La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III
El despotismo ilustrado perseguía una serie de reformas para la modernización y prosperidad del reino, dentro de un Estado absoluto. Carlos III, que ya había sido rey de Nápoles entre 1735 y 1759, fue un ejemplo en estas políticas.
Reformas Económicas
Las reformas económicas necesitaban la elaboración de censos con objetivos económicos y fiscales como los de Aranda (1769) y Floridablanca (1787). La política agraria fue un objetivo prioritario, planteándose la necesidad de una reforma que afrontase los problemas ya expuestos por Campomanes (Memorial Ajustado) y Jovellanos (Informe sobre la ley agraria) al denunciar la situación de las tierras de mano muerta (*), los arrendamientos a corto plazo, el control del precio del trigo y los privilegios de la Mesta. Las reformas fueron limitadas por la oposición de los privilegiados: aumento de la superficie cultivada a costa de los pastos de la Mesta, construcción de infraestructuras de regadío (Canal Imperial de Aragón), medidas de protección a los arrendatarios, libre comercialización de los cereales (1765) que, a corto plazo, elevó los precios por la especulación (motín de Esquilache) y colonización de despoblados, como la iniciada de Olavide en Sierra Morena, con más de 7.000 colonos holandeses, alemanes y españoles.
Industria y Comercio
En la industria, se terminó con el monopolio de los gremios en 1772, y desde 1780 llegan las primeras máquinas a la industria textil catalana. Se establecieron las Reales Fábricas con apoyo del Estado y escaso éxito económico (armas, tapices, vidrio, etc.). En el comercio interior mejoraron las vías de comunicación y fueron suprimidas las aduanas interiores, y en el exterior en 1778 se dispuso un nuevo reglamento de libre comercio con América para la mayoría de los puertos españoles. En las finanzas se crea el Banco de San Carlos, antecedente del Banco de España.
Política Regalista y Reformas Militares
Carlos III continuó la política regalista expulsando a la Compañía de Jesús (1767), que bajo las órdenes directas del Papa, restaba poder a la Corona. Fueron acusados de participar en el motín de Esquilache. Otras reformas afectaron al ejército con un servicio militar obligatorio (sistema de quintas) y a las instituciones municipales con la introducción de cargos elegidos por la población: síndico personero y los diputados del común.
(*) Amortización o Vinculación: el propietario de la tierra obtenía beneficios o rentas pero no podía venderla o repartirla por herencia. Naturaleza de la vinculación: mayorazgo, bienes de la Iglesia y bienes de propios y comunes.
La España del siglo XVIII: evolución de la política exterior en Europa
Finalizada la Guerra de Sucesión con la pérdida del imperio español en Europa, la política exterior se marcó dos objetivos, para los que necesitaba establecer alianzas internacionales: recuperar los territorios perdidos en Utrecht (Revisionismo) y defender el imperio de ultramar.
Pactos de Familia y Conflictos Europeos
Los primeros años se centraron en la política revisionista, alentada por la ambición de Isabel de Farnesio. En 1717 la toma de Cerdeña fue contestada con la alianza de Inglaterra, Francia, Saboya y Austria que obligó a España a retirarse. Tras el cese del ministro Alberoni por Felipe V, la política exterior española se orientó hacia la firma de alianzas y la intervención en los conflictos europeos para obtener ventajas territoriales. El Primer Pacto de Familia con Francia (1733) llevó a la intervención en la guerra de sucesión polaca, permitiendo al infante Carlos ser proclamado rey de las Dos Sicilias (1738). Con el Segundo Pacto de Familia (1743) el infante Felipe obtuvo los ducados de Parma, Plasencia y Guastalla después de la guerra de sucesión austriaca.
Guerra de los Siete Años y Recuperación Territorial
Tras un periodo de neutralidad en el reinado de Fernando VI, Carlos III firmó el Tercer Pacto de Familia (1761) participando en la guerra de los Siete Años (1753-63), frente a Inglaterra y Portugal por la hegemonía colonial. La derrota y el Tratado de París (1763) obligaron a ceder la Florida a Inglaterra y Sacramento a Portugal, recibiendo en compensación la Luisiana de Francia. Después, el apoyo de España y Francia a las colonias norteamericanas en su guerra de Independencia contra Inglaterra permitió recuperar Menorca, Florida y Sacramento en el Tratado de Versalles (1783).
Revolución Francesa y Conflictos Navales
Tras la revolución francesa y la ejecución de Luis XVI (1793) España entró en guerra con la república francesa, aliándose con Inglaterra y Portugal (1793-1795). Desde 1795 (Paz de Basilea y Tratado de San Ildefonso) la monarquía española se rindió a los intereses franceses y se reanuda el conflicto naval con Gran Bretaña (1796-1801 y 1804-1808), perdiendo el monopolio con América.
La España del siglo XVIII: la política borbónica en América
Los borbones españoles pretendieron trasladar a América el sistema centralista instalado en España mediante la creación de los virreinatos de la Plata y Nueva Granada, y la implantación de intendencias con amplias funciones hacendísticas, militares y políticas, con el objetivo de restar poder al virrey. Con el mismo propósito los corregimientos se transforman en provincias y se desarrollaron las visitas (revisión de la actuación de los cargos oficiales). La nueva situación provocó conflictos de competencias entre cabildos, intendentes y virrey, y la resistencia popular se materializó en movimientos contrarreformistas (muchos inspirados por los jesuitas) que, a partir de 1750, luchan contra los impuestos, los bajos salarios y los sistemas de trabajo; hacia 1780 coinciden los movimientos de los comuneros de Nueva Granada y el de Perú, dirigido por el cacique indígena Condorcanqui.
Defensa del Territorio Americano
La defensa del territorio americano, frente a los ataques de británicos y holandeses, se reforzó creando el virreinato del Río de la Plata (competencia portuguesa), la intendencia del Ejército de Caracas y una Comandancia General para la defensa de las costas atlánticas.
Reformas Económicas y Sociales en América
A nivel económico y social se mejoraron las condiciones de trabajo intentando evitar los abusos con la regulación de las jornadas de trabajo y legislando sobre la protección y defensa de los indios. En cuanto a la propiedad de la tierra se proyectaron reformas agrarias para corregir el desequilibrios existentes, como la venta la tierras y baldíos pertenecientes al rey. El comercio con América fue revitalizado con la apertura de nuevos puertos peninsulares entre 1665 y 1780.