Reformismo y Crisis del Franquismo: Evolución Política, Legislativa e Internacional (1962-1975)

El Gobierno de los Tecnócratas

La apertura al exterior, el desarrollo económico y la radical transformación de la sociedad española llevaron al gobierno franquista a emprender una serie de reformas políticas. El objetivo era enmascarar algunos de los aspectos más dictatoriales del régimen. La ascensión política del almirante Carrero Blanco significó el reforzamiento, en el seno del gobierno, de los tecnócratas vinculados al Opus Dei, en detrimento de las familias tradicionales del régimen, aunque siempre se intentó mantener un cierto equilibrio entre ellos.

Los sucesivos gobiernos, a partir de 1962, incorporaron a nuevos ministros de carácter tecnocrático y a jóvenes falangistas de carácter reformista, como Manuel Fraga Iribarne, que ocupó la cartera de Información y Turismo. Estos gobiernos se orientaron hacia la promoción del desarrollo económico, pero también hacia una renovación política que implicase la modernización de la administración, la legislación y las instituciones del país.

El desarrollismo esperaba consolidar el franquismo a través de reformas legislativas y de una mejora del bienestar social que modernizasen la imagen de la dictadura, sin variar su carácter profundamente antidemocrático.

Las Reformas Legislativas

La nueva orientación del gobierno hizo necesario un impulso legislativo para modernizar las instituciones, apaciguar las tensiones sociales y canalizar las crecientes discrepancias entre las familias del régimen. Se procedió a una recomposición de las instituciones y de las leyes represivas de la posguerra.

  • Tribunal de Orden Público (1963): Creado para suavizar la imagen de la dictadura en el exterior. Remitía los delitos políticos a la jurisdicción civil, aunque esto no significó una disminución de la represión.
  • Ley de la Seguridad Social (1967): Amplió los mecanismos de cobertura social con cargo al Estado.
  • Elecciones Sindicales: En el Sindicato Vertical se realizaron elecciones en las que las candidaturas no identificadas con el franquismo, e impulsadas por los sindicatos clandestinos, obtuvieron un notable éxito.
  • Ley de Prensa (1966): Promovida por Fraga, suprimía la censura previa y permitía la publicación de nuevas revistas periódicas y de libros hasta entonces prohibidos. Sin embargo, fijaba un sistema de multas y suspensiones para penalizar a las publicaciones que superasen el margen de tolerancia permitida.
  • Ley de Libertad Religiosa (1967): Reconocía la igualdad de todas las religiones y la libertad de práctica.
  • Ley de Representación Familiar: Permitió la elección de los 108 procuradores que componían el tercio familiar.
  • Ley Orgánica del Estado (1967): Nueva Ley Fundamental que pretendía coronar el edificio institucional del franquismo. Introducía retoques en algunas Leyes Fundamentales, depuraba su lenguaje de la retórica fascista y confirmaba la institución monárquica del régimen. Pretendía dejar el futuro «atado y bien atado», en palabras del propio Franco.

En 1969, y de acuerdo con lo estipulado en la Ley de Sucesión, Franco designó a Juan Carlos de Borbón como su sucesor, con el título de Príncipe de España. Este nombramiento significó la culminación del programa de institucionalización política auspiciado por Carrero Blanco y el equipo de gobierno tecnocrático, pero también agravó las tensiones entre tecnócratas y falangistas.

El nombramiento del príncipe puso fin a las aspiraciones de Juan de Borbón, en quien recaía la legitimidad histórica de la sucesión monárquica, pero de quien Franco desconfiaba por sus anteriores declaraciones a favor de la conveniencia de democratizar el sistema político español.

Las Relaciones Internacionales

En 1962, España solicitó el ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE), pero le fue denegado. Sin embargo, en 1970 se consiguió la firma de un Acuerdo Preferencial que permitió reducir considerablemente los aranceles y favoreció las exportaciones industriales españolas.

Por otro lado, España participó también en el proceso de descolonización africano:

  • Marruecos (1956): Francia pactó con el rey de Marruecos el reconocimiento de la independencia de la zona francesa del protectorado franco-español. España se vio forzada a retirarse de Marruecos ese mismo año.
  • Guinea Ecuatorial (1968): Bajo la presión de los nacionalistas ecuato-guineanos y de las Naciones Unidas, se concedió la independencia a Guinea Ecuatorial.
  • Ifni: Se cedió a Marruecos.
  • Sahara Occidental: Se mantuvo como territorio español hasta 1975.

El Triunfo del Inmovilismo

Las disensiones entre aperturistas e inmovilistas en el seno del gobierno estallaron a raíz del denominado escándalo Matesa, una empresa de maquinaria textil conectada con el entorno del Opus Dei. El escándalo fue difundido por la prensa, y los sectores más inmovilistas del gobierno culparon a la apertura informativa propiciada por la Ley de Prensa de haber contribuido a su desprestigio.

El caso Matesa tuvo importantes repercusiones políticas, provocando la expulsión de los sectores más tecnócratas del gobierno, a los que se responsabilizaba también del aumento de la contestación social. El vicepresidente del nuevo gobierno, Carrero Blanco, defendió la necesidad de endurecer la política interna del régimen, modificando en sentido restrictivo la Ley de Prensa y aumentando la represión.

Algunos delitos volvieron a considerarse rebelión militar, y el estado de excepción se convirtió en un recurso frecuente. El Consejo de Guerra de Burgos (1970) hizo estallar la contestación popular y provocó un alud de protestas internacionales. Aunque Franco ejerció el derecho de gracia, esto no supuso ningún giro político, ya que el gobierno continuó recurriendo sistemáticamente a la represión sobre la oposición.

En este contexto, las tensiones internas, centradas en la continuidad del régimen después de Franco, se decantaron a favor de las posiciones inmovilistas avaladas por Carrero Blanco y el propio Franco. En consecuencia, el nuevo proyecto de Ley de Asociaciones Políticas quedó paralizado, y la Ley Sindical se convirtió en una simple recopilación de las normas ya vigentes.

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