militares, que se encontraban cansados después de luchar seis años en la guerra de guerrillas. Destaca el de Pamplona en 1814 por Espoz y Mina, el de la Coruña en el mismo año por Porlier (que fue ahorcado) y en Barcelona en 1817 por Luis de Lacy.

La revuelta más importante fue la de las cabezas de San Juan en 1820 llevada a cabo por el teniente coronel Riego, que consiguió que Fernando VII aceptase el liberalismo y jurase la constitución. Durante este periodo (trienio liberal) las cortes tuvieron la función de restaurar el periodo gaditano y desarrollar la constitución. Este periodo liberal tuvo el deber de liberalizar la economía, reanudar las desamortizaciones que había anulado Fernando VII y disminuir los privilegios de las clases altas. Tuvo que enfrentarse a muchos problemas. Por un lado, estaba la división interna de los liberales: doceañistas (defendían la herencia de Cádiz, con restricciones) y los veinteañistas (querían aplicar la constitución sin ninguna reforma). Todo esto sumado a las insurrecciones absolutistas dirigida por el rey, como el levantamiento de la guardia real en 1822 y la ocupación de la Seo de Urgel. Esta fue una revuelta de los campesinos y la Iglesia contra los liberales, que no habían sido capaces de resolver el problema económico español. Crearon la Regencia de Urgel, provocando que los liberales exaltados formasen gobierno con el fin de acabar el levantamiento absolutista. Fernando VII pidió ayuda a la Santa alianza. Esta decidíó en el Congreso de Verona que ayudaría a España a volver al absolutismo, mandando a los 100.000 hijos de San Luis que ocuparon la península sin apenas oposición devolviendo en 1823 a Fernando VII al trono.

De vuelta en el trono, Fernando aprende que debe de tener mucho cuidado con los liberales, pues no puede permitir que le vuelvan a quitar la corona. Comienza así una persecución. Debido a este motivo comienzan unas purgas contra todo aquel que dude de su poder, facilitado por la creación de un cuerpo de policía. No todas las medidas fueron absolutistas, sino que tuvo una cierta inclinación liberal, sobre todo en el ámbito económico. Estas estrategias no fueron bien vistas por sus aliados, el bando absolutista. Estos, viendo que no podían confiar en el monarca, le quitan su apoyo para dárselo al hermano del rey, Carlos María Isidro. Cerca de su muerte, Fernando VII no había dado ningún heredero para que continuase su labor; sino que solo tenía hijas. Debido a la ley de sucesión impuesta por su antecesor Felipe V de Anjou, su hija mayor Isabel no tendría derecho al trono, dejando solo a su hermano Carlos, apoyado por los absolutistas. Para evitar esto, Fernando derogó la ley y permitíó que su hija fuese reina de España. Cuando el muere en 1833, hay dos bandos. Por una parte, tenemos a los carlistas y por otra a Isabel. Esta contaba con el apoyo de los enemigos de su padre, los liberales. Por último, hablaremos del proceso de emancipación de las colonias españolas en Latinoamérica que empezó con la guerra de la independencia en España. Fue llevada por los Criollos; burgueses de origen español con ideas liberales. Estos pensaban que saldrían beneficiados si se liberalizaba el comercio en el Atlántico. Se crearon juntas, que incluían congresos independientes y ejércitos. Los dos principales generales fueron Simón Bolívar (Colombia, Venezuela y Ecuador) y San Martín (Perú). 

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