Reconstrucción Económica Postguerra y el Camino hacia la Integración Europea

El Programa de Recuperación Económica (Plan Marshall)

En 1942, la mayoría de las naciones, excepto Alemania, habían vuelto a sus niveles de producción industrial previos a la guerra, aunque estos no eran satisfactorios. En medio del caos derivado de la crisis del 29, los países adoptaron controles de cambio, lo que significaba que sus monedas no eran libremente convertibles, excepto mediante licencia estatal y a través de transacciones bilaterales. Después de la contienda, la escasez parecía obligar a la continuación de estos controles.

Se proclamó que si las naciones europeas presentaban una petición unificada de ayuda, Estados Unidos daría una respuesta solidaria. Esto se materializó en el denominado Plan Marshall, del cual se excluía a la URSS, pues lo concebía como un complot imperialista. España no fue invitada inicialmente y Alemania carecía de un gobierno que la representara en ese momento. En 1948 se aprobó el Programa de Reconstrucción Europeo.

El Reino Unido esperaba recibir ayuda bilateral directa, más que canalizada a través de una organización europea. Con la aprobación de la ley del Plan Marshall, se estableció la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE), que distribuía la ayuda económica estadounidense. Los países miembros debían, a su vez, depositar fondos equivalentes en su propia moneda para proyectos de reconstrucción.

La Cuestión Alemana

Estados Unidos, la URSS y el Reino Unido se reunieron en Berlín para determinar el futuro de Alemania, lo que eventualmente llevó a la división de Alemania en dos estados diferentes: la República Federal Alemana (Alemania Occidental) y la República Democrática Alemana (Alemania Oriental). Berlín también se fragmentó en Berlín Este y Berlín Occidental. En ausencia de un gobierno alemán unificado, se estableció el Consejo Aliado de Control.

La Conferencia de Potsdam había impuesto a Alemania el desmantelamiento de su industria armamentística, el pago de reparaciones (en bienes y mercaderías) y la compensación a las víctimas de la agresión nazi. El Plan Marshall finalizó formalmente en 1952, dejando buenas expectativas, pero con mucho trabajo aún por hacer.

Proceso de Integración Económica en Europa

Desde 1945, las propuestas para establecer algún tipo de organización supranacional, con capacidad para obligar a sus miembros a cumplir mandatos, se hicieron cada vez más frecuentes. Estas propuestas surgían por causas tanto políticas como económicas:

  • Se creía que solo una institución supranacional podría erradicar para siempre la amenaza de guerra en Europa.
  • Se pensaba que mercados más grandes promoverían una mayor especialización y competitividad.

La Unión Aduanera de Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) se creó para poder disfrutar de los beneficios económicos a gran escala.

Primeros Pasos: CECA y CEE

En 1950, se propuso la integración de las industrias del carbón y del acero franco-alemanas para reactivar su industria (el Plan Schuman). A esta iniciativa se unieron los países del Benelux e Italia, dando lugar a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Este tratado estipulaba un arancel exterior común y el control sobre la producción y venta, todo supervisado por una alta autoridad supranacional.

Las mismas seis naciones decidieron dar otro paso hacia la integración, esta vez más inclinado hacia el ámbito político, proponiendo un tratado para la Comunidad Europea de Defensa (CED). Sin embargo, la oposición en algunos países, especialmente aquellos dañados por el nazismo, impidió su ratificación. Se volvió entonces a la integración exclusivamente económica.

Así, mediante los Tratados de Roma (1957), se establecieron:

  • La Comunidad Económica Europea (CEE)
  • La Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom)

Se desarrollaron políticas comunes en transporte, agricultura y seguridad social, además de garantizar el libre movimiento de personas entre las fronteras de los estados miembros. No se podía renunciar al tratado de forma unilateral y las decisiones importantes se tomaban por mayoría cualificada.

Ampliaciones y Desafíos

El Reino Unido, inicialmente reticente a la supranacionalidad, intentó persuadir a las naciones de la CEE para crear un área de libre comercio más laxa. Al no conseguirlo, firmó un acuerdo similar (la EFTA) con Portugal, Suiza, los países escandinavos y Austria, donde solo se estipulaban aranceles comunes y cualquier miembro podía retirarse.

Tras el llamado «Tríptico de La Haya», se produjo la primera ampliación de la CEE, con la entrada del Reino Unido, Irlanda (no Italia como se mencionaba erróneamente) y Dinamarca en 1973 (Noruega votó en contra en referéndum). Hasta los años 80 no entraron Grecia, España y Portugal. Sin embargo, la unidad europea no estaba consumada aún y siguieron existiendo problemas que frenaron el progreso.

La Política Agrícola Común (PAC) constituía un constante quebradero de cabeza. Las naciones estaban obligadas a ayudar financieramente al sector agrario, lo que generó una superproducción de ciertos artículos, cuya gestión y almacenamiento suponían un alto coste para los contribuyentes.

El Sistema Monetario Europeo (SME), creado en 1979, pretendía estabilizar los tipos de cambio y, a largo plazo, la sustitución de las monedas nacionales por una única, aunque este último objetivo fue aplazado debido a las disparidades económicas y monetarias internacionales.

Las relaciones con los países del Tercer Mundo se gestionaron a través de una serie de convenciones:

  • Convención de Yaundé: Promovía la cooperación y financiación con países del África subsahariana, principalmente antiguas colonias.
  • Convención de Lomé: Amplió el marco de cooperación a más países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP).

Hacia la Unión Europea: Maastricht y Más Allá

Un elemento fundamental para la integración europea fue el Tratado de Maastricht (1992), donde se consagró oficialmente el nombre de Unión Europea (UE). Este tratado se basaba en una estructura de tres pilares:

  1. El pilar comunitario: Recogía las competencias supranacionales existentes (CEE renombrada a Comunidad Europea, CECA, Euratom), incluyendo la PAC.
  2. Los pilares de cooperación intergubernamental:
    • Política Exterior y de Seguridad Común (PESC).
    • Justicia y Asuntos de Interior (JAI).

El pilar central (Comunidad Europea) además incluía el proyecto de la Unión Económica y Monetaria (UEM) con el objetivo de crear una moneda única (el Euro) y asegurar la libre circulación de capitales. Para adoptar el euro, los miembros debían cumplir unos estrictos criterios de convergencia (reducción de la inflación, tipos de interés, déficit y deuda pública). Se creó el Banco Central Europeo (BCE) y un Fondo de Cohesión para ayudar a los países con menor PNB per cápita, como España, Irlanda, Grecia y Portugal.

La PAC siguió absorbiendo cerca de la mitad del presupuesto comunitario. Se abordó también el tema de la educación y la movilidad con programas como Erasmus y Sócrates.

Con los Tratados de Ámsterdam (1997) y Niza (2001) se preparó la UE para la gran ampliación hacia el Este, que eventualmente llevaría la Unión a 27 miembros (y posteriormente más). Con la firma y ratificación del Protocolo de Kioto, la UE se comprometió a limitar el calentamiento global y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Finalmente, con la firma del Tratado de Lisboa (2007), se buscó dotar a la UE de mayor democracia, eficacia y transparencia, y abordar cuestiones globales como el cambio climático y el desarrollo sostenible, reformando la estructura de pilares y fortaleciendo el marco institucional.

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