DESARROLLO POLÍTICO, SOCIAL Y ECONÓMICO DEL RÉGIMEN
Desde el 1 de Abril de 1939, Francisco Franco Bahamonde retuvo de forma personal el poder político y militar en España hasta su muerte el 20 de Noviembre de 1975. Con los años se fue apartando gradualmente de la intervención directa en la política, pero no se podía tomar ninguna decisión importante sin su autorización.
Culpaba al liberalismo (“egoísmo” de los partidos políticos) de los problemas de España: pérdida de Cuba, peligro comunista, destrucción de la unidad de España.
Definir la naturaleza política de la dictadura de Franco es difícil, pues su régimen se adaptó a los tiempos y a la política internacional. Frente a los fascismos de fines de los años 30, con una sólida definición del Estado, el Estado franquista no tenía nada definido más allá del poder personal del dictador.
En cuanto a economía, podemos distinguir tres etapas:
Autarquía (1939 – 1951).
Transición (1951 – 1959).
Liberalización y desarrollismo (1960 – 1975).
En cuanto a la política, durante el régimen franquista se produce una gran despolitización así como también una nueva vinculación Iglesia-Estado. Podemos distinguir dos fases:
Un primer franquismo hasta 1959: En esta etapa se evoluciona hasta un sentido conservador de democracia orgánica.
Un segundo franquismo: Se abre con el desarrollo económico permitiendo una evolución social pero no política. El crecimiento económico y la evolución social, no obstante, van a demandar libertades políticas en un régimen político inmovilista.
El primer triunfo diplomático del régimen fue el Concordato de 1953, por el cual el Vaticano reconocía oficialmente al régimen de Franco. Por este Concordato se establecía en España un Estado confesional católico, prohibiendo la manifestación pública de otras religiones e introduciendo prohibiciones del Derecho Canónico en el Código Civil (por ejemplo, se prohíbe el divorcio).
No obstante, desde los años 60 y en los años 70, jóvenes sacerdotes formarán parte de grupos de protesta en lo que se llamó “la Iglesia de la confrontación” que contó con el apoyo del Vaticano.
El régimen contó también con el apoyo de los monárquicos. En 1947, Franco declaró que España era una Monarquía que le tenía a él como Regente vitalicio.
A partir de los años 60, los gobiernos empiezan a configurarse con tecnócratas del Opus Dei y con funcionarios civiles los número uno de las oposiciones. López Rodó del Opus fue el arquitecto de los Planes de Desarrollo de los años 60 y de las reformas necesarias para ponerlos en práctica. El profesor Fraga será el artífice de la Ley de Prensa de 1966 que pese a sus limitaciones, cambió el clima cultural de España. De los últimos 21 ministros de Franco, 19 eran funcionarios públicos y de ellos 18 profesores.
En 1973, Franco abandonó su doble primacía como Jefe de Estado y Jefe de Gobierno. Quedó sólo como Jefe de Estado, delegando la Jefatura de Gobierno en Carrero Blanco.
CONSTITUCIONALISMO COSMÉTICO
Se intenta dotar al régimen de ciertos ropajes aceptables a Occidente, intentado dar la apariencia de un Estado de Derecho, a través de Leyes Orgánicas como: el Fuero del Trabajo (1938), la Ley de los Principios del Movimiento (1958), la Ley Orgánica de 1966, etc.
Se articula de este modo, la llamada Democracia Orgánica, como oposición a la Democracia Inorgánica (basada esta última en el sufragio universal, el sistema de partidos, la responsabilidad parlamentaria de los gobiernos). En la Democracia Orgánica priman los intereses de la Nacíón y de la sociedad, por encima de los de los individuos. Los intereses de la sociedad quedan representados por los sindicatos, los ayuntamientos, las corporaciones municipales, etc. Como cauces a través de los cuales la opinión pública llegaba al Gobierno.
En la Ley de los Principios del Movimiento (1958), España se definía como una Monarquía tradicional, católico-social y representativa.
El Fuero del Trabajo (1938), inspirado en la Carta del Trabajo del Fascismo italiano, conténía en embrión la posterior legislación social. Una Ley de 1940 crea los Sindicatos Verticales, integrando en ellos, en un intento de suprimir la lucha de clases, a empresarios y trabajadores, actuando el gobierno como árbitro de las negociaciones sindicales.
Las Cortes, instauradas en 1940, se entendían como principio de representatividad, pero en realidad eran sólo un cuerpo asesor, no representaban la voluntad popular, ni controlaban al Gobierno. Desde la Ley de Enero de 1938, todo el poder estaba en el Jefe de Estado (Franco). El Consejo de Ministros (Ejecutivo) era designado y presidido por Franco.
Ley de Referéndum Nacional (1945). En el contexto internacional era preciso aparentar un cierto sufragio universal, pero el uso de esta ley quedó en manos del Jefe de estado y sólo se usó en dos ocasiones: para sancionar la Ley de Sucesión (1947) y para sancionar la Ley Orgánica del Estado (1966).
Por la Ley de Sucesión (1947), Franco era designado Jefe de Estado vitalicio con derecho a designar sucesor. En 1969 nombra como sucesor, a título de Rey, a D. Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias.
Por la Ley Orgánica del Estado (1966) se sanciona la unidad intangible de España y se entienden como entidades naturales la vida social, la familia, el municipio y el sindicato (influencia de Falange); esta ley separa los cargos de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno; crea un funcionariado, siguiendo el modelo francés, que se establecerá desde los años 60, frente al fuerte politicismo anterior, con jóvenes eficientes y bien formados en las Universidades.
El “Milagro Económico” de los años 60 y principios de los 70, fue el fin de la autarquía, a favor de una economía liberal. El desempleo se redujo con las emigraciones y la balanza de pagos se fortalecíó con las divisas del turismo y las remesas enviadas por los emigrantes. También se incrementó la inversión extranjera. Esta nueva política económica (entra en crisis el Sindicalismo Vertical) era obra de los tecnócratas del Opus Deis y de los funcionarios civiles, que van accediendo a las carteras ministeriales. El cambio comenzó desde 1957 con López Rodó y otros.
Desde 1962 se buscó la integración de España en la CEE, pero no puedo ser por la falta de libertades democráticas. Manuel Fraga, Ministro de Información entre 1962 y 1969, es el artífice de la Ley de Prensa (1966), que pone fin a una radical censura, si bien el Gobierno se reserva la posibilidad de suspender y multar a editores; se van descolonizando los residuos coloniales que quedaban en África, empezando por Marruecos en 1956.
En 1969, D. Juan Carlos, designado sucesor en ese mismo año, juró fidelidad a los principios del Movimiento, si bien Fernández Miranda le hizo ver la posible reforma de las leyes franquistas desde esas mismas leyes.
Con el envejecimiento de Franco y una sociedad más moderna que reclama libertades, en 1973, Franco abandona la Jefatura de Gobierno (sigue como Jefe de Estado), delegando la Jefatura de Gobierno en Carrero Blanco (asesinado por ETA el 20 de Diciembre de 1973). Será sustituido por Arias Navarro quien, mostrará una respuesta fuerte frente al terrorismo e intentará una cierta política aperturista, que pronto se mostrará irrealizable.
En Octubre de 1975, muy enfermo Franco, el Tribunal de la Haya se pronuncia respecto al Sáhará, de un modo ambiguo, que lleva a Hasam II de Marruecos a la organización de la Marcha Verde. Por los Acuerdos de Madrid, entre el Gobierno y Marruecos, se otorga temporalmente la soberanía del Sáhará Occidental a Marruecos y Mauritania.
Franco muere el 20 de Noviembre de 1975, siendo coronado D. Juan Carlos dos días después, con el respaldo del Vaticano y de las democracias europeas. Comienza la Transición, que hará de España una Democracia.
En el plano internacional, en Noviembre de 1952, la ONU rescinde su resolución de 1946 y los embajadores regresan a España; en 1953, se firma un acuerdo con EEUU que permite el establecimiento de bases (por ejemplo, Rota), a cambio de la promesa de un préstamo importante; en Diciembre de 1955, España ingresa en la ONU; en 1959, Franco se entrevista con Eisenhower.
Desde 1953, gracias a EEUU y al Vaticano, España vuelve a ser un miembro más de la comunidad internacional, ingresando poco a poco en la OMS, la UNESCO, el FMI, etc.
En 1970 se firma entre España y la CEE un acuerdo preferencial, aunque la incorporación teórica tendrá que esperar al establecimiento de la Democracia.
FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS
FASCISTIZACIÓN. Franco estaba asombrado por el papel de Mussolini en Italia. Esto se debe principalmente a su deficiente formación ideológica. Fruto de este intento de copia de modelo es el partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS; el título de Caudillo, en la línea de Duce; glorificación del viejo Imperio español. Sin embargo, estos rasgos de fascistización fracasaron debido principalmente a la gran importancia del ejército, muy por encima de la que tendrá el partido único.
AUTORITARISMO. El poder político recae en la persona de Franco. Este autoritarismo desembocará en la exaltación continua de la figura de Franco, que se presenta como el salvador de la patria y el que la guía con mano firme.
ANTILIBERALISMO. El franquismo se declaró contrario a las ideas del liberalismo político y la democracia parlamentaria, que serán identificados por el régimen como la Masonería. El sistema liberal fue señalado como causante de la decadencia de España. Fruto de este antiliberalismo será:
Negación de la División de Poderes.
Negación de la participación libre y directa de los ciudadanos en los asuntos del Estado a través del Sufragio.
Negación de los derechos y libertades individuales.
Negación de un sistema político multipartidista.
ANTICOMUNISMO. Según Franco, esto fue el desencadenante de la Guerra Civil; se había hecho la guerra para evitar el triunfo de la revolución comunista que según los golpistas se estaba preparando. Esta idea será una constante de toda la vida del régimen.
NACIONALCATOLICISMO. La convivencia entre el régimen y la Iglesia fue, en los primeros tiempos, casi perfecta. Franco encontró el apoyo de la Iglesia, que a cambio recibíó el control de la enseñanza, el restablecimiento de las retribuciones económicas, así como una fortísima presencia en todos los ámbitos de la sociedad española.
TRADICIONALISMO-NACIONALISMO. Esto se debe en parte a las ideas aportadas por el carlismo, pero sobre todo es una idea arraigada en valores militares que ponían la unidad de la Patria como valor supremo, y que buscaban en la Historia las justificaciones de esa unidad. Fruto de esto fue el desarrollo de un fuerte centralismo así como la militarización del régimen.
NACIONALSINDICALISMO. Esta opción planteada por el régimen en el terreno económico quedó reducida a la formulación de algunas leyes y el desarrollo de algunos de sus principios en varios discursos de Franco. En la práctica, la economía del régimen franquista fue una mezcla de principios del capitalismo y del fascismo. Así surgieron los sindicatos verticales que unían a obreros y patronos por igual, en donde las decisiones las tomaban los empresarios y el gobierno y se impónían a los trabajadores.
APOYOS SOCIALES
EJÉRCITO. Este fue un apoyo fundamental, ya que gracias a él se había ganado la guerra. Era una institución fuertemente ideologizada en su papel político de defensa de los rasgos del régimen.
IGLESIA. No era un mero soporte del régimen, sino que formaba parte del régimen mismo. Esa sintonía fue entrelazada de manera legal con el Vaticano en el Concordato de 1953 en el cual se reconocía a la religión católica como oficial del Estado. A pesar de los privilegios de los que gozaba la Iglesia española, una parte de ella se irá alejando del régimen a raíz del Concilio Vaticano II (1962-1965).
GRANDES PROPIETARIOS. Muchos de estos habían apoyado a Franco durante la guerra, así como diversos grupos políticos (monárquicos, tradicionalistas, católicos, etc.).
CLASES MEDIAS CATÓLICAS Y CONSERVADORAS. Tenían especial valoración de la seguridad y el orden que el régimen les había otorgado.
Todos estos apoyos políticos se llamarán familias políticas. Todas estas tuvieron en común su lealtad a Franco y la defensa de los principios del régimen. Sin embargo, también hubieron importantes diferencias entre ellas:
MILITARES. Muchos de los jefes golpistas fueron colaboradores de Franco tras la guerra, y aunque algunos eran monárquicos, no se opusieron a él.
FALANGE. Se transformó en Movimiento Nacional. Su ideología era cercana a la del nazismo alemán o el Fascismo italiano. En los primeros años, los falangistas ocuparon los puestos más importantes del régimen, pero tras la II Guerra Mundial, poco a poco, su presencia en el gobierno fue disminuyendo.
CATÓLICOS. Estuvieron representados por dos grandes asociaciones:
La Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP), quienes trataban de difundir el pensamiento de la Iglesia católica entre la sociedad. A partir de los años 60 irán perdiendo importancia.
El Opus Dei. Tuvieron una alta cualificación y serán los que dominen el gobierno a partir de los años 60. Son conocidos como los tecnócratas e iniciarán el desarrollo económico del país.
MONÁRQUICOS. Están divididos en dos grupos:
Los carlistas. Tuvieron un papel secundario y de poca importancia dentro del régimen, sobre todo tras el decreto de unificación con Falange. Posteriormente, el Carlismo, representado por la persona de Carlos Hugo (hijo de D. Javier), evoluciónó desde los años 60 hacia posiciones más izquierdistas y democráticas, aunque los tradicionalistas siguieron con sus ideas ultraconservadoras.
Los Donjuanistas. Familia compuesta por generales, banqueros y terratenientes que formaron parte de la trama civil que apoyó el Golpe de Estado de 1936 y ayudaron a Franco durante la guerra. Eran partidarios del sucesor de Alfonso XIII, D. Juan de Borbón, padre del rey Juan Carlos.