Reformas Económicas Bajo Carlos III: Un Reinado Ilustrado

Carlos III: Las Reformas Económicas en el Contexto de la Ilustración

Las reformas económicas durante el reinado de Carlos III (1759-88) han de encuadrarse necesariamente en el contexto de la Ilustración. Entendida como una actitud asentada bajo el ideal kantiano del sapere aude (atrévete a pensar), la realidad se sometió a un juicio crítico presidido por la razón. Así pues, guiado por el humanismo, el racionalismo y la secularización cultural, el monarca atrajo a la corte a la nobleza mediana y periférica (Campomanes, Jovellanos, Aranda, Cabarrús o el Secretario de Estado o primer ministro José Moñino, el murciano conde de Floridablanca), para emprender un conjunto de reformas ilustradas con el objetivo de modernizar el país.

La Agricultura: Base de la Riqueza

En este sentido, la agricultura siguió siendo la base de la riqueza en consonancia con la economía del Antiguo Régimen. En general, durante el s. XVIII la producción agraria aumentó, aunque no la productividad, pues no se debió a un incremento de la producción intensiva o a la aplicación de nuevas técnicas, sino que se basó en la ampliación de la tierra cultivada. Con todo, se impulsaron nuevos regadíos a partir de la construcción de los canales de Castilla y el Imperial de Aragón, a la vez que se introdujeron nuevos cultivos, como el maíz y la patata.

Para los pensadores de la época, el campo español padecía de graves problemas, a cuya resolución los estudios de Campomanes sentarán las bases para los proyectos de Ley Agraria de Olavide y de Jovellanos, en cuya difusión destacarían las Sociedades de Amigos del País. En consecuencia, el problema agrario se estimó que residía en la distribución (mayoritariamente en manos de la Nobleza y la Iglesia), en los modelos de explotación a partir de sistemas rentistas (enfiteusis levantina, foro gallego, arrendamiento o aparcería), y en la estructura de la propiedad (generalmente vinculada a través del mayorazgo o las manos muertas).

Mayor éxito cosecharía la repoblación de Sierra Morena dirigida por Olavide al tratar de aplicar el pensamiento urbano ilustrado impregnado del nuevo estilo Neoclásico, el modelo económico agrario defendido por la fisiocracia y, a la vez, garantizar el tráfico entre la puerta peninsular de América, Andalucía, con el interior, evitando así el tradicional bandolerismo. De este modo, surgirían diferentes localidades (La Carolina, La Carlota, La Luisiana, etc.), repoblada por colonos católicos alemanes y flamencos.

Del Modelo Artesanal a la Producción Industrial

Frente al modelo artesanal, organizado en gremios según oficios y controlando tanto el precio como la producción, el impulso ilustrado generará la implantación paulatina de la producción industrial, caracterizada por la concentración del capital y de la mano de obra en un mismo edificio (factory system). Para ello, el Estado creó las manufacturas reales, en un intento de estimular la iniciativa particular y de fomentar la competitividad con el extranjero; surgieron así las reales fábricas de municiones de Liérganes y La Cavada, la producción suntuaria de la fábrica de tapices de Santa Bárbara, la de cristales de la Granja o la de porcelana de El Retiro, así como los arsenales de El Ferrol y Cartagena. Finalmente, la propia iniciativa privada se verá reflejada en la fabricación de la seda valenciana, la ferrería vasca y el textil catalán, en especial la producción de indianas (prendas de algodón estampadas en uno de sus lados).

Sistema Fiscal y Nuevas Fuentes de Ingresos

Por su parte, sobre la base del Catastro de la Ensenada (1749) se intentó implantar un sistema fiscal basado en la denominada única contribución, por la que cada localidad tributaría según su riqueza y, si se quiere, que en última instancia cada sujeto pechara en función de sus propiedades… algo que en última instancia hubiese acabado con el modelo antiguorregimental. También se buscaron nuevas fuentes de ingresos, como la Lotería (1763), innovación que además manifestaba una nueva noción de riqueza al poder abarcar a cualquier sujeto.

Por último, en 1782 se creaba el Banco de San Carlos, germen del futuro Banco de España. Cabarrús diseñó una institución capaz de sostener los presupuestos de la Corona y de gestionar los vales reales, una primera modalidad de fondos del tesoro público.

Comercio Interno y Externo

Finalmente, el comercio interno se vería favorecido por el diseño de un plan de caminos reales de trazado radial, a la vez que se liberalizó el comercio de granos (1765), si bien su precio se incrementó por el acaparamiento de los especuladores. Por su parte, el comercio exterior cobrará gran importancia tras los decretos de Libertad de Comercio (1765 y 1778), lo que propició que todos los puertos pudiesen mantener relaciones económicas con las colonias sobre la base de las juntas y consulados de comercio, lo que favoreció el desarrollo de las compañías comerciales (Caracas, Barcelona, Filipinas, etc.) y el florecimiento de numerosas poblaciones portuarias (Alicante, Barcelona, Málaga, La Coruña, Santander, etc.).

Conclusión

En definitiva, el reinado de Carlos III se puede calificar de plenamente ilustrado por su programa reformista económico. Sin embargo, este impulso chocaría con los intereses de una parte de los estamentos privilegiados, así como con la incomprensión popular, ya que los cambios se planificaban desde arriba, destinados a beneficiar al pueblo, pero sin contar con él.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *