Repercusiones del Desastre del 98 y Reformas Agrarias en la España del Siglo XIX

Repercusiones del Desastre del 98

La pérdida de las colonias, conocida como el Desastre del 98, tuvo importantes repercusiones, entre las que destacan:

  1. Resentimiento de los militares hacia los políticos: Consideraban que los habían utilizado, haciéndoles perder la guerra. La oposición política no rentabilizó políticamente la derrota.
  2. Crecimiento del antimilitarismo popular: El reclutamiento para la Guerra de Cuba solo afectó a los más pobres, mientras que otros pagaban para evitar ir. El espectáculo de la repatriación de soldados heridos, enfermos y mutilados aumentó el rechazo.
  3. Campaña del movimiento obrero contra el reclutamiento: Esto provocó la animadversión de los militares hacia el pueblo y las organizaciones obreras.
  4. Aparición del Regeneracionismo: Un importante movimiento intelectual crítico que rechazaba el sistema político y social de la Restauración, considerándolo un símbolo de decadencia. Entre sus representantes más importantes están: Miguel de Unamuno, Joaquín Costa y Ángel Ganivet. En la vertiente literaria, dio lugar a la Generación del 98 (Unamuno, Machado, Azorín, Baroja, Maeztu).

El Regeneracionismo fue una actitud crítica sobre la realidad española, especialmente en lo social y político, proponiendo soluciones definitivas. En los primeros años del reinado de Alfonso XIII, los regeneracionistas intentaron solucionar los problemas del país, remontándose sobre el fracaso del 98 y el pesimismo social. La figura más destacada es Joaquín Costa, que resume su propuesta en «despensa y escuela». En un informe en el Ateneo (1901), define el estado político de España como de oligarquía y caciquismo, y plantea la necesidad de un «cirujano de hierro».

Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios

A lo largo del siglo XIX, la agricultura era la actividad económica más importante. Como en el resto de Europa, las transformaciones en la agricultura se convertirían en el motor inicial de la industrialización. Era necesario cambiar el sistema de propiedad del Antiguo Régimen e introducir innovaciones técnicas, de cultivos y de gestión.

Debido al predominio de la agricultura, los liberales del siglo XIX intentaron acometer una reforma agraria con medidas encaminadas a liberalizar el mercado de la tierra. Para ello, propusieron:

  • La supresión de los mayorazgos.
  • La abolición del régimen señorial.
  • Las desamortizaciones.

La reforma agraria liberal forma parte del proceso de sustitución del Antiguo Régimen por la sociedad capitalista, que se produjo durante la primera mitad del siglo XIX. Se abolieron los señoríos y derechos jurisdiccionales, se desvinculó la propiedad y se desamortizaron la mayoría de las tierras de la Iglesia y los ayuntamientos.

La desamortización consiste en la nacionalización de bienes raíces de propiedad colectiva (eclesiástica o civil) y su posterior venta en subasta. Los bienes colectivos se convierten en propiedad privada de libre uso y disposición. Se trataba de hacer de la tierra una mercancía de propiedad privada.

Las Desamortizaciones: Cambios en la Propiedad

El proceso fue llevado a cabo por los gobiernos progresistas durante el reinado de Isabel II:

  • Desamortización de Mendizábal (1836)

    Los motivos principales fueron: reconocer el derecho a la propiedad privada y circulante, aumentar el número de medianos propietarios y disminuir la deuda pública del Estado. Fue básicamente eclesiástica, afectando a las denominadas tierras «manos muertas», principalmente al clero regular (órdenes religiosas). Se cerraron conventos que no tenían un número mínimo de monjes y se nacionalizaron sus propiedades. Los bienes desamortizados, divididos en lotes, se vendieron en subasta pública, aceptándose el pago en metálico o con títulos de deuda pública.

    Las compras fueron realizadas por la burguesía de negocios madrileña y la burguesía agraria. No fue una verdadera reforma agraria, ya que los grandes latifundistas y medianos propietarios ampliaron sus propiedades. La Iglesia perdió gran parte de sus propiedades y fuentes de riqueza. El diezmo se suprimió en 1837, lo que llevó al Estado a sostener económicamente a la Iglesia (Concordatos).

    Como crítica, se desvió hacia la compra de tierras los capitales acumulados que podrían haber sido invertidos en la industrialización y el ferrocarril. Se reforzó a la oligarquía agraria, y no a la burguesía industrial, que ostentaría el poder hasta finales del siglo XIX.

  • Desamortización de Espartero (1841)

    Manteniendo el mismo proceso, afectó a los bienes del clero secular (sacerdotes).

  • Desamortización de Madoz (1855)

    Afectó a las propiedades que aún quedaban en manos de la Iglesia y a todos los bienes de propios y comunales. Los bienes de propios eran tierras municipales que se arrendaban, destinando los beneficios a costear diversos servicios municipales; los comunales eran tierras baldías utilizadas como pastos por los vecinos.

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