3. EL REINADO DE Fernando VII: SUS ETAPAS (1814-1833). Fernando VII (1818-1833) era hijo de Carlos IV y María Luisa de Parma, se casó con María Cristina de Borbón y fue padre de la reina Isabel II. En su reinado se distinguen 3 etapas:1. El Sexenio absolutista (1814-1820):Fernando VII “El Deseado”permanecíó prisionero en Francia durante la Guerra de Independencia y durante su ausencia se había aprobado la Constitución española de 1812 que acababa con el sistema del Antiguo Régimen y recortaba los poderes del rey.
Los diputados absolutistas de las Cortes de Cádiz, la Iglesia y parte del pueblo no aceptaban el nuevo régimen, lo que condujo a la división de los españoles en dos grupos: los absolutistas y los liberales. Cuando el rey fue liberado por el Tratado de Valençay (1813), desembarca en Valencia en 1814 donde fue recibido por un grupo de militares (general Elio) y por 69 diputados absolutistas de las Cortes de Cádiz (llamados “serviles”) que le entregan el “Manifiesto de los Persas” (1814) un documento político donde le solicitan que vuelva a instaurar el Antiguo Régimen. Fernando VII llegó a Madrid, aclamado por el pueblo, declaró nula la Constitución de 1812 y toda la labor legislativa de las Cortes de Cádiz en el Real Decreto de 4 de Mayo de 1814, lo que supuso la vuelta al Antiguo Régimen. El rey restauró las viejas instituciones: la monarquía absoluta, los estamentos, la Mesta y la Inquisición… Inició una represión contra los liberales: héroes de la Guerra de Independencia, diputados de Cádiz y afrancesados muchos de los cuales fueron detenidos y encarcelados; algunos fueron ejecutados y vieron sus bienes confiscados; otros lograron ponerse a salvo huyendo al exilio en Francia. El rey pasó a ser conocido como “El rey Felón”. La persecución contra ellos provocó el descontento de los liberales que se organizaron en sociedades secretas como la masonería. Conspiraban organizando pronunciamientos (golpes de estado en el que un jefe militar se pronuncia, es decir, proclama por medio de un manifiesto sus propuestas políticas). Fueron muchos los pronunciamientos liberales, desde 1814 hubo uno por año, los más importantes fueron los de Lacy en Barcelona, Diáz Porlier en Coruña y Espoz y Mina en Pamplona, todos ellos fueron reprimidos por el rey hasta que en 1820 triunfó el pronunciamiento de Riego dando paso al Trienio Liberal. 2. El Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823). En 1820 el coronel Rafael de Riego inicia un pronunciamiento en Cabezas de San Juan (Sevilla) en defensa de la Constitución de 1812, con las tropas que iban a embarcar para sofocar la sublevación de la América española. La rebelión se extendíó por otras ciudades españolas y Fernando VII se ve obligado a jurar la Constitución de 1812 (“marchemos francamente y yo el primero por la senda constitucional”). La victoria de Riego supuso la vuelta al liberalismo durante tres años, en el llamado Trienio Constitucional o Liberal (1820-1823). Se convocaron Cortes en 1820 y se formó un gobierno presidido por Riego. Entró en vigor la constitución de 1812 y la obra legislativa de Cádiz: libertad de imprenta, supresión de mayorazgos, de la Mesta y la Inquisición, creación de la Milicia Nacional, reducción del diezmo y expulsión de los jesuitas lo que enfrentó a los liberales con la Iglesia que se aliará definitivamente con el absolutismo. Este periodo se caracteriza por la agitación política constante y la oposición al gobierno liberal.
Especialmente el rey que utilizó todos los recursos disponibles para poner obstáculos a las reformas liberales; comenzó a conspirar secretamente pidiendo la intervención extranjera. Además se crean partidas guerrilleras organizadas por la aristocracia y el clero, incluso los absolutistas instalan la Regencia de Urgell, que pretendía actuar como gobierno legítimo mientras durara la “cautividad” del rey por los liberales, finalmente el ejército la disolvíó. Por otro lado los propios liberales se dividieron en dos grupos enfrentados: los moderados, o doceañistas (1820-22), dispuestos a introducir reformas en la constitución que la hicieran más conservadora y los radicales, exaltados (1822-23) que querían mantener el carácter progresista de la constitución de 1812 y buscaban una política más progresista. Ante el temor de que la Revolución se extienda al resto de Europa los miembros de la Santa Alianza (Austria, Prusia, Rusia y Francia) se reúnen en el Congreso de Verona y encargan a Francia enviar un ejército, los Cien Mil Hijos de San Luis. El gobierno y las Cortes se refugian en Cádiz con el rey. El ejército francés apenas encontró resistencia y el 30 de Septiembre de 1823 Fernando fue liberado por el Duque de Angulema. La anulación de la obra legislativa del Trienio Liberal por el Real Decreto de 1 Octubre de 1823 puso fin al Trienio. 3. La Década Ominosa (1823-1833). Tras la anulación de la obra legislativa del Trienio Liberal se volvíó al régimen absolutista y se inició una brutal represión contra los liberales. Muchos fueron al exilio y otros fueron juzgados y ejecutados. Se produjeron algunos pronunciamientos como el de Torrijos en 1830 que no triunfaron. Sin embargo poco a poco el régimen absolutista se moderó, Fernando VII nombró ministros reformistas buscando cierta modernización: no se restauró la Inquisición, se creó el Consejo de Ministros, el presupuesto anual del Estado y la Bolsa de Madrid (1831). El proceso de la independencia de las colonias americanas liderado por el general San Martín y Simón Bolívar terminó con la independencia del Perú (1824). España tan sólo conservó las colonias de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam hasta 1898. Los absolutistas más radicales quedaron decepcionados y formaron un partido de absolutistas radicales o apostólicos, realistas puros, en torno al hermano del rey, el infante D. Carlos María Isidro, el futuro heredero, con el apoyo de la Iglesia. En 1830 rey publica la “Pragmática Sanción” que anula la Ley Sálica como ley sucesoria introducida en España por Felipe V en 1713 y recuperaba la establecida en Las Partidas. Esto desencadena una lucha en la corte entre los partidarios de Don Carlos y los de Mª Cristina y de su hija Isabel. El ministro de Justicia Calomarde logró que Fernando VII firmase en 1832 la anulación de la Pragmática Sanción durante una enfermedad. Cuando el rey se recuperó aprobó la confirmación de la Pragmática Sanción y su hija Isabel fue reconocida como Princesa de Asturias. Nombró como jefe de gobierno al ministro Cea Bermúdez, absolutista moderado. D. Carlos fue desterrado a Portugal y se aprobó una amnistía que permitíó el regreso de los liberales del exilio. En 1833 murió Fernando VII y su hija Isabel II fue reconocida como reina de España con 3 años de edad. Su madre Mª Cristina de Borbón ocupó la regencia. Los carlistas no aceptaron a Isabel como reina, D. Carlos reclamó sus derechos dinásticos desde Portugal en el Manifiesto de Abrantes lo que provocó una Guerra Civil: la Primera Guerra Carlista (1833-1843).
Los diputados absolutistas de las Cortes de Cádiz, la Iglesia y parte del pueblo no aceptaban el nuevo régimen, lo que condujo a la división de los españoles en dos grupos: los absolutistas y los liberales. Cuando el rey fue liberado por el Tratado de Valençay (1813), desembarca en Valencia en 1814 donde fue recibido por un grupo de militares (general Elio) y por 69 diputados absolutistas de las Cortes de Cádiz (llamados “serviles”) que le entregan el “Manifiesto de los Persas” (1814) un documento político donde le solicitan que vuelva a instaurar el Antiguo Régimen. Fernando VII llegó a Madrid, aclamado por el pueblo, declaró nula la Constitución de 1812 y toda la labor legislativa de las Cortes de Cádiz en el Real Decreto de 4 de Mayo de 1814, lo que supuso la vuelta al Antiguo Régimen. El rey restauró las viejas instituciones: la monarquía absoluta, los estamentos, la Mesta y la Inquisición… Inició una represión contra los liberales: héroes de la Guerra de Independencia, diputados de Cádiz y afrancesados muchos de los cuales fueron detenidos y encarcelados; algunos fueron ejecutados y vieron sus bienes confiscados; otros lograron ponerse a salvo huyendo al exilio en Francia. El rey pasó a ser conocido como “El rey Felón”. La persecución contra ellos provocó el descontento de los liberales que se organizaron en sociedades secretas como la masonería. Conspiraban organizando pronunciamientos (golpes de estado en el que un jefe militar se pronuncia, es decir, proclama por medio de un manifiesto sus propuestas políticas). Fueron muchos los pronunciamientos liberales, desde 1814 hubo uno por año, los más importantes fueron los de Lacy en Barcelona, Diáz Porlier en Coruña y Espoz y Mina en Pamplona, todos ellos fueron reprimidos por el rey hasta que en 1820 triunfó el pronunciamiento de Riego dando paso al Trienio Liberal. 2. El Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823). En 1820 el coronel Rafael de Riego inicia un pronunciamiento en Cabezas de San Juan (Sevilla) en defensa de la Constitución de 1812, con las tropas que iban a embarcar para sofocar la sublevación de la América española. La rebelión se extendíó por otras ciudades españolas y Fernando VII se ve obligado a jurar la Constitución de 1812 (“marchemos francamente y yo el primero por la senda constitucional”). La victoria de Riego supuso la vuelta al liberalismo durante tres años, en el llamado Trienio Constitucional o Liberal (1820-1823). Se convocaron Cortes en 1820 y se formó un gobierno presidido por Riego. Entró en vigor la constitución de 1812 y la obra legislativa de Cádiz: libertad de imprenta, supresión de mayorazgos, de la Mesta y la Inquisición, creación de la Milicia Nacional, reducción del diezmo y expulsión de los jesuitas lo que enfrentó a los liberales con la Iglesia que se aliará definitivamente con el absolutismo. Este periodo se caracteriza por la agitación política constante y la oposición al gobierno liberal.
Especialmente el rey que utilizó todos los recursos disponibles para poner obstáculos a las reformas liberales; comenzó a conspirar secretamente pidiendo la intervención extranjera. Además se crean partidas guerrilleras organizadas por la aristocracia y el clero, incluso los absolutistas instalan la Regencia de Urgell, que pretendía actuar como gobierno legítimo mientras durara la “cautividad” del rey por los liberales, finalmente el ejército la disolvíó. Por otro lado los propios liberales se dividieron en dos grupos enfrentados: los moderados, o doceañistas (1820-22), dispuestos a introducir reformas en la constitución que la hicieran más conservadora y los radicales, exaltados (1822-23) que querían mantener el carácter progresista de la constitución de 1812 y buscaban una política más progresista. Ante el temor de que la Revolución se extienda al resto de Europa los miembros de la Santa Alianza (Austria, Prusia, Rusia y Francia) se reúnen en el Congreso de Verona y encargan a Francia enviar un ejército, los Cien Mil Hijos de San Luis. El gobierno y las Cortes se refugian en Cádiz con el rey. El ejército francés apenas encontró resistencia y el 30 de Septiembre de 1823 Fernando fue liberado por el Duque de Angulema. La anulación de la obra legislativa del Trienio Liberal por el Real Decreto de 1 Octubre de 1823 puso fin al Trienio. 3. La Década Ominosa (1823-1833). Tras la anulación de la obra legislativa del Trienio Liberal se volvíó al régimen absolutista y se inició una brutal represión contra los liberales. Muchos fueron al exilio y otros fueron juzgados y ejecutados. Se produjeron algunos pronunciamientos como el de Torrijos en 1830 que no triunfaron. Sin embargo poco a poco el régimen absolutista se moderó, Fernando VII nombró ministros reformistas buscando cierta modernización: no se restauró la Inquisición, se creó el Consejo de Ministros, el presupuesto anual del Estado y la Bolsa de Madrid (1831). El proceso de la independencia de las colonias americanas liderado por el general San Martín y Simón Bolívar terminó con la independencia del Perú (1824). España tan sólo conservó las colonias de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam hasta 1898. Los absolutistas más radicales quedaron decepcionados y formaron un partido de absolutistas radicales o apostólicos, realistas puros, en torno al hermano del rey, el infante D. Carlos María Isidro, el futuro heredero, con el apoyo de la Iglesia. En 1830 rey publica la “Pragmática Sanción” que anula la Ley Sálica como ley sucesoria introducida en España por Felipe V en 1713 y recuperaba la establecida en Las Partidas. Esto desencadena una lucha en la corte entre los partidarios de Don Carlos y los de Mª Cristina y de su hija Isabel. El ministro de Justicia Calomarde logró que Fernando VII firmase en 1832 la anulación de la Pragmática Sanción durante una enfermedad. Cuando el rey se recuperó aprobó la confirmación de la Pragmática Sanción y su hija Isabel fue reconocida como Princesa de Asturias. Nombró como jefe de gobierno al ministro Cea Bermúdez, absolutista moderado. D. Carlos fue desterrado a Portugal y se aprobó una amnistía que permitíó el regreso de los liberales del exilio. En 1833 murió Fernando VII y su hija Isabel II fue reconocida como reina de España con 3 años de edad. Su madre Mª Cristina de Borbón ocupó la regencia. Los carlistas no aceptaron a Isabel como reina, D. Carlos reclamó sus derechos dinásticos desde Portugal en el Manifiesto de Abrantes lo que provocó una Guerra Civil: la Primera Guerra Carlista (1833-1843).