Regencia de Isabel II (1833-1843): Las Regencias
Un Periodo Turbulento en la Historia de España
Durante la minoría de edad de Isabel II, la Corona española fue asumida por las regencias de su madre, María Cristina (1833-1840), y del general Espartero (1840-1843). Esta década estuvo marcada por el carlismo y la alternancia en el gobierno de progresistas y moderados. A pesar de la inestabilidad, fue una etapa crucial para el desarrollo del liberalismo en España.
Regencia de María Cristina (1833-1840)
Tras la muerte de Fernando VII, María Cristina de Borbón asumió la regencia. Inicialmente contó con la ayuda del absolutista moderado Cea Bermúdez, pero su manifiesto a favor de la monarquía absoluta no satisfizo ni a carlistas ni a liberales.
En 1834, la regente se vio obligada a recurrir al liberal moderado Martínez de la Rosa, quien firmó la Cuádruple Alianza con Portugal, Francia y Gran Bretaña, y llevó a cabo reformas como la amnistía para los liberales exiliados, la libertad de prensa limitada y el restablecimiento de la Milicia Nacional.
El Estatuto Real
Martínez de la Rosa promulgó el Estatuto Real, una carta otorgada de carácter absolutista que establecía unas Cortes bicamerales con un sistema electoral elitista. A pesar de conceder amplios poderes a la Corona, el Estatuto Real limitaba el poder de la reina y consolidó las tendencias liberales moderada y progresista.
El Ascenso de los Progresistas
La mala situación económica, los errores en la guerra carlista y la agitación social llevaron al ascenso de los progresistas. En 1835, Juan Álvarez Mendizábal, miembro del Partido Progresista, asumió el gobierno y tomó medidas decisivas contra los carlistas, además de iniciar el desmantelamiento del Antiguo Régimen con la desamortización de los bienes del clero regular.
La Constitución de 1837
Tras un breve gobierno moderado, una sublevación en 1836 obligó a María Cristina a restablecer la Constitución de 1812 y a entregar el gobierno a los progresistas. Las Cortes elegidas en otoño de 1836 elaboraron la Constitución de 1837, que buscaba contentar a progresistas y moderados con un sistema bicameral y sufragio censitario.
Regencia de Espartero (1840-1843)
Tras la dimisión de María Cristina en 1840, el general Espartero, héroe de las guerras carlistas, asumió la regencia. Su política autoritaria le hizo perder popularidad, y una insurrección en Barcelona en 1842 lo obligó a dimitir.
El Fin de las Regencias
Las Cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II para evitar una nueva regencia. Así, a los trece años, Isabel II comenzó su reinado en un país marcado por la inestabilidad política y las tensiones entre liberales y carlistas.