Reinado de Isabel II: Liberalismo, Guerras Carlistas y Evolución Política en España

El Reinado de Isabel II: Un Periodo de Transformación Política en España

El rey Fernando VII prepara la ley para que su hija Isabel pueda ocupar el trono. Tras su muerte, Isabel, con solo 3 años, es proclamada reina, y su madre, Cristina de Borbón, asume la regencia. Cristina de Borbón se ve obligada a buscar el apoyo de los liberales ante las pretensiones de Carlos María Isidro al trono. Así se inicia el Consejo de Ministros, con el presidente como máxima autoridad política. Sin embargo, el primer ministro Cea Bermúdez no era muy liberal. Javier de Burgos, uno de sus ministros, lleva a cabo la división de España en provincias, situando gobernadores civiles como delegados del poder central.

Cea Bermúdez fue sustituido por Martínez de la Rosa, un antiguo liberal radical de las Cortes de Cádiz que se había convertido en liberal moderado. Se promulga el Estatuto Real de 1834, una carta otorgada. La Milicia Nacional ayuda a que Mendizábal llegue al poder, junto con los hombres que protagonizaron el Trienio Liberal. Con esto, se inicia un liberalismo pleno, y la preocupación de Mendizábal era retomar la hacienda pública, intentando resolverlo con la desamortización eclesiástica.

José María Calatrava convoca Cortes con la función de adaptar la Constitución de Cádiz a la nueva situación. Como resultado, se elabora una nueva constitución, la de 1837, breve y progresista. Destaca la soberanía compartida por el rey y las Cortes, que serán bicamerales, estableciendo la libertad de imprenta y no declarando la religión católica como religión del estado, ni prohibiendo la existencia de otras. Tras la desamortización de Mendizábal, el estado se compromete a mantener económicamente el culto y a los ministros de la religión católica. Esta constitución recoge aspectos conservadores y progresistas, creando un marco político para la coexistencia de las dos tendencias del liberalismo. En la lucha de estas dos tendencias, cada vez que una toma el poder, establece una nueva constitución a su medida.

Se inicia una etapa de predominio moderado tras la pelea entre los partidos políticos a partir de la constitución. El partido moderado era heterogéneo, incluyendo colaboradores de Fernando VII, que se manifestaban contentos con el régimen establecido por la constitución. La consecuencia del pensamiento conservador era que el poder tenía que ser ejercido por una aristocracia de nuevo cuño, con un grupo que se identificaba con la burguesía. La defensa del sufragio censitario era muy restringida. El partido progresista lo constituían los venteañistas del Trienio Liberal. Sus ideas eran similares a las de los moderados: libertad de imprenta y sufragio censitario, aunque ampliando el cuerpo electoral.

Moderados y progresistas se fueron uniendo a María Cristina y a Espartero, y el enfrentamiento entre los dos fue en aumento hasta que la reina le cede la regencia a Espartero, lo que provoca una sublevación porque ejerce el poder de forma autoritaria y tiene que salir del país, por lo que llega un nuevo político llamado Narváez. Isabel comienza a reinar con 13 años, al ser declarada mayor de edad, así comienza el liberalismo.

Las Guerras Carlistas: Conflicto Dinástico y Lucha Ideológica

Al implantarse el liberalismo por la reina María Cristina, se formó la guerra carlista, debida a la disputa dinástica y al modelo político que España impondría. Carlos María Isidro identifica el trono con el altar, defendiendo una interrelación entre la iglesia y la monarquía. La defensa de los fueros fue abolida con los Decretos de Nueva Planta, excepto en las provincias de Navarra y el País Vasco, por el apoyo a Felipe V en la Guerra de Sucesión, lo que chocaba con el modelo de estado liberal.

En las ideas de Carlos María Isidro hay un aprecio por la vida tradicional y apoya al grupo de la pequeña nobleza. En realidad, la disputa dinástica entre Carlos María Isidro e Isabel era una excusa, ya que la guerra comenzó para acabar con el Antiguo Régimen frente al liberalismo. La guerra fue ganada por los liberales, y el Antiguo Régimen quedó fuera de España. Las operaciones militares de Espartero y Maroto, tras 6 años de guerra, sellan el Convenio de Vergara, lo que significaba el fin de la guerra. La situación posterior fue la aceptación de Isabel como reina y la implantación del régimen liberal, aunque el bando carlista entraba en el ejército militar. El movimiento carlista fue un movimiento de extrema derecha y de protesta contra el liberalismo y el capitalismo, el urbanismo, la industrialización y las demás corrientes de la época.

El Reinado de Isabel II: Década Moderada, Bienio Progresista y Crisis Final

En el reinado de Isabel II suceden muchos acontecimientos. Narváez llega al poder y finaliza el periodo de las regencias, iniciándose así el reinado de Isabel II. Después de la Constitución de 1837, se produce una sustitución por la de 1845, de carácter moderado. En estos años en España, el gobierno que predomine será el moderado, con un constitucionalismo a la medida de tendencia liberal. El partido moderado de Narváez gobierna de forma continua durante la Década Moderada, partido en el que también sería presidente Bravo Murillo. Tras la caída de Bravo Murillo, el régimen moderado entra en crisis por no admitirse la alternancia en el poder.

Los progresistas tomaron el poder y se inicia el Bienio Progresista, periodo en el que tomaron algunas medidas queriendo consolidar el estado liberal, como: la tendencia al centralismo, el carácter oligárquico, aristocrático y elitista del régimen, y el desarrollo y consolidación de la administración del estado.

Características del Régimen Moderado

  • Los moderados establecen una ley electoral con sufragio censitario restringido.
  • En la imprenta se establecieron muchos controles sobre la libertad de prensa.
  • La administración del estado se organizaba mediante la organización de los ministerios, creándose el Tribunal Supremo y ejerciendo funciones de gobernadores civiles.
  • Otra medida fue la reforma de Alejandro Mon del sistema tributario español del Antiguo Régimen, que dio paso a un impuesto directo llamado contribución y otro indirecto llamado de consumos.
  • Otra característica a destacar tiene relación con la iglesia, en cuanto al Concordato de 1851, con el que la iglesia aceptó la desamortización eclesiástica y el estado español reconoció su confesionalidad católica.
  • En la Constitución de 1845 se establece un poder legislativo bicameral, se proclama la unidad religiosa y la confesionalidad del estado. Los senadores son elegidos por el rey y los diputados mediante sufragio censitario.

Los progresistas se unieron al partido demócrata y a los moderados. Las tres fuerzas contribuyen al pronunciamiento de O’Donnell, que se conoce como Vicalvarada. Antonio Cánovas del Castillo elabora el Manifiesto de Manzanares, que critica a la camarilla de Isabel II. Como consecuencia de esto, aparecen juntas y la reina llama al gobierno de Espartero, con lo que comienza el Bienio Progresista. Se celebran cortes con ley progresista manteniendo el sufragio censitario, con lo que triunfaron y hubo que firmar una nueva constitución conocida como la *non nata*. Espartero es sustituido por O’Donnell, restableciéndose la Constitución de 1845. Optó por una tercera opción liberal conocida como Unión Liberal, que dio al país una estabilidad política que necesitaba. Este gobierno fue tolerante y flexible, por lo que dejaron la constitución que en ese momento estaba presente, desarrollando una política exterior destacada de prestigio. El régimen estaba consolidado. Todo esto lo llevaron a cabo en zonas de las potencias de Francia e Inglaterra, por lo que los resultados fueron escasos. Después de todo esto, la reina confía en los moderados y se descompuso la Unión Liberal. Los progresistas se pasaron a la insurrección y el partido demócrata estaba en contra del régimen. Isabel II busca apoyo de Narváez, y este provoca una crisis económica provocando a los populares. Los representantes firman el Pacto de Ostende para destronar a la reina y convocan cortes de sufragio universal. Muere el general O’Donnell y la revolución estaba a punto de estallar en España.

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