El Siglo XVIII Español: Reformas, Centralización y Sociedad
El Tratado de Utrecht y sus Consecuencias
El Tratado de Utrecht, firmado el 13 de julio de 1713, puso fin a la Guerra de Sucesión Española, desencadenada tras la muerte de Carlos II sin descendencia. Este acuerdo internacional reconoció a Felipe V como rey de España, instaurando la dinastía de los Borbones. El tratado implicó importantes cambios territoriales:
- Austria: Obtuvo Flandes, Nápoles, Cerdeña y parte del Milanesado.
- Casa de Saboya: Recibió Sicilia.
- Holanda: Consiguió enclaves en los Países Bajos.
- Inglaterra: Adquirió Menorca, Gibraltar, el monopolio del comercio de esclavos en América («asiento de negros») y el «navío de permiso».
- Portugal: Obtuvo la colonia de Sacramento (Uruguay), clave para el contrabando en la América española.
El Motín de Esquilache y la Expulsión de los Jesuitas
En 1766, durante el reinado de Carlos III, estalló el Motín de Esquilache. Las causas principales fueron la carestía de alimentos, agravada por la liberación del precio del pan, y las medidas impuestas por el ministro Esquilache (limpieza urbana, alumbrado, prohibición de juegos, armas, sombreros gachos y capas largas). Se sospecha que grupos privilegiados instigaron la revuelta contra las reformas del rey. Tras sofocar el motín, Carlos III continuó con las reformas, apoyado por Campomanes, Aranda y Floridablanca. Además, expulsó a los jesuitas, acusados de instigar la revuelta.
El Informe sobre la Ley Agraria de Jovellanos
El Informe sobre la Ley Agraria es un dictamen de la Sociedad Patriótica de Madrid, remitido por el Rey. El informe señala que la escasez y el alto precio de las tierras se deben a la amortización (tierras fuera del mercado). Esto impide la inversión de capitales en la agricultura, que queda en manos de colonos sin recursos. Los grandes propietarios (monasterios y alta nobleza) prefieren dedicar sus tierras al pastoreo, resultando en despoblación y mal cultivo.
Gaspar Melchor de Jovellanos y la Ilustración
Gaspar Melchor de Jovellanos es una figura clave de la Ilustración española. De origen noble, fue Alcalde del Crimen en Sevilla (1767) y Alcalde de Casa y Corte en Madrid (hasta 1790). Participó activamente en instituciones como Academias, la Sociedad Económica y la Real Junta de Comercio. Tras la muerte de Carlos III, fue desterrado a Gijón (1790-1798), donde escribió obras importantes como el Informe sobre el expediente de la ley agraria (1794).
Las Sociedades Económicas de Amigos del País
Las Sociedades Económicas de Amigos del País, inspiradas por la Ilustración, surgieron en España, Irlanda y Suiza en el siglo XVIII. Eran organismos no estatales que buscaban promover el desarrollo económico, estudiando la situación de cada provincia y proponiendo soluciones. Impulsaban la agricultura, el comercio y la industria, y difundían las ideas de la fisiocracia y el liberalismo. Contaban con licencia real y reunían a miembros de la nobleza, cargos públicos, clérigos, comerciantes y artesanos.
Los Decretos de Nueva Planta y la Reorganización Territorial
La Corona de Aragón y los Decretos de Nueva Planta
Los Decretos de Nueva Planta (1707 en Aragón y Valencia, 1715 en Mallorca, 1716 en Cataluña) abolieron las instituciones y fueros tradicionales de la Corona de Aragón. Estos reinos se convirtieron en provincias, gobernadas por un capitán general y un presidente de audiencia. El territorio se dividió en 11 capitanías-audiencias, con funciones gubernativas y judiciales. Murcia se integró en la capitanía de Valencia. Se mantuvieron las 21 provincias castellanas, a las que se sumaron las cuatro de la Corona de Aragón.
Los Fueros Vascos y Navarros
Las provincias vascas y Navarra conservaron sus fueros por su apoyo a Felipe V durante la Guerra de Sucesión. La coexistencia de estos fueros con la monarquía centralista generó tensiones, especialmente en relación con las aduanas interiores y otros privilegios económicos. Se realizaron modificaciones consensuadas, como un acuerdo aduanero con Bizkaia en 1727.
La Situación de La Rioja en el Siglo XVIII
La Rioja, entonces parte de Castilla la Vieja, perteneció a las intendencias de Burgos y Soria. En 1810, casi toda la región fue incluida en la prefectura de Burgos, bajo el gobierno de José Bonaparte. En 1821, las Cortes decidieron denominarla «provincia del Reino de España», pero Fernando VII anuló la medida. Finalmente, el Real Decreto de 30 de noviembre de 1833, de Javier de Burgos, estableció la división administrativa definitiva, creando la provincia de Logroño.
La Figura del Intendente
El Intendente era un funcionario real, dependiente del monarca, encargado de ejecutar la política oficial en su demarcación. Su principal función era centralizar la administración, actuando como enlace entre Madrid y las provincias. Tenía amplias atribuciones en administración militar, Hacienda, Gobierno y Justicia.