El Reinado de Felipe III (1598-1621)
Felipe III, sin vocación política y más interesado por la caza y el juego, delegó el poder en manos de un hombre de confianza: el Valido. En su caso, este fue el Duque de Lerma, quien otorgó los altos cargos a amigos y familiares, trasladando incluso la corte a Valladolid. Este periodo se caracterizó por una notable recuperación del poder por parte de la alta nobleza.
Política Exterior
La política exterior de Felipe III se caracterizó por su carácter pacifista, interrumpiendo la tendencia belicista de sus predecesores. Dos eventos clave marcaron este periodo:
- La muerte de Isabel I de Inglaterra, que abrió la puerta a una mejora en las relaciones con este país.
- La ruina financiera de la Corona, que llevó a la firma de la Tregua de los Doce Años con Holanda.
Política Interior
La principal medida de política interior fue la expulsión de los moriscos, motivada por:
- El rechazo de los cristianos hacia esta comunidad.
- El afán de la monarquía por demostrar su poder.
- El temor a que los moriscos propiciaran una invasión desde dentro.
Casi 300.000 moriscos abandonaron la Península, siendo las zonas más afectadas Valencia y Aragón. Esta medida culminó la política de intolerancia religiosa de la época.
El Reinado de Felipe IV (1621-1665)
Felipe IV, a diferencia de su padre, mostró un mayor interés por las tareas de gobierno. Su valido, el Conde Duque de Olivares, tenía una firme voluntad de reforma.
La Guerra de los Treinta Años (1618-1648)
Este conflicto, que comenzó como una disputa religiosa en el territorio alemán entre católicos y protestantes, acabó convirtiéndose en una guerra europea. Los príncipes protestantes se rebelaron contra las aspiraciones del emperador Fernando II.
Etapas
- Periodo Palatino (1618-1623): Guerra religiosa con triunfos imperiales españoles. Las tropas mandadas por Tilly vencen a los protestantes en la batalla de la Montaña Blanca. El marqués de Espínola toma el Palatinado. Se afianza la autoridad imperial de Fernando II.
- Periodo Danés (1625-1628): Cristian IV de Dinamarca (protestante) se enfrenta a las tropas imperiales. Es derrotado en Lutter por el general Wallenstein. Se firma la Paz de Lübeck.
- Periodo Sueco (1630-1635): Gustavo Adolfo, rey de Suecia, se pone al frente de los protestantes. Gran estratega militar, contaba con un gran ejército y el apoyo de Francia. Vence a Tilly en Leipzig y a Wallenstein en Lützen, donde muere Gustavo Adolfo. El general Cardenal Infante se pone al frente de los imperiales y vence a los suecos en Nördlingen, forzando la Paz de Praga.
- Periodo Francés (1635-1648): Francia forma una alianza con Suecia, Holanda, los protestantes alemanes, Saboya y Parma. En 1641 se producen revueltas en Cataluña y Portugal. En 1643, la derrota de los tercios españoles en Rocroi marca un punto de inflexión, ya que hasta ese momento eran considerados invencibles. El emperador firma la Paz de Westfalia, poniendo fin a la Guerra de los Treinta Años.
Rebelión e Independencia de Portugal
La rebelión portuguesa se debió a varios factores:
- El reclutamiento forzoso para la Unión de Armas.
- Los nuevos impuestos que afectaban al clero y a los ricos.
- La incapacidad de defender el comercio de azúcar portugués frente a Holanda.
Se proclamó al Duque de Braganza como rey, bajo el nombre de Juan IV. Se creyó que sería una rebelión fácil de sofocar, pero Portugal contó con la ayuda de Inglaterra. La independencia de Portugal se reconoció finalmente en 1668.
La Paz de Westfalia (1648)
La Paz de Westfalia trajo consigo importantes consecuencias:
- Tolerancia religiosa en los territorios del Imperio.
- El Imperio se convirtió en una confederación de estados independientes.
- Independencia total de los Países Bajos.
- Suecia y Francia ampliaron sus territorios.
- Austria se separó del Imperio.
Este tratado marcó el fin de la hegemonía de la casa de los Habsburgo en Europa y de la hegemonía española. La guerra continuó entre España y Francia, con Inglaterra tomando partido a favor de Francia, lo que llevó a la suspensión del tráfico con el Nuevo Mundo durante dos años. En 1659, España se vio obligada a firmar la Paz de los Pirineos.
La Crisis de 1640
La crisis de 1640 fue causada principalmente por las reformas del Conde Duque de Olivares, que se centraban en dos pilares:
- La reputación: Restaurar la tradición imperial, lo que llevó a la reanudación de la guerra con Holanda.
- La reformación: Ambiciosos proyectos para fortalecer la monarquía.
La población recibió mal sus proyectos de reforma, y aquellos que se vieron perjudicados los boicotearon. La situación de guerra continua obligaba a aplazar las reformas. Entre las medidas más destacadas se encuentran:
- Banco estatal: Pretendió fundar una red nacional de erarios que liberase a la Corona de su dependencia de la banca extranjera.
- Unificación jurídica e institucional: Propuso a Felipe IV que debía ser rey de España y no de una suma de territorios, sugiriendo:
- Fomentar los matrimonios entre naturales de Castilla y otros territorios.
- Negociar con cada territorio la modificación de sus leyes, pero con la presencia de un poderoso ejército.
- Aprovechar la presencia del ejército y fomentar una rebelión popular para sofocarla.
- Unión de Armas:
- Creación de un ejército permanente de 140.000 hombres reclutados de todos los reinos en proporción a su riqueza y población.
- Distribución de los costes de la guerra entre todos los territorios.
- Establecimiento de lazos de solidaridad mediante la colaboración en el ejército.
La Caída de Olivares
La guerra obligó a aplazar las reformas, agravando la situación económica. Se implementaron nuevas medidas como la creación de nuevos impuestos, la venta de cargos públicos y la conversión de señoríos en tierras de realengo. Estas medidas generaron un gran descontento:
- Los reinos periféricos (Portugal, Aragón, Valencia y Cataluña) rechazaban las pretensiones unitarias y centralistas.
- Las clases populares sufrían un gran agotamiento económico y una fuerte presión fiscal.
- La alta nobleza se quejaba del escaso protagonismo que se les concedía.
Rebelión de Cataluña
La rebelión catalana se originó por:
- El reclutamiento forzoso para la Unión de Armas.
- El comportamiento indisciplinado de las tropas españolas e italianas.
- La caída del comercio a causa de la guerra contra Francia.
Se produjeron enfrentamientos entre campesinos y soldados en diferentes partes de Cataluña. Un violento motín, conocido como el Corpus de Sangre, culminó con el asesinato del virrey. Los catalanes se aliaron con los franceses. Finalmente, se firmaron las Capitulaciones de Barcelona.