Reinos cristianos en la Edad Media

LA PENÍNSULA IBÉRICA DESDE LOS PRIMEROS HUMANOS HASTA LA DESAPARICIÓN DE LA MONARQUÍA VISIGODA (711)
• SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN EL PALEOLÍTICO Y NEOLÍTICO. LA PINTURA RUPESTRE
Los periodos de la Prehistoria marcan el avance tecnológico del utillaje y por tanto de la evolución socioeconómica.
Durante el Paleolítico (800.000-8000 a. C.) tuvieron lugar las cuatro últimas glaciaciones, y el proceso de hominización o evolución del género homo desde los primates al ser humano actual, unido a la evolución de las técnicas que usaban. Eran grupos nómadas que vivían de la caza, pesca y recolección, es decir, una economía depredadora. Habitaban en cobijos provisionales y cuevas desde el Paleolítico Medio.
El Neolítico (7.000-4.000 a. C.), fue una revolución, se pasó de una economía depredadora a productora, basada en la agricultura y ganadería. Esta economía condujo a la sedentarización, división del trabajo y diferenciación social.
La pintura rupestre es obra del homo sapiens. Se inicia en el Paleolítico Superior en Cantabria (Altamira- Cantabria y Tito Bustillo-Asturias). Son pinturas realizadas en cuevas, relacionadas con rituales mágicos o religiosos. Sus rasgos son: representación de animales aislados, acusado Naturalismo y policromía.
En el Neolítico se desarrolla la pintura levantina (Valltorta-Castellón, Cogull-Lérida). Con carácterísticas propias y sin relación con las cántabras: en abrigos rocosos bien iluminados; incluye la figura humana, formando escenas, con sentido narrativo; presentando figuras estilizadas, esquemáticas y casi monocromas.
• LOS PUEBLOS PRERROMANOS. LAS COLONIZACIONES HISTÓRICAS: FENICIOS Y GRIEGOS. TARTESOS
Los pueblos prerromanos se asentaron en la Península en la Edad de Hierro. Los iberos (VI-I a. C.), vivían en pueblos fortificados de la costa mediterránea, con una economía agrícola y ganadera, junto a la metalurgia y cerámica; y organizados ciudades-estado. Los celtas de origen indoeuropeo (V-III a.C.), organizados en tribus en la Meseta y costa atlántica, destacan las culturas de campos de urnas, verracos y castros. Bajo desarrollo social (clanes y linajes), económico (primitiva agricultura y ganadería) y político (consejo de ancianos). Los celtíberos, en las submesetas.
Los tartessos (VIII-V a. C.), formaron el primer Estado de la Península; situados en el valle del Guadalquivir; con una economía agropecuaria, junto al comercio y minería; gobernados por reyes, desaparecen en el V a. C.
Las colonizaciones históricas llegan por motivos económicos, a lo largo del primer milenio a.C. Estos pueblos eran: Fenicios (VIII a. C.), con factorías como Gades, Malaka; aportan el torno de alfarero, escritura alfabética y generalizaron el uso del hierro. Los griegos focenses (mitad VII a.C.) fundaron colonias como Emporión y Rhode, introdujeron la vid y el olivo, y la acuñación de moneda. Los cartagineses (mitad VI a.C.), fundan colonias como Ebussus y Cartago Nova; sus intereses chocaron con Roma, enfrentándoles en las guerras púnicas.
      
• CONQUISTA Y ROMANIZACIÓN DE LA PENÍNSULA IBÉREICA. PRINCIPALES APORTACIONES ROMANAS EN LOS ÁMBITOS SOCIAL, ECONÓMICO Y CULTURAL
La conquista de la península Ibérica por los ejércitos de Roma se inició durante la Segunda Guerra Púnica (219-201 a.C.) -conquista del este y sur peninsular-; la conquista continuó con la campaña de Catón en 195 a.C. Para reprimir las sublevaciones indígenas y la conquista de Numancia en 134 a.C., que permitíó a Roma controlar el centro y oeste peninsular. La conquista finalizó con el sometimiento de las tribus cántabras y astures por parte de Augusto en el año
19 a.C.
La romanización es el proceso de asimilación del modo de vida romano por parte de los pueblos indígenas conquistados por Roma. Su legado:
La lengua latina: se impuso inicialmente en las ciudades y, más tarde, en las zonas rurales, donde se mezcló con las lenguas autóctonas. Aparecíó así el denominado latín vulgar, del que derivan el castellano, el francés, el catalán, el italiano.
El derecho romano: que defendía los derechos del individuo, especialmente el de propiedad.
La religión romana: era politeísta e incluía el culto al emperador. A pesar de ello, las creencias autóctonas no desaparecieron. Así mismo llegaron a España el cristianismo o los cultos a Mitra y a Isis.
Las obras públicas: los romanos construyeron templos como el de Diana, en Mérida; foros y teatros como los de Mérida y Sagunto; anfiteatros como los de Itálica y Tarragona; puentes como el Alcántara sobre el Tajo o el de Mérida sobre el Guadiana; pantanos como el de Proserpina, en Mérida, y acueductos como los de Segovia y Mérida.
Las calzadas: red de caminos empedrados, construidos por el ejército, que comunicaban las ciudades y por los que transitaban mercancías, viajeros y tropas. Las rutas principales eran la Vía Augusta, que comunicaba las ciudades de Tarragona y Cádiz, pasando por Cartagena y Sevilla, y la Vía de la Plata, donde se encontraban ciudades como Astorga, Cáparra y Mérida, entre otras.
• EL REINO VISIGODO: ORIGEN Y ORGANIZACIÓN POLÍTICA. LOS CONCILIOS
En el siglo V la península Ibérica fue invadida por los suevos, vándalos y alanos, procedentes del norte de Europa, terminando con la dominación romana. Poco tiempo


Poco tiempo después, los visigodos, un pueblo federado del Imperio, llegaron a la Península para pacificarla. Éstos lograron expulsar a alanos y vándalos pero no a los suevos, que crearon un reino independiente en el noroeste peninsular. Con el fin del Imperio romano de Occidente, en el año 476 d.C., los visigodos establecieron la capital de su reino en la ciudad de Toulouse. No obstante, en el año 507 d.C. Fueron expulsados de la Galia por los francos (batalla de Vouillé). Así, los visigodos se asentaron en España y crearon el reino visigodo de Toledo, al que puso fin la invasión musulmana en 711.
En un principio los visigodos se mantuvieron por encima de la población hispanorromana, pero muy pronto llevaron a cabo la unificación de ambos pueblos. Varios hitos marcan este proceso de unificación:
Unificación territorial: fue llevada a cabo por Leovigildo (573-586), tras derrotar a los suevos y a los bizantinos. Unificación religiosa: fue realizada por Recaredo (586-601) en el III Concilio de Toledo (589). El catolicismo fue declarado religión oficial del reino visigodo.
Unificación legislativa: fue realizada por Recesvinto en el año 654 al promulgar el Fuero Juzgo, que se convirtió en el único código jurídico para ambos pueblos.
En cuanto a las instituciones que conformaron el Estado visigodo, la más importante fue la Asamblea de Hombres Libres que era la encargada de elegir al rey. El rey gobernaba con la ayuda del Officium Palatinum
que estaba formado por dos órganos: el Aula Regia, órgano asesor del rey, y los Concilios de Toledo, asambleas legislativas que ratificaban las decisiones del monarca. Formaban parte del Officium Palatinum los Comes, encargados del tesoro real, los Duces, delegados del rey en las provincias, los Comités Civitatis, jueces de las ciudades y los Gardingos, jefes militares.
Los visigodos adoptaron y continuaron la tradición latina, cristiana e imperial romana, pero sobre una sociedad ruralizada, ya que la vida en las ciudades prácticamente desaparecíó. Es por ello que la cultura quedó reducida al ámbito religioso. En este contexto, el escritor más destacado fue San Isidoro de Sevilla quien, en el libro Etimologías, intentó mantener el legado cultural romano.


AL-ÁNDALUS: LA CONQUISTA MUSULMANA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA. EMIRATO Y CALIFATO DE CÓRDOBA
En el año 711 los musulmanes, procedentes del norte de África, aprovechando la crisis interna del reino visigodo, invadieron la península Ibérica. Tras su victoria en la batalla de Guadalete (711), la conquista se completó en apenas cuatro años, gracias a su superioridad militar y a las capitulaciones.
Tras la conquista la península Ibérica pasó a ser una provincia más del Imperio Islámico, bajo dominio de la dinastía Omeya, denominada Al-Ándalus, con capital en Córdoba.
Esta situación cambió cuando, tras la revolución abasí, el último omeya se refugió en Al-Ándalus y se proclamó emir bajo el nombre de Abderrahman I (756).
Al-Ándalus se independizó políticamente del Imperio musulmán, aunque en el ámbito religioso siguió dependiendo del Califa de Bagdad.
El Emirato Independiente (756-929) fue una etapa de gran inestabilidad política por las continuas rebeliones internas y por el avance hacia el sur de los reinos cristianos del norte.
En el año 929 Abderrahman III se independizó religiosamente del resto del Imperio musulmán al proclamarse Califa. Se iniciaba así el Califato de Córdoba (929-1031), la época de mayor esplendor de Al-Ándalus en el ámbito económico, en el ámbito político, en el ámbito cultural y en el militar (victorias de Almanzor sobre los reinos cristianos). Sin embargo, tras la muerte de Almanzor (1002) la inestabilidad política regresó a Al-Ándalus.
• AL-ÁNDALUS: REINOS DE TAIFAS. REINO NAZARÍ
A la muerte de Almanzor (1002) el Califato de Córdoba inició un proceso de desintegración que culminó cuando una asamblea declaró extinguido el Califato en 1031 (fitna). El territorio de Al-Ándalus quedó dividido en pequeños reinos independientes denominados taifas.
Si bien algunos reinos de taifas como Toledo, Zaragoza, Valencia y Sevilla alcanzaron cierta prosperidad económica y cultural, su debilidad militar y las continuas disputas entre ellos les impedirían resistir los ataques de los reinos cristianos. Por ello, para evitar estos ataques, los reinos de taifas comenzaron a pagar tributos anuales a estos reinos cristianos llamados parias.
Con independencia del pago de las parias, los reinos cristianos continuaron la Reconquista. Ejemplo de ésta fue la toma en 1085 de Toledo por parte de Alfonso VI de Castilla. Por primera vez era conquistada una gran ciudad andalusí.
Los reinos de taifas buscaron entonces el apoyo de los almorávides y almohades, pueblos del norte de África, que trataron de reunificar Al-Ándalus. Las primeras taifas buscaron el apoyo de los almorávides, que derrotaron a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas (1086). Las segundas taifas reclamaron el apoyo de los almohades, que derrotaron a los cristianos en Alarcos (1195). No obstante, la victoria cristiana en las Navas de Tolosa (1212) marcó el fin del dominio almohade en la península.
Solo la taifa de Granada consiguió mantener su independencia durante más de dos siglos gracias al pago de tributos a Castilla. Sin embargo, a finales del Siglo XV entró en crisis y fue conquistada por los Reyes Católicos.
• AL-ÁNDALUS: LA ECONÓMICA, SOCIEDAD Y CULTURA
La economía era fundamentalmente agrícola, los musulmanes intensificaron el regadío, utilizando la noria y ampliando el uso de acequias, introdujeron nuevos cultivos (algodón, arroz, azafrán, cítricos) que unieron a la tríada mediterránea (cereal, vid y olivo). En la ganadería, retrocedíó la porcina, desarrollándose más la ovina y equina. La minería se revitalizó, destacando el hierro, cobre y Mercurio. Famosos fueron sus productos artesanales: cordobanes, brocados, armas y cerámicas. El comercio interior que se realizaba en los zocos urbanos, y el comercio exterior a través de sus puertos con el Magreb, norte de África y Oriente; utilizándose dos monedas, el dinar (oro) y el dírhem (plata). La ciudad se revitalizó, como centro de consumo.
La sociedad andalusí era muy heterogénea, por su gran diversidad étnica y religiosa. Con predominio de los musulmanes (árabes, bereberes y muladíes), esta sociedad se estructuraba en: grupo nobiliario (nobleza de sangre y de servicio), burguésía urbana (funcionarios, artesanos y comerciantes), plebe, y en último lugar los esclavos. Junto a ellos las minorías religiosas de mozárabes y judíos.
Su cultura estuvo marcada por el Islam, e influyó notablemente en Occidente. Destacó en: arte (mezquita Córdoba, Alhambra Granada), filosofía (Averroes), literatura (la moaxaja y el zéjel) y ciencia (álgebra, medicina, astronomía).
• LOS PRIMEROS NÚCLEOS DE RESISTENCIA. PRINCIPALES ETAPAS DE LA RECONQUISTA. MODELOS DE REPOBLACIÓN
Los reinos cristianos aparecieron y se consolidaron entre los siglos VIII y X en las zonas que los musulmanes no llegaron a conquistar (la Cordillera Cantábrica y los Pirineos).


El reino Astur-leónés: don Pelayo fue coronado rey por los astures en el año 718. Éste reivindicó la herencia visigoda y extendíó su poder al norte del Duero; El condado de Castilla: se independizó de León en el año 930. Fernán González fue su primer conde. En el año 951 el condado de Castilla quedó definitivamente vinculado a la familia de éste; El reino de Navarra surge en el año 824 cuando Íñigo Arista fue reconocido rey de Pamplona. Se consolidó en el Siglo X. Con Sancho III el Mayor Navarra se convirtió en el reino cristiano más poderoso de la península; El reino de Aragón: el reino de Aragón nacíó a la muerte de Sancho III de Navarra, que se había anexionado los condados aragoneses de Sobrarbe y Ribagorza. Su primer monarca fue Ramiro I; Los condados catalanes: estos condados formaban parte de la “Marca Hispánica” carolingia. Entre los siglos IX y X bajo Wilfredo el Velloso y Borrell II consolidaron su independencia con respecto al reino de Francia.
De XI-XIII se desarrollan las principales etapas de la Reconquista. En el s. XI Castilla se une a León, nace el reino Castilla-León; y el de Aragón, unido a Pamplona. En el s. XII Castilla y León se separan, nace el reino de Portugal, Pamplona se independiza (pasa a llamarse Navarra); y se unen Aragón y Cataluña con
         
Ramón Berenguer IV formando la Corona de Aragón. En el s. XIII, la victoria en las Navas de Tolosa (1212), marcó un gran avance; en Castilla, Alfonso IX conquista Extremadura, Fernando III conquista Murcia e inicia la conquista de Andalucía, acabada por Alfonso X; para Aragón, Jaime I conquista Baleares y Valencia. Quedando solo Granada como territorio musulmán independiente hasta 1492.
Se conoce como repoblación el proceso de ocupación y colonización cristiana de las tierras arrebatadas a Al-Ándalus. 4 fueron los procesos utilizados:
Presura: consistía en la ocupación de tierras sin dueño conocido. Se dio sobre todo en los siglos IX y X en el valle del Duero; Concejil: consistía en la creación de concejos o núcleos de población que recibían un amplio alfoz. Se dio durante el Siglo XI entre los valles del Duero y del Tajo; Órdenes Militares: éstas dividían el territorio en encomiendas al frente de las cuales se situaba a un comendador. Se desarrolló principalmente en la primera mitad del Siglo XIII en la submeseta sur, el bajo Aragón y el bajo Ebro; Repartimiento: consistía en el reparto (donadío) de los bienes obtenidos en una conquista entre quienes habían participado en ella. Se dio principalmente durante la segunda mitad del Siglo XIII en el valle del Guadalquivir y el litoral valenciano.
• LOS REINOS CRISTIANOS EN LA Edad Media: ORGANIZACIÓN POLÍTICA, RÉGIMEN SEÑORIAL Y SOCIEDAD ESTAMENTAL
El gobierno de los reinos cristianos o de los condados catalanes, se organizó en torno al rey o conde. El rey estaba asesorado por una Curia Real. Hasta el s. XII la Curia Real (nobles y clérigos como asesores reales) fue el organismo más importante. En 1188 en el Reino de León y desde el s. XIII en el resto, los monarcas convocan a la Curia y a los burgueses, así nacen las Cortes. Sus funciones: asesorar al rey y votar impuestos extraordinarios.
La administración territorial estaba a cargo de los condes y la local a cargo del concejo. Los recursos provénían de las tierras ocupadas a los musulmanes, aduanas, monopolios (sal y minas) y cobro de impuestos (alcabalas).
La organización social estuvo marcada por la aparición del régimen señorial. Los señoríos, territorios dados por el rey a particulares o instituciones, fueron evolucionando. Hasta el s.XII eran señoríos territoriales o solariegos. Desde el s.XII los reyes les otorgan el privilegio de inmunidad convirtiéndose en señoríos jurisdiccionales y sus pobladores en vasallos, obteniendo derechos jurídicos y limitando el poder del rey a las tierras de realengo.
La sociedad estaba dividida en tres estamentos: caballeros (nobles), clérigos (monjes y sacerdotes) y campesinos. Los primeros establecían relaciones de vasallaje entre sí, y los más poderosos con el Rey, establecíéndose una estructura política piramidal en la que el rey dependía de los grandes nobles.
• ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LA CORONA DE Castilla, DE LA CORONA DE ARAGÓN Y DEL REINO DE Navarra AL FINAL DE LA Edad Media
La organización política evoluciónó. En Castilla la monarquía desembocó en una monarquía autoritaria de origen divino, apoyada en el derecho romano, y en las Partidas de Alfonso X y el Ordenamiento de Alcalá. Junto a las Cortes nacen otras instituciones: la Cancillería, el Consejo Real (auxiliaba al monarca), Audiencia o Chancillería*(impartía justicia) y Hacienda. Controlaban los concejos con corregidores y regimientos.
En la Corona de Aragón, su expansión mediterránea (Cerdeña, Nápoles, Sicilia), llevó a una política pactista con los nobles. Cada núcleo (Reinos: Aragón, Valencia y Mallorca, y condado Cataluña) tenía sus instituciones: Justicia Mayor de Aragón; Cortes: generales, y en Aragón, Valencia y Cataluña, y como delegación:
     Generalitat en Cataluña y Valencia, y Diputación del Reino en Aragón. Instituciones centrales: Consejo Real y Cancillería.
Tras Fernando I (Compromiso de Caspe) se intentó establecer una monarquía autoritaria provocando enfrentamientos: Busca contra Biga y remensas frente a señores feudales.
En el Reino de Navarra, como en la Corona de Aragón su monarquía era pactista. Gobernó con el Consejo Real, las Cortes, en las que el rey juraba los fueros del reino; y la Diputación de los Tres Estados, que gestionaba la recaudación de los subsidios votados en las Cortes.


LOS REYES CATÓLICOS: UníÓN DINÁSTICA E INSTITUCIONES DE GOBIERNO El reinado de los Reyes Católicos se considera el punto de partida de la Edad Moderna en España.
Tras morir Enrique IV (1474) estalló la guerra civil en Castilla entre Isabel de Castilla y Juana «la Beltraneja», que terminó con la paz de Alcaçovas de 1479 por la que Isabel fue reconocida reina de Castilla.
Ese mismo Fernando fue coronado rey de Aragón. Los nuevos reyes se aprestaron a conseguir la uníón peninsular bajo su corona. En Enero de 1492 culminó la conquista del reino nazarí de Granada. Acababa así laReconquista.ConPortugal,losyaconocidoscomoReyesCatólicos,intentaroninfructuosamentelaunión matrimonial.
Tras morir Isabel (1504), Fernando el Católico conquistó Navarra en 1512. En 1515 se declaró la unidad de Navarra a Castilla. Anteriormente, con la firma del Tratado de Barcelona en 1493, Aragón había recuperado de Francia los territorios ultrapirenaicos del Rosellón y la Cerdaña, y, Castilla había concluido en 1496 la conquista de Canarias.
Había concluido el proceso de unificación de España. La uníón era, sin embargo, una uníón dinástica. Bajo los mismos monarcas, los distintos reinos siguieron manteniendo diferentes leyes e instituciones.
Su reinado, fue una etapa de monarquía autoritaria, buscando centralizar el poder, y estableciendo las bases de un Estado moderno. Los monarcas potenciaron o modificaron las instituciones de gobierno existentes; en Aragón, con escasas excepciones, permanecieron intactas.
En Castilla el Consejo Real se convirtió en órgano de gobierno e instancia judicial superior. Las Cortes sólo se convocaban para aprobar recursos. La justicia se impartía en tres ámbitos: en el local con los corregidores, en segunda instancia la Chancillería (Valladolid y Granada), y en última instancia el Consejo Real. La Cancillería se sustituye por secretarios reales. Nace la Santa Hermandad para mantener el orden público. En Aragón, confirman los fueros, establecen el Consejo de Aragón y una Audiencia en cada reino, y nace la figura del virrey. Los reyes logran el derecho de presentación y el Patronato Regio, y la Inquisición funciónó en ambas coronas.
   
• EL SIGNIFICADO DE 1492. LA GUERRA DE Granada Y EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
En 1492 tuvieron lugar tres acontecimientos, que marcarían el reinado de los Reyes Católicos:
La conquista del reino nazarí de Granada se inició en 1482 aprovechando las luchas internas
protagonizadas por dos miembros de su familia real nazarí, el Zagal y Boabdil, y se desarrolló en tres fases:
La conquista de Alhama (1482-1484) con la que los reyes se ganaron el apoyo de Boabdil. La toma de Málaga (1485-1487), que fue ocupada y su población sometida a la esclavitud. La Rendición de Granada (1488-1492) en la que Boabdil firmó las capitulaciones que garantizaban a los musulmanes la libertad religiosa y la conservación de sus bienes y tradiciones.
Tras la conquista del reino nazarí, el 31 Marzo de 1492, los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los judíos que acarrearía importantes consecuencias demográficas, económicas y sociales
El descubrimiento de América tiene como causa las crecientes dificultades para llegar a Asía por el Mediterráneo, lo que obligó a los europeos a buscar rutas alternativas para conseguir los productos de las Indias (especias y metales preciosos).
Así, en 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, acuerdo por el cual los Reyes Católicos apoyaron el proyecto de Cristóbal Colón para realizar la expedición a las Indias navegando hacia el oeste.
Colón realizó cuatro viajes a las Indias sin saber que, en realidad, había llegado a un nuevo continente:
El primer viaje partíó de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de Agosto de 1492, y llegó a las Indias el 12 de Octubre de 1492, tocando tierra en Guanahaní (San Salvador, Bahamas); en el Segundo viaje (Septiembre de 1493) Colón descubríó la isla de La Española; en el Tercer viaje (1498) descubríó la isla de Trinidad y la desembocadura del río Orinoco; el Cuarto viaje (1502) le permitíó descubrir la costa centroamericana.
Las disputas entre Portugal y Castilla por la propiedad de las nuevas tierras surgieron en el año 1493, al reclamar los portugueses el cumplimiento del tratado de Alcaçovas de 1479. Sin embargo, los Reyes Católicos consiguieron del Papa los derechos de conquista y evangelización (bula Inter Caetera)
La rivalidad entre Castilla y Portugal se resolvíó en el tratado de Tordesillas (1494), por el que se trazó una línea imaginaria de demarcación a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde: Portugal se quedaba con las tierras situadas al este de dicha línea (costa africana y Brasil) y Castilla con las del oeste (resto de América).
• EL Imperio DE LOS AUSTRIAS: ESPAÑA BAJO Carlos I. POLÍTICA INTERIOR Y CONFLICTOS EUROPEOS
Carlos V (I de España) fue monarca de gran parte de Europa y su política exterior se vio condicionada por su idea imperial y su herencia territorial:
De su padre, Felipe el Hermoso, heredó los territorios de la casa de Borgoña; de su abuelo materno, Fernando el Católico, heredó las Coronas de Castilla y Aragón; y de su abuelo paterno, Maximiliano I, heredó los territorios de la Casa de Habsburgo, la soberanía sobre el norte de Italia y el derecho a ser propuesto para la corona del Sacro Imperio Romano Germánico.
Accedíó al trono de Castilla y Aragón en 1516 a la muerte de su abuelo Fernando de Aragón y en 1519 fue elegido emperador del Sacro Imperio.
La gran extensión de los dominios de Carlos I favorecíó que éste se viera involucrado en una gran cantidad de conflictos exteriores, con tres escenarios principales:
Las guerras contra Francia por hacerse con la hegemonía en Europa y en el Mediterráneo y que le aseguraron el dominio sobre el norte de Italia con la incorporación del ducado de Milán (Batalla de Pavía 1525); la lucha contra los protestantes, que le obligaron en la Paz de Augsburgo (1555) a reconocer la existencia de principados protestantes en Alemania; y la guerra contra los turcos, que amenazaban a Europa Central y el control del Mediterráneo, y a los que derrotó en Túnez (1535), pero no en Argel (1541).
Además, Carlos V tuvo que enfrentarse a dos conflictos internos:
Las comunidades en Castilla (1520-1521), en el que varias ciudades (Padilla, Bravo y Maldonado) exigieron su regreso a Castilla, la exclusión de los extranjeros de los cargos políticos, más protagonismo de las Cortes y la reducción de gastos e impuestos, y que terminaron con la derrota comunera en Villalar en 1521; y Las Germánías en Valencia y Mallorca (1519-1524) que tuvo como principales motivos la crisis económica y el descontento de artesanos y comerciantes que querían la reducción de los privilegios de la nobleza y fueron reprimidas en 1523.
• LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE Felipe II. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN. LOS PROBLEMAS INTERNOS. GUERRAS Y SUBLEVACIÓN EN Europa
La política de Felipe II se inspiró en la Contrarreforma católica.
Los dos hechos más relevantes de la política interior de Felipe II fueron la revuelta de los moriscos de las Alpujarras, que se rebelaron en 1568 y fueron reprimidos en 1570; y La revuelta de Aragón, provocada por el “caso Antonio Pérez”.
En política exterior su objetivo fue mantener la hegemonía y la ortodoxia católica en Europa. Para lograrlo mantuvo guerras contra:
Francia, que fue derrotada en Gravelinas y San Quintín en 1557, firmando la Paz de Cateau-Cambresis en 1559; los turcos, a los que derrotó en Lepanto en 1571; Los rebeldes flamencos, que obligaron a Felipe II a aceptar la división de los Países Bajos en dos zonas: el norte protestante (Uníón de Utrecht) y el sur católico (Uníón de Arras); e Inglaterra, que apoyó a los protestantes de los Países Bajos y fomentó la piratería en el Atlántico en contra de Castilla y a la que intentó derrotar con el envío de la Armada Invencible (1588).
Por otro lado, Felipe II, que no heredó Austria y el Sacro Imperio Romano Germánico, aumentó sus dominios con la incorporación de Filipinas en 1571 y la incorporación de Portugal en las Cortes de Tomar de 1581.
Por otra parte, desde 1559 no se ausentó de España, fijó la capital en Madrid (1561) y se rodéó de consejeros españoles. En el gobierno y administración, como su padre, potenció las instituciones creadas por los Reyes Católicos, los consejos, que se ocupaban de asuntos más concretos y se dividían en territoriales (los distintos reinos) y técnicos (Indias, Guerra o Hacienda).
Por otro lado, las Cortes se siguieron celebrando en los distintos reinos, aunque paulatinamente fueron perdiendo protagonismo, y se conservaron en el Señorío de Vizcaya, Aragón y Navarra los fueros. Además Felipe II aumentó el número de virreyes para gobernar en los nuevos territorios, amplió el número de Audiencias y consolidó los Tercios como fuerza militar encargada de los intereses de la Monarquía.
 
• EXPLORACIÓN Y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA. CONSECUENCIAS DE LOS DESCUBRIMIENTOS EN ESPAÑA, Europa Y AMÉRICA
El proceso de conquista y colonización de América se inició en 1493 desde las Antillas:
México: fue conquistado por Hernán Cortés entre 1519 y 1521 tras vencer a los aztecas; Perú: fue conquistado por Francisco Pizarro entre 1527 y 1533 tras conseguir someter a los incas; También se conquistaron los territorios de América Central, Venezuela, Chile (Pedro de Valdivia) y Río de la Plata (Pedro de Mendoza). Francisco de Orellana exploró el Amazonas y Hernando de Soto el Mississippi. Además, Vasco Núñez de Balboa, en 1513, descubríó el océano Pacífico. Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano (1519- 1522) lograron dar la primera vuelta al mundo. En 10 años (1540-1550), se había explorado casi toda América, desde California hasta el río de la Plata.
Todas estas conquistas se realizaron a través de capitulaciones firmadas por los conquistadores con los monarcas a cambio de honores, tierras y una parte del botín obtenido.
Aunque los indios fueron reconocidos como súbditos de la Corona, en los primeros años de colonización los españoles practicaron el repartimiento o reparto de indios, lo que favorecíó el abuso sobre ellos. Para acabar con estos abusos establecíó la encomienda para las explotaciones agrarias en las que los encomenderos debían ocuparse de la protección y cristianización de los indios asignados. No obstante, se mantuvieron diversas formas de trabajo obligatorio como la mita en las minas o los obrajes en la artesanía.
Como principales consecuencias del descubrimiento de América podemos destacar las siguientes:
Económicas: el oro y la plata americanos fueron utilizados para la monarquía Hispánica para financiar sus guerras en Europa; El comercio ultramarino se convirtió en el motor de la economía española: se exportaban a América vino, aceite o tejidos y desde América llegaban productos como maíz, patata, cacao o tabaco. Por otra parte, se calcula que unos 150.000 castellanos emigraron a América.
Culturales: se ampliaron los conocimientos de flora y fauna. Destaca la Historia Natural de las Indias de José de Acosta; los dominicos Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas denunciaron el trato que los colonizadores daban a los indios; Francisco de Vitoria y sus discípulos de la Escuela de Salamanca abordaron el problema de los justos títulos de la acción en América, poniendo las bases del derecho de gentes, en la actualidad el derecho internacional.
Demográficas: el declive demográfico indígena provocó la importación de esclavos negros. Así mismo el mestizaje produjo la aparición de una sociedad de castas dominada por peninsulares y criollos y la imposición del castellano y cultura europea en América.
• LOS AUSTRIAS DEL Siglo XVII: EL GOBIERNO DE VALIDOS. LA CRISIS DE 1640
Los reyes del Siglo XVII delegaban las labores de gobierno en personas de su confianza conocidos como validos. Los validos actuaron al margen de los órganos de gobierno y, en algunos casos, utilizaron su cargo para enriquecerse y favorecer a sus allegados.
Felipe III: Tuvo como valido principal al duque de Lerma. El principal conflicto interno al que se tuvo que enfrentar durante el reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos (1609). Con ello quería evitar su posible apoyo a los turcos y a los piratas berberiscos, enemigos de la monarquía hispánica.

Felipe IV: Tuvo como valido al conde-duque de Olivares, cuya política de prestigio internacional provocó la crisis de 1640. Durante su reinado, Felipe IV hubo de afrontar los problemas la Uníón de Armas (1625), la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), así como la rebelión catalana, la independencia de Portugal.
Carlos II: Tuvo varios validos, como su hermanastro, Juan José de Austria, o el jesuita austriaco Everardo Nithard, los cuales no pudieron evitar la decadencia de la monarquía hispánica en el ámbito internacional.
El año 1640 fue un año de crisis. La catalana y la portuguesa fueron las más importantes, aunque también hubo revueltas en Aragón, Andalucía y Sicilia.
La crisis catalana comenzó en 1626 con el rechazo de la Uníón de Armas y se convirtió en una rebelión en 1640 provocada por el reclutamiento forzoso y los desmanes causados por las tropas enviadas para luchar contra Francia en la Guerra de los Treinta Años. En el transcurso de la misma los campesinos tomaron Barcelona, asesinando al virrey y precipitando la huida de las autoridades en el conocido como Corpus de Sangre. Cataluña se colocó bajo protección militar francesa, derrotando a las tropas españolas en la batalla de Montjuic. Sin embargo, el alto coste del mantenimiento del ejército francés y la falta de respeto de los reyes franceses hacia las leyes catalanas llevaron a éstos a reintegrarse en España, tras la promesa de Felipe IV de respetar sus fueros (1652).
Las causas de la revuelta portuguesa fueron el rechazo a la Uníón de Armas, el aumento de los impuestos, las dificultades causadas al comercio colonial por la participación española en la Guerra de los Treinta Años y el rechazo a la integración de Portugal en la monarquía hispánica y provocaron que en 1640 las Cortes portuguesas proclamaron rey al duque de Braganza (Juan IV). La revuelta terminó en 1668 con la definitiva independencia de Portugal.
• LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS Y LA PÉRDIDA DE LA HEGEMONÍA ESPAÑOLA EN Europa
A lo largo del Siglo XVII España perdíó su hegemonía en Europa y se convirtió en una potencia de segundo orden.
Felipe III, forzado por la crisis económica, siguió una política pacifista, conocida como Pax Hispánica. Firmó la paz con Inglaterra (Tratado de Londres, 1604) y la Tregua de los Doce Años (1609) con las Provincias Unidas (actual Holanda), que reconocía una gran autonomía política.
Sin embargo, Felipe IV se vio obligado a participar en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) aliándose con Austria en defensa del catolicismo frente a los países protestantes, que recibieron apoyo de otros estados de religión protestante como Dinamarca o Suecia. Ante las victorias españolas (Toma de Breda, 1625; Nördlingen, 1634). Francia tuvo que intervenir en la guerra para evitar el triunfo de los Habsburgo, lo que provocó la derrota española en el conflicto (Batalla de Rocroi, 1643). La Paz de Westfalia (1648) puso fin a la guerra y reconocíó la independencia de las Provincias Unidas. No obstante, la guerra continuó con Francia hasta la firma de la Paz de los Pirineos (1659). Por este tratado España cedíó el Rosellón y la Cerdaña a Francia y se acordó la boda de la infanta María Teresa con Luis XIV de Francia, lo que propiciaría la llegada de los Borbones a España en el Siglo XVIII.

• PRINCIPALES FACTORES DE LA CRISIS DEMOGRÁFICA Y ECONÓMICA DEL Siglo XVII Y SUS CONSECUENCIAS
El Siglo XVII fue un siglo de crisis en Europa. Los factores fundamentales de la crisis en España fueron:
El descenso demográfico como consecuencia de grandes epidemias (tres oleadas de peste); la expulsión de los moriscos, que perjudicó sobre todo a Valencia y Aragón; las guerras constantes, y crisis de subsistencias.
La depresión económica provocada por el endeudamiento de la Corona, que agudizó la depresión económica. Así, la producción agrícola disminuyó. La ganadería sedentaria crecíó frente a la trashumante, perjudicada por la disminución de exportaciones a Flandes. No se invertía en la industria y el comercio, la artesanía castellana entró en recesión. La metalurgia vasca y la industria naval entraron en crisis y decayó el comercio en América, lo que agudizó el endeudamiento que supónía el mantenimiento del Imperio.
No obstante, hacia 1680 se inició una mejoría: aumentó la natalidad, y se recuperó lentamente la producción y el comercio.
Las consecuencias de la crisis afectaron a todos los grupos de la sociedad estamental del XVII. La nobleza y el clero aumentaron en número, la primera endeudada al disminuir sus rentas y querer mantener su nivel de vida. La burguésía intentó ennoblecerse; y la situación de los campesinos empeoró, aumentando las revueltas y la emigración a Madrid o a la periferia. Así mismo aumentó el número de mendigos, pobres y maleantes.
• CRISIS Y DECADENCIA DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA: EL REINADO DE Carlos II Y EL PROBLEMA SUCESORIO
A Felipe IV le sustituyó su hijo Carlos II que, al no tener descendencia, marcó la política exterior española de finales del Siglo XVII.
Durante su reinado tuvieron lugar dos guerras contra Francia. En 1684 en Ratisbona se firmó una tregua de veinte años con Francia, tregua que fue rota en 1690 al concluirse una alianza entre España, Inglaterra, los Países Bajos y el Imperio dando lugar a un tercer enfrentamiento bélico que duraría hasta 1697. Los ejércitos franceses ocuparon parte de Cataluña e incluso se apoderaron de Barcelona en 1697.
A pesar de la decadencia política, la situación económica y demográfica mejoró las últimas décadas del siglo; ello no evitaría el tener que hacer frente a conflictos como la revuelta de los Barretines en Cataluña (16881689), la Segunda Germánía en Valencia (1693) y el Motín de las Gatos en Madrid (1699).
Los años últimos del reinado de Carlos II estuvieron marcados por la locura del monarca, producto de las presiones políticas y las intrigas palaciegas, y por el problema sucesorio, como consecuencia de la inexistencia de hijos, lo que avivó la lucha por hacerse con el trono y su herencia.
En un principio, el candidato designado era José Fernando Maximiliano, hijo del elector de Baviera, pero éste fallecíó en 1699, y volvíó a presentarse el problema de elegir entre el archiduque Carlos, hijo del emperador Leopoldo y biznieto de Felipe III, y Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y biznieto de Felipe IV.
Su muerte, el 1 de Noviembre de 1700, desencadenó la Guerra de Sucesión (1700-1713) al trono español, que se convirtió en un importante conflicto internacional por la hegemonía política en Europa.


 y de su abuelo paterno, Maximiliano I, heredó los territorios de la Casa de Habsburgo, la soberanía sobre el norte de Italia y el derecho a ser propuesto para la corona del Sacro Imperio Romano Germánico.
Accedíó al trono de Castilla y Aragón en 1516 a la muerte de su abuelo Fernando de Aragón y en 1519 fue elegido emperador del Sacro Imperio.
La gran extensión de los dominios de Carlos I favorecíó que éste se viera involucrado en una gran cantidad de conflictos exteriores, con tres escenarios principales:
Las guerras contra Francia por hacerse con la hegemonía en Europa y en el Mediterráneo y que le aseguraron el dominio sobre el norte de Italia con la incorporación del ducado de Milán (Batalla de Pavía 1525); la lucha contra los protestantes, que le obligaron en la Paz de Augsburgo (1555) a reconocer la existencia de principados protestantes en Alemania; y la guerra contra los turcos, que amenazaban a Europa Central y el control del Mediterráneo, y a los que derrotó en Túnez (1535), pero no en Argel (1541).
Además, Carlos V tuvo que enfrentarse a dos conflictos internos:
Las comunidades en Castilla (1520-1521), en el que varias ciudades (Padilla, Bravo y Maldonado) exigieron su regreso a Castilla, la exclusión de los extranjeros de los cargos políticos, más protagonismo de las Cortes y la reducción de gastos e impuestos, y que terminaron con la derrota comunera en Villalar en 1521; y Las Germánías en Valencia y Mallorca (1519-1524) que tuvo como principales motivos la crisis económica y el descontento de artesanos y comerciantes que querían la reducción de los privilegios de la nobleza y fueron reprimidas en 1523.
• LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE Felipe II. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN. LOS PROBLEMAS INTERNOS. GUERRAS Y SUBLEVACIÓN EN Europa
La política de Felipe II se inspiró en la Contrarreforma católica.
Los dos hechos más relevantes de la política interior de Felipe II fueron la revuelta de los moriscos de las Alpujarras, que se rebelaron en 1568 y fueron reprimidos en 1570; y La revuelta de Aragón, provocada por el “caso Antonio Pérez”.
En política exterior su objetivo fue mantener la hegemonía y la ortodoxia católica en Europa. Para lograrlo mantuvo guerras contra:
Francia, que fue derrotada en Gravelinas y San Quintín en 1557, firmando la Paz de Cateau-Cambresis en 1559; los turcos, a los que derrotó en Lepanto en 1571; Los rebeldes flamencos, que obligaron a Felipe II a aceptar la división de los Países Bajos en dos zonas: el norte protestante (Uníón de Utrecht) y el sur católico (Uníón de Arras); e Inglaterra, que apoyó a los protestantes de los Países Bajos y fomentó la piratería en el Atlántico en contra de Castilla y a la que intentó derrotar con el envío de la Armada Invencible (1588).
Por otro lado, Felipe II, que no heredó Austria y el Sacro Imperio Romano Germánico, aumentó sus dominios con la incorporación de Filipinas en 1571 y la incorporación de Portugal en las Cortes de Tomar de 1581.
Por otra parte, desde 1559 no se ausentó de España, fijó la capital en Madrid (1561) y se rodéó de consejeros españoles. En el gobierno y administración, como su padre, potenció las instituciones creadas por los Reyes Católicos, los consejos, que se ocupaban de asuntos más concretos y se dividían en territoriales (los distintos reinos) y técnicos (Indias, Guerra o Hacienda).
Por otro lado, las Cortes se siguieron celebrando en los distintos reinos, aunque paulatinamente fueron perdiendo protagonismo, y se conservaron en el Señorío de Vizcaya, Aragón y Navarra los fueros. Además Felipe II aumentó el número de virreyes para gobernar en los nuevos territorios, amplió el número de Audiencias y consolidó los Tercios como fuerza militar encargada de los intereses de la Monarquía.
 
• EXPLORACIÓN Y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA. CONSECUENCIAS DE LOS DESCUBRIMIENTOS EN ESPAÑA, Europa Y AMÉRICA
El proceso de conquista y colonización de América se inició en 1493 desde las Antillas:
México: fue conquistado por Hernán Cortés entre 1519 y 1521 tras vencer a los aztecas; Perú: fue conquistado por Francisco Pizarro entre 1527 y 1533 tras conseguir someter a los incas; También se conquistaron los territorios de América Central, Venezuela, Chile (Pedro de Valdivia) y Río de la Plata (Pedro de Mendoza). Francisco de Orellana exploró el Amazonas y Hernando de Soto el Mississippi. Además, Vasco Núñez de Balboa, en 1513, descubríó el océano Pacífico. Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano (1519- 1522) lograron dar la primera vuelta al mundo. En 10 años (1540-1550), se había explorado casi toda América, desde California hasta el río de la Plata.Todas estas conquistas se realizaron a través de capitulaciones firmadas por los conquistadores con los monarcas a cambio de honores, tierras y una parte del botín obtenido.
Aunque los indios fueron reconocidos como súbditos de la Corona, en los primeros años de colonización los españoles practicaron el repartimiento o reparto de indios, lo que favorecíó el abuso sobre ellos. Para acabar con estos abusos establecíó la encomienda para las explotaciones agrarias en las que los encomenderos debían ocuparse de la protección y cristianización de los indios asignados. No obstante, se mantuvieron diversas formas de trabajo obligatorio como la mita en las minas o los obrajes en la artesanía.
Como principales consecuencias del descubrimiento de América podemos destacar las siguientes:


por la locura del monarca, producto de las presiones políticas y las intrigas palaciegas, y por el problema sucesorio, como consecuencia de la inexistencia de hijos, lo que avivó la lucha por hacerse con el trono y su herencia.
En un principio, el candidato designado era José Fernando Maximiliano, hijo del elector de Baviera, pero éste fallecíó en 1699, y volvíó a presentarse el problema de elegir entre el archiduque Carlos, hijo del emperador Leopoldo y biznieto de Felipe III, y Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y biznieto de Felipe IV.
Su muerte, el 1 de Noviembre de 1700, desencadenó la Guerra de Sucesión (1700-1713) al trono español, que se convirtió en un importante conflicto internacional por la hegemonía política en Europa.


LA GUERRA DE SUCESIÓN Y EL SISTEMA DE Utrecht. LOS PACTOS DE FAMILIA
En 1700 Carlos II, rey de España, muere sin descendencia y en su testamento nombra heredero al trono a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Sin embargo, el archiduque Carlos de Habsburgo reclamó también sus derechos al trono español, estallando así la Guerra de Sucesión española.
Los países europeos se dividieron en dos bandos: Inglaterra, Austria, Países Bajos, Prusia, Saboyá, Portugal y los territorios de la Corona de Aragón, apoyaron al archiduque austriaco; Francia y Castilla, que apoyaron a Felipe de Anjou.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V y la firma de la Paz de Utrecht (1713):
Inglaterra se quedaría Gibraltar y Menorca y los privilegios económicos del Navío de Permiso y el Asiento de Negros; Austria se quedaría los Países Bajos españoles, Milán, Nápoles y Cerdeña; Saboyá se quedaría Sicilia, aunque posteriormente Austria y Saboyá intercambiarían Sicilia y Cerdeña.
La Paz de Utrecht representó para España la pérdida de todas sus posesiones en Europa y supuso la confirmación de Inglaterra como nueva potencia hegemónica en el continente.
Tras la Guerra de Sucesión, el objetivo de los Borbones fue recuperar el sur de Italia, Menorca y Gibraltar. Para ello firmaron los Pactos de Familia con Francia.
Felipe V (1700-1746) firmó dos Pactos de Familia (1734 y 1743). En virtud de ellos, Felipe V consiguió en el Tratado de Viena de 1738 que el infante Carlos, el futuro Carlos III de España, fuera coronado Rey de Nápoles y Sicilia y que el infante Felipe fuera nombrado Duque de Parma.
Fernando VI (1746-1759) desarrolló una política internacional marcada por la neutralidad frente a Francia e Inglaterra.
Durante el reinado de Carlos III (1759-1788) se firmó el Tercer Pacto de Familia (1761). España participó en la Guerra de los Siete Años (1756-1763). La victoria británica, junto a su aliada Portugal, llevó a firma del Tratado de París (1763) por el que España cedíó Florida a Inglaterra y Sacramento a Portugal. Para compensar esas pérdidas Francia nos cedíó Luisiana.
De nuevo en América, España junto a Francia apoyó a los rebeldes norteamericanos contra Inglaterra. La derrota británica fue confirmada en el Tratado de Versalles (1783) lo que permitíó a España recuperar Menorca, Florida y Sacramento.
• LA NUEVA MONARQUÍA BORBÓNICA. LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTA. MODELO DE ESTADO Y ALCANCE DE LAS REFORMAS
La política de los Borbones se caracterizó por la imitación del modelo francés en la forma de gobernar:
Felipe V concentró todos los poderes y aprobó en 1713 la Ley Sálica que impedía reinar a las mujeres. Además aprobó los Decretos de Nueva Planta para Aragón y Valencia en 1707; y para Cataluña y Mallorca en 1716, aboliendo los fueros, instituciones y privilegios de la Corona de Aragón unificando jurídicamente todos los territorios peninsulares bajo el modelo castellano.
En la administración central se suprimieron los Consejos y se crearon las secretarías de Estado y del Despacho. Era el rey quien escogía a sus secretarios de Estado. A finales de siglo, los secretarios se reunieron en la Junta Suprema de Estado, antecedente del actual Consejo de Ministros. Las nuevas Cortes Generales del Reino tuvieron, casi, como única misión, el que el heredero de la Corona jurase su ‘cargo’.
En la administración regional se crearon las Intendencias, precedentes de las actuales provincias; el intendente nombrado por el rey tenía competencias en justicia, policía, recaudación de impuestos y guerra.
En la administración local se extendíó a toda España el modelo castellano: en cada municipio se encontraba un corregidor nombrado por el rey.
• LA ESPAÑA DEL Siglo XVIII. EXPANSIÓN Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS: AGRICULTURA, INDUSTRIA Y COMERCIO CON AMÉRICA. CAUSAS DEL DESPEGUE ECONÓMICO DE CATALUÑA
La economía estaba limitada por la falta de competencia, la propiedad de la tierra y una oposición al cambio.
La agricultura, tenía en el régimen de propiedad (tierras amortizadas) su obstáculo. Con Carlos III, se tomaron medidas: arrendamientos municipales, colonización de tierras, pero no se acometíó la Ley Agraria de Jovellanos.
La industria se incentivó por el aumento población, demanda de productos y aumento de rentas de nobles y eclesiásticos, y nueva política comercial con América. El principal obstáculo era el sistema gremial. Los reyes la potenciaron con el proteccionismo, manufacturas reales y el fomento de la construcción naval.
Al comercio llegaron las ideas ilustradas (Sociedades Económicas de Amigos del País). El comercio interior inició una política proteccionista, y se creó el Banco de San Carlos. La política comercial con América se reforzó con la creación de nuevas compañías comerciales (Compañía Guipuzcoana de Caracas), la introducción de navíos de registro y la promulgación del Reglamento de Libre Comercio (1788).
Destaca el despegue económico de Cataluña. Esta regíón duplicó su población; la agricultura se orientó al mercado y se desarrolló una burguésía agraria innovadora (comercio de vinos), lo que permitíó un aumento de los intercambios peninsulares y con el exterior. Además, su industria se vio favorecida por el proteccionismo.


LOS AUSTRIAS DEL Siglo XVII: EL GOBIERNO DE VALIDOS. LA CRISIS DE 1640
Los reyes del Siglo XVII delegaban las labores de gobierno en personas de su confianza conocidos como validos. Los validos actuaron al margen de los órganos de gobierno y, en algunos casos, utilizaron su cargo para enriquecerse y favorecer a sus allegados.
Felipe III: Tuvo como valido principal al duque de Lerma. El principal conflicto interno al que se tuvo que enfrentar durante el reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos (1609). Con ello quería evitar su posible apoyo a los turcos y a los piratas berberiscos, enemigos de la monarquía hispánica.
Felipe IV: Tuvo como valido al conde-duque de Olivares, cuya política de prestigio internacional provocó la crisis de 1640. Durante su reinado, Felipe IV hubo de afrontar los problemas la Uníón de Armas (1625), la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), así como la rebelión catalana, la independencia de Portugal.
Carlos II: Tuvo varios validos, como su hermanastro, Juan José de Austria, o el jesuita austriaco Everardo Nithard, los cuales no pudieron evitar la decadencia de la monarquía hispánica en el ámbito internacional.
El año 1640 fue un año de crisis. La catalana y la portuguesa fueron las más importantes, aunque también hubo revueltas en Aragón, Andalucía y Sicilia.
La crisis catalana comenzó en 1626 con el rechazo de la Uníón de Armas y se convirtió en una rebelión en 1640 provocada por el reclutamiento forzoso y los desmanes causados por las tropas enviadas para luchar contra Francia en la Guerra de los Treinta Años. En el transcurso de la misma los campesinos tomaron Barcelona, asesinando al virrey y precipitando la huida de las autoridades en el conocido como Corpus de Sangre. Cataluña se colocó bajo protección militar francesa, derrotando a las tropas españolas en la batalla de Montjuic. Sin embargo, el alto coste del mantenimiento del ejército francés y la falta de respeto de los reyes franceses hacia las leyes catalanas llevaron a éstos a reintegrarse en España, tras la promesa de Felipe IV de respetar sus fueros (1652).
Las causas de la revuelta portuguesa fueron el rechazo a la Uníón de Armas, el aumento de los impuestos, las dificultades causadas al comercio colonial por la participación española en la Guerra de los Treinta Años y el rechazo a la integración de Portugal en la monarquía hispánica y provocaron que en 1640 las Cortes portuguesas proclamaron rey al duque de Braganza (Juan IV). La revuelta terminó en 1668 con la definitiva independencia de Portugal.


LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS Y LA PÉRDIDA DE LA HEGEMONÍA ESPAÑOLA EN Europa
A lo largo del Siglo XVII España perdíó su hegemonía en Europa y se convirtió en una potencia de segundo orden.
Felipe III, forzado por la crisis económica, siguió una política pacifista, conocida como Pax Hispánica. Firmó la paz con Inglaterra (Tratado de Londres, 1604) y la Tregua de los Doce Años (1609) con las Provincias Unidas (actual Holanda), que reconocía una gran autonomía política.
Sin embargo, Felipe IV se vio obligado a participar en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) aliándose con Austria en defensa del catolicismo frente a los países protestantes, que recibieron apoyo de otros estados de religión protestante como Dinamarca o Suecia. Ante las victorias españolas (Toma de Breda, 1625; Nördlingen, 1634). Francia tuvo que intervenir en la guerra para evitar el triunfo de los Habsburgo, lo que provocó la derrota española en el conflicto (Batalla de Rocroi, 1643). La Paz de Westfalia (1648) puso fin a la guerra y reconocíó la independencia de las Provincias Unidas. No obstante, la guerra continuó con Francia hasta la firma de la Paz de los Pirineos (1659). Por este tratado España cedíó el Rosellón y la Cerdaña a Francia y se acordó la boda de la infanta María Teresa con Luis XIV de Francia, lo que propiciaría la llegada de los Borbones a España en el Siglo XVIII.
• PRINCIPALES FACTORES DE LA CRISIS DEMOGRÁFICA Y ECONÓMICA DEL Siglo XVII Y SUS CONSECUENCIAS
El Siglo XVII fue un siglo de crisis en Europa. Los factores fundamentales de la crisis en España fueron:
El descenso demográfico como consecuencia de grandes epidemias (tres oleadas de peste); la expulsión de los moriscos, que perjudicó sobre todo a Valencia y Aragón; las guerras constantes, y crisis de subsistencias.
La depresión económica provocada por el endeudamiento de la Corona, que agudizó la depresión económica. Así, la producción agrícola disminuyó. La ganadería sedentaria crecíó frente a la trashumante, perjudicada por la disminución de exportaciones a Flandes. No se invertía en la industria y el comercio, la artesanía castellana entró en recesión. La metalurgia vasca y la industria naval entraron en crisis y decayó el comercio en América, lo que agudizó el endeudamiento que supónía el mantenimiento del Imperio.
No obstante, hacia 1680 se inició una mejoría: aumentó la natalidad, y se recuperó lentamente la producción y el comercio.
Las consecuencias de la crisis afectaron a todos los grupos de la sociedad estamental del XVII. La nobleza y el clero aumentaron en número, la primera endeudada al disminuir sus rentas y querer mantener su nivel de vida. La burguésía intentó ennoblecerse; y la situación de los campesinos empeoró, aumentando las revueltas y la emigración a Madrid o a la periferia. Así mismo aumentó el número de mendigos, pobres y maleantes.
• CRISIS Y DECADENCIA DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA: EL REINADO DE Carlos II Y EL PROBLEMA SUCESORIO
A Felipe IV le sustituyó su hijo Carlos II que, al no tener descendencia, marcó la política exterior española de finales del Siglo XVII.
Durante su reinado tuvieron lugar dos guerras contra Francia. En 1684 en Ratisbona se firmó una tregua de veinte años con Francia, tregua que fue rota en 1690 al concluirse una alianza entre España, Inglaterra, los Países Bajos y el Imperio dando lugar a un tercer enfrentamiento bélico que duraría hasta 1697. Los ejércitos franceses ocuparon parte de Cataluña e incluso se apoderaron de Barcelona en 1697.
A pesar de la decadencia política, la situación económica y demográfica mejoró las últimas décadas del siglo; ello no evitaría el tener que hacer frente a conflictos como la revuelta de los Barretines en Cataluña (16881689), la Segunda Germánía en Valencia (1693) y el Motín de las Gatos en Madrid (1699).
Los años últimos del reinado de Carlos II estuvieron marcados por la locura del monarca, producto de las presiones políticas y las intrigas palaciegas, y por el problema sucesorio, como consecuencia de la inexistencia de hijos, lo que avivó la lucha por hacerse con el trono y su herencia.
En un principio, el candidato designado era José Fernando Maximiliano, hijo del elector de Baviera, pero éste fallecíó en 1699, y volvíó a presentarse el problema de elegir entre el archiduque Carlos, hijo del emperador Leopoldo y biznieto de Felipe III, y Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y biznieto de Felipe IV.
Su muerte, el 1 de Noviembre de 1700, desencadenó la Guerra de Sucesión (1700-1713) al trono español, que se convirtió en un importante conflicto internacional por la hegemonía política en Europa.


LA GUERRA DE SUCESIÓN Y EL SISTEMA DE Utrecht. LOS PACTOS DE FAMILIA
En 1700 Carlos II, rey de España, muere sin descendencia y en su testamento nombra heredero al trono a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Sin embargo, el archiduque Carlos de Habsburgo reclamó también sus derechos al trono español, estallando así la Guerra de Sucesión española.
Los países europeos se dividieron en dos bandos: Inglaterra, Austria, Países Bajos, Prusia, Saboyá, Portugal y los territorios de la Corona de Aragón, apoyaron al archiduque austriaco; Francia y Castilla, que apoyaron a Felipe de Anjou.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V y la firma de la Paz de Utrecht (1713):
Inglaterra se quedaría Gibraltar y Menorca y los privilegios económicos del Navío de Permiso y el Asiento de Negros; Austria se quedaría los Países Bajos españoles, Milán, Nápoles y Cerdeña; Saboyá se quedaría Sicilia, aunque posteriormente Austria y Saboyá intercambiarían Sicilia y Cerdeña.
La Paz de Utrecht representó para España la pérdida de todas sus posesiones en Europa y supuso la confirmación de Inglaterra como nueva potencia hegemónica en el continente.
Tras la Guerra de Sucesión, el objetivo de los Borbones fue recuperar el sur de Italia, Menorca y Gibraltar. Para ello firmaron los Pactos de Familia con Francia.
Felipe V (1700-1746) firmó dos Pactos de Familia (1734 y 1743). En virtud de ellos, Felipe V consiguió en el Tratado de Viena de 1738 que el infante Carlos, el futuro Carlos III de España, fuera coronado Rey de Nápoles y Sicilia y que el infante Felipe fuera nombrado Duque de Parma.
Fernando VI (1746-1759) desarrolló una política internacional marcada por la neutralidad frente a Francia e Inglaterra.
Durante el reinado de Carlos III (1759-1788) se firmó el Tercer Pacto de Familia (1761). España participó en la Guerra de los Siete Años (1756-1763). La victoria británica, junto a su aliada Portugal, llevó a firma del Tratado de París (1763) por el que España cedíó Florida a Inglaterra y Sacramento a Portugal. Para compensar esas pérdidas Francia nos cedíó Luisiana.
De nuevo en América, España junto a Francia apoyó a los rebeldes norteamericanos contra Inglaterra. La derrota británica fue confirmada en el Tratado de Versalles (1783) lo que permitíó a España recuperar Menorca, Florida y Sacramento.
• LA NUEVA MONARQUÍA BORBÓNICA. LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTA. MODELO DE ESTADO Y ALCANCE DE LAS REFORMAS
La política de los Borbones se caracterizó por la imitación del modelo francés en la forma de gobernar:
Felipe V concentró todos los poderes y aprobó en 1713 la Ley Sálica que impedía reinar a las mujeres. Además aprobó los Decretos de Nueva Planta para Aragón y Valencia en 1707; y para Cataluña y Mallorca en 1716, aboliendo los fueros, instituciones y privilegios de la Corona de Aragón unificando jurídicamente todos los territorios peninsulares bajo el modelo castellano.
En la administración central se suprimieron los Consejos y se crearon las secretarías de Estado y del Despacho. Era el rey quien escogía a sus secretarios de Estado. A finales de siglo, los secretarios se reunieron en la Junta Suprema de Estado, antecedente del actual Consejo de Ministros. Las nuevas Cortes Generales del Reino tuvieron, casi, como única misión, el que el heredero de la Corona jurase su ‘cargo’.
En la administración regional se crearon las Intendencias, precedentes de las actuales provincias; el intendente nombrado por el rey tenía competencias en justicia, policía, recaudación de impuestos y guerra.
En la administración local se extendíó a toda España el modelo castellano: en cada municipio se encontraba un corregidor nombrado por el rey.
• LA ESPAÑA DEL Siglo XVIII. EXPANSIÓN Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS: AGRICULTURA, INDUSTRIA Y COMERCIO CON AMÉRICA. CAUSAS DEL DESPEGUE ECONÓMICO DE CATALUÑA
La economía estaba limitada por la falta de competencia, la propiedad de la tierra y una oposición al cambio.
La agricultura, tenía en el régimen de propiedad (tierras amortizadas) su obstáculo. Con Carlos III, se tomaron medidas: arrendamientos municipales, colonización de tierras, pero no se acometíó la Ley Agraria de Jovellanos.
La industria se incentivó por el aumento población, demanda de productos y aumento de rentas de nobles y eclesiásticos, y nueva política comercial con América. El principal obstáculo era el sistema gremial. Los reyes la potenciaron con el proteccionismo, manufacturas reales y el fomento de la construcción naval.
Al comercio llegaron las ideas ilustradas (Sociedades Económicas de Amigos del País). El comercio interior inició una política proteccionista, y se creó el Banco de San Carlos. La política comercial con América se reforzó con la creación de nuevas compañías comerciales (Compañía Guipuzcoana de Caracas), la introducción de navíos de registro y la promulgación del Reglamento de Libre Comercio (1788).
Destaca el despegue económico de Cataluña. Esta regíón duplicó su población; la agricultura se orientó al mercado y se desarrolló una burguésía agraria innovadora (comercio de vinos), lo que permitíó un aumento de los intercambios peninsulares y con el exterior. Además, su industria se vio favorecida por el proteccionismo.


 El crecimiento generó excedentes de capital que se invirtieron en modernizar el sector textil, sentando las bases de la revolución industrial del s. XIX.
• IDEAS FUNDAMENTALES DE LA ILUSTRACIÓN. EL DESPOTISMO ILUSTRADO: Carlos III.
La Ilustración fue la corriente de pensamiento que se difundíó por Europa en el s. XVIII, y en España constituyó la base intelectual de las reformas, especialmente con Carlos III. Los rasgos de esta ideología fueron el empleo de la razón y la crítica, el fomento de la economía nacional, el desarrollo del conocimiento científico y de la educación como base del avance técnico y económico, la difusión del progreso y de la felicidad.
Se difundíó a través de Academias, consulados, Sociedades Económicas de Amigos del País y la prensa. Destacaron intelectuales y artistas como Jovellanos, José Celestino Mutis, José Cadalso o Moratín.
Con Carlos III (1759-1788), se instauró el despotismo ilustrado. Éste se rodéó de secretarios ilustrados como Campomanes, Floridablanca o Esquilache. Este último prrovocó el Motín de Esquilache (1766) al liberalizar los precios del trigo e incrementar los impuestos. El motín acarreó la sustitución de Esquilache por el conde de Aranda y la expulsión de los jesuitas (1767). No obstante, el monarca mantuvo la política regalista, los privilegios de la nobleza y derechos señoriales.
En política económica, Olavide, Jovellanos y Campomanes abordan la Ley Agraria. Olavide supervisó el plan de colonización de Sierra Morena. Se creó el Banco Nacional de San Carlos y comenzó la emisión de vales reales. También se emprendieron reformas en la educación, la justicia y el ejército (más profesional y al servicio del Estado).

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