Sistema canovista:
Para superar la inestabilidad política se establecen una serie de principios políticos como son el pragmatismo en política, la defensa de la ‘constitución histórica o interna de España’, es decir, de sus costumbres y de su historia. La soberanía compartida entre el rey y las cortes frente a la soberanía nacional, un pesimismo basado en el estudio de la historia de la decadencia española. La necesidad de que el ejército se mantuviera al margen de la política. Se crea un régimen basado en el bipartidismo y el turnismo político entre los dos partidos del régimen (conservador y liberal). Ese turnismo, se basaba a su vez en el fraude electoral y el caciquismo.
Constitución 1876:
Ha sido, hasta el momento, la de mayor vigencia en la historia contemporánea de España, pues duró hasta 1923. Su principal logro fue la estabilidad, de la que había carecido el país desde 1808.
Su escasa concreción dejaba en manos del gobernante aspectos básicos como el sufragio o la cuestión religiosa. –
La soberanía compartida rey-Cortes. La monarquía era la médula del Estado y el monarca era la piedra angular del sistema, ‘rey-soldado’ y la cabeza del ejército. La corona regulaba los tres poderes. –
El derecho de sufragio se dejaba pendiente al no precisar el sistema de votación. Dos leyes electorales definirán este hecho: la de 1878, que retomó el sufragio censitario, y la de 1890, que recuperó el universal. –
En la cuestión religiosa, se declaraba al Estado confesional y se le encomendaba el mantenimiento del culto, pero se introducía la libertad religiosa. -Cortes bicamerales.
Oposición Restauración:
Al sistema canovista se opusieron diversos sectores sociales e ideológicos: carlistas y republicanos. A ellos se sumaron dos grandes movimientos sociales y políticos: los nacionalismos periféricos y el obrerismo en su visión anarquista o socialeista:
Los carlistas:
la derrota militar del carlismo en 1876 cerro la etapa de la confrontación armada y abrió la vía de la política. Tras la muerte de Alfonso XII, el movimiento se dividió en dos sectores: el partido integrista que se disemino a partir de 1896 y el sector propiamente carlista que formó Las Juntas Tradicionales.
Partidos republicanos
Defendieron la democratización del régimen y tuvieron varias orientaciones: El partido posibilista fue el mas moderado dirigido por Emillio Castelar.
El sector dirigido por Zorilla y Salmerón optó por el retraimiento electoral y fundaron la Unión Republicana.
El Partido Federal liderado por Pi I Margall era partidario de la descentralización.
Anarquistas:
tras la Ley de Asociaciones 1881 se lanzaron a una intensa actividad organizativa y de luchas sociales. En ese mismo año nace La Federación de Trabajadores de la Regíón Española en la que destacó Anselmo Lorenzo, uno de los principales lideres del movimiento anarquista. Finalmente en el Congreso de Barcelona nació la Confederación Nacionall del Trabajo CNT. Los anarquistas defendieron una ideología colectivista, libertaria, apolítica, anticlerical y revolucionaria.
Socialistas:
en 1879 nace en Madrid el PSOE, de mano de Pablo Iglesias. En 1888, celebran su primer congreso y fundan la Unión General de Trabajadores, la UGT, sindicato socialista.
Opuestos a los anarquistas, los socialistas mantuvieron una ideología colectivista, anticlerical y antiburguesa, pero más moderada. También eran partidarios de la lucha política.
Nacionalistas catalanes:
Fue con la restauración cuando el nacionalismo catalán supuso una reacción a la Concepción de nación española de Canovas, frente a la cual la política catlana elaboro dos modelos alternativos de catalanidad: el republicanismo federal catalán que reclamaba la soberanía para Cataluña, y otro de carácter conservador y corporativo, que defendía desde posiciones regionalistas una cataluña singular dentro de una españa plural. El sector conservador se impuso a final de sigglo. Con las Bases de Manresa (1892) el catalanismo adquirió un carácter de orientación tradicionalista y burguesa.
Anarquismo:
La aparición de este movimiento se produjo a través de la Asociación Internacional de Trabajadores, en la década de 1860. La ideología se inspiró principalmente por los pensamientos de Pierre-Joseph Proudhon, cuyas ideas fueron tomadas como base del pensamiento de los trabajadores europeos en el siglo en cuestión. Contra el monopolio de la autoridad, Busca el fin del Estado, ya que Rechaza totalmente el autoritarismo. Crítica a las diferencias entre las clases sociales y económicas. Contra el monopolio de la propiedad. Crítica al capitalismo. Valorización de instituciones económicas y sociales que sean formadas por miembros voluntarios. Contra la monopolización de la propiedad (privada y pública).
Socialismo:
El término ‘socialismo‘ fue acuñado a principios del XIX. De hecho, en las aportaicones de los socialistas utópicos y, sobretodo, en los escritos de Karl Marx y Friedrich Engels. Medios de producción socializados, intervencionismo, oposición al capitalismo, abolición de las clases sociales, monopolio del Estado.
Desamort. Mendizábal:
En 1836, el entonces primer ministro de estado, guerra, hacienda y marina Mendizábal puso en marcha un proceso de expropiación forzosa a los bienes de la Iglesia católica, con el objetivo de hacer frente a los elevados costes que supónía la guerra contra los carlistas y como último recurso para alimentar las maltrechas arcas públicas del estado español una vez perdidas las colonias en América. Todos aquellos bienes serían después vendidos en subasta publica para sanear las cuentas del estado.
Desamort. Madoz
Tuvo lugar a raíz de la Ley Madoz de 1855, que formaba parte del programa político del Bienio Progresista. Establecíó la venta en subasta pública de toda clase de propiedades rústicas y urbanas pertenecientes al Estado, la Iglesia, los propios y baldíos de los municipios y, en general, todos aquellos bienes que permanecieran amortizados. Consecuencias: Se abolíó la propiedad comunal y esto trajo un agravamiento de la situación económica del campesinado, en tanto que la incautación de los bienes eclesiásticos fue causa de una ruptura fulminante de relaciones con El Vaticano y el consiguiente deterioro de relaciones internacionales de la Corona.
Guerra Cuba:
El levantamiento cubano fue dirigido por José Martí, quien, apoyado por los campesinos, sublevó, en 1895, la parte oriental de la isla. El gobierno y el ejército español aplicó una táctica de guerra total que provocó las protestas de los americanos. Estos se ofrecieron como mediadores en el conflicto hispano-cubano y pidieron la concesión de una amplia autonomía para la isla. España rechazó la oferta pero prometíó que una vez acabada la guerra concedería a Cuba una relativa autonomía política. Tanto la Reina como el gobierno español se opusieron con rotundidad a la oferta por Cuba. Pero los Estados Unidos no cejaron en sus objetivos y, aprovechando la voladura accidental del acorazado Maine el 25 de Abril de 1898, declararon la guerra a España y exigieron la renuncia española a la soberanía sobre Cuba.
Causas:
incumplimiento por parte de España de la Paz de Zanjón, pensamiento de los criollos de que españa estaba bloqueando la expansión económica de la isla, aumento del sentimiento patriótico en Cuba.
Consecuencias:
en las económicas tuvo algunas poco importantes ya que algunos empresarios que operaban en Cuba se vinieron a españa y repatriaron sus capitales. Políticas: desprestigio del sistema político, que propicio la aparición de ideas regeneracionistas y el fortalecimiento de los movimientos nacionalistas. España se convirtió en una potencia secundaria.
Desastre del 98:
Casi todo el Imperio español había alcanzado la independencia durante el reinado de Fernando VII. Sólo Cuba, Puerto Rico y Filipinas se mantuvieron bajo la soberanía española. Fue en la década final del Siglo XIX cuando los problemas coloniales se agudizaron por el auge del imperialismo europeo y el creciente expansionismo de EEUU. En 1895 se produjo la insurrección nacionalista que dio lugar a la última guerra cubana que primero enfrentó al ejército español con los independentistas nativos, y más tarde se produjo la invasión directa de EEUU. EEUU, interesado en el Caribe desde tiempo atrás, intentó varias veces comprar la isla de Cuba a España. En Febrero de 1898 la explosión del acorazado estadounidense ‘Maine’, provocó la declaración de guerra. En medio de una fuerte campaña contra el gobierno español, el embajador de EEUU, Woodford, presentó un plan de compra de la isla que España rechazó. La prensa y diplomacia estadounidenses acusaban a los españoles de haber provocado el hundimiento, lo que exaltó más el fervor patriótico de ambos países. Estados Unidos declaró la guerra a España el 25 de Abril de 1898. El resultado fueron dos derrotas españolas, una en Cavite y otra en Santiago de Cuba. El 10 de Diciembre se firmaba el Tratado de París, por el que España reconocía la independencia de Cuba y cedía Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a EEUU, a cambio de una compensación económica. En Febrero de 1899, España entregó al Imperio alemán las islas Carolinas, las Marianas y las Palaos, a cambio de dinero. Quedaba así liquidado el Imperio español.
La derrota hizo surgir el regeneracionismo: un replanteamiento general llevado a cabo por intelectuales y políticos que buscaban engrandecer la política, la modernización social y la superación del atraso cultural. Sus defensores más activos fueron políticos como Francisco Silvela y Antonio Maura. Se formó en Marzo de 1899 un gobierno presidido por Francisco Silvela y con el general Polavieja como ministro de la Guerra. A pesar de las buenas intenciones, el fracaso de este gobierno mostró la incapacidad del sistema para evolucionar. Por ello, hubo otro movimiento regeneracionista al margen del sistema: el de los intelectuales como Macías Picavea, Lucas Mallada o Joaquín Costa, y unos escritores con los mismos principios, la llamada generación del 98 (Unamuno, Valle-Inclán, Machado..). Joaquín Costa puso en práctica muchas de sus ideas a través de la Liga Nacional de Productores, desde la que planteó reformas agrarias, municipales, educativas o administrativas. El malestar generado entre los profesionales del Centre Nacional Català y los industriales y comerciantes de la Uníó Regionalista favorecíó la creación en 1901 de la catalana Lliga Regionalista. El regeneracionismo, ya domesticado, dejó de ser un problema para el sistema restaurador y sus lemas fueron asumidos por todos los partidos y por el monarca, Alfonso XIII. Esto facilitó la creación del Instituto de Reformas Sociales, que respondía al nuevo liberalismo del s.XX. Cuando Alfonso XIII subíó al trono, ya habían desaparecido Cánovas, Castelar y Pi i Margall, y pocos meses después también fallecía Sagasta. Se cerraba una etapa de la vida política de España y del Siglo XIX.
En Diciembre de 1898 se firmó, en territorio neutral, el Tratado de París, por el que España reconocía la independencia de Cuba y cedía Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a Estados Unidos. El resto de las posesiones españolas en el Pacífico –Islas Marianas, Palaos y Carolinas- fueron vendidas a Alemania el año siguiente por 25 millones de marcos