Regencia de Espartero
Tras la Guerra Carlista, se inició un régimen en el que los generales Espartero, Narváez y O’Donnell ocuparon toda la vida política de Isabel II. Tras la renuncia de María Cristina, Espartero fue nombrado regente. Era líder de la corriente progresista, pero autoritario y nunca obtuvo mayoría en el Congreso, por lo que acudía a los moderados para aprobar leyes. Mientras se formaban las leyes, el regente nombró presidente del gobierno, derogó la ley de ayuntamientos y formó su poder con las clases medias y los ayacuchos militares. Espartero exigió ser regente único y lo consiguió el 8 de mayo de 1841. Realizó la venta de bienes del clero secular, frenada en 1840. En 1840, el nuncio en Madrid fue expulsado y Espartero apostó por el librecambismo, lo que provocó que la oposición le acusara de venderse a los ingleses. En septiembre de 1841, O’Donnell protagonizó un levantamiento moderado que fracasó; él y la mayoría huyeron, y los que se quedaron fueron fusilados.
Crisis de la Regencia
En el verano de 1842, comienza la crisis de la regencia de Espartero, que tenía reducido apoyo parlamentario y basaba su gobierno en su influencia sobre el ejército y la milicia nacional. Además, sufría aislamiento internacional desde París debido a la conspiración de los moderados y María Cristina, ayudados por Narváez. En otoño de 1842, los Sucesos de Barcelona (…) redujeron sus apoyos y perdió las elecciones en 1843. Progresistas y moderados, apoyados por Narváez, se enfrentaron al ejército de Espartero en Torrejón de Ardoz y lo derrotaron. Espartero renunció a la regencia y hubo que adelantar la mayoría de edad de Isabel II.
El Desastre del 98
Con casi todo el Imperio español independiente durante el reinado de Fernando VII, solo Cuba, Puerto Rico y Filipinas estaban bajo soberanía española. En la década final del siglo XIX, surgen problemas debido al imperialismo europeo y al expansionismo de Estados Unidos. En 1895, se produjo la insurrección nacionalista que dio lugar a la última guerra cubana, que enfrentó al ejército español con los nativos y después con los estadounidenses. La guerra tuvo cuatro etapas:
- Desde la sublevación en febrero de 1895 hasta la muerte del líder de la independencia, José Martí, en mayo.
- Momento de mayor avance de los sublevados, el general Martínez Campos fue incapaz de frenarlos.
- El general Weyler sustituyó a Martínez Campos con la consigna de guerra hasta el final, pero fracasó. Se intensificó la interferencia de Estados Unidos en la guerra.
- El general Blanco tomó el mando e intervino Estados Unidos directamente.
Estados Unidos intentó varias veces comprar Cuba. El presidente Cleveland ayudó constantemente a los cubanos con la Junta Cubana o la Liga Cubana. Las reformas introducidas por Sagasta en la isla no satisfacieron al presidente, ya que quería comprarla. La explosión del Maine provocó que Estados Unidos declarase la guerra el 25 de abril de 1898. La prensa acusó a España de ser la culpable. Se opusieron republicanos, socialistas y anarquistas. La flota española cayó derrotada primero en Cavite y después en Santiago de Cuba.
El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, donde España reconocía la independencia de Cuba y cedía Puerto Rico y Filipinas, y la isla de Guam por 20 millones de dólares, y entregaba al Imperio alemán las Islas Carolinas y Marianas, y las Palaos por 25 millones de dólares.
Consecuencias del Desastre del 98
Las consecuencias del Desastre del 98 fueron el surgimiento del regeneracionismo, un movimiento que buscaba la modernización social y la superación del atraso cultural. Sus mayores defensores, Silvela y Maura, formaron gobierno. Querían regenerar el país sin modificar el papel de la corona, el ejército y los partidos, pero fracasaron.
Hubo otro movimiento regeneracionista al margen del sistema, el de Picavea, Lucas Mallada, Joaquín Costa y escritores de la generación del 98. Partían de postulados pesimistas para buscar soluciones. Cuestionaban la capacidad de España para progresar y la falta de educación, y criticaban la Restauración. Joaquín Costa puso en marcha la Liga Nacional de Productores, con reformas agrarias, municipales, administrativas y educativas. Excluían a obreros y campesinos, lo que provocó el recelo de vascos y catalanes, que formaron la Lliga Regionalista. El regeneracionismo fue asumido por los partidos y por el rey. Cuando Alfonso XIII sube al trono, ya habían desaparecido Cánovas, Castelar y Pi i Margall, y poco después fallece Sagasta.
Fechas Clave
- Fundación de la UGT: 1888
- Catastro de Ensenada: 1750
- Mayoría de edad de Alfonso XIII: 1902
- Tratado de Utrecht: 1713
- Fundación del Banco de España: 1856
- Desamortización de Madoz: 1855
- Sufragio Universal: 1840
- Revuelta de los Comuneros: 1520
- Independencia de Portugal: 1640
- Inicio de la Guerra de Independencia: 1808
- Concordato con la Santa Sede: 1851
- Proclamación de la I República: 1873
Comentario del Manifiesto de Abdicación de Amadeo I
Clasificación
- Fuente primaria.
- Texto histórico-circunstancial, porque refleja el hecho de la abdicación.
- Carácter político.
- Autor: Amadeo I de Saboya.
- Destinatario: Pueblo español.
- Escrito en el Palacio Real.
Idea Principal
Declaración política del rey Amadeo I de Saboya en la que renuncia al trono de España.
Ideas Secundarias
Amadeo I reprocha a los españoles sus divisiones y enfrentamientos que han hecho imposible que desarrolle un papel de rey de todos, sometido a la Constitución de 1869. Confiesa sentirse incapaz de encontrar solución a los problemas de la nación dentro de la ley, y se niega a buscarla fuera de ella.
Contexto Histórico
Había cinco candidatos al trono, se estaba buscando rey, ya que Serrano estaba de forma provisional. Amadeo fue apadrinado por Prim, hombre de los progresistas que triunfaron en la revolución del 1868. Esto le permitió ser elegido por las Cortes como rey de España. Un mes más tarde, fallece Prim víctima de un atentado, lo que provocó que cuando Amadeo llega a España se encontrara con que la nobleza y la iglesia lo rechazaban, había una insurrección nacional en Cuba y el casi estallido de los carlistas. Se encuentra también con una parte del pueblo que exige la república y la otra parte, la que apoya a Amadeo, estaba dividida en dos: una liderada por Sagasta, más conservadora, y otra más radical, por Ruiz Zorrilla. La ruptura del partido progresista ligó a la monarquía con el gobierno de Ruiz Zorrilla, su único apoyo final. Finalmente, Amadeo presenta su abdicación, y también renuncia a los futuros derechos de sus descendientes. Tres días después se proclama la I República.